Capítulo 37 - Inesperado
Dedicado a Jhuly_Vitoria1215 😍❤ este cap es para ti nena... Con todo mi love 😘 Espero te guste.
Una semana había transcurrido y al fin mi mami regresaría a casa con todos nosotros.
Había sido realmente difícil y agotador ir y venir del hospital, pero finalmente todo valía la pena ahora que podía salir de esa habitación libre de cables, enfermeras y doctores que sentía que molestaban a mi mami aunque probablemente no sea así.
—Hola, mi amor —saluda mi mami lo más emocionada que puede demostrar y la abrazo despacio para no lastimarla.
—Hola, mamita. Me ha hecho mucha falta.
—Y tú a mi, precioso. ¿Cómo te fue en los exámenes? —pregunta sin perder tiempo y sonrío.
—Muy bien, mami. Logré remediar todo lo que ocasioné y ahora estoy libre —respondo satisfecho.
—Que bueno, mi amor. Aunque es una lástima que aún así no puedas viajar a Argentina —dice triste y tomo su mano.
—Mamita, sé que puedo ganarme mejores oportunidades, confíe en mí.
—Está bien, bebé. Confío en ti —me apretuja entre sus brazos y sonríe feliz.
Subimos al auto y Jonathan conduce para regresar a casa.
En cuanto llegamos y abrimos la puerta, mi mami es sorprendida por familiares, amigos y vecinos que la quieren mucho.
— ¡Sorpresa! —gritan al unísono.
Mi lita se acerca a abrazarla emocionada y ambas se ponen a llorar.
En cuestión de minutos casi que se ha organizado el fieston y todos lucimos más felices que nunca.
Me acerco a Samy quien está ocupada ayudando a Karen poniendo bocaditos en la mesa y la abrazo por detrás tomándola por sorpresa.
—Me asustaste, tontito —dice y río.
—Lo siento, mi amor —dejo un beso en su mejilla y Karen sonríe.
—Ya quisiera yo que David fuese así.
—Flaquita, no digas mentiras, tú sabes que soy capaz de morir por ti —David se acerca y le roba un beso.
Mi lita viene de la cocina y acomoda la torta en medio de los bocaditos.
—Se los ve tan lindos juntos —menciona con ojos ilusionados —pero deja las muestras de afecto para después, muchacho —me da un golpe suave con el trapo de la cocina y me alejo de Samy riendo.
Camino hasta donde mi lita y la abrazo por detrás para llenarla de besos.
—No se ponga celosita, abuelita. Usted sabe que la amo también —digo meloso y niega divertida.
Decido irme para no molestarlas más y voy hasta donde mi mami para hacerle compañía.
Dos horas después era el momento adecuado para darle la sorpresa tan esperada a mi mami.
— ¿Están listos? —pregunto a David y los demás chicos. Ellos asienten y toman sus instrumentos para acomodarnos en la mitad del salón.
Llamo la atención de todos dando unos golpecitos en el micrófono y les sonrío.
—Hola... Primero quiero agradecer su presencia, por ser parte de todas las personas que aman a mi mami, es un gusto y un placer tenerlos aquí —aplauden y silban —Y en segundo, quiero dedicarle una canción a mi mamita hermosa, la cual escribí desde el fondo de mi corazón —me acerco a besar la frente de mi mami y tomo su mano para empezar a cantar.
—Usted que me enseñó a caminar... Usted que me enseñó a volar... 🎵
Mientras canto mamá ha empezado a llorar y no puedo evitar hacerlo también.
—Usted que me dio la vida... Usted... Solo gracias a usted... 🎵
https://youtu.be/zvlpZzfBcBw
Culmino la canción con los aplausos de todos y abrazo a mi mami aún con lágrimas en los ojos, tan solo pidiéndole a Dios que me regale muchos años más para tenerla a mi lado.
Ahora su bienestar estaba en mis manos... y haría todo lo posible para darle lo mejor.
Mi mami llena de besos mi rostro y sé que pese a todo ella está feliz y orgullosa por mí, lo puedo ver en sus ojos.
—Gracias, mi amor... Te amo mucho, eres la bendición más gran que me ha dado la vida —dice sonriendo y Jonathan hace puchero.
— ¿Y entonces yo que soy? —se cruza de brazos y todos ríen.
—Los dos son mis más grandes bendiciones —corrige riendo y ambos la abrazamos.
Sin percatarnos, David se acerca a nosotros y también se une al abrazo. Los presentes ríen y tanto Jonathan como yo lo miramos sin entender.
— ¿David? —inquiero levantando una ceja.
— ¿Qué? La señora Yenny también es como mi mamá —explica como si fuera tan obvio y rueda los ojos.
—Ven aquí, entrometido —dice Karen y se lo lleva halándole de la oreja.
Mi amigo es todo un mandarina.
(...)
Alrededor de las 6 de la tarde ya se habían marchado todos, simplemente nos habíamos quedado quienes limpiaríamos todo.
—Ven a descansar un poco, mami. —Jonathan ayuda a mi mami a pararse del sillón y luego la conduce escaleras arriba hasta su habitación.
Tomo una escoba para limpiar el confeti y el resto de basura de la casa, pero Samy se ríe en cuanto me ve haciendo el intento.
—Se nota que jamás en tu vida has limpiado tu casa —arrebata la escoba de mis manos y empieza a barrer. —Estabas dejando basura debajo de la mesita, amor... Si vas a hacer las cosas mal, mejor no las hagas —me reprende y luego ríe.
—Bueno, barrer no es lo mío, pero soy mejor en otras cosas —hablo con picardía y subo y bajo las cejas.
Me mira sin entender y luego se sonroja cuando ha captado el mensaje.
—Eres un pervertido —susurra mirando que no haya nadie cerca y me da con la escoba en la cabeza.
—Auch, de veras que eres salvaje —digo sobando el punto exacto del golpe.
—Tú te lo buscaste.
Me da la espalda para seguir limpiando y me acerco hasta estar detrás de ella.
Decido molestarla un poco más, me encanta cuando se sonroja.
—Aunque admito que eso también me fascina —susurro en su oído con tono seductor y dejo un beso húmedo en su cuello.
Noto como un escalofrío le recorre la columna y me mira con desaprobación.
—Deja de hacer eso —me regaña con las mejillas como tomate.
—Yo se que te gusta —le saco la lengua. — ¿O ya olvidaste la semana pasada cuando...?
— ¡Christopher! —dice casi gritando y llama la atención de los demás.
David, Karen, Jonathan y José nos miran con curiosidad y les sonrío con inocencia.
— ¿Cuándo lo repetimos? —pregunto mordiendo mi labio inferior y me mira como si estuviese loco.
— ¿Estás bromeando? —pregunta con cara de horror. — ¿Y quieres hablar más bajo?
—Está bien —hablo muy bajito para que solo ella me escuche. —Quiero hacerlo de nuevo.
— ¿De verdad?
—Sí, ese momento fue mágico... Y ya ha pasado una semana —hago carita triste y rueda los ojos riendo.
—Pero aquella noche estábamos solos —explica. —No creo que se pueda ahora.
— ¿Puedes escaparte una vez más? —pregunto como si se tratase de lo más emocionante de la vida. Y de hecho lo era.
Estaba loco, eso era claro. Pero no podía evitar las hermosas y sensuales imágenes que rodeaban mi cabeza cada vez que miraba a Samy.
— ¿Qué estás tramando?
— ¿Puedes venir a eso de la 1? —pregunto batiendo las pestañas —A esa hora todos están durmiendo —explico y me mira pensativa.
—Sí, si puedo —habla sonrojándose.
— ¡Gracias, Señor! —chillo de felicidad y me vuelve a pegar con la escoba.
—Bien, ahora deja de pensar en cochinadas y ayuda a limpiar un poco.
— ¡Sí, jefa!
(...)
—Mijo, ¿aun te quedarás despierto? —pregunta mi abuelita levantándose del sofá para irse a acostar.
Ya era casi media noche. En casi una hora Samy estaría aquí.
—Sí, lita, aun no tengo sueño —digo mirando al televisor como si fuese lo más entretenido.
—Bueno, mijo. No te quedes hasta muy tarde —asiento y me da un beso en la frente. —Buenas noches.
—Buenas noches, lita hermosa.
Sube las escaleras y me quedo solo.
Espero media hora y apago el televisor. Subo las escaleras tratando de no hacer ruido y trato de escuchar algún movimiento en cualquiera de las tres habitaciones, pero no sucede nada.
Finalmente todos están dormidos.
Mi celular vibra y se ilumina la pantalla mostrándome una foto de Samy conmigo.
— Hola, nena —digo en un tono de voz bajo. — ¿Ya vienes?
— ¿Es seguro ir? ¡No pienso arriesgarme por tus calenturas, Christopher!
Trato de no reírme y me tapo la boca. Bajo despacio las escaleras y tomo aire.
—No te voy a obligar si no quieres venir, Samy.
—Claro que quiero, tonto —dice muy efusiva y sonrío. —Pero me da miedo que nos cachen.
—Prometo que no pasará.
—Está bien, estoy allí en cinco.
—Te amo —digo de inmediato y sé que le he robado una sonrisa.
— ¿Ahora entiendes por qué no me puedo negar a ti? —ríe y respira profundo. —Donde nos cachen te corto las pelotas, Christopher... Te amo —dice y corta la llamada.
Exactamente 5 minutos después abro la puerta principal con cuidado de no hacer ruido y Samy ya está esperándome.
Lleva puesta su pijama y un abrigo por encima. Noto que esta vez parece un poco más arreglada, eso me hace sonreír.
— ¿Me vas a dejar aquí fuera o qué? —llama mi atención.
Tomo su mano y la hago entrar robándole un beso fugas.
—Intenta no hacer ruido —susurro y asiente.
Subimos lo más despacio que podemos hasta mi habitación y cierro la puerta con seguro de inmediato, volviendo a tomar todo el oxígeno que estaba evitando por no hacer el mínimo ruido.
Miro a Samy que sonríe con gracia y no pierdo tiempo en besarla apasionadamente.
—Pero que urgido está el nene —dice con la respiración entre cortada.
—No te imaginas cuanto, mi amor —beso su cuello y saco el abrigo que se interpone entre su cuerpo y mis manos.
Lleva un lindo sujetador rojo de encaje. Enarco una ceja y sonrío con picardía.
—Esta vez no hay gatos —dice graciosa y ambos reímos.
Nos tapamos la boca el uno al otro para no despertar a todos y cuando nos hemos calmado, seguimos con lo nuestro.
(...)
—Quiero esto todas las noches —susurro en su oído mientras beso su espalda desnuda.
—No creo que podamos abusar así todas las noches, mechitas.
—Pero puedes seguir escapándote y yo esperándote... Y quizá intercambiar los papeles —sugiero y se gira para estar frente a frente.
—Eres una muy mala influencia, Christopher Vélez.
—Todo por tenerte entre mis brazos cada noche —digo y beso la punta de su nariz.
—Me lo pensaré... pero definitivamente nunca en mi casa, me da mucho más miedo que nos descubran allí que aquí —explica y ríe. —No me lo imagino.
—Está bien, pulguita.
Me besa con cariño y luego reposa su cabeza en mi pecho mientras dibuja círculos con su dedo alrededor de mi ombligo.
— ¿Sabes qué?
— ¿huh? —me mira con atención y sonrío animado.
—Desde este lunes buscaré empleo...
— ¿Empleo?
—Síp... Es la mejor manera de ayudar a mi mami en su condición.
—Ehh... eso creo —dice poco convencida.
—Además estoy pensando en estudiar alguna carrera... ¿tienes alguna idea de una universidad que sea realmente buena aquí en Loja? —pregunto entusiasmado y solo me mira fijamente.
— ¿A qué te refieres? —pregunta sentándose y frunciendo el ceño.
—Amor, lo que escuchaste... Quiero estudiar una carrera... He estado pensando en Comunicación Social o Publicidad y Marketing —digo sin quitar mi sonrisa del rostro pero ella parece estar en shock.
Esto era algo que he venido pensando todo este tiempo desde que mi mami estuvo en el hospital.
No quería abandonarla ahora que más me necesitaba, y sobre todo, no pensaba en abandonar a Samy después de que nos entregáramos en cuerpo y alma el uno al otro.
No podría vivir tranquilo sin tener cerca a mi mami o a Samy... Definitivamente me quedaría para siempre en mi país, aunque eso signifique abandonar muchas cosas importantes para mí.
— Y... ¿tu carrera como cantante? —pregunta insegura. — ¿Acaso vas a abandonar tu sueño?
—No, claro que no... Empezaré a dedicarme más a ello también. Ya sabes, hacerme conocer yo mismo; buscar la manera de captar al público... —sonrío y tomo su mano — Ya tengo a mi primera fan ¿verdad?
Samy parece mirar a la nada y saca su mano de mi agarre muy de repente.
—Estás bromeando ¿verdad? Sabes que aquí en Ecuador es muy difícil tener una gran carrera musical.
Parece enojada.
—Lo sé, pero no es imposible... por eso también quiero un título —explico —No solo viviría de la música, también de un trabajo estable.
— ¡No, Christopher! —alza la voz y me asusto un poco. —No puedes hacer eso ¿entiendes? —se levanta de la cama y empieza a vestirse luciendo muy afectada por todo lo que le dije.
¿Qué le sucede?
Empieza a caminar de un lado a otro y noto que sus manos están temblando.
Me levanto también y solo me pongo mi pantalón del pijama.
— ¿Por qué estás así Samy?
—Christopher, escucha... ¡Deja de pensar tonterías! ¡Tu no eres un chico de estar trabajando en una oficina o algo así! ¡Tampoco eres un chico que se merece ser poco reconocido en el mundo de la música!... ¡Tú naciste para ser grande! ¿Entiendes? —dice todo muy rápido y niego.
—Gracias por pensar así, amor... Pero una vida así es lo que deseo, es lo que me hará feliz... Un buen trabajo, un pasatiempo divertido, tener a mi familia cerca... estar contigo —sonrío feliz y me da una bofetada.
Parece estar muy alterada, pero solo puedo reaccionar para llevar mi mano a mi mejilla adolorida y mirarla sin entender.
— ¡Estás loco si crees que voy a dejar que hagas eso! —grita y miro asustado hacia la puerta. — ¿En que estás pensando?
—Samy...
—Samy nada —me interrumpe. —Entiende que estás tomando una mala decisión.
— Es la mejor decisión que he tomado en mi vida —digo alterándome un poco también.
— ¡No! ¡CNCO es la mejor decisión que has tomado en tu vida, Christopher Vélez!
Se ha quedado impactada tanto como yo de lo que ha gritado.
Escucho un ruido que parece una puerta de una de las habitaciones abrirse pero no le hago caso.
— ¿Qué has dicho? —pregunto comenzando a temblar y me siento sobre mi cama sin dejar de mirarla. — ¿Dijiste CNCO, Samy? ¿Cómo sabes tú de eso?
Abre la boca queriendo decir algo pero vuelve a cerrarla. Empieza a llorar y niega.
¿Qué carajos está sucediendo?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top