Capítulo 6

Tener a Harry dentro de ella se sentía como un sueño hecho realidad. Se había imaginado ese momento incontables veces por las noches, en especial en las noches donde se sentía particularmente solitaria. Pero Dios mío, se sentía mucho mejor de lo que jamás se hubiese imaginado.

Sus besos eran adictivos. Sus labios, una droga. Definitivamente tendría que necesitar rehabilitación después de probarlo. Ninguno de los dos podía, ni quería, parar. La sed que tenían del otro era totalmente insaciable.

Su pasión había durado toda la noche. No importaba lo cansados que estaban, la falta de oxígeno que hacía que sus pulmones ardieran, el sudor cubriendo sus cuerpos, ellos seguían. Lento, pero seguro.

Sus cuerpos se movían al unísono, convirtiéndose en uno solo, al igual que sus almas. Harry nunca se había sentido así con nadie. Nunca había ido más allá de lo físico con ninguna mujer, y por alguna razón su corazón le decía que con Annabeth todo era diferente.

Para él, su propio placer estaba por encima de todo. Pero esta vez, con ella, su prioridad no era él mismo. Estudiaba las reacciones del cuerpo de Anna, sus movimientos, gestos, sonidos, toda la noche giraba alrededor de ella. Quería hacerla saber que para él no significaba un polvo de una sola noche, significaba aún más.

El remordimiento tentaba a Anna en un rincón de su mente, pero el placer del momento lo opacaba. Es un hombre comprometido, por todos los cielos. Tú no eres así, Anna.

Y tenía razón. Ella no era así, jamás haría nada para lastimar a otra mujer a propósito. Pero se trataba de Harry. Su jefe, el hombre que la traía loca desde que comenzó a trabajar para él, cinco años atrás. Trató de llevar ese pensamiento al rincón más recóndito de su mente, ya verían que pasaba por la mañana.

Pero no la dejó dormir. Al terminar su sensual noche con Harry, los dos cayeron dormidos entre sus sábanas, demasiado exhaustos como para moverse, pero los sueños de Anna la dejaban demasiada inquieta hasta estando dormida.

Había soñado con él, dándole un tierno beso en los labios. Harry estaba usando el traje real que ella había confeccionado para su boda, un pequeño botonier adornaba el ojal de sus vestimentas. Se veía tan hermoso, como un ángel. Sus ojos reflejaban tanto amor. Anna sonrió, ¿habían terminado juntos por fin? Todo parecía un cuento de hadas.

Harry le dió la espalda sin musitar una sola palabra. ¿A dónde se dirigía? Anna lo llamó repetidas veces, pero cada vez él se alejaba más, ignorando sus repetidos gritos, hasta que su voz empezó a apagarse.

A lo lejos, pudo divisar a dónde Harry corría con tanta prisa. Miro sus pies, estaba usando sus vestimentas de cama. Volvió a dirigir su mirada hacia él, corriendo hacia Tiffany, esperándolo junto a un sacerdote, vistiendo un divino vestido blanco. ¿En verdad pensó que Harry querría contraerle matrimonio?

Sentía unas manos invisibles arrancándole sus vestimentas a medida que la ceremonia continuaba. Llegaban a la parte del beso, al declararlos marido y mujer, y Anna estaba descubierta en medio de todos los invitados, pero nadie parecía notarla. Estaba de rodillas en en piso, vulnerable, rota, desnuda, mientras Harry besaba a otra mujer en el altar. Trataba de gritar, más su voz no podía escaparse de su garganta.

Se despertó sobresaltada, agitada y tratando de contener la respiración. Volvió a cerrar los ojos y a apoyar su cabeza en la almohada. Estaba tan cómoda, no pensaba moverse ni por el fin del mundo. Hasta que la realidad la golpeó como un meteorito. Mierda, ya vamos a llegar al puerto.

La boda.

-Hey-, escuchó una suave voz a su lado. Cerró más fuerte los ojos, no creía poder aguantar ver a Harry en ese instante, sin importar lo mucho que deseaba verlo recién despertado, con los cabellos alborotados y una sonrisa dormilona. -Pensé que no te levantarías más.

Anna se dio la vuelta entre las sábanas, fingiendo aún estar dormida.

-Vamos, Anna. Ya vi que estas despierta. ¿Te sientes bien? Me tenías muy preocupado.

¿Qué? Era imposible que el rey la llamara por su nombre, ¿o no?

Abrió un ojo y lentamente giró hacia la voz. Ahí se encontraba Harry, sentado en una silla al lado de la cama. No se encontraba en la misma habitación en la que se había dormido la noche anterior.

Dio un buen vistazo a Harry, y se le revolvió el estómago al ver que seguía usando su disfraz de Beetlejuice. Se encontraba de vuelta en el siglo XXI, en la habitación de su jefe. ¿Qué mierda había pasado? ¿Acaso fue todo un sueño?

Su cabeza estaba por estallar. -¿Que ha pasado? -pregunto al hombre sentado junto a ella.

-Te encontré desmayada frente al tocador de mujeres. Espero que no te moleste, pero te traje a mi casa. No sabía a donde mas llevarte para que descanses. ¿Te encuentras bien?

Anna asintió, con una mano frotándose los ojos y la frente, y regaló una pequeña sonrisa a su salvador. -Muchas gracias, señor Styles. Ya me encuentro mucho mejor.

-Harry. Dime Harry.

-Harry. Gracias, de veras. Pero creo que es mejor que ya me vaya a casa-. Anna comenzó a levantarse, pero sintió unos fuertes brazos acostándola de nuevo.

-Ni pensarlo. Necesitas descansar. Tu siempre te preocupas por mi cuando enfermo, ahora es momento de que yo te devuelva el favor a tí.

-¿Y la chica que estaba contigo en la fiesta? ¿Seguro que no le importará?

-¿Quién? ¿Tiffany? No te preocupes por ella, se fue temprano de la fiesta.

Oh, así que ella era la famosa Tiffany.

-Te ves cansado, Harry. Tienes que descansar tú también. Yo puedo recostarme en algún sofá, no quiero estorbar, de verdad.

Harry sonrió, pícaro. Se sentó en la cama y se recostó al costado de Anna, peligrosamente cerca. Acercó sus gigantes manos a la pequeña cara de la morena y le acomodó mechones de pelo que caían en su frente. Le acarició las mejillas y bajó su pulgar a su labio inferior.

Le tomó de la mandíbula y acercó sus labios, robándole un beso que ella silenciosa y desesperadamente pedía.

Anna tenía que admitir, el Harry versión 1800s era más salvaje y sexy, pero el Harry actual era tan delicado y gentil, y eso la volvía loca. Le gustaba más este Harry, su Harry.

Ella no tardó en corresponderle el beso. Era apasionado, lento, tierno, todo lo que ella amaba. Tuvieron que separarse por falta de aire, y porque el dolor el la sien de Anna estaba por matarla. Todavía no estaba segura de qué diablos había pasado, o qué diablos pasaba en ese mismo momento. ¿Fue ese beso parte del sueño? Porque nunca había sentido algo tan real en su vida.

Harry le acarició las mejillas nuevamente. -Te ves tan bien con el cabello desparramado en mis almohadas. -Sonrió él, juguetón, y le regaló un guiño.

Espera... ¿qué?

c'est fini

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Aaand that's a grap!
Muchas gracias a todos por leer esta historia, sugarbabeniall y yo nos divertimos muchísimo escribiendo esto. Ojalá les haya gustado. Nos leemos pronto 💚

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