⏳Extra 1⏳

POV Samy

La alarma me despierta en el primer pitido. Abro los ojos y la apago. Me estiro lo más que puedo para alejar cualquier signo de pereza y finalmente me levanto.

Voy hasta la ducha para darme un baño de agua fría, de lo contrario no podría iniciar el día con pie derecho. Mucho menos cuando es sábado y también tengo que madrugar por ir a la universidad.

Bufo.

Solo a mí se me ocurre tomar horarios tan temprano un fin de semana.

— ¡Samy! —escucho el grito de mamá y sé que tengo que apresurarme por bajar.

— ¡Voy!

Estoy lista lo más rápido que puedo y salgo de mi habitación para ir a desayunar.

— ¡Muy buenos días! —saludo con energía.

— Buenos días, princesa —papá me saluda con una sonrisa radiante.

— Hasta que te dignas en bajar, muchachita —mamá me regaña.

Hago puchero hacia mi papá y este ríe divertido.

—Deja a nuestra hija en paz, lo importante es que ya está aquí para desayunar —dice en mi defensa y lo abrazo por detrás para luego besar su mejilla.

—Gracias, papito bello.

Mamá rueda los ojos.

— De nada sirve que controles el tiempo, si no aprendes a llegar temprano a clases.

—Ma, sabes que no me haría problema en atrasar unos minutitos y llegar a tiempo, pero... —tomo asiento al lado de papá.

—Pero —me interrumpe con mirada severa —no te lo tengo permitido.

Suspiro.

— Ves... no es mi culpa entonces.

—No es su culpa —me apoya mi papá entre risas.

Mamá niega, estando consciente de que esta pelea la tiene perdida y se sienta en la mesa con papá y conmigo para desayunar. Conversamos acerca de los planes del día y al final nos levantamos para que cada uno pueda salir a cumplir con sus responsabilidades.

— ¡Hasta más tarde! ¡Los amo! —grito desde la puerta y salgo de casa.

Camino algunas cuadras hasta llegar a la parada del autobús y espero hasta que el pinche transporte se le ocurra pasar. Si no llegaba dentro de 5 minutos, ahora sí que llegaría tarde.

— Buenos días —habla una persona llegando a mi lado.

—Buenos días —respondo observándolo.

Al segundo lo reconozco y me pongo rígida.

Es David, el mejor amigo de Christopher. Y tengo que admitir que muero de ganas por preguntarle por él. Deseo tanto saber cómo sigue en el extranjero. Debe extrañar mucho a su familia y amigos.

Me muerdo la lengua para evitar tentaciones.

— Disculpa ¿tienes la hora?

—Eh, sí —miro mi reloj en la muñeca —Son cuarto para las 7.

— ¡Carajo! Voy a llegar tarde —espeta y me asusto un poco. — Gracias —agradece y detiene un taxi.

Sube a él y luego ya se ha marchado.

Estuve tan cerca, pero tan lejos de tener noticias sobre Chris.

Mi transporte llega luego de lo que parece ser una eternidad y como lo había sopesado, llego con 15 minutos de atraso. Entro a mi salón en silencio y el profesor es el único en asentir y sonreír por mi llegada. No es por presumir, pero si no fuese por mí, esta clase seria un poco aburrida y quizá nadie entendería al profesor. Soy la típica preguntona que no se queda con la duda de nada, mucho menos, cuando vemos física avanzada.

Desde que entré a la universidad me he dado cuenta que me gusta mucho aprender, pero sobre todo, enseñar. Quizá algún día sea maestra.

La clase culmina antes de las 10 de la mañana y puedo regresar a casa, pero decido dar una vuelta antes de hacerlo.

Me siento en un pequeño bar y pido una gaseosa con una empanada. A estas horas del día me moría del hambre.

Empiezo a comer tranquila, mirando los noticieros con atención.

— En otras noticias... un ecuatoriano deslumbró a los cantantes Ricky Martin, Laura Pausini y Alejandro Sanz con su maravillosa voz —dice la reportera y comienzan a mostrar imágenes de la noticia.

Casi escupo todo lo que tengo en la boca, cuando veo a Christopher cantando "Tal vez" de Ricky Martin frente a los jurados.

Oh por Dios.

Chris fue a una audición.

Escucho todo el reportaje con atención y no puedo evitar sonreír como tonta. Una lágrima empieza a rodar por mis mejillas de recordar lo mucho que le escuchaba hablar sobre sus sueños de ser un gran cantante algún día, claro, aunque me tocase escucharlo desde lejos.

Me dan ganas de abrazarlo y apretujarlo en cuanto veo su carita nerviosa y emocionada luego de que ha cantado. Se ve tan frágil ante los imponentes jueces, como si fuese un niño pequeño ante personas grandes.

Sonrío.

El recuerdo de cuando conocí a aquel niño pequeño viene a mi mente una vez más y me hundo en mis recuerdos como una loca enamorada.

Inicio Flash Back

Me estaba muriendo del hambre. Mi panza gruñía mucho, como si mis tripas se estuvieran comiendo entre sí, pero no podía quejarme, había sido mi culpa quedarme sin lunch. No debí salir corriendo del aula, así no me hubiese caído y mi comida estaría sin tierra.

Mis ojos se humedecen, empiezo a llorar.

— Hola, niña bonita —miro a mi lado y es un niño que no había visto antes.

—Mi nombre no es niña bonita —refunfuño —Es Samy.

Él sonríe.

—Samy es un bonito nombre —vuelve a sonreír y siento algo raro en mi estómago. Debe ser el hambre.

— ¿Y cuál es tu nombre?

— Chris —Se sienta a mi lado y me mira. — Y ¿por qué llorabas?

—Me quedé sin comida —señalo el suelo, donde aún mi lunch estaba tirado y lleno de tierra.

Asiente y mira su lonchera, vuelve a mirarme y sonríe.

—Te daré del mío —dice y empieza a sacar un sándwich que parte por la mitad. —Toma.

Lo miro sin saber porqué está haciendo eso y lo tomo de sus manos.

—Gracias —doy un mordisco  —Está muy rico —sonrío.

—Mi mamita es una gran cocinera —habla con orgullo y asiento.

Me brinda jugo de su botella y así es como terminamos de comer todo. Mis tripas se habían quedado tranquilas.

El timbre suena y él se pone de pie recogiendo todo.

—Para la próxima no llores, solo llama al príncipe Chris y él vendrá en tu rescate.

— ¿Entonces serás mi príncipe azul? ¿Cómo en los cuentos?

—Sí —sonríe.

— ¿Entonces yo soy tu princesa?

— Sí, eres mi princesa Samy.

— ¿Entonces nos casaremos y tendremos un gran palacio?

Se acerca y me da un beso en la mejilla, siento mi rostro caliente.

— Sí... nos casaremos cuando seamos grandes —me sonríe y luego se despide de la mano.

—Entonces prometo hacer unos sándwich tan ricos como los de tu mami —digo a pesar de que él ya se había marchado. —Nos vemos, príncipe azul.

Fin Flash Back

Esa fue la primera y la última vez que vi a mi príncipe del kinder. Mamá tuvo que cambiarme de escuela por problemas económicos, y no lo volví a ver. Sería muchos años después que lo volvería a encontrar en el colegio y caería en cuenta que vivíamos muy cerca.

Ese día corrí a mi habitación y busque el dibujo deforme que había hecho de los dos. Un príncipe y una princesa tomados de la mano y comiendo sándwich. Y bajo ellos nuestros nombres mal escritos.

Cris + Sami

Sonrío ante el recuerdo y me siento emocionada por Christopher. Ahora podría ser tan feliz como siempre había soñado.

Sé que con su talento llegaría a mucho... Y desde ahora, me declaraba su fan incondicional.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top