Capítulo 42 - Sentimientos encontrados

Capítulo dedicado para la bella ladycncowner2204 ❤😘 Muchas gracias por apoyarme, me encanta saber que te gusta lo que escribo... Besotes y mucho amor!! 😍 Este capítulo es tuyo 🌟

Una semana había transcurrido desde la tontería que hice con Christopher y no lo había vuelto a ver más que en una ocasión que me puso su cara asesina.

La verdad no me importaba mucho que se haya enojado conmigo por eso, ya era hora que alguien le baje los humos de creer que puede conseguir a toda mujer que se le pase por enfrente.

¡Aish, es que lo odio, pero lo amo a la vez al desgraciado ese!

—Srta. Rodriguez, acerquese a la dirección, por favor, la solicitan —habla mi profesor de matemáticas sacándome de mis pensamientos y me pongo de pie. —Por cierto, antes de que salga... permitame agradecerle su ayuda con la preparación de la clase de hoy —me dedica una sonrisa orgullosa. —Creo que usted tiene un gran futuro como maestra.

—Gracias a usted por confiar en mí, estoy a la orden cuando lo necesite, profesor —respondo alegremente y él asiente.

Salgo del salón y camino hasta la oficina de la rectora. En cuanto entro varios alumnos también están allí, entre ellos Christopher.

Me dirige una mirada de enojo y luego me ignora.

Sí, le di donde más le dolía.

—Bien, creo que todos están presentes —habla la rectora —los cite porque como saben son los mejores alumnos de nuestra institución y al ser parte de aquel grupo, tienen la oportunidad de representarnos en eventos escolares de importancia... Bien, este viernes a las 10 am se realizará un congreso en un colegio vecino y necesito de su participación allí —explica y todos asentimos de acuerdo con ella. —Por cierto, no es necesario llevar el uniforme ya que se les entregará identificaciones por cada colegio. Así que no olviden ir muy guapos y presentables —termina de decir todo muy animada. —¿Alguna pregunta?

—Yo tengo una —hablo llamando la atención de todos.

—Diganos Srta. Rodriguez.

— ¿Qué tanto tardará el evento?

— ¿Tiene algún inconveniente con que termine un poco tarde?

—Pues...

— Quizá solo se va a ver con el novio —habla Christopher antes de que yo lo haga.

¡Pinche metiche!

— ¿Celoso acaso, Sr. Vélez? —pregunto enarcando una ceja y rueda los ojos.

—Ya quisieras, niñita —comenta con una sonrisa petulante y juro que muero por golpear su cara bonita.

Todos nos miran con cara de "¿qué carajos sucede aquí?" y preferimos recuperar la compostura y hacer como si nada ha pasado.

—Señora rectora no se preocupe por mi pregunta, puedo solucionar cualquier contratiempo —respondo sonriéndole con incomodidad.

Tendría que buscar una manera de llegar a tiempo al hospital con mis niños.

Nos retiramos de vuelta a nuestros salones y veo a una de las chicas que estaba con nosotros entregarle un papel a Chris. Lo más obvio es que sea su número de celular.

Decido ignorarlo antes de que me agarre un ataque de celos y termine jalándole las mechas, y no a la chica, sino a él por mujeriego y tonto.

(...)

Y el bendito viernes había llegado.

Lo único bueno de todo esto era que al menos me salvaba de ir a clases por ir a aquel evento. Pero aún seguía preocupada por no poder llegar a la hora indicada para mis clases.

—Samantha, ¿a qué hora se supone que estarás lista? —toca la puerta mi mamá.

Estaba aún tratando de aceptar mi imagen frente al espejo. Era muy diferente verme puesto un vestido con mi cuerpo de adulta a ahora con cuerpo de puberta apenas desarrollada. Y es que tampoco me veía tan mal, pero sin duda no era lo mismo.

— ¡Ya casi salgo, ma! —digo poniéndome los zapatos de tacón y acomodando mi cabello. Ahora asimilaba tener unos 18 con el poco maquillaje que me había puesto.

Salgo de la habitación y me mira de pies a cabeza.

—Estás guapísima, mi amor —me estruja los cachetes y río un poco raro al tener mi cara aplastada por sus manos.

Me suelta y sonríe.

—Gracias, ma... Y ya me voy antes de que se haga tarde —deposito un beso en su mejilla y camino hasta la puerta para salir.

Camino con agilidad aun teniendo puesto los zapatos y detengo un taxi. Definitivamente si la Samantha de este tiempo se hubiese puesto zapatos así, se hubiese ido de oreja en varias ocasiones, pero yo tenía mucha práctica y por ello no tenia inconveniente alguno.

Llego al evento y me acerco al grupo de alumnos que identifico de mi colegio. Nos entregan una bonita identificación que teníamos que colgar de nuestro cuello, así como una pequeña libreta junto con un bolígrafo.

Aún no estábamos todos completos, pero nos permitieron pasar y acomodarnos hasta que el evento de inicio.

Me siento en donde noto que no hay muchas personas aglomeradas y espero con tranquilidad mientras dibujo cualquier tontería en la libreta.

—Así que ¿Samantha Rodriguez? —pregunta Christopher llamando mi atención y sonríe. Ha leído mi nombre en mi identificación.

¿Acaso no le pareció suficiente la humillación que le hice como para que me venga a buscar aún así?

Mi corazón se acelera al verlo tan guapo con su traje negro, pero otra parte de mi quiere darle una patada en las bolas por el mismo motivo. Este chico tiene la habilidad de convertirme en una bipolar.

Se sienta a mi lado sin pedir permiso y trato de mirar al frente para ignorarlo.

—Samantha es un nombre bonito —habla casual y sigo sin decir nada. —Oye, es incomodo estar aquí y hablar solo.

—No te estoy reteniendo, puedes irte.

Escucho una carcajada y al fin decido verlo.

—Sabes que, esto te sonará raro, pero me caes muy bien —dice y pestañeo sorprendida.

¿Y eso qué carajos significa? ¿Acaso le gusta que lo traten mal?

—Ah, que bueno —respondo únicamente y vuelvo mi mirada al frente.

—Ni siquiera entiendo porque eres tan fría conmigo.

—Porque te conozco lo suficiente y puedo decir que no me gusta tu actitud.

— ¿Y mis besos?

— ¿Qué? —pregunto volviendo a mirarlo sonrojada y ríe con picardía.

—Lo sabía, yo te encanto y solo tratas de hacerte la difícil —bate las pestañas y pienso en lo irritable, insoportable y engreído que es.

¿Por qué no puede ser un poquito como el Christopher del 2020?

Más maduro, más amable y sobre todo menos gato.

—Christopher Vélez, eres el último chico sobre la tierra con el que quisiera salir ahora... Buscame cuando madures —me pongo de pie fastidiada y me voy lejos de él a sentarme a otro sitio.

(...)

—Ves, te lo dije, Samy —habla mamá —Ahora al parecer ese chico está interesado en ti.

Había decidido contarle todo y desahogarme con ella.

—Ma, no está interesado en mi, él lo único que quiere es demostrarse a si mismo que tiene la suficiente aptitud como para conseguir la mujer que desee... pero se equivocó conmigo —digo enojada y me mira con interés.

— ¿Quién te entiende? La Samy de 16 años estaría muriendo de la felicidad estando en tu lugar... creí que tú igual.

—Sí, no te equivocas... y eso es porque la Samantha de 16 años seguiría ilusionada con el Christopher que era un niño lindo y sonriente... Al igual que yo hace poco —digo triste —Nunca había conocido tan de cerca a Chris con esta edad... siempre pensé que era algo obvio que muchas chicas mueran por él por lo "linda persona" que era, pero estoy dándome cuenta de que no es así. ¡Gato mujeriego!

— ¿Entonces ya se te está quitando el enamoramiento por él?

—Digamos que estoy comenzando a odiar al Christopher de ahora pero que sigo perdidamente enamorada del Christopher de mi tiempo —explico un poco pensativa.

No podía borrar de un momento a otro un sentimiento que había crecido dentro de mí desde pequeña, pero el Chris de 16 años me sacaba dequicio.

—Esto es tan confuso —dice mamá negando y río.

—No te preocupes, ma, yo estoy igual de confundida.

—Samy... ¿y si él cambiara su actitud?

— ¿A qué te refieres?

—Si ese chico cambiara su actitud por una que te guste más ¿lo aceptarías?

—En primer lugar, ma —digo dubitativa —él no comenzará a madurar hasta que le toque vivir muchas cosas difíciles —menciono simplemente para no revelar eventos futuros, en este caso lo que le tocará vivir con su familia y que lo obligará a viajar al exterior. — por lo que dudo mucho que cambie su actitud ahora... En segundo, si pensamos en un caso hipotético donde de la nada el Chris de ahora madure, sinceramente no creo que se fije en alguien como yo... Y en tercero, aunque eso sucediese, que estoy segura que no sucederá ni aunque vuelva a nacer, no podría involucrarme con él.

— ¿No?

— No, mamá... ¿olvidas el efecto mariposa?

—Ah, sí, el efecto del bicho ese —dice rodando los ojos y me hace reír. —Mejor descansa un poco, recuerda que mañana tienes que volver al hospital por la mañana.

—Tienes razón, descansa también tú.

Me da un beso en la frente y sale de mi habitación. Me cubro con mi sábana súper gruesa, y me quedo dormida finalmente.

(...)

Otro mes más había pasado frente a mis narices, como si el tiempo se estuviese burlando de mí.

No podía creer que ya estábamos en Noviembre... uno de los meses en los que más solía emocionarme porque mi crush de toda la vida cumplía años.

Y es que ya casi llegaba aquel día y el Christopher de este tiempo cumpliría 17. Pero la verdad es que muy lejos de estar feliz, estaba realmente triste.

Tomo el marcador rojo para encerrar el día de hoy, 22 de noviembre, pero mi vista se dirige al numerito 23. Suspiro comenzando a sentir muchas cosas en mi interior.

Sonrío recordando todas las fotos que había subido Christopher al instagram por su cumpleaños número 25, se lo notaba tan feliz y sonriente. Los chicos estaban a su lado en muchas de ellas con una torta en mano, misma torta que luego llegó a parar a la cara de Chris y todos parecían morir de la risa por ello... Aquel mismo día, por la noche, tuvieron un concierto... las CNCOwners le cantaron el Happy Birthday a todo pulmón y él casi llora de la emoción.

Fue una hermosa presentación, pero jamás imaginaron que fuese la última.

Una lágrima se escapa de mi ojo y rueda por mi mejilla al dirigir mi vista al numerito 25... el día en que mi vida cambiaría por completo y la vida de Chris llegaría a su fin.

— 17 años, Christopher —susurro para mi misma —tienes que disfrutar los 8 años que te quedan lo mejor que puedas —digo con el corazón roto y ya no puedo evitar llorar sin parar.

Me siento inútil... impotente... una buena para nada... ya no podría volver a intentar retroceder el tiempo y ayudarlo. De ahora en adelante cada 23 de noviembre no significaría para mi un feliz cumpleaños, sino un año menos de vida para el único chico que pudo robarse mi corazón.

Empiezo a sentir una rabia que no puedo explicar y empiezo a romper todo en mi habitación.

Sin duda había entrado en un ataque de pánico... moría de miedo al pensar en una vida sin Christopher, sin los chicos, sin CNCO alegrando a miles de personas con sus locuras divertidas.

Mamá abre la puerta de inmediato y me mira asustada. Solo puedo razonar y reaccionar para correr a sus brazos y llorar sin parar.

Quería morirme antes de esperar a que pasen los años y que llegue aquel trágico día.

— Ma, ya no puedo con esto.

— ¿De que hablas, bebé? —me abraza con fuerza y no respondo.

Cierro los ojos con fuerza y pienso en aquel momento del 25 noviembre del 2020 poniendo toda mi energía en tratar de concentrarme, un dolor de cabeza intenso inca mi cerebro y después ya no siento nada.

Creo haberme desmayado.

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