Capítulo 8: Conflicto
El Ente interrumpió a los que peleaban, mientras que Isaías corría encontrarse con sus compañeros para avisarles de lo ocurrido, sin embargo, a la vista de todos apareció la misma persona que peleó contra Ray aquella vez que ayudaron a Laj, y con un rayo perforó el pecho de Garats.
—Esto es sólo una advertencia, cada vez que se encuentren conmigo, alguien morirá a menos que enfrente a ese maldito que me desafió —enunció aquél individuo a la vez que desaparecía.
En aquél momento, el cuerpo del maestro se puso frió, y se detuvo a decir:
—Digan a toda la Alianza que los demonios han regresado, y por favor, destruyan ese madito barco — y exhaló su último aliento, el maestro supremo había caído. Todo eso dejaba dudas.
Francine hizo de nuevo sus invocaciones y de un fuerte impacto acabó destruyendo el navío, mientras que Isaías se comunicaba con Tomoko y Alejandro para avisar lo ocurrido. Era un día negro para la Alianza Universal.
Mientras tanto, Una mujer llegó a la plataforma de combate en un helicóptero, y le habló a Miranda:
—Bien, supongo que mi señora podrá usar este cuerpo —a eso unas figuras se dibujaban en el suelo del cuadrilátero, se iluminaron y destello cegó a los acompañantes de la mujer. La boxeadora no tuvo ni tiempo de reaccionar.
—Cuanto tiempo Lilith —dijo la mexicana, pero su mente había abandonado su cuerpo, ahora era Venus para los griegos, pero sus nombres eran demasiados, siempre relacionados a la feminidad.
A todo esto, Jean y Phantam se habían reunido, y la conversación inició:
—¿Para qué me pediste que viniera, Alexandre? no creas que he olvidado lo que sucedió antes del Torneo Challenge —dijo el mercenario.
—No vengo para discutir esto, sino a entregarte información vital para la Alianza, supongo os muchachos te acompañaran en su posible última batalla, y este tal vez es mi último robo —contestó el ladrón con cierta tristeza.
—¿A qué te refieres? —dijo el peleador francés con cierto curiosidad y preocupación.
—Eché un vistazo a esos documentos esperando información sobre cuentas bancarias o porquería relacionada con delitos, pero sinceramente me arrepiento de haber leído aquello —arguyó el hurtador con miedo.
—¿Que leíste? —repitió Jean
—El fin del mundo tal y como lo conocemos, nuestro mundo volverá a sus dueños —contestó Phantam.
Mientras que Kashack se disponía a viajar de nuevo al futuro...
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