[O9]

¿Cómo saber terminar algo que nunca empezó? Terminar con las flores representaba terminar con una parte fundamental de su vida. Carecer de emociones de ahora en adelante, ¿realmente podría llamarle a eso vivir? No, en lo absoluto, cómo viviría después de arrancar de lo más profundo de su ser raíces crecidas de un amor no correspondido, un amor puro y dulce que pudo ser, pero sólo sería en sus más y deseosos sueños.

¿Morir o vivir?

¿Al menos siquiera alguna de esas dos resultaba buena opción?, claro que no. Nadie quisiera morir joven, teniendo toda una vida por delante, pero tampoco preferían vivir con una enfermedad como esa. Que te mata por dentro cada vez que algún petalo quisiera asfixiarte, cada vez que las raíces crecían y el dolor dentro de los pulmones incrementaba con el minutos o sentir como tus pulmones son perforados mientras las raíces crecen al igual que el deseo de un amor correspondido.

Para la mala suerte de Axozer, tenía que ver cómo su propio hermano sufría al igual que él mismo.

Y ahora mismo se encontraba frente a la habitación de su hermano sin atreverse a entrar cuando minutos antes Karchez le había comentado a cerca de lo que tenía pensado. No se atrevía a tocar la puerta o siquiera abrirla. Sabía que entre más tardara en hacerlo más cerca estaba la muerte de su hermano y eso era algo que no paraba de aterrarlo, le aferraba más ser descubierto ahí mismo y ser llevado lejos para que los magos tuvieran su cometido realizado.

Eliminar los sentimientos y recuerdos de alguien que una vez formo parte fundamental del corazón y alma de su hermano.

«...»

-Entonces, Axo, el plan es sencillo. Sólo consiste en que entres y hables con Deqiuv para convencerlo de que es posible que viva y tenga una oportunidad de ser correspondido.

-Claro, pero ¿cómo sabras quién es la persona de la que está enamorado? -confundido le preguntó.

-Un mago jamás revela sus secretos -le guiño un ojo y sonrió coqueto, sin pensar mucho en las consecuencias que podía traer ese simple gesto. El corazón de Axozer latio con fuerza y un revoloteo de mariposas se presentó en su estomago junto la sensación de picazón en su garganta. Por un momento Karchez juró ver un brillo especial en los ojos de Axozer, más no pregunto nada al respecto. Ambos no volvieron hablar después de eso, sin embargo, Karchez veía por el rabillo de su ojo, como Axozer tomaba cierta distancia de él y aunque no quisiera admitirlo, realmente le dolía, hasta hace unas semanas el chico trataba de estar lo más cerca de él o hacer cosas juntos y de un día para otro todo había cambiado. Aún se preguntaba la razón de su distanciamiento pero sabia que no era el momento oportuno, ya tendrían más momentos a solas para poder hablar, o al menos eso esperaba.

Sin darse cuenta, mientras divagaba en sus pensamientos habían llegado al cuarto del rubio.

-Bueno, Axo, sé que podrá resultar difícil- agarro ambas manos del joven en señal de apoyo- pero podemos lograr que Deqiuv se salve. Confía en mí -y con una pequeña sonrisa, se retiró de su lado, yendo directamente a los guardias que resguardaban la puerta de príncipe. Al estar un poco lejos, para Axozer resultaba difícil ver o saber que es lo que Karchez les estaba diciendo, pero en cuestión de segundos ambos guardias estaban inconscientes en el suelo. Con un guiño de ojo por parte del peli-plata hacia el bicolor se fue corriendo para buscar a la persona que causó todo ese problema, claramente Axozer sabia que nunca sería a propósito.

Se acercó a paso sigiloso, por precaución por si despertaba a los guardias y se quedó mirando la gran puerta de madera que interponía su camino para ir con su hermano.

Es aquí cuando volvemos al inicio, después de pensarlo mucho (demasiado) y dudar de todo en sí, abrió la puerta con precaución y una vez dentro la volvió a cerrar con la misma precaución. Se acercó con paso temerario hasta la cama donde el cuerpo cansado de su hermano reposaba.

Su corazón se partió al ver el aspecto que el rubio tenía, se tragó las lágrimas que estaban amenazando con salir y se sentó en la orilla de la gran cama.

-Axo...- susurró con voz cansada.

-Deqiuv -al igual que el mayor, soltó su nombre en un susurro.

-Estoy tan feliz de verte -una pequeña tos con pétalos había acompañado sus palabras.

-Deqiuv, hay algo que tengo que decirte. -Sin más, lo miro a los ojos, esos ojos cansados y derrotados que a gritos pedían acabar con todo y eso sólo hizo que su corazón se rompiera en más pedazos.

-No, Axo, sé exactamente qué harás y no quiero. Tengo conocimiento que mis sentimientos son correspondidos, pero no estoy listo, no tienes idea de lo mucho que he sufrido. Ya es demasiado tarde para mí y he pasado todas estas semanas afrontando el destino que me toca. -una sonrisa triste adorno el rostro cansado de su hermano y todo lo que Axozer tenía para decirle se esfumó, ¿hace cuanto su hermano había perdido las esperanzas de vivir y nunca de dio cuenta? se sentía un completo imbécil. Una tos seca lo devolvió a la realidad y siguió mirando con un color indescriptible a su hermano mayor.

-Axo, no soy feliz, ¿qué te asegura que lo sea si las flores se van? Sé a ciencia cierta que lo único que haré será hacer infeliz a Imantado y es lo que menos quiero. Si fuera tan fácil eliminar las flores con tener conciencia sobre que tus sentimientos son correspondidos, hace un tiempo que las flores hubieran desaparecido. Más sin embargo, estoy aquí, sufriendo por la falta de aire que cada vez aumenta y ni imaginar el dolor, esto es algo que jamás te desearía pero como hermano mayor que aún soy, si no estuviera en mi lecho de muerte y supiera que padeces esta horrible enfermedad, no descansaria hasta eliminarlas -a pesar de todo lo dicho anteriormente escuchaba por pequeños lapsos que tomaba grandes bocanada de aire, incluso lo último que dijo le hizo poner una extraña cara, entonces, si había dicho todo eso; ¿cómo pedía que no lo salvara? Por un momento quizo ser egoísta y contarle que le sucedía exactamente lo mismo, para que tuviera razones para quedarse, pero olvidó esa idea, él no era nadie para prohibir ó negar las decisiones ajenas.

-Sigo sin entender, ¿por qué no es tan fácil con saber que tus sentimientos son correspondidos? -y no era para más su duda, realmente el pensaba que así funcionaba, pero lo hacía ciegamente; internamente sabia y entendía totalmente las palabras, pues no sólo puedes resolver las cosas con palabras, las acciones también valen mucho.

Deqiuv lo miró cansado, sabia que no tenía mucho tiempo, incluso diría (por la ya, poca falta de aire que cada vez aumentaba) que sólo le quedaban unos minutos.

-Diría que...-hizo una gran pausa para poder respirar, algo que Axozer notó, pero al rubio poco le importaba y prosiguió- Que eso es algo que con el tiempo aprendes, al principio yo tampoco lo comprendí, pero después lo hice. Escucha Axo, me queda poco tiempo, agradezco que estés conmigo, así que...-otra pausa, y Axozer no pudo evitar sentirse más angustiado, sobre todo por las palabras de su hermano- Así que por favor, quédate conmigo, si tienes preguntas hazlas y responderé las que pueda.

El bicolor asintió y se recosto aún lado de su hermano para empezar a preguntar, no le importaba que fuera a decir, sólo quería escuchar la voz del mayor.

Karchez venía caminando con un Imantado completamente nervioso, ansioso y angustiado. Pero, ¿quién no lo estaría si tienes la posibilidad de salvar a quién amas? o al menos intentarlo. Por muy loco que fueran esas posibilidades, sí quería creer, aunque muy dentro de su corazón algo le decía que no todo andaba bien.

Nadie hablo en el camino, pero en la mente de ambos sucedían tantas cosas y tenían que ver, cada uno, con diferentes personas.

Los nervios que sentía Imantado se fueron y se transformaron en miedo al ver a Axozer afuera de la habitación con las mejillas totalmente llenas de lágrimas y los ojos rojos abrazando sus piernas en posición fetal.

Karchez no lo dudó y corrió hasta él, quién sin dudarlo se abalanzó y lo recibió en un fuerte abrazo mientras dejaba caer sus lágrimas y dolor sobre el hombre del mayor.

Ambos sabían que había pasado, no tenían que ser adivinos. Llegaron demasiado tarde, como siempre, Imantado estaba llegando tarde.


Upsi.

-ANDY.

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