Capítulo 15 - ¿Coincidencias?

Guayaquil, 04 Diciembre 2016

El viaje hasta llegar a Ecuador había sido intenso tras horas y horas de viaje. Últimamente no teníamos descanso para nada, salir de un país para viajar a otro nos tenia un poco agotados, sin embargo no me podía quejar, muy a parte de ser estresante también era maravilloso compartir esta experiencia con tantas CNCOwners.

El aeropuerto estaba casi vacío, algo que nos sorprendió mucho ya que usualmente siempre que llegamos a un lugar este está a rebosar. Aunque ahora que lo pensaba mejor, creo que todo se debía al hecho de que las fans no conocían el horario de salida de nuestro vuelo y menos aún el de llegada.

Saludamos de lejos a las pocas fans que están esperándonos y salimos con rapidez hacia nuestro transporte.

En cuanto llegamos al hotel, lo primero que hacemos es ir al restaurant, estaba casi muriendo del hambre. Me quedo fascinado con el montón de comida que hay. Es un enorme bufet.

Creo que estoy en el cielo.

Cada uno toma un plato y empieza a servirse lo que más les place. Yo por mi parte lo que más tomo son panes de ajo con rebanadas de pizza. Sí, un poco exagerado tomando en cuenta que es hora del desayuno, pero no podía simplemente contenerme con todo lo que tenia al frente.

—Hey, Renato... Te recomiendo que alejes a Christopher de la comida o nos dejará sin algo para comer —grita Richard y todos ríen a carcajadas.

—Soy un niño en crecimiento, déjame comer —replico con la boca llena y Zabdiel me hala para llevarme a la mesa e impedir que siga poniendo cosas sobre mi plato.

—Hermano, sé que necesitamos energías para lo que nos espera hoy, pero tampoco te excedas —me dice burlón y se sienta a mi lado también con un plato a punto de rebozarse de comida.

Lo miro entrecerrando los ojos y él solo me saca la lengua.

Es un tramposo.

— ¿Y creen que vayan a vernos muchas CNCOwners? —inquiere Joel dudoso. —Ya vieron el aeropuerto.

—Esperemos que así sea, de lo contrario seria muy triste y vergonzoso —respondo y todos asienten.

Ya casi estábamos por cumplir nuestro primer aniversario como CNCO y sin embargo siempre teníamos el miedo de ir a un lugar y de que nos ignoren o que simplemente no sepan quienes éramos.

Hoy haríamos un gran M&G con la finalidad de recolectar lo más que podamos en juguetes para regalar a los niños necesitados esta navidad. Solo anhelábamos al menos llegar a los 500 en el mejor de los casos.

—Listo chicos, se nos está haciendo un poco tarde, así que muevanse —dice Renato y los cinco empezamos a bailar en nuestro mismo asiento. — ¿Qué se supone que hacen?

—Nos dijiste que nos movamos —habla Erick riendo y Renato rueda los ojos.

—Estoy hablando en serio. ¡Arriba!

—Pero aún no terminamos de comer —digo haciendo puchero.

—Luego podrás comer todo lo que quieras, Christopher... Los quiero en el auto en cinco minutos —dice finalmente y se retira contestando una llamada.

—Ya oyeron al jefe. Al auto —comento y me pongo de pie tomando una servilleta y envolviendo dos rodajas de pizza para llevar.

Las necesitaría dentro de poco.

Corremos al auto y luego de casi media hora de viaje por el gran tráfico de la ciudad, al fin llegamos.

El auto se estaciona y como por arte de magia los gritos empiezan a escucharse. Era algo que empezaba desde el inicio de la fila y se extendía a través de todo el inmenso Malecón de Guayaquil. Al parecer había muchas más CNCOwners de lo que esperábamos y no podía negar que estaba encantado y casi embobado por el recibimiento.

(...)

— ¿Cúantas deben faltar? —pregunto tomando un poco de agua. Nos estábamos tomado dos minutos de descanso.

—Creo que unas mil más —responde Renato ofreciéndonos unas toallas para secarnos un poco el sudor de la frente. Hacia mucho calor debido al intenso sol que estaba sobre la ciudad.

En este punto me daba tristeza saber que hay muchas chicas y chicos afuera aguantando este clima solo por vernos a nosotros.

— ¿Mil más? Wow, realmente hay muchas CNCOwners aquí —comenta Zabdiel emocionado.

—Nunca lo imaginé —prosigue Erick.

—Bien chicos, terminó el descanso. Comenzarán a entrar otra vez las chicas.

Nos ponemos en posición y entra una pequeña fila de cinco chicas. A cada una se le entrega un póster y hacen pasar a la primera.

Ella no lo piensa dos veces y casi se tira sobre Richard a abrazarlo. Los asistentes la obligan a separarse de él y todos ponemos nuestra mejor pose.

—1... 2... 3... —dice muy rápido el fotógrafo y toma la foto.

Ella intenta robarle un beso a Rich pero los asistentes lo impiden de inmediato. Y así de rápido hacen pasar a la siguiente.

La chica que sigue parece estar demasiado nerviosa y sobre todo sorprendida. Se acerca hasta mi y me abraza con fuerza... Puedo casi jurar que hizo que me sintiera un poco extraño sin saber porqué.

Sólo le escucho decir "Christopher" con voz casi apagada. Parece que aun no lo cree, está demasiado emocionada y parece que va a llorar.

—Tranquila, hermosa — digo abrazándola. Los asistentes se acercan hasta mí para hacer su trabajo pero yo niego para que la dejen tranquila.

—Pensé que nunca te volvería a ver —susurra y ahora puedo asegurar que está llorando.

¿Volverme a ver?

Quizá se refiere a la anterior vez que estuvimos en Ecuador.

—Lo lamentamos señorita, pero tiene que apartarse y tomarse la foto.

—Hermosa, debes entender que hay muchas chicas esperando aún. Tomémonos nuestra foto, veras que queda genial —le digo con cariño y ella asiente sorbiendo por la nariz.

Me mira unos segundos directo a los ojos y puedo jurar que es hermosa. Con delicadeza y ayuda de mi dedo pulgar seco una de sus lágrimas y le sonrío.

Ella instantáneamente lo hace igual.

—Así está mejor, preciosa —susurro solo para ella.

—Christopher... la foto —me llaman la atención y vuelvo en mí. Asiento y busco la manera de acomodarme para la fotografía.

La abrazo por la cintura desde atrás y beso su mejilla para la foto. Como es un poco pequeña tengo que agacharme ligeramente, me gusta eso. Puedo jurar que huele delicioso y no quiero hacer nada más que seguir abrazándola, se siente agradable y familiar.

—1... 2... 3... ¡Listo!

Era la primera vez que me daba cuenta que tres segundos para estar al lado de alguien no era nada. Ahora entendía a las CNCOwners que luchaban por quedarse un momento más con nosotros.

De inmediato la toman de la mano para sacarla pero ella también toma la mía con fuerza. Yo instintivamente también aprieto la suya, no quiero que se vaya y ni siquiera sé el motivo.

—Me llamo... Me llamo Samantha —dice nerviosa y luego me sonríe.

—Un gusto, Samy —digo con cariño y la halan haciendo que ambos nos soltemos.

La veo caminar hacia la salida mientras trata de mirar hacia atrás donde me encuentro yo. La obligan a salir hasta que ya no la observo más.

Se ha ido.

— ¿Te gustó la chica acaso? —me empuja con el hombro Zabdiel y sonríe.

—Creo que sí —digo dudoso. —Pero ya sabes como soy, me gustan muchas —sonrío con la finalidad de parecer que no me ha afectado que se haya ido y le guiño.

No era para nada nuevo que soy un picaflor. Y aunque aquella chica había llamado mi atención grandemente, eso no significaba nada más que un momento de atracción. No me podía dar el lujo de seguir pensando en ella aunque se tratara del momento de atracción más intenso que he tenido.

Después de más CNCOwners y más fotografías, simplemente al final del día ya no recordaba el rostro ni el nombre de aquella chica.

Pasó a ser una más de las tantas chicas que me han gustado en los M&G y que luego ya no sé quienes son.

Con suerte quizá algún día la volvería a ver.

(...)

POV Samantha

Loja, 03 Diciembre 2016

—Mamá, por favor. Necesito ver a los chicos —pido rogando.

—Ya dije Samantha, nada de viajes —dice con severidad —No iras a Guayaquil sola... no conoces la ciudad.

—Pero es la única oportunidad que tengo para verlos.

— ¿Para verlos o para verlo? —pregunta cruzada de brazos.

—Ma...

—Nada de ma —dice interrumpiéndome —Sé muy bien que tu único motivo de gustarte esos tal "Silencio" es Por el chico Vélez.

Ruedo los ojos y suspiro cansada.

—Es CNCO, ma. Y lo que dices no es cierto —desvio la mirada porque sé que estoy mintiendo.

Aunque me considero una CNCOwner de corazón, era muy cierto que eso se debía en gran parte por Chris.

—Mentirosa. Te conozco, Samy, soy tu madre... Y sé muy bien que siempre has estado enamorada de ese chico, desde que estaban en el colegio... ¿Acaso ya olvidaste lo tanto que lloraste cuando se fue al extranjero?

—Prefiero no hablar de eso, ma.

—Pues yo si, porque ya es momento de que te des cuenta que al igual que en el colegio ahora sigues significando nada para ese chico —comenta algo molesta. —Y mucho más ahora. Si no te dirigió la palabra cuando era una persona normal, mucho menos lo hará ahora cuando tiene toda esa fama encima.

—No estás ayudando, mamá... Me estás haciendo sentir mal —susurro decaída.

—Es para que reacciones de una buena vez y no hagas ninguna locura... que quede claro que no te doy mi consentimiento para hacer ese viaje, Samy —dice finalmente y sale de mi habitación.

De ninguna manera iba a perder la oportunidad de ver a Christopher.

Lo más probable es que ni siquiera me reconozca porque nunca me dirigió la palabra, pero me conformo con verlo y si tengo suerte podría abrazarlo. Aquella fotografía seria la única prueba de que finalmente lo tendría cerca al menos una vez en toda mi vida.

Estaba decidido, viajaría a Guayaquil sola.

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