¿Juicio o Advertencia?
Estoy en la entrada de un edificio antiguo, se ve que está abandonado por el deterioro que muestra su fachada; ahora que lo pienso no recuerdo como llegue aquí. No recuerdo nada, ni siquiera mi nombre. De repente se abren las puertas y aparece un hombre alto, de postura estática, facciones fría a pesar de eso lo encuentro varonil, está tétricamente apuesto que locura la mía, me pierdo en su enigmática mirada que me desnuda los sentidos cuando le escucho hablarme.
-Adelante, te esperaba.
-¿A mí? -respondo confundida. Cómo si hubiera alguien más, que idiota soy.
Sin pensarlo mucho y sin otra alternativa a la mano. Lo sigo por un ancho y luminoso pasillo que nada tiene que ver con lo derruido de su aspecto exterior, incluso su estructura interna es moderna y hermosa. Muestra detalles de un exquisito colorido que parece un restaurante de lujo con mesas de impecables manteles blancos con bordados dorados. En un extremo hay un gran acuario de peces exóticos ¡Que increíble lugar!, pienso, pero siento que algo no esta bien aquí. Perdida en mis pensamiento no he notado que ya hemos llegado a una mesa, me invita a tomar asiento y me entrega la carta de menú y se aleja.
Definitivamente es un extraño sitio para un restaurante, pienso en voz alta y miro de reojo el menú.
Al poco tiempo, él regresa a la mesa, trae consigo una cerveza bien fría y toma asiento frente a mí.
-¿Te puedo preguntar algo? -dice mirándome fijamente lo que hace que me sienta incomoda.
-Si, claro -respondo inquieta, disimulo bebiendo un poco de cerveza-, si no me queda de otra. Pregunta lo que quieras.
-¿Recuerdas cómo llegaste aquí?
Su pregunta me perturba, estoy deslumbradas con el descubrimiento de este lugar y por supuesto con lo sexi del que creo es el mesonero que no le había dado importancia a ese hecho ¿cómo llegue aquí? Pero... me hace repensar que aún no logro recordar nada, absolutamente nada. Respiro profundo, decido afrontar con cautela mi situación. Necesito saber que está pasando realmente. Todo me parece irreal.
Sonrío, aunque más bien parece una mueca forzada y respondo.
-Sinceramente, no. No sé como llegué aquí, ni por qué no recuerdo nada. Estoy segura que nunca había venido a este lugar.
-Bien. -dice con normalidad y prosigue con una serenidad espeluznante que me congela las canas que aún no tengo.
-Digamos de manera que entiendas que estás en un lugar que llamo El tribunal de las almas.
Lo observo sin comprender de qué carajo va esta vaina. Me siento como niño de preescolar con un libro de química cuántica, ¿¡Ósea!?
-Es algo más o menos así -se adelanta a mi evidente confusión-. Verás, los vivos son como títeres de la vida con un propósito pero... -Aquí va el "pero" que todo echa a perder- A la vez con ciertas libertades a elegir antes de quedar convertidos en maniquíes de la muerte. ¿Comprendes?
Claramente que no comprendo nada, sólo sigo el movimiento de su labios como si hablará chino.
-Escucha bien. -dice con pausa, pero firme en sus palabras-. Tú vida se encuentran unida a los hilos del destino que definen la naturaleza humana que llevas por dentro; está aflora según las situaciones que acontecen en el gran escenario de la vida.
Al escuchar estas palabras, empiezo a comprender lo que esta pasando, no quiero creerlo, estoy tan aterrada de lo que esto pueda significar que a pesar del miedo me atrevo a preguntar.
-¡¿Qué hago aquí?! ¡¿acaso estoy muerta?!... No trates de ocultarlo.
-No te preocupes por eso... Por ahora. El Tribunal de las almas, juzga el bien y el mal de tus acciones en vida para decidir tu destino final entre lo que ustedes llaman el cielo o el infierno.
Trato de insistir en obtener respuestas pero solo esquiva mis palabras y continua con su exposición.
-Como creen que tienen el control. Los vivos creen que todo es cuestión de buenas y malas acciones sin embargo, pueden parecer bondadosos frente a otras personas y cuando llegan aquí muestran la maldad que había en su corazón. O son malvados a los ojos humanos y resulta que sus posibles buenas acciones se torcieron por una serie de hechos que escaparon de su control.
-En fin. -infiere demostrando su esencia-. Mi trabajo es desnudar tú verdadera naturaleza y preparar tu juicio.
Concluye esperando mi reacción que evidentemente es preocupante tanto que quiero correr del aquel lugar.
Siento una presión en el pecho, creo que me desmayaré. Esto no puede estar pasado ¡Dios! ¿Qué pasó? Respiro profundo, decido afrontar aunque en realidad muero de miedo. Necesito saber. Esto es tan irreal que parece una pesadilla.
-Entonces, habla de una vez -chillo perdiendo la compostura-. ¿Quién eres? ¿El camarero de la muerte? ¿Mi verdugo? Porque esto me parece una locura, no recuerdo nada y de seguro estoy muerta, ¿No es así?
-Estár entre la línea del bien y el mal no es sencillo. Es tan frágil, que nadie esta exento de traspasarla. A este lugar han llegado almas que no valoraron su existencia y otras que si supieron vivir su vida; sin embargo, al llegar ante mí han sido condenados por igual a sepulcro abismal por la eternidad porque mostraron su verdaderos sentimientos oscuros y perdieron la oportunidad de regresar a la vida.
En una ridicula rudeza simulada exijo que responda a mis preguntas.
-¿Cómo me vas a condenar? Si no logro recordar mi vida.
-No te preocupes, por el momento solo charlaremos.-dice en un tono amable-. ¿Deseas otra cosa? Puedes pedir lo que quieras, también puedo aclarar tus dudas hasta que llegue la hora del juicio.
-Por ahora no quiero nada, gracias. Tal vez más tarde. -digo apretando mis manos debajo de la mesa y añado sin anestesia- ¿Existe el cielo y el infierno?
Su mirada sigue fija en mí, observa todo mis movimientos como si estudiara o leyera mis pensamientos, que estoy segura que lo hace. Finalmente expone con la tranquilidad que lo caracteriza.
-Hay lecciones que son difíciles de aprender, es simple y a la vez complejo. El bueno se vuelve malo, el malo se vuelve bueno o ¿acaso nunca lo fueron? Ni buenos, ni malos. Digo esto para responder a tu pregunta sobre cielo e infierno y la respuesta es... ¡No!..
Como si fuese un policía de los pecados continua con su intervención:
-Simplemente llegan aquí para ser juzgado. Sin son inocentes tienen la posibilidad de regresar en otro plano, en otra circunstancia o son reencarnados en otra época todo es relativo. De ser declarados culpables serían arrojados al abismo oscuro donde no hay retorno y su alma desaparecería para siempre. Son olvidados.
-¿Desea saber algo mas?
-¿Quien te dio el derecho a juzgar los pecados? En mi defensa puedo decir que la vida en ocasiones es complicada. -prosigo consciente que puedo estar equivocada-, nos enfrentamos a situaciones y conocemos los riesgo aún y así podemos equivocarnos... Eso... Eso es lo que nos hace humanos.
Sin embargo -titubeo-, creo en el libre albedrío en mis acciones, que tal vez sean buenas y tú las juzgaras como malas. Entonces ¿cómo saber que hacer?
Con el rostro serio y cadávericamente pálido por cierto ya no me parece tan guapo como antes, dice enojado:
-No hay excusa que valga para los malos sentimientos además, sus vidas se complican debido a sus actos irresponsables. Son tan descuidados que olvidan que al morir serán juzgados.
Me quedo sin tener que decir, trato de enfocarme en algún recuerdo y no lo consigo. Mi cuerpo ha perdido su calor, el miedo empieza a emerger desde mi interior.
Él me mira y refiere.
-¿Algún problema? Te veo desconcertada, pálida... Asustada.
-Necesito saber como morí ¿Por qué no logro recordar? -suplico como ultimo recurso a esta absurda pesadilla.
-En ocasiones algunos sufren muertes trágicas e inesperadas donde sus recuerdos de últimos momento son borrados para evitar un choque fuerte al llegar aquí.
-También puede suceder que mueren (si se puede decir de este modo) plácidamente que al llegar ellos mismo se dan cuenta de su realidad. Todo dependerá del cómo morirán.
-¡Basta de juegos! Dime la verdad -Estallo de rabia mezclado con temor al sentir mis manos sudar, tiemblo es inevitable. Quiero despertar-. Termina de una vez con este suplicio, a fin de cuentas ya no hay remedio, nada podre arreglar, ya he muerto.
Me cruzo de brazo resignada a ser condenada sin tener la opción de defenderme.
-¿Quieres mi opinión? -dice en tono que parece sincero.
-Si, no tengo otra opción -respondo de manera cortante.
-Dices que ya no tienes remedio. Eso no es cierto. Le enviamos en ciertos momentos de la vida señales muy sutiles que ustedes llaman fantasmas, visiones e incluso presentimientos, pero en la actualidad son tan cerrados de corazón que no comprenden el mensaje.
-Ignoran toda la advertencia por ende el espíritu deja de hacer contacto y terminan por perderse en sus errores.
-Y... ¿De qué forma puedo recuperar mi alma para no ser condenada? -digo recobrando la valentía.
-Mi consejo, si lo quieres aceptar. Presta mayor atención a tu espiritualidad, se menos materialista y mas solidaria con tú prójimo; así cuando llegue tu hora me será más fácil juzgarte.
Sus palabras son una luz brillante, abro mis ojos sorprendida del significado de lo que acabo de escuchar.
-Eso quiere decir que... ¡Estoy Viva¡ pero que sucede entonces, no entiendo.
Como si leyera mis pensamientos, se levanta de la mesa, posa su mano sobre mi hombro. Dirige lo que creo serán sus últimas palabras o mas bien advertencias y expresa.
-Nunca olvides que todos tenemos un propósito en la vida, nacemos para morir, morimos para ser juzgado, nadie puede escapar del tribunal de las almas. Al final son tus acciones las que te traerán ante mí. Seré tu juez o verdugo eso dependerá de ti. Hoy no es tu día, Natalia espero no verte tan pronto.
Todo ha comenzado ha temblar, a desaparecer, siento un estruendo tan fuerte que he perdido el sentido. Alguien me llama.
-¡Natalia! Despierta de una vez. Vas a llegar tarde en tu primer día de trabajo. Vamos despierta dormilona.
Reconozco con alegría la voz de mamá, es ella que como siempre es mi reloj despertador. Todo ha sido producto de un sueño o quizás ¿una nueva oportunidad?
En la mano aun sostengo la carta del menú de aquel extraño "Tribunal de las Almas".
"Sólo tenemos una vida, tan sólo una oportunidad de vivir. Usa ese pase con prudencia porque al final del trayecto nos cobraran a la salida y no habrá tiempo para corregir nuestras acciones."
Fin...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top