Pasaron unas horas desde que dejo solo al peliplateado en la biblioteca y el azabache tenia algo de miedo de que el haya aprovechado esa oportunidad para poder escapar, de nuevo.

Estaba al frente de la puerta con todos detrás de él dándole apoyo. Abriendo la puerta encontrándose con una gran sorpresa.

Que el lugar estaba diferente que la ultima vez que vino, la mayoría de los libros estaban estaban sobre la mesa y algunos en el suelo y procediendo a entrar vio a Atsushi leyendo un libro que jamás había leído.

Atsushi se percato de la presencia de Ryunosuke, que dejó su lectura de lado..

- Hola- Saludo el peligris.

- Veo que sigues leyendo- Decía mientras mas se acercaba.

- Si, nunca leí tanto libros en un solo día.

- Parece que tienes razón y ¿Qué estas leyendo?

- Bestia bajo la luz de la luna, la oí en uno de nuestros viajes y siempre quise leerlo.

el azabache solo escuchaba al peliplateado hablar sin parar pero con la alegría en su sonrisa y en sus ojos era lo que mas le gustaba.

- Pareces un Jinko- Confundiendo a Atsushi

- ¿Jinko?

Al escuchar la pregunta a Ryunosuke sele noto un leve sonrojo. Pues le había dicho sin pensarlo primero. 

- Pues por el kanji japonés de hombre tigre, porque representas mucho al personaje principal de la obra- Dando una excusa no tan convincente- Si no quieres que te llame así. . .

- No-Agarrando una de sus patas- Puedes llamarme así la veces que quieres Ryunosuke.

Era la primera vez que Atsushi decía el nombre del azabache, en ese momento formaron un lazo de amistad, bueno es lo que pensaron todos espectadores que estaban mirando desde lejos.

- Ranpo pasaste tiempo con el ¿Verdad? - Pregunto Dazai.

- Si así es - Respondió Ranpo- Aunque no entiendo su interés por los libros de misterio, no están basados en la realidad.

- ¿Y crees que es el indicado?- Pregunto Kouyou.

Sabían que si Ranpo les confirmaba su corazonada, seria algo bueno. 

- No creo mucho en la cosas de indicado pero les puedo decir que tiene mayor probabilidad que cualquier otra persona, pero recuerden que tiene que enamorarse del amo  primero.

- Y como sabremos que se esta enamorando de el- Pregunto Kunikida.

- Fácil, a los enamorados le salen unas ronchas en sus cuerpos significando que se aman uno del otro.

- ¿Eso es cierto?

- Si, anótalo.

Una hoja y una pluma aparecen y Kunikida empieza a notarlo y Dazai se voltea.

- No era enserio.

Kunikida rompiendo la pluma, empuja a Dazai provocando que choque con la pared.

- Me disculpo, ya vuelvo.

Salió del lugar llevándose a Dazai. Los demás solo cerraron las puertas para evitar que los dos oyeran a Kunikida gritándole a Dazai mientras este suplicaba por ayuda.

- Supongo que algunas costumbres no cambian- Fue lo que dijo Ranpo antes de irse del lugar también.

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Después de un rato tanto Atsushi como Ryunosuke caminaron por el exterior del castillo, mirando el paisaje de aquel hermoso lugar, cuando llegaron aun puente Ryunosuke se detuvo para observar el rio congelado y como el sol reflejaba a través del hielo.

- Es como si fuera la primera vez que lo veo.

Atsushi solo le sonrió y retomaron de nuevo su camino.

Hasta llegar donde se encuentra el caballo de Atsushi.

El azabache intenta acariciarlo pero al caballo empieza alterarse, por suerte el peliplateado logra tranquilizarlo y agarrando la mano de el se acerca poco a poco hasta que logra tocar al caballo.

Atsushi los deja solos para que Akutagawa pueda disfrutar ese momento y viendo como el sonríe con alegría.

Que gran bondad descubro ahí
Aunque al principio rudo y malo lo creí
Ahora se que el no es así
No se porque yo esto en el jamás lo vi

De pronto agarra una bola de nieve y se lo tira pero para Ryunosuke no es nada y este hace una mas grande y le lanza cayendo en su cara haciendo que cayera al suelo.

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Después en el comedor los estaban comiendo algo de sopa.

Miro hacia acá me pareció
Y al estar de cerca no me rechazo
Nunca se fue lo ignorare
Mas sin embargo nunca me a mirado así

Los dos se acercan un poco mas en la mesa y Ryunosuke toma la sopa sin las cucharas, el al darse cuenta se detiene pero no le molesta a Atsushi así que deja sus cubiertos y agarrando su plato empieza a sorberlo, para después que los dos sorbieran la sopa juntos.

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Desde su cuarto, Atsushi leyendo un nuevo libro escucha algo que lo hace ver por la ventana. Mirando a Ryunosuke paseando a su caballo.

Su calidez alarma
Que sorpresa la que recibí
No es un gallardo príncipe
Pero hay mucho que no pude ver antes en el

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Los dos estaban biblioteca buscando mas libros para leer juntos, mientras los demás solo veían.

Nadie pensó

Que bendición

Nadie soñó

Como iba ser que al juntarse algo increíble resulto

Eso es tan raro
Hay que esperar

Hay que esperar que siga así
Y puede ser que haya algo mas ahí

Y creo yo
Que puede ser que haya algo mas ahí

Y puede ser que haya algo mas ahí

Todos se fueron dejando solos, aunque Kyoka algo confundida ya que no entendía muy bien lo del amor.

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Después de un rato los dos salieron del lugar cada uno con diferentes libros, Atsushi había terminado el suyo pero le dio curiosidad que leía el otro.

- ¿Qué lees?- Pregunto el peligris acercándose. Pero el otro trataba de ocultarlo pero el ya había leído el titulo- Ginebra y Lancelot.

- Bueno en realidad, es el Rey Arturo y la mesa redonda, con las espada y todos eso.

- Pero es del genero romance.

- Tu ganas.

Atsushi solo sonreía.

- Oye- Llamando la atención del azabache- No te agradecí por salvarme de los lobos.

- Pues yo no te agradecí por no dejar que los lobos me devoraran.

A pesar de su buena relación aun tienen ese sentido de competencia que los unía mas.

- Y no te agradecí por sacarme de mi soledad- Ryunosuke estaba confundido- En mi aldea todos creen que soy diferente pero no el buen sentido

- Tu aldea suena horrible- Decía de forma de broma para animarlo.

- Estoy mas solo ahí que en tu castillo.

- Y no te gustaría escapar a otro lugar.

- Me encantaría pero ¿A donde ir?

De pronto a Ryunosuke se le ocurrió una idea que podría funcionar y agarrando la mano de Atsushi con delicadeza. El muchacho algo confundido por la actitud del Azabache pero confiando en el dejo que lo guiara de nuevo al castillo.

Dentro de el, los dos se encontraban en la biblioteca, Ryunosuke buscaba sin cesar algo, mientras Atsushi lo esperaba, cuando finalmente lo encontró solo lo agarro y lo llevo donde se encontraba el peligris.

- Es un regalo que me dio la hechicera- Mientras le muestra- Un libro que te ayuda a escapar.

Limpiando el polvo que tenia.

- Es asombroso- Decía mientras desvía el libro.

- No, es solo un castigo mas- Con una mirada fría- El mundo no tiene espacio para bestias como yo pero si para personas como tu.

Los dos se acercaron las manos hasta que se tomaron.

- Ahora piensa en un lugar que deseas ir- Mientras ponía la mano del joven sobre el libro- Piénsalo y siéntelo en tu corazón.

Atsushi solo cerro los ojos y pensó en muchos lugares donde poder ir y conoce, pero escogió uno en particular, solo sentir el latido de su corazón sabia que era ese lugar que tenían que visitar.

Cuando por fin lo deicidio sintió como eran transportados y al abrir sus ojos vio que se encontraba dentro de un molino.

- Jinko ¿a donde nos trajiste?- Pregunto Ryunosuke mirando sus alrededores.

- Paris. . .- Fue lo único que respondió.

- Adoro Paris- Respondió un poco alegre ya que no visitaba este lugar desde hace mucho tiempo- ¿Qué lugar quieres visitar primero? Notre Dame o los campos Elíseos.

De pronto Ryunosuke noto algo diferente en Atsushi cuando que empezó a caminar por todo el lugar y examinarla.

- Es mas pequeña de lo que recuerdo.

Acercándose una pequeña mesa  que tenia cartas y un retrato de dos adultos con un bebe, ya que resulta que aquí era donde vivía Atsushi con sus padres antes de que ellos murieran.

Es el París de mis recuerdos
Días que no puedo olvidar
Entre escombros yace frágil
Un artista en soledad
Recordar es fácil
Duele comenzar
Cuando París y mis recuerdos
No están

Después de recorrer todo solo quería ver el paisaje por la ventana. De pronto vio una pequeña llave tirada en el suelo al cual solo lo recogió le trajo nostalgia con solo verlo.

- ¿Qué le paso a tus padres?- Le pregunto

- No lose, papa no tuvo el valor para decirme aun la verdad y después de un tiempo deje de preguntar.

Al no estar muy acostumbrado a este tipo de situaciones el azabache solo miro por un lado, pero viendo algo que lo llamo la atención. Al acercarse noto inmediatamente que era.

- Una mascara de doctor . . .- Atsushi se voltea y va directamente donde se encuentra- Peste. . .

Al oír, sus piernas tambalearon, parecía que quería desmayarse y recordó todo.

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Recordó como un doctor revisaba a su madre, echada en una cama.

- Elise como se encuentra el otro paciente.

Recuerda a una enfermera revisando a su padre que estaba en un sillón.

- Con mal estado, Rintaro.

- Supongo que no tenemos opción.

Los dos miraron a un pequeño niño que seguía llorando y que agarraba fuertemente una cajita musical.

- Por favor doctor que no se contagie- Suplicaba la pobre mujer debilitada.

- Descuide, Elise llévate al niño al orfanato mas cercano.

Decía mientras que preparaba todo.

Elise agarro al niño e intentaba alejarlo del lugar pero el no dejaba.

- ¡¡Papa!! ¡¡Mama!!!- Gritaba sin cesar el niño no quería abandonarlos.

Pero fue llevado ala fuerza y cayendo una pequeña llave al suelo y viendo por ultima vez a su padres.

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Atsushi al recordar todo solo cayo al suelo y unas lagrimas salieron de sus ojos, recordó algo que su propia mente había bloqueado. 

- Lamento por decir que tu padre era un ladrón. . .- Dijo el azabache arrepentido por sus palabras y acciones del pasado. Cuando intento a parar a Atsushi el solo seguía llorando.

Ryunosuke solo podía limpiar sus lagrimas pero de repente Atsushi lo abraza fuertemente como si fuera un peluche pero le permitió que se desahogara todo las emociones que tenia.

El conocía bien el dolor de perder aun ser querido, esos sentimientos de culpa de no poder salvarlo la tristeza de que jamás vas volverlos a ver, pudo comprenderlo.

- Volvamos- Decía con gran tristeza en su corazón solo Akutagawa asintió agarrando el libro y volviendo al castillo.

Continuara. . .