Fragmento I: Los susurros del pasado.

Al llegar a la copa del árbol sintió la ligera desprendes de sus abundantes plumas, no le dio importancia alguna tenia en cuenta que era natural y sereno miro al sol esconderse entre las praderas con lentitud por el norte el ganado a los lejos descansaba por el labor de este día terminaría dentro de unas horas, su mirada se fue al que custodiaba a los terneros de no alejarse del rancho, sintió un temblor subir por su columna por su mirada a lo lejos, no era bueno que este hay de noche porque podrían descubrirlo o llevárselo lejos de su comunidad.

Antes de poder dar un vuelo batido y dirigirse donde su interés surgió, un grito lo alarmo y una trina en la parte inferior del árbol lo cual causo que su equilibrio se haga añicos cuando sintió su cuerpo caer entre las ramas, sus insultos no se esperaron al notar que su disque compañero no lo ayudaría, finalmente sus quejas se detuvieron cuando cayo de cara. Sus otras dos extremidades no lograron amortiguar su miserable caída ante la tierra mojada y el pasto, escucho las risas de burla de su compañero a una distancia aceptable para no recibir algún golpe, soltó un grito doloroso que fue callado por el lodo que solto burbujas o pequeñas quejas inexistentes trato de levantarse, pero le duele su cadera, se apoya con sus antebrazos y piensa como termino siendo amigo de un idiota.

El lodo cae de su cara en pequeñas partes y su expresión de impotencia e enojo no tenía precio, giro su cabeza en dirección de él, fulminándolo con la mirada.

-Que debo de hacer para que no me jodas mi aventura!!- Se levanto como pudo y se sacudió con fuerza, solo para molestarlo porque lo logro, lo mancho con el lodo la ropa evidentemente limpia y planchada- Berry, no me hizo gracia.

-...Mi ropa, me lo lavo Suzanne...- Con vergüenza se dio la vuelta para no mirarlo, porque estaba soltando lagrimas esperaba que logre su cometido de extorsión, saco un pañuelo de la bolsa que se ubicaba en su muslo, sutilmente se sonó la inexistente nariz- Y yo pensando que tú, eras el considerado Pawqar.

Se limpio la cara con brusquedad. Tenía ganas de putearlo hay mismo por esa reacción, ganas, sus majestuosas alas de colores e trenzadas entre si se desplegaron a ambos lados de su espalda, alcanzando que su tamaño sea impresionante e intimidante. Antes de restregar a Azul por el mismo piso por el cual el tubo que caer de cara.

Un cascabeleo de las hojas secas tronar entre los arboles capto la atención de los dos, Pawqar supo por instinto que estaban en peligro e inmediatamente cargo a su amigo estilo canguro, Azul por reflejos lo rodeo con sus extremidades, Pawqar empezó a correr con cuidado para no causar ningún ruido o caída que causara un estrago. Buscaba una salida entre el extenso bosque que parecía un laberinto ilimitado, pero él ya había rondado lo suficiente por estas zonas que conocía una salida, una. Al notar a lo lejos que se acercaba a aquel final, en un movimiento fluido, alzo sus Alas y prendió vuelo hacia arriba al llegar al límite de un risco sintiendo un notable temblor en las puntas...el vuelo batido al parecer fue su mejor opción, se alejaron con destreza y silencio.

Al pasar de las horas, tomaron otro rumbo hacia arriba de una montaña, su pueblo se ubicaba en la punta oculta entre las nubes o tinieblas que gracias a ello pudieron ocultarse o por el hecho de que tenían sus pulmones mas desarrollados, porque en ese lugar no había suficiente oxígeno para otros peculiares. Pawqar sabía que lo regañarían al llegar hay, se suponía que debería estar entrenando a los recién ingresados, por otro lado Berry, el cual no adquiría esas cosas pegadas a la espalda como su colega, debería de estar al lado de su cuidador, Azul aún era pequeño pero era un terrestre detestaba por un lado esa cola larga, según Suzanne él era un tiburón ballena, una cría...no sabía que era, pero luego se lo preguntaría con alegría.

Este viaje seria largo y cansador, menos para Pawqar y más para Azul que empezaba a aburrirse del silencio y entablar una conversación no era una opción, ignoro el echo del ambiente frio y sadico, gracias a su amigo que se mantenía estable, enrollo su cala que le llego hasta su espalda al sentir que se le caería por el frio, contar las plumas de compadre sería un reto para él, pero lo mantendría distraído y fuera de alguna discusión del otro.

El otro al notar su ignorancia al sentir los débiles latidos de su acompañante, saco una mascara de la mini mochila que tenia adherida a su ropa en su muslo izquierdo que se movía por las ráfagas de viento, detuvo el vuelo y se agarró de las lianas frescas o resistentes de la montaña, con calma y paciencia le puso la mascara a Berry a quien le pertenecía.

Al parecer el regreso a casa, tardaría un poco...

Azul agarro la cosa que tenia en su cara con un poco se fuerza y respirando con calma, el oxigeno llego a sus fosas nasales e instantáneamente tranquilizo sus pulmones a un cierto grado que quiso dormir en los suaves pero inseguros brazos de Pawqar, claro que no lo aria porque estaban los DOS abiertos a una caída espantosa a un final lleno de piedras y según el, animales que seguro gozarían su exquisita y exótica carne. Hubiera sobre pensado todo si no fuera por los notables gruñidos de su compañero hacia él.

 Empezaron otra vez, pero esta vez Azul no estaba en los brazos de él, si no agarrado de las lianas duras pero resistentes que podían ser jalados sin problema alguno, solo porque Azul era más liviano, Pawqar también hacia lo mismo para no perder de vista al niño, capaz se lanzaba el wey solo para matarlo de quicio, sus otra extremidades estaban pegadas a su espalda para evitar algún estirón o lo que sea que lo lleve a reposo absoluto, algo que lo volvería loco luego de su experiencia después de haberse caído a un cactus...

-QUITATE, QUE TE MATO! – Jamás se le vino a la cabeza que el pequeño, hijo del mismo satanás se le tirara enzima con facilidad. Enzima de que no solo se resbalo el wey si no que se agarro de sus alas con fuerza, de las mendigas puntas se tenia que sujetar- SIN REMORIDIMIENTO ALGUNO.

-Tu y yo sabemos que no sientes algún dolor en esta zona, solo un pequeño estirón.- Soltó unas risas antes de balancearse de lado a lado, Pawqar se mantenía a flote agarrándose como podía de las raíces pero al parecer no duraría más-

Sin avisar nada más, se acicalo de cabeza hasta las patas con un poco de fuerza notable e sus acciones, deshacerse de Azul de algún modo lo ponía tranquilo pero que no soportaba al pequeño sí, pero que sobre pase las reglas que el mismo cuidador de Azul le menciono, mierda, tenía ganas de tirarle 4 horas de comportamiento intensivo. Que siempre, Berry se soltó del agarre con un notable comentario de su parte "WIII.." lo cual si, lo hizo intencionalmente, no se vio su silueta uno pocos metros más por la niebla abundante en hay.

Casi le da infarto que por un momento planeo tirarse para salvarlo, pero antes de hacerlo tomo por sorpresa el hecho de que le agarraron del mismo cogote y lo cargaron, por su vista se sentencio de que lo estaban cargando como un saco de papas que, si pesaba, el aroma del lugar impregnando por el buen cuidado de la tierra vino, suave aroma de canela y naranja por la zona donde aterrizaron. Era de oscuras pero lo suficiente para divisar donde estaban, en los campos de siembra.

Su vista paso de estar de cabeza por parte del sujeto que lo cargaba lo tiraron en el frio, pero hermoso pasto con tierra, se escuchó la caída hasta los insultos que soltó, pero sintió incomodidad en su espalda y no tardo en llegar a sus demás extremidades, también las piedras que se denominaban, tamaño promedio.

-MI ESPALDIT....AHAH – Se debería quejar por donde lo tiraron, pero no diría nada más que aumentara su castigo que sería maquiavélicamente dado por el líder del pueblo. Le daría un 7/10 por las piedras que solo cayeron en su espalda, pero desgraciadamente en sus otras dos extremidades por la cuales pago por un tratamiento caro, ahora si se revolcó por el piso tratando de moverse.

No notaba las miradas de pena, decepción y pena. Al de alas coloridas no solo le tiraron 1 baldazo si no 3 directo a la cara que no gozo en absoluto por las expresiones de su cara y pa cuando se levantó toda su ropa estaba mojada, pero según la vista de los demás mas limpia que en un inicio.

Dejaron el balde a un lado entre risas. Su vista se fue a Suzanne quien tenia el balde en manos, a su lado oculto que le llegaba a la cintura, detrás de él estaba Berry que miraba a medias porque tenia la mascara elevada que le permitía comer de su mango con total libertad, se sujetaba con suavidad del muslo izquierdo de su cuidador.

El se acerco agarrando del suelo una manta doblada, ofreciéndosela al Colorido, este se lo coloco enzima por el frio de la noche. Como era de esperarse Azul vino con el mayor mientras se manchaba las manos por no saber comer bien un manguito. Era bonito.

-Agradece que fui yo quien se entero y no el supervisor. - Le regalo una sonrisa, elevando su cabeza para mirarlo– Ahora vamos al pueblo, sin quejas tuyas..

El mayor de todos, Pawqar, solo lo fulmino con la mirada, irritado por como termino esto. Solo se calmo su mirada cuando le ofrecieron unas moras, empezando a seguir a su menor. Dirigiéndose al bosque que se encontraba a unos metros de ellos...Todos esparcidos en ese santuario o en las montañas. 

Aquellos que habitan en el bosque que rodeaban en especifico esa montaña construyen refugios de madera, hojas y lianas entrelazadas, creando pequeñas aldeas que se camuflan con el follaje. Sus casas están diseñadas con techos abiertos, permitiéndoles extender sus alas y despegar directamente desde sus hogares. Entre las ramas, han instalado pasarelas que conectan sus hogares y permiten un acceso rápido y aéreo entre vecinos, facilitando el comercio y la convivencia.

Por otro lado, los que viven en las montañas han adaptado sus moradas en cavidades naturales y terrazas talladas en la roca. Estos hogares de piedra están protegidos contra el viento y el frío, y cada cueva cuenta con un amplio espacio en la entrada para que los seres alados puedan salir y entrar sin dificultad. Las comunidades montañesas suelen ser más reservadas, ya que en estos lugares viven en mayoría especies acostumbrados al frio, sin la necesidad de una fogata para calentar sus cuerpos en la noche.

Sorprendentemente son una sola comunión.

Creyeron que no publicaría nada luego del fracaso de mi libro anterior?...Pues aqui cumpliéndolo. Luego asumiré que esto no sera tan GRANDE.

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