Capítulo 63 - No me sueltes
Cuenta regresiva: 3.5
(Sí, 3.5 porque es cortito jaja ❤ Sufran con su lectura 😭)
POV Samy ❤
— ¿Qué? —inquiero evidentemente asustada ante su loco pedido.
Debe estar de broma.
Toma mi rostro entre sus manos y me mira directo a los ojos.
— Solo las horas necesarias... antes del accidente —explica y le miro perpleja.
Sé lo mucho que Christopher ama a David, pero no sé que podría acarrear una decisión como esta. Ya cambié muchas cosas la última vez.
—No lo sé, Christopher —digo con duda.
—Pero lo hiciste por mí —arremete. —Ahora puedes hacerlo por él.
Algo me decía que diría aquello. Y no lo culpo, simplemente hará lo que sea para convencerme.
—Porque no podía permitir que te suceda algo... fui débil, Christopher. —digo esto último como un susurro. —Tú eres mi debilidad.
—Y yo estoy siendo débil ahora mismo, pero no puedo hacer nada al respecto... Pero tú si tienes el poder para ayudarlo, solo basta con que lo decidas —dice, casi rogándome.
—Pero... sabes que jugar con el tiempo de esa forma es... es demasiado peligroso —me alejo de él y me abrazo a mi misma.
El tenerlo tan cerca y que me mire de esa manera no me permite pensar con claridad.
— ¿Jugar con el tiempo? ¿No es acaso lo que estabas haciendo últimamente cuando me visitabas? Adelantar o atrasar horas para tu deguste —me reprocha y le miro de inmediato, dolida.
Golpe bajo.
Nunca pensé que me diría eso, pero tampoco puedo decirle algo al respecto cuando sé que tiene razón.
Tengo todas las de perder.
—Pero esto es diferente, Christopher. Me estás pidiendo que impida una muerte —me muerdo la lengua de inmediato por haber dicho eso.
—No es cualquier muerte, Samantha. ¡Es David! Y si me conocieras un poco, sabrías que soy capaz de dar mi vida por él.
Lo sé, lo sé perfectamente.
Pero, aveces, cuando se trata de cambiar sucesos, eso sólo significa cambiar muchas cosas más. Y eso es lo que me da miedo.
¿Si salvo a David, pero luego le sucede algo a su familia, o peor, a él?
—Si cambio el rumbo de los sucesos, sabes que hay una probabilidad muy alta de que cosas importantes cambien —digo lo que estoy pensando para que entre en razón. —Efecto mariposa —me pongo quisquillosa.
—No me importa. Nada importa mientras David vuelva a estar bien —comenta decidido.
Y sé que no puedo hacer nada más.
No doy respuesta alguna, permanezco varios segundos evaluando mis opciones y haciendo cálculos rápidos e inexactos. Aún me duele la cabeza por el golpe que me produjo el choque.
—Creo que tendré que atrasar por lo menos seis horas —digo finalmente y sonríe, aliviado y feliz.
Casi creía que nunca más lo vería sonreír de esa manera. Así que decido no echarme para atrás.
—Gracias, gracias, gracias, Samy —me abraza realmente emocionado. —Eres la mejor.
—Sabes lo mucho que quiero a David, pero más que por él, lo haré por ti.
—Te has ganado el cielo, Samy.
—Me basta con que tú estés feliz, Chris —beso su mejilla en despedida, pues ya no volvería a estar con él, sino con el Christopher de hace algunas horas. —Ahora, quiero estar sola. Necesito hacer bien los cálculos en mi cerebro —niega y frunzo el ceño.
¿En qué carajos está pensando?
— ¿Piensas hacerlo sola?
— ¿Y cómo más? —pregunto obvia y sonríe.
Ay no.
—Tengo que acompañarte —sentencia y me asombro por su respuesta, pese a que ya sabia que lo diría.
Este hombre no tiene remedio.
—Claro que no, Christopher.
— ¿Por qué no? Si vas sola, mi yo de hace horas atrás no sabrá nada de lo que planeas hacer —explica y tiene razón, pero aún así no es suficiente, no es tan fácil como él cree.
—Pero puedo contárselo. Sabe mi secreto, así que no tendría problemas.
—De acuerdo, tienes razón, pero yo aún así no estaría consciente de lo que viví aquí... Y quiero experimentar qué se siente saber que logré salvar de la muerte a mi mejor amigo.
No es justo que me mire de esa manera, lleno de ilusión y de entusiasmo. Como si fuese la aventura de su vida.
—Christopher, no sé que podría pasar. Nunca he intentado retroceder el tiempo con alguien... Y cuando lo hice sin querer, terminamos aquí —explico un poco alterada y toma mis manos para ayudarme a estar tranquila.
Lo logra como por arte de magia.
—Pero me has llevado a otros lugares, y si puedes hacer eso, también puedes manejar el tiempo en compañía... Además, sabemos perfectamente que lo que sucedió aquella vez fue producto de un error. Esta vez todo saldrá bien, amor —besa mi frente. —Quiero estar contigo y ayudarte —me abraza.
Con este cabezota no se puede.
—De acuerdo, Chris. Te dejaré que me acompañes —suspiro rendida. —pero te diré que es más difícil de lo que crees.
— ¿De qué hablas?
—Escucha... Cuando tú y yo lleguemos allí, en ese tiempo habrá una Samantha y un Christopher viviendo su vida normal —intento explicar. —Lo que significa que tendremos que tomar sus lugares...
— ¿Te refieres a asesinarlos? —inquiere horrorizado y se me escapa una carcajada.
Con Christopher paso de la seriedad a la risa en tan solo segundos.
—No, tonto. Pero es casi como si los matáramos. —Pestañea varias veces y suspiro —una vez que nos topemos con ellos desaparecerán y nosotros tomaremos su lugar.
— ¿Desaparecen?
— Sí, como si nunca hubiesen existido. Eso sucede porque no pueden haber dos Christopher o dos Samantha de una misma edad o apariencia en un mismo lugar. Por ello nosotros tomaríamos su lugar —culmino con la explicación y asiente pensativo. —Claro, eso si es que no salimos rebotados y volvemos hasta aquí.
—Creo que entiendo.
— Pues ahora que entendiste eso. El problema es cómo hacer que te topes contigo mismo, recuerda que los chicos durmieron en tu casa.
—Tienes razón —dice pensativo.
—Debemos buscar una hora y un lugar en el que te encuentres a solas.
—Quizá podría aparecerme en el baño mientras todos duermen y así tomar el lugar del Christopher que está durmiendo —sugiere y creo que es una excelente idea.
—Sirve a la perfección. ¿A qué hora se durmieron?
—A las 4 de la mañana —sonríe.
—Ya lo imaginaba —ruedo los ojos —Entonces tendré que regresar el tiempo hasta las 5 de la mañana por lo menos —asiente y yo lo imito.
Me abraza sin decir más y luego me mira con atención.
—Te amo, pulgüita. Gracias por esto —besa mis labios con cariño y no puedo evitar sonreír.
Amo demasiado a este hombre como para hacer esto.
—También te amo. Y sabes que haría cualquier cosa por ti, mechitas... ¿Estás listo?
—Estoy listo.
Tomo sus manos y cierro los ojos, luego de que él haga lo mismo. Pienso en la hora, 5 de la mañana del día de hoy en mi cabeza y el lugar, su cuarto de baño.
<< 5 am... cuarto de baño... 5 am... cuarto de baño... 5 am... cuarto de baño >>
Me concentro lo mejor que puedo, pero mi cabeza duele horrorosamente.
Siento que estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano, mucho más que antes, lo que me hace empezar a sentir la humedad de la sangre rodar por mi nariz hasta llegar a mis labios y una corriente que me traspasa el cuerpo.
Abro los ojos sintiendo que esto no está funcionando. Y me llevo una gran sorpresa al darme cuenta de que no nos encontramos en el hospital, pero tampoco en algún lugar físico o tangible. Todo a nuestro alrededor no es más que energía fluyendo y nosotros flotando entre ella.
Algo no está bien aquí.
Empiezo a notar cómo Christopher está desapareciendo, al igual que yo.
— ¡Christopher! —grito desesperada y él abre los ojos.
Cuando se da cuenta de lo que sucede me mira asustado.
—Samy, ¿qué es esto? ¿qué pasa? —dice mirándose a si mismo.
—No lo sé —digo en pánico —pero creo que no funcionó. ¡Saldremos rebotados!
En cuanto intento acercarme a él, algo parecido a un relámpago nos golpea.
Varias imágenes empiezan a reproducirse frente a mis ojos, algo así como una película siendo adelantada muy rápidamente. Distingo entre todas ellas que es mi anterior vida, mi vida normal sin Christopher y no comprendo más lo que sucede. Siento a mi cerebro colapsar y quedarse sin fuerzas, como si algo dentro de mí se hubiese averiado.
De inmediato pierdo la conciencia.
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