Capítulo 20 - Recuerdos del futuro
Reposo mi frente sobre la de Samy para pensar... ella está callada y sorbiendo constantemente por la nariz. Ni siquiera le quiero preguntar porque ha llorado, porque tampoco quiero decirle mi razón de que también se me hayan escapado algunas lágrimas.
Afuera aún está lloviendo, la intensidad ha bajado, pero el frío desgarrador sigue igual.
Samy estornuda con fuerza y me alejo para observarla.
—Ves, te dije que te enfermarías —ella solo sonríe apenada y la abrazo. Aunque no creo que sirva de algo dado el hecho de que también estoy empapado.
—Creo que deberíamos ir a casa... no quiero que te enfermes por mi culpa, Chris —susurra y niego.
—El resfriado valdrá la pena después de esto —digo con cariño y le sonrío.
Me mira de una manera que no entiendo y se vuelve a poner de puntillas para besarme.
Es un beso rápido, pero igual de suave. Cierro los ojos y al segundo se separa de mi.
—Oye, eso no se vale.
—Solo quería asegurarme de que no estoy soñando esto —dice pensativa.
—Tienes razón... Yo también quiero asegurarme —ella sonríe y vuelvo a unir nuestros labios.
Creo que no tendría problemas en acostumbrarme a esto.
—Yo también te quiero, Samy —digo recordando sus palabras y asiente con una sonrisa.
—Lo sé
— ¿Lo sabes?
—No te bañarías bajo la lluvia por cualquier persona, Vélez... Te conozco —susurra esto último y mueve un mechón que estaba sobre mi ojo.
— ¿Qué tanto me conoces?
Sé perfectamente que todo lo que sabe de mi, tiene que ver sobre todo con el verdadero Christopher de este tiempo. Yo soy un poco diferente, he cambiado para bien, así que no quiero que siga teniendo ideas sobre mí que ya no existen.
—Te conozco lo suficiente como para saber que eres totalmente diferente a lo que los demás piensan —habla y me siento satisfecho con eso.
—Creo que yo también te conozco muy bien.
— ¿Estás seguro?
—Completamente —ella ríe y me abraza.
—Aveces puedo ser una cajita de sorpresas, Christopher.
—Pues estaré preparado para esas sorpresas —digo y beso su cabello.
La lluvia estaba empezando a parar.
—Creo que ahora si podemos ir a casa —digo y ella asiente.
Salimos del parque y empezamos a caminar en silencio.
— ¿Puedes cantar para mi un poco? —pregunta.
Pienso un poco en algo para cantarle y asiento.
—Para enamorarte... voy a ser quien llega primero a tus sueños, y así también dormida podrás besarme... Para enamorarte, voy a cantarte...
Para enamorarte, voy a ser quien siempre te escribe canciones, él que te quiere a ti las cuatro estaciones, no importa si llueve yo voy a cuidarte... —me detengo y río. —Oye, literal me hiciste salir en pleno diluvio para salvarte —ella ríe por el comentario y me da un pequeño empujón.
—De verdad que eres una nena, mechitas.
— Y tu toda una macha, pulguita —tomo su mano y la entrelazo con la mía. De esa manera seguimos caminando.
Pasamos mi casa y avanzamos hasta la de ella, hasta llegar a la puerta de su casa.
— ¿Paso por ti mañana?
—¿Pasar por mi?
—Sí, podría acompañarte a alimentar a nuestros bebés —digo sonriente.
Ella comienza a carcajearse sin parar.
—Christopher, ellos son mis hijos... no los tuyos.
—Pero si ahora seremos novios, seré su papá adoptivo —explico y se queda seria.
No dice nada, solo pestañea con cara de confusión.
— ¿N-novios?
Ahora yo la miro con sorpresa y evalúo lo que acabo de decir.
Y sí, dije "seremos novios".
—Y-yo lo dije sin pensar —sonrío avergonzado. —No es como si te estuviera pidiendo que seamos novios.
— ¿Ah... no? —pregunta entre triste e incómoda.
¡Mierda!
¿Por qué siempre tengo que arruinar todo?
—No es que no quiera que seas mi novia... lo que pasa es que... —no sé que decir para arreglar las cosas.
¿Deberia pedirle que sea mi novia?
—N-no te preocupes, Chris, no tienes que sentirte obligado —sonríe forzadamente.
—No, juro que no es eso —digo con rapidez. —Solo... dame un poco de tiempo...
— ¿Tiempo?
—Es que... necesito ordenar algunas cosas en mi cabeza —explico y enarca una ceja.
—De acuerdo —dice sin más. —Entonces... ¿Nos vemos mañana? —intenta cambiar el tema.
—Sí, aquí estaré muy temprano.
—Bien, ten buenas noches... y date un baño caliente, lo necesitarás.
—Sí, igual tu —me acerco y planto un beso rápido en su frente. Doy media vuelta y me dirijo a mi casa.
Estoy demasiado avergonzado.
(...)
— Christopher, ¿acaso estás loco? Con el clima que hace, mañana despertarás enfermo —me regaña mamá.
—Mami, ya le dije que la lluvia me tomó de improvisto mientras caminaba —trato de mentir para excusarme.
—Mejor ve rápido a darte un baño y ponte ropa abrigada.
—Sí, mamita hermosa.
— ¡Y no dejes esa ropa mojada tirada en el baño! —me grita mientras subo las escaleras.
Me desvisto y entro a la regadera. Hoy más que nunca amo el agua caliente.
Una vez estoy fuera me visto con una de mis pijamas que nunca suelo utilizar ya que me gusta dormir solo en ropa interior, pero hoy la necesitaría. Además de usar un abrigo por encima y llegar al punto de ponerme calcetines gruesos.
Estornudo con fuerza y suspiro cansado.
—Ay no, ya me enfermé.
Me acuesto en mi cama y miro el techo.
—Eres un idiota, Christopher... debiste pedirle que sea tu novia —digo para mi mismo —Ahora debe estar pensando que para ti, todo lo de hoy solo fue un juego... se ha de sentir una más del montón.
Aprieto la almohada sobre mi cabeza evitando que pueda respirar. Quizá así me muera y deje ser feliz a Samy sin mis idioteses.
La retiro cuando ya no puedo contener la respiración y cierro los ojos.
Pienso en Samy y la suavidad de sus labios. Pienso en que quiero besarla una vez más y abrazarla.
Pero ese miedo constante no se desvanece y me hace querer frenar ante cualquier sentimiento. Estoy enamorado de ella y apenas hoy me percato... eso es una simple señal de que no tardaré en enamorarme por completo y llegar a amarla en poco tiempo.
¿Debería dejar de pensar tanto y solo disfrutar del momento?
Necesito una respuesta urgente.
(...)
Estoy desconcertado, no sé en donde estoy... miro hacia varios lados y solo puedo percatarme de que estoy en un cuarto de hotel.
— ¿Chris, ya estás listo? —pregunta Richard entrando a la habitación.
—Eh, creo que sí —respondo sin saber que está sucediendo.
—Bien, entonces vamos... Renato nos está esperando en el auto.
Salimos juntos de la habitación y nos unimos con Zabdi, Joel y Erick que están en la recepción.
—Te tardas demasiado, Christopher —comenta Joel y no digo nada.
Me siento más como un espectador... mi cuerpo actúa pero mentalmente estoy perdido.
Subimos al auto donde está Renato y este empieza a andar. Me cuesta un poco darme cuenta que el lugar en el que estamos es Guayaquil, una de las ciudades principales de Ecuador.
Todos los chicos parecen nerviosos y emocionados. Yo apenas estoy tratando de entender qué hago aquí y no en mi casa de Loja, específicamente en el año 2013, al lado de Samy.
Llegamos a un lugar que recuerdo muy bien y creo saber en qué situación me encuentro ahora. Saco mi celular de uno de los bolsillos de mi pantalón y lo enciendo para ver la fecha.
04 de Diciembre del 2016.
Sí, lo imaginaba.
El Malecón está repleto de CNCOwners. Me siento sorprendido una vez más aunque recuerdo ya haberlo vivido.
Nos conducen al Palacio de Cristal en medio de gritos y nos preparan para empezar a recibir a las chicas.
Las horas pasan y todo está normal, sigo sin entender porqué estoy aquí una vez más.
Nos dan un descanso de algunos minutos para hidratarnos y volvemos al trabajo.
La primera chica en entrar se abalanza sobre Richard sin perder tiempo, todos reímos por la manera en que intenta aprovecharse de la situación y besarlo. Pero el equipo de seguridad interviene y ayuda para que nos tomemos la foto y pueda pasar la siguiente con rapidez.
En cuanto miro a la chica que sigue, siento que mi corazón ha dejado de latir por unos segundos.
¿Qué hace Samantha aquí?
Se acerca hasta mi y me abraza con fuerza.
—Christopher... —susurra y solo la abrazo como si no pasara nada.
¿Qué se supone que es todo esto?
—Tranquila, hermosa —hablo con simpleza.
¿Qué te pasa cuerpo idiota? ¡Es Samy! ¡Reacciona!
Mentalmente estoy en shock, pero mi cuerpo actúa como si nada.
¿Samy era una CNCOwner en mi tiempo real?
—Pensé que nunca te volvería a ver —susurra y empieza a llorar.
¿Volverme a ver?
¿Acaso ella... estuvo interesada en mi cuando yo nunca me fijé en que existía?
Me siento una basura.
—Lo lamentamos señorita, pero tiene que apartarse y tomarse la foto.
No, no quiero que se vaya.
—Hermosa, debes entender que hay muchas chicas esperando aún. Tomémonos nuestra foto, veras que queda genial —le digo con cariño y ella asiente.
¡No, idiota!
Has que se quede.
Me mira unos segundos directo a los ojos y se ve demasiado hermosa, mucho más de lo que era, en tres años ha cambiado mucho. Con delicadeza y ayuda de mi dedo pulgar seco una de sus lágrimas y le sonrío, pero no solo quiero hacer eso, quiero besarla en frente de todos aunque crean que estoy loco.
—Así está mejor, preciosa —susurra mi voz.
Por más que trato, no puedo interferir en mis actos.
Esto parece ser solo un recuerdo.
Y me duele saber que mi vida anterior si me había dado la oportunidad de conocerla, pero no la aproveché.
—Christopher... la foto —me llaman la atención y vuelvo en mí. Asiento y busco la manera de acomodarme para la fotografía.
La abrazo por la cintura desde atrás y beso su mejilla para la foto. Al menos me alegra haber hecho algo bien aquel día.
Me imagino como habrá guardado con tanto sentimiento aquella fotografía y el corazón se me encoge.
—1... 2... 3... ¡Listo!
Ahora tenia que marcharse y no quiero.
No quiero dejarla ir una vez más.
De inmediato la toman de la mano para sacarla pero ella también toma la mía con fuerza. Yo también aprieto la suya. Agradezco nuevamente a mi cuerpo que haya hecho aquello.
—Me llamo... Me llamo Samantha —dice nerviosa y luego me sonríe.
Lo sé, hermosa, lo sé.
Perdoname por nunca haberme dado cuenta de que estabas tan cerca de mí... Soy un imbécil, la peor persona.
—Un gusto, Samy —respondo.
¡No, Christopher!
Dile que la quieres... dile que te perdone.
¡Dile que de ahora en adelante no habrá nadie más para ti que no sea ella!
¿Acaso no te das cuenta del esfuerzo que hizo por ti? ¡Vino desde Loja hasta Guayaquil solo por verte!
Grandísimo, idiota.
Finalmente la alejan de mi y quiero salir corriendo detrás de ella... pero una vez más mi cuerpo no reacciona.
La veo caminar hacia la salida mientras trata de mirar hacia atrás donde me encuentro yo.
Lo veo en sus ojos, quiere llorar aún... se debe sentir muy triste de saber que para el chico de quien está enamorada ella no significa nada.
Se ha ido y quiero llorar también.
— ¡Samy! —grito agitado y despierto en medio de la noche mirando hacia todos lados. Estoy en mi casa una vez más.
Una tranquilidad momentánea me recorre el cuerpo y abrazo mi almohada.
Siento algo en el pecho que me está carcomiendo. Algunas lágrimas ruedan por mi mejilla y solo pienso en que quiero que amanezca para verla y pedirle perdón.
—Esta vez tienes que hacer las cosas bien, Christopher... Tienes que hacer que Samy sea feliz, aunque eso signifique renunciar a cualquier cosa.
Estaba decidido, le pediría a Samy que sea mi novia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top