Capítulo 11 - Sueños inexplicables

-Christopher, no puedo creer que sigas acostado todavía -dice mamá entrando a la habitación y abriendo las cortinas como tiene costumbre hacer.

-Pero es fin de semana, ma -reniego. Me cubro de pies a cabeza con la sábana sin querer hacer caso omiso e intento volver a dormir tan plácidamente como lo hacía segundos antes. 

- ¡Christopher Vélez! -grita esta vez y caigo al suelo por el susto.

- ¿Qué sucede?

-Ya despiértate... recuerda que quedaste hace semanas en ir a visitar a tu padre... ¿acaso te olvidaste de él? -dice y suspiro cansado. Amo a papá, pero hacer ese largo viaje me resultaba un tanto molestoso ahora mismo cuando tengo mucho sueño.

-Está bien, mamita... lo había olvidado por completo -digo mintiendo ya que obviamente no recuerdo haber hecho esa promesa porque aún no había viajado al pasado en aquel entonces. 

-Y espero que no te quedes mucho tiempo porque tienes ensayo con los chicos. 

Algo más que no tenía ni idea que haría hoy... aunque ahora que recordaba con claridad, era usual que los chicos y yo ensayáramos los fines de semanas, después de un tiempo empezaríamos a grabar covers que subiríamos a la plataforma de youtube para hacernos conocer.

-Estaré aquí temprano, mami -digo y me levanto. Doy un gran bostezo y empiezo a caminar hasta el baño para poder quitarme el inmenso sueño que traigo encima.

(...)

-Gracias por haber venido mijo, disculpa por no poder ir a dejarte a casa -dice papá y yo le sonrío comprensivo. Sé que no tiene mucho tiempo porque se la pasa en su restaurant pero aún así me alegró mucho verlo.

-No hay problema, yo entiendo, pa -digo y le doy un abrazo en despedida. -Te amo.

-Y yo a ti, hijo -menciona apretándome un poco y sonriendo.

Comienzo a caminar por la calle hasta la parada del autobus y noto a Samantha en aquel lugar, al parecer también está esperando el transporte. Me pregunto qué estará haciendo aquí.

-Samantha... hola de nuevo -menciono acercándome con una sonrisa. 

-Oh... hola, tú... mechitas -dice divertida y me saluda con un beso en la mejilla. No sé que tiene ella pero cuando hace eso me siento un poco raro. - ¿Qué haces aquí? Estoy comenzando a pensar que me estás siguiendo. ¿Me estás acosando acaso?

- ¿¡Qué!? No, sólo estaba cerca de aquí -respondo nervioso y ella comienza a reírse.

- Tranquilo, tonto, solo era una broma.

-Por un momento me la creí -digo riendo. -Estaba visitando a mi papá, vive cerca del lugar. ¿Y qué se supone que haces tú por aquí? 

-Ya veo... y pues que coincidencia, yo vine por un chequeo al hospital.

- ¿Chequeo? ¿te sientes mal acaso? -inquiero preocupado.

-No, no es eso. Solo es un chequeo de rutina que me hago cada mes.

- ¿Rutina? ¿cada mes? ¿por qué tendrías que hacerte chequeos médicos cada mes si estás bien? ¿Estás segura que no sucede nada?

-Sí, mechitas. Sólo lo hago por mi mamá, ella me pide que lo haga porque cuando era muy pequeña tenia inclinación por vivir enferma -explica riendo y me quedo más tranquilo. -Es más, tu deberías hacer lo mismo... ¿estás seguro que ser tan blanco es normal? Por lo menos deberías tomar un poco de sol.

-Muy graciosa, pulguita.

- ¡Te he dicho que no me digas así, tonto! 

-PUL - GUI - TA -digo a propósito y se acerca a mi con rostro amenazador.

- ¿Quieres ver lo que es capaz de hacer esta "pulguita"? -pregunta poniéndose de puntillas para tratar de estar a mi nivel pero no lo logra. Su rostro está demasiado cerca del mío y me está comenzando a poner nervioso. 

Sus ojos me miran con intensidad y aunque probablemente sea una locura mía hay en algo en ellos que me encantan, algo diferente. Dirijo mi mirada a sus labios y no puedo evitar morder los míos. ¿Qué tal besará? ¿Cómo sería tan siquiera rozar sus labios con los míos?

Samantha parpadea varias veces luego de que al parecer se haya ido mentalmente a otro sitio y se aparta sin querer mirarme. Ahora estamos en completo silencio pero yo sin apartar mis ojos de ella, es muy linda. 

¿Qué carajos se supone que me está pasando con Samantha? Desde aquel pequeño beso creo que me ha dejado más idiota de lo que soy. Y no puedo... tengo que dejar de pensar tonterías... ¡Es sólo una niña!

Comienza a reír sin motivo alguno y luego me mira enarcando una ceja.

- ¿Quieres dejar de mirarme de esa manera? ... Me han dicho que eres un baboso, pero no creía que era para tanto -dice riendo y siento que me estoy sonrojando por la vergüenza.

- ¡No! No pienses eso... sólo estaba pensando en... invitarte... a mi casa -menciono con nerviosismo.  -Bueno, ya conoces a mis amigos... hoy tenemos ensayo con la banda y pues... sería genial que vayas. Claro, solo si no tienes nada más importante que hacer...-me mira extrañada y ya no sé qué decir.- ¿Ya te mencioné sobre la banda?

Quiero que la tierra me trague.

- ¿Quieres que vaya a los ensayos con tu banda?

-Eh... sabes que, no me hagas caso -digo con incomodidad y vuelve a reír.

-Pues no tengo nada que hacer, ahora solo iba a mi casa -explica y sin poder controlar mi reacción algo dentro de mi se siente feliz.

¿Qué te está pasando Christopher?

¡Tienes 25 años!... y ella 16. 

-Oh, genial... prometo que te divertirás -digo con una sonrisa y ella sonríe en respuesta.

(...)

- ¡Ya estoy en casa! -digo en voz alta para que mamá me escuche, pero es David quien sale de la cocina a recibirnos mientras está comiendo una manzana.

- ¡Pinky! Ya era hor... -Se queda callado y mira a Samantha enarcando una ceja.-Eh, hola Sam -dice y me mira haciendo una seña de que no entendía que hace ella aquí.

- Invité a Samantha al ensayo... quizás con suerte tengamos nuestra primera fan -digo divertido.

-Pues si es así, bienvenida a bordo Samantha.

-Gracias, David. Pero tengo que decir que soy demasiado exigente cuando se trata de cantantes, por lo que si no me gustan no dudaré en hacerles comer mi zapato -dice con seriedad y David me ve asombrado. 

-Bien, entonces adelántate David. Vamos por algo para comer y lo llevamos arriba.

-Te amo más cada vez que me das comida, pelita -dice emocionado y me da un beso en la mejilla antes de subir.

-De acuerdo, fingiré que no he visto nada -menciona aguantando la risa.

-Créeme que no has visto nada... estos chicos son el diablo.

Tomamos algunas cosas que pueden servir para alimentar a las bestias de mi habitación y subimos. Todos los chicos ya está instalados y dejan de reírse en cuanto entro con Samantha. De un momento a otro se sientan bien sobre la cama y no mencionan ni una sola palabra de las vulgaridades que suelen hablar.

-Hola chicos -saluda Samantha sonriéndoles y ellos lo único que hacen es mirarme tal y cómo lo hizo David hace minutos atrás. Sé que quieren matarme ahora mismo por haber traído una chica a nuestro círculo de "machos".

-Hola, Samy... es una sorpresa verte aquí -menciona José y frunzo el ceño. ¿Por qué la llama Samy? Es demasiada confianza de su parte, apenas la conoce.

- Hola, José. Hace tiempo que no te veo -menciona y se acerca hasta él para sentarse a su lado. - ¿Y también cantas?

- ¿Yo? Para nada, solo estoy aquí para darles apoyo emocional y aprovecharme de la comida gratis de Pinky -explica y ambos ríen por el comentario.

-Pelita, ¿empezamos o no? -llama mi atención David y al fin reacciono. Estaba demasiado concentrado en la conversación de Samantha y José.

David toma su guitarra y los chicos y yo nos sentamos a su alrededor para empezar a cantar.

Ahora mismo eramos algunos los que conformábamos la banda, pero sabía exactamente que tan solo cuatro de todos nosotros serían parte de FuCk ColD FeeLinG, la banda oficial que con el pasar de los años se volvería realmente reconocida y sería liderada por David como vocalista principal.

(...)

-Buen ensayo, Pinky... nos vemos el lunes en el colegio-menciona José despidiéndose -Y fue un gusto verte, Samy. Espero tener suerte de verte en el colegio.

-Fue un gusto para mi también, José. Y claro que sí, allí nos toparemos -menciona ella con una sonrisa y José empieza a caminar detrás de todos los demás chicos que ya regresaban a sus casas.

Nos quedamos en completo silencio y me rasco la nuca sin saber que decir.

- ¿Y qué tal la pasaste?-pregunto al fin. Las manos me estaban comenzando a sudar, ahora mismo me importaba mucho su opinión, era la primera vez que me escuchaba cantar.

-Muy bien... Tus amigos son increíbles, Christopher-menciona y me dedica una pequeña sonrisa. -Además que todos cantan muy bien... Y tu al menos hiciste el esfuerzo -dice encogiéndose de hombros y trata de no reír.

-Gracias por lo que me toca -digo queriendo parecer ofendido. -Y realmente sí, Los chicos son lo máximo, por ello ya me hacían mucha falta... estuve mucho tiempo sin verlos -respondo inconscientemente y me mira pareciendo confundida.

- ¿No los veías hace mucho?-inquiere interesada y solo niego avergonzado. Aveces me olvido completamente de que estoy en mi pasado, y aquí aún no me he ido a ningún lado.

-Olvídalo, aveces digo cosas sin sentido.

-Tienes razón, de hecho muchas -ríe y me contagio de la manera en que lo hace. Se ve mucho más bonita cuando sonríe. -Fue un gusto acompañarlos, ha sido una nueva e inolvidable experiencia para mi vida. Gracias -comenta y me da un beso en la mejilla para después marcharse camino a su casa.

Me quedo de pie en el lugar en el que estoy sin saber que más hacer, solo mirando mientras se marcha. Creo que lo correcto sería acompañarla hasta su casa, pero no puedo evitar comportarme como un completo tonto cuando estoy cerca de ella... creo que lo mejor será tratar de alejarme un poco y continuar con lo demás. Es decir, con mi vida normal... donde ella no encajaba por ningún lado porque simplemente nunca la conocí en mi vida anterior. No quiero involucrarme y que eso cambie algo más importante de mi vida futura.

Recuerda, Christopher... Samantha solo es una nueva amiga...

Entro a mi casa y subo hasta mi habitación a recostarme unas horas para pensar con claridad, pero quedo rendido y me duermo de inmediato.

(...)

- ¡Oh Dios mío, Christopher! Claro que acepto -grita Samantha emocionada y me abraza con fuerza. Ahora mismo era el hombre más feliz del mundo por saber que Samy se casaría conmigo... No lo podía creer. -Te amo, mi amor -dice sonriéndome como solo ella sabe y la brazo por la cintura para atraerla hacía mí.

-También te amo, mi vida... te amo demasiado -digo sin poder ocultar mi felicidad y la abrazo con fuerza.

Me separo unos centímetros para poder mirar su rostro y en cuanto la veo me separo de inmediato pareciendo espantado... no era ella, no era Samantha... tenía frente a mí a una extraña.

- ¿Amor estás bien?-inquiere y miro a todos lados sin entender. ¿Por qué me llama "amor"? Ni siquiera la conozco.

- ¿Dónde está Samantha?-pregunto sin responderle y Zabdiel se acerca hasta mí preocupado.

-Chris, ¿qué sucede? ¿Quién es Samantha?

-Es mi novia, mi futura esposa, Zab... ¿qué estupidez estás preguntando? -respondo angustiado.- ¿Dónde está ella?

-No sé quién diablos sea Samantha, Christopher... pero al parecer te olvidaste que quien será tu esposa en realidad es Gabriela-explica ahora Richard mirándome extrañado.

¿Gabriela?

-¡No conozco a ninguna Gabriela!

- ¿Acaso enloqueciste, Christopher?-pregunta Joel sorprendido. Mientras tanto la mujer desconocida me mira con ojos cristalinos y sin decir nada.

¡No entiendo qué está pasando aquí!

¿Dónde está Samantha?

Me siento perdido y sin saber que hacer, cuando de repente mi cuerpo parece que se está debilitando y quiero demayarme.

Todo se vuelve oscuro en un segundo y al siguiente despierto una vez más sobre la cama de mi habitación. Veo hacía todos lados desconcertado y con el pulso acelerado, tal y como me había pasado hace casi dos semanas.

- ¿Pero que carajos ha sido eso?

Creo que me estoy volviendo loco.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top