Cosas que vieeneeen y cosas queee se vaaaaaan, nanananinooo niiinonaaaaa
Y que se pierdeeen asíí y asáá

Nooo, no estás soñando! ¡O bueno, quizás sí! ¡Porque estamos de vuelta en el Tren de la Locura!

Y entonces... BRRUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUMM

Un trueno suena, te estremece, retumba, un sonido fuerte, impactante, magnífico, majestuoso, grandioso, ensordecedor, resonante... Así es el sonido de la onda de choque causada cuando un rayo calienta instantáneamente el aire por el que se mueve entre nubes a más grados que la concha de tu madre, y esta rápida expansión y contracción genera ondas de choque que son las responsables del sonido del Trueno. 

Y como iba diciendo... BRRUUUUUUUUUUUUUMM

Se escucha el retumbar del trueno, y entonces...

—AYAYAYYYYYYYY

Un grito agudo le contesta. ¿Quién es? No lo sé, no lo sabes, no lo sabemos.

Todos se alteran; y se acallan, expectantes.

Y al fin, sus cabezas vemos asomar,

cuidadosamente, con sigilo y acechantes,

como si fuese a caerles un rayo por mirar.

¡Al fin parece que todo ha pasado, la tormenta se ha calmado!

La lluvia amaina, las nubes se despejan, los truenos se retiran.

¡Vuelve el sol, y los mirlos cantando!

Así que centrémonos acá, que no sé cuándo se convirtió esto en un recital.

Sentada en el asiento del rincón, está la Paquita toda deprimida. Oh sí. La pobre se siente sola y desgraciada, piensa que nadie la quiere en verdad, todos la reemplazan y se apartan de ella, porque es un asco y su forma de ser es odiosa (realmente no lo es, pero ella se está deprimiendo cada vez más y por eso se dice que es un ser miserable). Piensa que a lo mejor debería apartarse de todos y dejarlos, ya que nadie la quiere ni la aprecia, piensa que quizá ella sea una carga que debe quitarles a los demás, que por mucho que ella los aprecie ellos no lo hacen y por eso quizá debe sacrificar su vida y sus ilusiones dejando al resto en paz.

¿Creéis que se le pasará? 

Más para allá hay un sujeto, el cual solo está pensando en que debería comprarse unos zapatos nuevos porque los que tiene se le están quedando inexplicablemente grandes. De hecho, no es solo eso; le están pasando unas cosas muy raras. De la noche a la mañana le ha crecido barba de chivo, de repente se encuentra comiendo en el jardín... y luego está ese olor, olor a establo, olor a cuadra. De repente, se le cruza el pensamiento de que su madre es...

Espera, ¿eso que acaba de cruzar es una cabra? Sí, sí, va la cabra corriendo para allá. ¡Y con un mandil encima! ¿Por qué la perseguirá esa señora? Uh, resulta que la cabra le ha robado el mandil. Vaya escenita. Al final, terminan la Cabra y la Señora riñendo por el mandil y tironeando de él, mientras la señora no para de soltarle imprecaciones y la cabra hace lo mismo pero en su lenguaje. Hasta que de tanto tirar, una con las manos y otra con la boca, la cabra rompe el mandil de morderlo, pero finalmente, es la señora la que se queda con él. Y muy quemada se va de allí. Alguien pensó que si esto fuese un comic o unos dibujos animados, estaría todo roja y echaría humo por las orejas cual máquina de vapor. Claro que la señora no estaba en aquel momento para máquinas de vapor, aunque éste no es aquel caso de embarazo escabroso.

Sí, aquel caso que dio tanto que hablar, que fue todo un drama, y que las Brujas Marujas aún comentan de vez en cuando, y cuentan a quien les pregunte, así con voz de cotilleo de alto secreto:

Uuuhh, aquello fue tremendo. —Y las otras corean: Oh, sí, un suceso que quedó grabado para siempre. Un lío de los buenos, el mejor drama que vi nunca—

Y así te cuentan, más o menos, con los típicos cambios del boca en boca, cómo aquella chiquilla, chica, muchacha, moza, o lo que fuese, fue metida en una boda sin consentimiento, y terminó flirteando con el otro amigo...

Osea, que tenía un marido y un amante. Otros cuentan que tenía dos maridos, realmente, pero que uno quedó olvidado. Hay otros que aseguran que también hubo dos amantes, que se metió con el tercero que era el novio de la otra, y otros lo desmienten todo completamente, asegurando que nunca llegó a haber boda, y que aquello fue un teatro...

Pero el caso fue que el amante la dejó embarazada, una noche que estaba ella ida, unos dicen que borracha, otros que drogada, y algunos que solo estaba caliente con AC/DC. Así que se fueron de madre. Y pues, al día siguiente, salió la bomba. Que estaba embarazada. Y al otro que qué había hecho, que la había preñado. Y ahí se armó buena. Que si ella tenía que tomarse la pastilla, que se lo dijo, y la otra que no había sido consciente de nada, y que si tenía que haberse puesto el condón, y que si no podían seguir así, y que qué iban a hacer ahora ellos que eran muy jóvenes, y la chica toda histérica y chillando, y el otro desesperandose, y claro a todo esto los amigos ahí presentes. El otro muchacho, que por cierto era el dicho marido de ella, y la amiga de ella diciéndole al padre toda alterada que como no se hiciese responsable de sus actos lo asesinaba, y el tercero intentando calmar a ésta, y el que decían que era el marido terciando e intentando poner solución, y mientras la joven y problemática pareja no comprometida estaban a punto del colapso nervioso. Hasta que del drama de "fue cosa tuya, fue cosa del otro, haberte tomado la pastilla o haberte puesto el condón", llegó el drama de "y ahora qué hacemos, y... qué nombre le ponemos". Así que ahí, entre prisa y prisa se liaron a decidir el nombre del gusano, él decía que quería uno, ella que no le gustaba, ella decía otro, y no sé qué, hasta que llegaron a uno que les gustó a ambos (también hubo terciaciones por parte de los amigos). Pero entonces juntaron los apellidos de ambos. Algo terrible, fue la opinión general; entre el trauma y la hilaridad. Bueno, entonces se decidieron a zanjar la cuestión porque aquello no podía ser de ningún modo. Así que la chica terminó abortando, que fue lo mejor para todos... y ya no sé qué pasó. Porque eso, ya sería otra historia.

Ése sería uno de los mejores dramas que jamás puedas encontrar por aquí, contado por las Brujas Marujas, que son el almacén general de cotilleos, marujeos, dramas escabrosos, líos y demás sucesos: mejores que un periódico, vaya.

También te pueden contar esa otra historia que comenzaba en febrero, con cierto plan... Pero no, ahora no. ¡Porque ahora están poniendo AC⚡DC en el vagón de al lado, y eso no se puede perder!

Dagaboum, dagaboum, ivin adagabum, ivin adagabum.

Y ahí, subida a la mesa, está ella, con la música en los altavoces a todo zumo. Pelos locos y salvajes, cabeza loca, brazos locos, piernas locas, cuerpo y ritmo loco; una ropa toda jinchu y rara, también loca. Y ella alocada, con el ritmo alocado de la canción, movin' movin'. ¿Qué más quieres? Con eso cualquiera está de subidón, como si te metes coca y te olvidas completamente de todo y eres feliz en esos momentos: eso es ésto, droga. Pero saludable. 

—¡Oye! —dice alguien que ha aparecido. Un muchacho que parece Mowgli.— ¡Eh!

Pero claro, ella no le oye, con la que tiene montada.

—¡Tú, que te llama Julius! ¡Dice que es algo importante, que no se te olvide, de tu trabajo! ¡Que no debe pasar de cinco minutos! —gritándole esto, y dando su tarea por concluida, el sujeto se va.

Pero ella no lo ha oído, ella sigue todo loca con la música. Puede que haberse olvidado de eso y no haber escuchado al muchacho le cueste caro. Pero a ella no le importa ahora, porque ahora no le importa nada, lo ha olvidado todo, lo ha dejado de lado, y está feliz. Shakin' a leg.

Pero ahora, vayamos de una cosa a otra. 

Tengo hambre, dice una voz.

—Yo también tengo hambre —contesta alguien

—¡Todos tenemos hambre!

¿Sabéis? Yo también tengo hambre.

Y entonces una voz salvadora dice:

—¡Macarrones en la cocina! ¡Macarrones! ¡COMIDAAAA!

Y todos, todos, van para allá, corriendo en tropel como una manada de búfalos en plena sabana africana.