Capítulo 28 - Dedicatorias
Don Ignacio nos había conducido hasta el lugar que según José era perfecto para acampar.
Nos tardamos alrededor de 20 minutos para llegar por una carretera empedrada, pero en cuanto bajamos y observamos el lugar todos nos quedamos boquiabiertos. El lugar estaba adornado por muchas flores y una enorme cascada que desembocaba en un río enorme.
—Wow, este lugar es hermoso —dice Karen asombrada y José sonríe con orgullo.
—Este es el lugar donde mi familia y yo siempre acampamos. Sabia que les encantaría... Ahora bien, tenemos que apresurarnos con las tiendas antes de que anochesca. —señala tomando una gran bolsa y abriéndola con rapidez —Chicas, ¿podrían ir a buscar leña para la fogata?
—Claro, encantadas —responde Samy y toma de la mano a Karen.
—Yo ayudo a las chicas antes de irme —dice Don Ignacio y los tres desaparecen de nuestra vista.
Media hora después han vuelto con la leña suficiente para toda la noche. Y las tiendas ya están puestas.
Son casi las 7 de la noche y él lugar se ha tornado bastante obscuro.
—Listo chicos, yo me voy... ¿Están seguros que trajeron todo?
—Sí, tío. Ya todo está verificado —responde José.
—De acuerdo, vengo por ustedes mañana a las 9 ¿bien?
— ¡Sí! —respondemos todos y Don Ignacio se sube a su coche para posteriormente marcharse.
El silencio llena el lugar y todos escuchamos con atención solo el sonido de la naturaleza durante varios segundos. El agua de la cascada golpeando al caer en el río, los grillos, el sonido del viento, el ruido de la leña quemándose... Todo era perfecto.
Samy toma mi mano y me sonríe. Yo le devuelvo el gesto y ambos miramos al cielo.
Era el cielo más estrellado que había visto en mi vida.
—Es hermoso —susurra Samy y vuelve a sonreír —Viviría aquí sin problemas por toda mi vida.
—Yo igual —respondo —pero solo si tú estás conmigo —me mira conmovida y me abraza.
—Ya tortolitos, hay que empezar con nuestra noche espectacular —nos interrumpe José.
Nos acomodamos alrededor de la fogata y como por arte de magia éste saca varias cosas de una mochila y convierte el fuego en una cocina portátil.
— ¿Eso es arroz? —pregunta David asombrado.
—Sí, pela. No iba a venir aquí solo a comer chucherías.
Todos reímos por la ocurrencia de José. Es que de verdad parecía que había traído toda una despensa en la mochila.
Al menos eso hacia feliz a mi estómago que empezaba a rugir como un oso.
(...)
Karen y Samy son las que más aplauden cuando David termina de cantar.
—Ahora le toca a una de las chicas —dice David y Karen se horroriza.
— ¡No! Yo canto tan feo que puedo atraer a un oso —dice graciosa.
—Aquí no hay osos, nena —responde David riendo.
—Aún así, prefiero no arriesgarme. Que cante, Sam —dice sonriéndole a Samantha y ella solo niega.
—Yo tampoco canto bien —dice riendo y arruga la nariz.
—No importa, me encantaría escucharte —la animo y suspira derrotada.
—Dale pues, no puedo decirte que no a ti —rueda los ojos y todos aplaudimos.
— ¿Ah si? —pregunto subiendo y bajando las cejas en broma y me da un manotón.
Auch.
¿Esta mujer come espinacas acaso?
—Deja de ser un pervertido, Christopher —dice riendo.
— ¿Y qué toco? —pregunta David quien era el guitarrista designado.
Frunce el ceño mientras piensa y luego parece tener una respuesta.
—Mmm... ¿sabes las notas de Estar contigo?
—Clar....
Interrumpo a David y le quito la guitarra.
—Yo la tocaré —digo sonriendo y me miran con asombro. — ¿Qué?
—Christopher, no solo basta con tocarla literalmente, sino también entonarla —menciona riendo Jonathan y le tiro un pedazo de madera que recojo del suelo.
—Lo sé, idiota —digo fastidiado.
— ¿Y tú de cuando acá sabes tocar la guitarra? —inquiere David y quedo en jaque.
Buen punto.
Cuando tenia 17 no tocaba ningún instrumento, era un asco... pero ahora sé muy bien entonar la guitarra y con ayuda de Zabdiel estaba aprendiendo a tocar el piano también.
—He visto tutoriales —digo simplemente para restarle importancia y los tres chicos ríen.
—Pela, no basta solo con ver tutoriales cuando no tienes una guitarra con la cual practicar —da su punto de vista José y todos asienten.
Carajo.
¿Y ahora qué invento?
— ¿Acaso estamos en un interrogatorio? ¡Dejen en paz a mi novio! —habla Samy enarcando la ceja y niega. —De acuerdo amor, puedes empezar.
Asiento con una sonrisa y empiezo a tocar los acordes, de inmediato ella empieza a cantar.
— Estar contigo, es como tocar el cielo con las manos... como el sol de un primer día de verano, como en un cuento, estar contigo.
Estar contigo... desvelando uno por uno tus secretos, descubriendo todo lo que llevas dentro... Lo dejo todo por un momento de estar contigo.
Yo siento que tu compañía es el mejor regalo que me dio la vida... La fuerza que me empuja a seguir adelante... De todo lo que tengo es lo más importante.
Estar contigo es como un sueño... del que no quiero despertar, si abro los ojos y no estás... Vivir contigo, es mi deseo... es todo lo que quiero hacer porque a tu lado puedo ser... Solo yo misma, tan solo yo misma... 🎵
Deja de cantar y está ligeramente sonrojada.
—Wow —habla David estupefacto —De seguro muchos osos tomaron el primer vuelo a Ecuador para hacernos pedazos —dice y estallamos en risas.
Samantha me dedica una mirada asesina y dejo de reírme, aunque no por mucho tiempo.
—No sé que me sorprende más... Que Christopher de la nada sepa tocar guitarra tan bien o lo feo que canta Samantha —se burla ahora Jonathan y Samy le lanza una pequeña piedra que él logra esquivar. — ¡Oye! Eso estuvo cerca, mujer. ¿Qué tienen ustedes dos con andar lanzando cosas?
—Ups, lo siento —sonríe con malicia y le doy un beso en la sien.
—No les prestes atención. A mi me encantó escucharte, preciosa —digo con sinceridad.
Pese a que definitivamente Samy no canta nada bien, me fascinó el cómo me miraba mientras cantaba... Nunca había experimentado esa sensación ni con la voz más bonita de una de las ex novias que tuve hace mucho tiempo.
—No mientas —dice avergonzada y la abrazo.
—No estoy mintiendo, princesa. De verdad, gracias por dejarme escucharte —la hago sonreír finalmente y me da un beso.
—Bien, pues ahora te toca cantar una a ti en recompensa por haber hecho el ridículo —dice volviendo a estar animada y asiento.
—Toma —digo devolviendo la guitarra a David. Le hablo al oído para decirle cual quiero que toque y luego asiente.
—Listo, pela.
Los acordes de la guitarra vuelven a llenar el silencio y antes de empezar a cantar tomo la mano de Samy.
Le sonrío y la voz sale de mis labios más como susurros.
— Yo solía pensar que sabia quien eras tú... no sabía que dentro de ti, yo iba a encontrar la luz... no sabía que existía un mundo así, no sabía que podía ser tan feliz.
No no no no no oh uh...
Y la vida pasaba de largo vacía sin emoción, no había nada flotando en el aire abrazándome el corazón...
Y llegaste tú y el mundo me abrazó... Y llegaste tú y el mundo se paró...
Y llegaste tú y me sorprendió el poder que había en este amor... Y llegaste tú, una bendición... aún recuerdo el momento en que todo cambió...
Y llegaste tú y me sorprendió, el poder que hay en este amor... Y llegaste tú, una bendición... aún recuerdo... Cuando llegaste tú.
Hoy que estoy en tus brazos recuerdo mi soledad... Y me río pensando en las veces, que yo te dejé pasar...
Y llegaste tú y el mundo me abrazó... Y llegaste tú y el mundo se paró... 🎵
Continúo cantando y noto como Samy sonríe mientras se le han hecho agüita los ojos.
Pocos minutos después termino la canción y todos aplauden y silvan, pero yo sólo puedo concentrar mi atención en la hermosa chica que está a mi lado y me mira con ternura.
—Cuando llegaste tú, mi vida no volvió a ser la misma, Samy... Te quiero... Te quiero con todo mi ser —musito para que ella sea la única en escucharme y me abraza totalmente emocionada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top