—¡Wiwichu a merry crismas, wiwichu a merry crismas, wiwichu a merry crismas...!

—¡¡ANAHAPYNEUYARR!!

Dos tipos pequeños y de la misma calaña, parecidos a un par de jilgueros, el primero con una bufanda amarilla y el segundo con una que en sus buenos tiempos fue roja, están aquí, sí, justo aquí, cantando a todo pulmón algo más bien estúpido, porque no es Navidad, ¿verdad que no? ... ¿eh? ¿¿VERDAD QUE NO??

Tuuuu tuuuuu; se oye el sonido del tren

—Ay, ay, ay, ay, ay, que vengo pisando moscas muertas —dice una voz excesivamente remilgada y asqueada. Entra en escena una mujer más seca que un palo de regaliz, mirando al suelo y recogiéndose el borde de las faldas del sucio y andrajoso vestido. Cuando llega echa una mirada a su alrededor arrugando la nariz con hastío, y se deja caer en la silla del rincón. Mientras tanto, los dos tipejos cantarines ya van por el pasillo, cada uno hacía una punta, parece ser que dispuestos a no verse en un mes.

Pero...¿qué pasa aquí? Esto está muy silencioso y tranquilo. Ah, es verdad, solo acaba de empezar la tarde y a esa hora todos parecen estar bajo tierra. Bueno, aquí te quedas tú, esperando a ver qué pasa ¿pero sabes una cosa? Que lo que vaya a pasar, hay que hacer que pase. ¿Qué quieres que ocurra pues? ¿Un Sí señor con las patas verdes? ¿Un híbrido de bombilla y salamandra? ¿O un grupo de gamusinos? Ah, los Gamusinos...

¡PUM!  ¡PUM!  ¡PUM!  Cañonazooooooooooooooooos

¡Ay, no! ¡Vámonos, vámonos! (vámonos, vámonos, lejos de este paiiiis) Cállate, Consciencia cantarina. ¡Corred, que viene! ¿Pero es que estáis sordos? ¡¡QUE CORRAIS!!  Nada, siguen ahí plantados o_o

El matamoscas                                       (lease como la canción de La Cucaracha)

El matamoscas

Viene para acá

¡PLAS! cae una ¡PLAS! otra 

¡PLAS! 

—AAAAH, AAAAAAH, ¡DEMASIADO CERCA DE MÍ! ¡QUITA! ¡FUERA, FUERAAAA!

............................................ cubramos con un caritativo telón la escena.................................