Cap 1
Salazar se levantó tras un par de horas sin poder moverse. Caminó unos metros hasta una roca donde se sentó a tomar un poco de aire. En ese momento su mente se quebró tras recordar aquellos instantes que tanto deseaba olvidar de hace unos años cuando asediaron su pueblo y lo destruyeron. Recordó a su maestro muriendo en sus brazos de la misma manera que lo hizo su madre, situaciones semejantes, sentimientos similares. Pero ahí estaban esos recuerdos machacando la poca cordura que le quedaba
Detrás de él se levantó Vanya herido, sangrante y con deseos de venganza. A los minutos Nácean, Sabine, Sakura y Andy se pusieron de pie. Derrotados, frustrados e impotentes ante lo sucedido, siendo los guerreros, los héroes para algunos, los defensores más fuertes del planeta habían fracasado ante una amenaza que los superó sin más.
Perdieron más de lo que imaginarían para sí mismos, pero no era tiempo de lamentarse, la Dama ya estaba en busca de los vestigios y no podían esperar. Sedientos de venganza estabanmas decididos que nunca.
—Juro por mi madre, juro por mi padre, juro por mi pueblo y mis hermanos caídos.— Salazar recogió el cuerpo de su madre —Muy estimado maestro, creador del cielo y de la tierra, vengo a ti con un corazón arrepentido.— Se dirigió a lo que restaba de su casa y con unas mantas envolvió su cuerpo—Arrepentido de no darle el tiempo que se merecía. Mis más sinceras disculpas, no leí sus escrituras en el día santísimo. Limpia mis pecados, ten piedad de mi alma. Acepto su veredicto elegido para poder fortalecer mi resolución.— Sus compañeros buscaron sobrevivientes. Andy y sobre todo Sabine quien sabía los procesos y rituales para que Lyssandra fuera aceptada en el Elysium lo acompañaron
—Santo maestro, luz eterna en las tinieblas, escucha mi oración en mi hora de angustia. Concédeme valor para que pueda salir en tu nombre. Te lo suplico con verdadera devoción, justo creador. Empodérame con tu santísima bondad. Dame el poder para detener esta amenaza y que una vez pueda vengar a los caídos purifica mi alma de todo pecado.
Sabine se acercó al cuerpo colocando su mano fragilmente sobre la frente de la Kangi, cerró los ojos y habló
—Espíritu sagrado, protector de la vida, vengo a pedirte humildemente que nos protejas y que guíes a este espíritu guerrero hasta tus brazos. Te abandonamos. Concédele tu perdón, libéranos de este dolor. Juzga sobre nosotros, sobre ella para que pueda sentir el calor de tu luz una vez más.
Salazar colocó suavemente el cuerpo de Lyssandra en una hoguera. Añadiendo unas flores para el ritual
—He aquí a mi madre...— Susurró mientras veía una última vez su rostro antes de taparlo con la manta.—Encuentra tu camino a casa... Eres libre— La levantó y se le cayó una lágrima. La dejó sobre los troncos y los encendió.
—¿Salazar?— Preguntó Sabine de manera tenue tratando de no parecer irrespetuosa. —Debemos irnos—Le comentó.
—Vamos— Dijo determinante Adán
Durante horas viajaron sobre el carruaje que habían estacionado hacia los aposentos de la Santa Orden donde podrían obtener toda la información necesaria.
El ambiente era tenso y el recorrido bastante largo. Salazar y Andy conducían. El hombre estaba más callado que de costumbre, sin dudas nervioso, dentro del vehículo Nácean estaba dormida con su cabeza sobre el hombro de Sakura y en el otro asiento se encontraban Sabine y Vanya, él meditando y ella bastante pensativa.
《¿Quienes son estos humanos?,¿Como se llaman?,¿De dónde vienen?》 Se preguntaba la Kangi.
Desde afuera el par de conductores estaban completamente en silencio, a Salazar se le hacía un poco incómodo el tener tanto a Andy como a Sabine cerca tomando en cuenta que su ruptura con la Kangi fue forzada y no era algo que ambos quisieron y aunque de vez en cuando él pasaba a verla sabía que mientras estuvieran tanto en la Orden Blanca como en la Santa Orden no podrían estar juntos pues pese a que la primera derivaba de la segunda era un amor no correspondido a menos de no ser parte ambos de la misma, cosa que ni el Padre Franco ni el Padre Miguel permitirían.
Luego de siete horas de viaje llegaron a la ciudad de la Santa sede, pasaron por la plaza de San Pedro y llegaron a las puertas de bronce las cuales eran custodiadas por dos de los seis hermanos Inquisidores a cada lado, estos guerreros estaban en un profundo sueño hasta el día que se los necesite nuevamente, Sakura prefería no entrar por su pasado con la iglesia, sin embargo gracias al apoyo de su amigo aceptó
—No pienso entrar, me atacarán en el momento que tengan la oportunidad
—¿Por qué lo harían?— Inquirió Sabine algo confundida pues aún no sabía que con quien hablaba era las misma Sakura que según ella había traído tanto daño.
—Antiguos conflictos— Persuadió la kunoichi
—No permitiré que te hagan nada, si lo hacen, se estarán metiendo con todos nosotros y podremos por ley retar al más fuerte a un duelo para evitar un conflicto mayor— Juró Salazar dándole mas seguridad a la humana.
Entraron a la iglesia y las humanas quedaron asombradas al ver la belleza del lugar y sus resplandecientes tonos en dorado, se dirigieron hacia el confesionario del cual salió el Padre Franco y se presentó.
—Soy el Padre Franco, un gusto conocerlas al fin guerreras, Andy, Nácean y... — Dijo amablemente estrechando las manos de todas, sorprendido de que sean humanas, hasta llegar a Sakura
—No lo diga— le susurró Salazar con la esperanza de que no revele la identidad de su amiga.
—Guerrera sin nombre—Saludó con notoria desconfianza
—Padre...—respondió Sakura con la misma desconfianza cruzada de brazos.
—He de suponer que vienen por...— Se dio un segundo para tomar aire— La Dama Muerte, ¿O me equivoco?
—Esta usted en lo correcto— Confirmó Vanya
—En ese caso necesitaré que me digan todos los recursos que necesitarán— Añadió el Kangi
—¿No piensan ayudar?— Cuestionó molesta Andy.
—Hija mía, no podemos existir libremente, los lugareños codiciarán nuestras riquezas y poder y lo usarán para el mal, se correrá el rumor y nuestra organización nunca será la misma
—Un precio bajo por la salvación de quien sabe cuantos.— Manifestó Vanya con un tono desafiante, esas palabras resultaron una estupidez pues querían asegurar su supervivencia sacrificando posiblemente a miles o millones en este planeta.
—Alguien como tú no lo entendería
—Padre, lo entendemos— Añadió Sabine para evitar disputas— Necesitamos todo, absolutamente todo que pueda darnos, ya sea información, armas, recursos y así.
—Está bien, acompañenme por favor —Pidió amablemente.
Se dirigieron a lo que parecía ser un castillo, en esta edificación se han construido doce torres anchas y redondas en varios puntos tácticos para una defensa ideal y están conectadas por muros más bajos y firmes hechos de piedra gris claro.
Las ventanas toscas están esparcidas generosamente por las paredes en un patrón asimétrico, junto con almenas asimétricas para arqueros y artillería.
Entraron al Salón principal y el lugar se oscureció por completo, el Padre Franco tomó una botella con un líquido de aspecto dudoso, brillaba demasiado iluminando un poco el lugar, tras esto procedió a colocarlo en su mano y de manera inusual el contenido se transformó en un polvo o algo similar y al soplarlo se comenzó a proyectar unas imagenes específicas de aspecto cósmico
—Al inicio del universo, cuando todo era equilibrio y nuestro señor todopoderoso reinaba existían los llamados Ángeles, seres que en algunos casos en una vida fueron mortales excepcionalmente poderosos y en otros fueron hijos del padre de todos. — En el lugar se comenzaron a ver las imágenes de estos bellos seres.— Había quienes destacaban, los rangos iban desde los mas normales a Arcángeles, Tronos, Querubines y Serafines.— El salón se iluminó ante la figura de cada ser que iba nombrando, figuras de extrema hermosura y con un aire divino.— En la escala universal ocupaban rangos muy altos y el cual quedaba como: Mortales, Dioses menores, Ángeles, Semidioses, Estrellas, Dioses, Tronos, Querubines y Serafines.
—Uhm-jum— Pronunció Vanya algo impaciente con constantes golpeteos de la punta de su pie contra el suelo— ¿Algo que nos sirva?
—Paciencia, llegaremos a algo— Replicó Salazar tratando de apaciguar a su compañero.
—De entre los Ángeles destacaban algunos nombres, pero sobre todo 4, sus nombres eran: Nil, Elyon, Ikhiarda y ... Valkiria.— La imagen de la última se hizo presente en el lugar y para sorpresa de todos esta era La Dama Muerte
—¿Es un Ángel?— Inquirió asombrada Nácean
—Yo tenía entendido que era un demonio— Contradijo segura Sakura.
—Ikhiarda era el más antiguo de los cuatro, y al paso de un tiempo era el más poderoso siendo él ya un joven adulto cuando sus compañeros llegaron a la jerarquía Angelical. Era el más cercano a nuestro creador hasta que creó un objeto, un cuerpo que otorgaba un poder absoluto y eterno al cual bautizaron "El corazón de Ikhiarda". El Padre vio en ese corazón un poder corrupto y confrontó con palabras a su joven guerrero quien vio esto como una señal de miedo a que alguien sea como él. Ikhiarda intentó derrocarlo, pero no fue rival. Su corazón fue separado en 7 cristales elementales ¿Y él? Desterrado al infierno siendo convertido en un caído de Dios, el demonio más poderoso que alguna vez existió. Pero que por extraños motivos desapareció.
—No estamos llegando a nada— Susurró Sabine a Nácean con una confianza extraña para la humana.
—Durante su reinado trajeron al universo paz, justicia y dicha, pues protegían al débil y ayudaban al desamparado. Pero una de ellos, Valkiria, quien había superado totalmente a Ikhiarda vio una gran oscuridad entre todos los ángeles. Aquellos quienes habían traído paz podían, por su poder, traer guerras, dolor y sufrimiento por lo que decidió cambiar drásticamente eso.
—¿Los traicionó?— Supuso Salazar
—Las reglas de su naturaleza divina dictaban que para poder matar a un ángel debes de ser uno por lo que decidida arrasó con todos sin importar si eran mujeres, ancianos o niños. Además esta regla aplica para todos por encima de los ángeles pues los de más bajo rango pueden ser asesinados por mortales o dioses menores pero para matar desde estrellas hasta Serafines, que son seres divinos has de ser uno.
—¿Qué son las estrellas?—indagó Sakura.
—Las estrellas son seres que no pueden considerarse dioses, mortales ni nada similar, pero que por el simple hecho de ser increíblemente poderosos se los considera divinidades ante los otros rangos por debajo de ellos... Volviendo a lo que nos compete... Ninguno estuvo nunca a la altura de su poder excepto sus mejores amigos a quienes dejó vivir y se acercó a ellos llena de orgullo de que por fin todo su plan marchaba. Sin embargo en los rostros de ambos solo observó horror. Acabó con el 90% de cada rango universal que podía simbolizar un minimo peligro.
—Entonces por eso no hay quien la derrote— Añadió Nácean— ¿En que rango estamos nosotros en estos momentos?
—No he visto todo su poder pero aseguro que ni se acercan a ella— confirmó Franco— Dios la desterró de su reino celestial cortando el mayor simbolo de un ángel, sus alas. Ella juró algún dia volver y ese día ha llegado. Y busca los vestigios del corazón de Ikhiarda para ser todopoderosa y hacer lo que se le plasca siendo la única líder de toda la existencia
—Una motivación bastante cliché— Susurró Vanya.—¿ Dónde están los cristales?
El padre Franco esfumó el humo y las imagenes pasando a otras diferentes.
—Sus ubicaciones son: Kangi prime— Se mostró el primer vestigio.— La segunda se encuentra en el centro de la Estrella de Neutrones de nombre Valerious, en honor a un ángel y la tercera que conocemos la tiene una escoria, seguramente tú Salazar has de reconocer este nombre—Le aseguró al caballero—El Dios Menor de la sangre: Ravage Khan...Del resto no teníamos datos hasta ahora, hemos logrado ubicar una más— Estiró dos de sus dedos señalando la espada de Nácean y el cristal que esta poseía comenzó a resplandecer
—Imposible— Aseguró ella— Este cristal es una reliquia familiar de hace generaciones
—Seguramente, si fuera un vestigio ¿Por qué Valkiria no lo tomó?— Apoyó Sakura.
—Lo habría hecho... a no ser que...— Pensó Salazar— A no ser que el metal que la recubre impida su localización o reconocimiento, la magia no tiene el mismo efecto aquí adentro, tal vez eso hizo que en este lugar si la hayan detectado.
—Es lo más posible— Aseguró la morena.
—Entonces, ya tenemos una de siete, hay que destruirla, de esa manera no tendrá los siete y se echará todo a perder— Comentó tajante Vanya recibiendo la negativa de todos sus compañeros.
—Juré cuidarla con mi vida, en su interior yacen generaciones de antepasados que me guían—Rechazó Nácean
—No tienen el poder suficiente para hacerlo— Añadió Franco
—Y además es y puede ser nuestra mejor arma en contra de ella— finalizó el caballero
—O viceversa, puede ser su mejor arma en nuestra contra— Replicó Vanya— No estamos a su altura ni en poder y por más estrategia que tengamos estará por delante... y lo sabes
Salazar se quedó en silencio ante lo dicho pues su amigo tenía parte de razón.
—Debemos encontrar una manera de nivelarnos pero no tenemos tiempo— Comentó algo pesimista —y mi evolución tardará en alcanzarla. ¿Qué nos queda por hacer?
—Somos los únicos que se interponen entre este reino y su destrucción total— Dijo Andy a su compañero tratando de animarlo.
—Padre, ¿Hay alguna manera de llevar nuestros poderes más allá de nuestros límites para derrotarla?— Preguntó Sabine
—La hay— Afirmó— Pero poder no es nada sin entrenamiento. Escuchen— Pidió— Hay una manera de desbloquear una parte de todo su poder y que tengan tiempo de entrenarla pero requiere un sacrificio
—Dijimos que haríamos lo que sea— Recordó Sakura a sus compañeros quienes asintieron con la cabeza. Seguidamente el Padre los acompañó hasta un salón bajo tierra donde los esperaban unos maestros de las artes místicas listos para hacer su trabajo. El proceso era sumamente doloroso pues se forzaban a las unidades de Sen a liberar una parte de todo su potencial de manera artificial y bruta.
—Yo iré primero—Se ofreció Salazar.
—Como quieras, hijo, pero no será una caricia— Aclaró un clérigo con un tono algo preocupado.
—¿Qué es lo peor que me podrían hacer?— Contestó con unas risas leves tratando de aliviar la situación. Debía quitar toda su ropa, y así lo hizo quedando únicamente con una prenda que cubría sus zonas íntimas.—¿Qué es lo que sigue?
Al caballero lo tomaron y lo colocaron dentro de una cápsula amarrando cada punto posible para evitar que se mueva recibiendo algunos quejidos de incomodidad. Una vez listo cerraron la cápsula que estaba conectada a unos tubos que transportaban un extraño material que iba estimulando el cuerpo y finalmente los clérigos y hechiceros se reunieron al rededor del objeto extendiendo sus manos derechas recitando el encantamiento en una lengua muerta.
Salazar comenzó a sentirse incomodo pues parecía no funcionar en lo absoluto cuando de un momento al otro empezó a percibir una sensación negativa hasta que finalmente sintió el hechizo, de no ser por estar amarrado se habría doblado del dolor gritando de forma aterradora al sentir como cada célula de su existencia parecía arder cual infierno. Comenzaron a temblarle las piernas y los brazos.
Las unidades se Sen liberaban lenta y dolorosamente parte de su energía haciendo que un agónico dolor lo recorriera, sentía sus poros abrirse, su piel desgarrarse y su cuerpo entumecerse. Desde afuera sus amigos observaban aterrorizados aquella escena que parecía ser más una tortura. Nácean cubrió sus oídos, Sabine trató de ignorar aquellos gritos que pedían un alto desesperadamente. Andy trataba de procesar y susurraba que pudiera soportarlo tratando de no gritar que se detuvieran, el horror la carcomía y no tenía la certeza de si estaba funcionando o algo no andaba bien.
—¡ALTO!— Vociferó Adán sin recibir ni una inmutación de parte de los hechiceros que indiferentes a lo que sucedía seguían firmes como piedras y fríos como el hielo musitando sus palabras
Finalmente la humana no pudo mas y en grito ahogado dijo:
—¡DETÉNGANSE!
Los hechiceros se detuvieron pero no por orden de la castaña sino que ya habían terminado con uno. La capsula se abrió dejando ver a Salazar algo mareado, y con una vista borrosa. Tan pronto las puertas se separaron Andy se acercó en ayuda sosteniendo a Adán.
Poseía un aire mas imponente solo por la energía que liberaba, lo sentaron en el suelo tratando de hacerle recobrar la consciencia.
—Salazar, hey, Salazar ¿Me oyes?— Dijo Andy buscando contacto visual chasqueando ligeramente los dedos frente al rostro perdido de su amigo hasta este con complicación le respondió
—S-si, te escucho, Andy— Comentó dejando reposar su cabeza en la palma de la mujer.
—¿Como te sientes?— Preguntó Sakura. Andy sintió con sus manos que el cuerpo parecía arder, estaba a una temperatura no usual.
—C-como una bomba, lleno de poder y energía— Respondió
—El hechizo ha funcionado— Aclaró un clérigo—¿Quien sigue?— Los humanos de miraron entre todos indecisos. Tras un par de horas todos lograron liberar El poder que de ellos se esperaba.
Una vez concluído el paso uno procedieron a ir más en lo profundo del castillo hasta un lugar conocido como "El santuario"
—He aquí la prueba de valor— Mencionó el Kangi frente a la puerta— Esta puerta es un portal a una realidad diferente, tiempos diferentes, cinco horas aquí son 2 años allá.
—¿Solo eso?— Preguntó Sabine
—El truco es que solo pueden usarla una vez y les resta 16 años de vida.— Todos se sorprendieron ante las palabras, algunas dudaron incluso si entrar.
—Lo que sea necesario— Susurró el sicario. Las puertas se abrieron liberando un intenso brillo.
—¿Lo harán?— Preguntó Franco—¿Arriesgarían sus vidas?
—No sé ustedes— Respondió Salazar— Pero creo que mi vida es un precio bajo a pagar a cambio de la paz e incluso si muero en el combate contra ella volveré de entre los muertos a detenerla.— Sus amigos asintieron y uno por uno fueron entrando hasta solo quedar él.
—Salazar— lo llamó el padre justo antes de que este entrara
—¿Padre?— Volteó a verlo con una cara algo angustiada.
—El Sen te rodea, está contigo...Y siempre lo estará.— Se despidió cerrando la puerta.
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