Ostra 4: Te amo.
-Toc! Toc!.- Sintió Tae que Jungkook tocaba la puerta una vez más. –Abre Tae.-
Tae no contestaba. Quería irse de ese barco, quería a su hermano.
-Toc! Toc!.- Una vez más.- Vamos Tae! Sal de ahí necesitas comer.- Habló Jungkook.
Al fin la puerta se abre. Tae pasa al lado de Jungkook y se apresuró ir al borde del barco para saltar, pero fue sostenido por Jungkook. -¿Qué haces?!.-
-Me voy con mi hermano.- Dijo Tae sin mirar al rostro del pirata.
-¿Qué?....- Jungkook no podía creer lo que escuchaba. Tae ¿Quería dejarlo?.- ¿Qué dijiste?.-
-Que voy a regresar con mi hermano.-
-Mírame cuando me hablas.- Dijo pero Tae no elevó la vista. –Mírame Tae.-
El corazón de Jungkook se aceleraba. –¿No vas a cumplir tu promesa? Dijiste que visitarías a Jimin y Hoseok.-
El silencio rondaba en el barco.
-D-Debo irme.- Fue lo único que Tae dijo.
Jungkook tomó el rostro de Tae he hizo que lo mirase a los ojos.
Cuando ambos orbes se toparon, los de Tae estaban al borde de las lágrimas; él tenía su naricita colorada y sus labios temblando. Jungkook lo observó por unos segundos tratando de leer esos ojos mieles que lo hipnotizaban.
-¿Es por lo de la isla?.-
-N-No...- Dijo dudoso.
-¿Te cansaste de mí?.-
-NO!.- Dijo convincente.
-¿Entonces porque quieres irte?.-
-Yo....- Tae estaba dudando en decir lo que verdaderamente estuvo pensando toda la noche, en la cual casi no durmió.
-Te quiero Tae.- Dijo sin más Jungkook.
El corazón del jovencito parecía salírsele del pecho y miró repentinamente otra vez los ojos de su contrario, los cuales se tornaron brillantes. –No voy a dejarte ir.-
Sus labios comenzaron a temblar y no pudo contener las lágrimas.-No puedes! No puedes hacer eso!.-
-No puedes impedir que te quiera!- Jungkook suelta el brazo de Tae que en todo momento estuvo sosteniendo.
-No....no Jungkook, no debes, no me quieras....yo.....no puedes!!!-
-No puedo creer que me digas algo así! ¿Qué me estás ocultando?!.-
Tae limpiaba sus lágrimas.- No...yo....-
-DIMELO!!.-Gritó Jungkook exasperado.
Tae se tensó, era la primera vez que Jungkook estaba tan enojado y que le gritaba.
-I-Isabella...-
-Lo sabía!! Todo tiene que ver con esa isla!.- Dijo Jungkook.
-No!! Escúchame!.-
-Habla.- Dijo sin sentimientos, y eso a Tae le caló hasta los huesos.
-En la cueva de Isabella, había un pergamino de mi reino....ella lo tomó del barco de...-
-¿De quién?.-
-De...Francis Drake.-
-¿Qué? ¿El creador del mapa que teníamos?.-
-Francis era su enamorado.-
-¿Y qué tiene que ver ese pergamino con nosotros?.-
-Ahí dice...que los tritones tienen prohibido enamorarse fuera de...- pero no pudo terminar de hablar.
-¿Y si esos era falso? ¿Vas a creer a un pedazo de papel?.-
-No era falso Jungkook, solo yo pude leerlo; para Isabella eso era un pedazo de papel blanco.-
-Solo dime ¿Por qué tienen prohibido enamorarse?.-
-Podría matarte Jungkook.-
-No vas a matarme...te quiero Tae...te quiero más de lo que nunca lo hice...- confesó Jungkook y las mejillas de Tae se tornaron rojas.
-No...No sigas...No Jungkook...- Tae retrocedió un par de pasos y Jungkook avanzaba otros.-No...puedes...-
-Te quiero y eso no vas a cambiarlo ni tú ni ese pedazo de papel.- No alcanzó a terminar de decir esas palabras que Jungkook tomó entre sus brazos a Tae, éste comenzó a forcejear hasta que se dió por vendido.
-No quiero verte morir por mi culpa.- Dijo entre sollozos. Tae elevó su rostro.-Eres muy jóven y puedes tener tu familia en la tierra, yo solo soy una criatura y...- Jungkook no dejó que Tae siguiese hablando. El pirata tomó sus labios sin permiso dejando en estado de shock al contrario.
Cuando Jungkook soltó sus belfos, Tae los tocó con sus dedos; aun sentía un hormigueo en ellos.
Con su corazón a mil el joven quiere alejarse del pirata pero no puede ya que Jungkook lo toma nuevamente entre sus brazos.
-Eso...eso...- Habló sobre el pecho de Jungkook.-Mi...mi primer beso....eso fue un beso?!!! Me robaste mi primer beso!!!.- Le gritó y Tae quiso separarse y molerle la cara a golpes al pirata.
Mientras Tae no lograba su cometido Jungkook moría de risa.-No te rías!!! Es vergonzoso!!! Yo...-
-Shhh....estás rompiendo el momento romántico principito...- Dijo calmado. –No me importaría morir en tus brazos.-
-No digas eso...-
-Tus labios son dulces, moriría una y otra vez solo con probarlos...Tae tú ya me has matado, desde el primer momento en que nos cruzamos. Me tienes atado a ti y no vas a librarte fácilmente de mí.-
-Jung....Jungkook. Pero...el pergamino decía...-
-No importa lo que diga, voy a estar contigo el resto de mi vida hasta el último día.-
-Pero...-
-Sh! Nada de peros. Te quiero y es lo único que me importa. Oh!! ¿Acaso tu no me quieres?.- Dijo cayendo en la realidad el único que se confesó fue él.
Tae lo mira a los ojos y toma su rostro entre sus delicadas manos. –Si te quiero Jungkook y mucho.- Acercó su rostro y depositó un suave beso en los labios del pirata.
-¿Ya no vas a irte?.- Preguntó Jungkook.
-No puedo hacerlo ahora, pero debes saber que el pergamino dice que...-
-Sh! No lo digas.- Dijo acallando las palabras de Tae con el dedo sobre su labio.-No quiero saberlo. Sólo sigamos así como estamos, haz de cuenta que nunca leíste el pergamino. ¿Sí?.-
-Pero...-
-No Tae. Seamos felices.- Y beso una vez más esos labios rojos, que ya eran una perdición para el pirata.
Viajarían por todo el mundo. Tae visitaría mil y una veces a sus amigos Jimin y Hoseok. Tendrían encuentros con otras criaturas y piratas, algunos amistosos y otros bastantes violentos.
Ellos jamás regresaron al reino de los tritones. Jin y Suga jamás volvieron a ver a Jungkook y a Tae otra vez, y lo supieron cuando esa vela azul del trono de Tae se apagó.
Porque las palabras de aquel pergamino eran ciertas. Muy ciertas.
Un tritón enamorado de un humano moriría rápidamente fuera de su reino, solo sentiría esa felicidad efímera tan pero tan poco tiempo. El humano corría la misma suerte que la criatura, sus corazones unidos dejarían de latir al mismo tiempo.
Y eso ocurrió una tarde mientras el sol se escondía en el horizonte. Ambos cuerpo estaban acostados en el suelo del barco como cada noche lo hacían, esperar a que el sol se oculte para admirar las hermosas estrellas.
-Tengo mucho sueño Jungkook.- Dijo Tae que yacía recostado sobre el pecho del pirata.
-Duerme pequeño, descansa.- respondió Jungkook tomándolo entre sus brazos y acariciando su cabellera.
-Estoy...muy...cansado.-
-Shh...bebé descansa...- Volvió a decir el pirata.
-Jungkook...- Dijo suavemente y apenas audible Tae.
-¿mh?.-
-Te amo.- y luego de ese susurro sus ojos se cerraron.
-Yo también...-Dijo cerrando sus ojos y cayendo una última lágrima de sus ojos.-...Te amo.-
Ambos durmieron por última vez en la tierra, pero del otro lado los esperaba una felicidad eterna.
Dos almas destinadas a vivir eternamente juntas, no las podrá separar ni el peor de los desastres.
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Gracias por haber seguido esta historia hasta acá.
No quise terminar la historia de esta forma pero a lo mejor el final estaba condicionado a que el 28/12 se me murió mi perro. Murió en el medio de la calle, cuando iba a meter su cuerpo dentro de la bolsa de basura la otra perrita no me dejaba hacerlo. Me puso de triste eso, me dio una lástima, esa perrita lo extraña mucho. Se largó a llover y yo cruzando el terreno baldío para dejarlo allí. Todo muy tétrico.
Al fin y al cabo sé que va a estar cuidando mi casa desde el otro lado, porque quiero creer que los animales también tienen alma. Así como en la historia Tae y Jungkook vivirán eternamente felices y juntos.
¿Nos estamos leyendo en otra historia?
Besos!!!
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