3.

Todos los viernes, Elisa apaga el portátil a las tres y cinco. Con precisión, guarda las gafas en la funda gris de su bolso y se echa dos gotas de perfume en la muñeca derecha, antes de pasarla por su cuello. A las tres y doce minutos exactos, espera el ascensor sin despegar la vista de la pantalla de su móvil.

En el grupo de WhatsApp que comparte con Marta y Milo, tiene más de veinte mensajes. La mayoría de ellos son audios que escuchará de camino a casa, porque exactamente en quince segundos su compañera de trabajo aparecerá con el último boletín de noticias de la oficina.

—Elisa, querida, ¿ya te marchas?

Marga Delgado o como todos la conocen, la "abeja soplona" le dedica una sonrisa de oreja a oreja. Se divorció hace un par de años cuando descubrió que la complicidad entre su marido y su hermana iba más allá de una sana relación entre cuñados. Desde entonces, su pasatiempo favorito se ha convertido en desvelar los "secretos de estado" de sus colegas de la oficina.

—Como todos los viernes a esta hora, sí.

Elisa levanta la vista hacia el panel indicador de pisos del ascensor. Todavía le quedan dos plantas para llegar.

—¿A que no sabes de lo que me he enterado?

—Marga, trabajas en Recursos Humanos. No deberías airear los asuntos de los demás por ahí.

—Mientras no sea confidencial tengo vía libre. —dice acomodándose el pelo detrás de la oreja—Eso es lo divertido. Como lo de la secretaria de Héctor. —baja el tono de voz—La pillaron hablando mal de la empresa con su novio y ha llegado a oídos de tu jefe.

—¿Y van a amonestarla?

—Ojalá. Es una petarda. Le echo agua a su café cuando no mira—termina soltando una risita.

Las puertas del ascensor se deslizan a los lados. Un grupo de ejecutivos de la última planta desciende saludando con un cordial "buenas tardes" hacia Marga y Elisa. Al fondo, Philip, la reciente incorporación en la empresa, permanece absorto leyendo la primera plana de un periódico.

Como Elisa, también es ingeniero en el departamento de seguridad informática. Lleva menos de dos meses en la sede de Madrid y se sienta en el despacho acristalado frente al suyo. Y eso le ha sido suficiente para comprender que no lo aguanta.

Ignorando las políticas de la empresa, se ha acostado con la mitad de las empleadas solteras y divorciadas. Pasa más tiempo pegado a la máquina de café que trabajando y, aun así, su jefe lo adora. Se ha convertido en el niño bonito de la empresa.

—Hola Philip. —saluda Marga con cierta efusividad—Te veo bien.

—Hoy tienes una sonrisa encantadora, Marga.

—Siempre sabes qué decir.

Marga suelta su particular risa aguda dándole una palmadita con demasiado ímpetu en el hombro. Philip sonríe algo incómodo y procede a acomodarse la corbata.

Elisa pulsa el botón del aparcamiento y, de reojo, observa la vestimenta de su compañero. Todo en él es una constante llamada de atención. Ese traje azul marino a medida, que destaca sus hombros anchos y su cintura delgada, o la corbata de seda azul oscuro, impecablemente anudada, para resaltar sus ojos profundos. Por no hablar de los mocasines marrones de marca... "¿Se piensa que va a heredar la empresa? Es ridículo." piensa Elisa.

Elisa recordó cómo Philip siempre compraba el periódico en el quiosco de la entrada para parecer más intelectual, aunque estaba segura de que rara vez leía más allá del titular. Philip es un fraude, era cuestión de tiempo que todos se percatasen de ello.

Sin mediar palabra alguna, acaba situándose de espaldas a él.

—Elisa—pronuncia continuando su lectura.

—"Fisipe"

—Es Philip—dice frunciendo el ceño.

—¿Estás seguro?

—Si, creo que estoy...—toma una respiración profunda y exhala lentamente—Si.

Elisa desvía la mirada a la pantalla de su móvil sin ocultar una pequeña sonrisa de satisfacción. Aprovecha para revisar los datos de la última auditoría de seguridad informática en la empresa dejando que Marga sea quien quite el hierro a la situación.

—¿Vas al restaurante, Philip? —pregunta Marga.

—Depende de cuál sea el plato del día, me cuesta elegir.

—"Ja"—murmura Elisa.

—¿Algún problema, compañera?

—Es gracioso. Lo de elegir digo, supongo que puede aplicarse a todo.

El sonido del ascensor interrumpe la conversación. Las puertas se abren, haciendo que Marga se despida de Elisa antes de salir. Philip parece seguir su paso, pero retrocede pulsando el botón de cierre de puertas.

Se da la vuelta mirando fijamente a Elisa, tensando los hombros.

—¿Qué problema tienes conmigo? —pregunta con cierta hostilidad.

—Ninguno, ¿por qué?

—Eres insultante.

—Y tú un playboy que se tira a todo lo que se mueve. ¿Sabes cómo te llaman? El cambiacaras. Tienes un historial interesante.

—¿Por qué te importa? ¿Es que acaso estás celosa? —continúa acercándose a ella.

—¿Por qué iba a estar celosa de tan poca cosa? No podrías conmigo—responde apartándose de él.

Philip frunce el ceño sin perder el contacto visual. Acorta el espacio personal situándose a centímetros de ella.

—¿Eso crees? No eres tan difícil de descifrar. Delegada de la clase, buenas notas en el instituto y seguro que fuiste a una buena universidad. Probablemente, la mejor de tu promoción lo que significa que no tuviste un rival que mereciese la pena.

—Vaya, sí que eres un genio. Luego te doy una piruleta.

—Asumo que tienes pareja. ¿Cuánto, cinco años? Y, vivís juntos, claro. Al principio era emocionante pero luego se volvió aburrido. Comidas familiares los domingos, viajes atrasados por trabajo y, ¿qué es eso? —mira su mano—Aún no hay anillo. Y después de todo este tiempo no puedes parar de preguntarte donde narices está vuestra relación.

—¿Eso es todo? —pregunta apoyando su dedo índice en su pecho y alejándolo.

—¿Tan aburrido es en la cama?

—Eres un cerdo.

Philip se ríe entre dientes.

—Y tú una estirada.

El ascensor se detiene en la planta del aparcamiento. Elisa sale del mismo y antes de alejarse, estira el brazo hacia el interior y toca los botones de los 47 pisos antes de que se cierren las puertas. Philip intenta salir sin éxito maldiciendo entre dientes. Esa mujer lo irrita sobremanera.

*****

Buenass, ¿qué tal la semana? Os dejo el capítulo 2 actualizado!! Espero que os guste un montón, ¿De qué lado estáis? ¿Elisa o Philip? Sebas llega a Madrid para complicarlo todo.... aunque es más complejo que eso jeje Nos vemos el miércoles en el próximo capítulo!! Os mando un abrazo virtual gigante y que tengais muy buen finde!!

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