[O5]
Las campanas sonaban por todo el castillo, invitados de diferentes reinos asistían al baile antes de la coronación. El pueblo se había adornado para la ocasión con la ayuda de los habitantes.
Los carruajes pasaban y de ellos bajaban los más importantes mandos en cada reino, junto a sus príncipes y princesas.
Axozer apenas estaba terminando de arreglarse con ayuda de 2 personas de la servidumbre.
—Listo, joven príncipe.
—Quedo espectacular —exclamó una de las sirvientas.
Axozer sintió un poco de pena pero agradeció los halagos.
Ambas chicas se retiraron de la habitación haciendo una pequeña reverencia. El bicolor se miro una vez más en el enorme espejo, acomodó un poco su cabello y salió de la habitación.
Portaba una camisa un poco holgada con el cuello de tortuga, a las orillas de la camisa en el cuello y mangas estaban bordadas unas pequeñas flores en blanco. Por encima traía un corset negro, con pequeñas piedritas blancas por las orillas. Un pantalón negro, completamente liso, un poco holgado pero viéndose ajustado de la parte de los muslos. Sobre la camisa, una capa negra con destellos blancos se balanceaba al compás de sus pasos.
Con cada paso que daba, la música se volvía más audible. Inevitablemente sus nervios se hicieron presente y la imagen de un chico con cabellos plateados y ojos heterocromaticos vino a su mente, no negaría que la idea de bailar con él latía fuertemente en su cabeza, pero no le quedaba de otra que tener que evitarlo por lo que restaba de la noche, evitar que descubran su enfermedad se había vuelto la misión de todos los días.
Antes de entrar, tomó aire y finalmente se adentró en el salón. Su nombre fue anunciado por todo el lugar, con un poco de pena, bajo las escaleras adornadas elegantemente para el baile.
A quien menos quería ver se estaba acercando en su dirección, no podía huir ni poner alguna excusa, simplemente le tocaría dialogar un poco con Karchez, ya después se iría y no volverían a hablar en toda la noche, o al menos ese era el plan.
—Tal parece que el cielo nocturno y la luna, decidieron hacer de hoy su presencia la mejor de la noche —halagó con un sonrisa ladina, inclinó 45° su cuerpo en una reverencia.
—Me halaga con tan espléndidas palabras —devolvio el saludo con una reverencia.
Ambos rieron, parecía que hace mucho no habían tenido tiempo para ellos dos, y no era mentira. Axozer pasaba la mayoría del tiempo preocupado en evitar que su enfermedad progresara más rápido de lo que debería y que no vieran ningun pétalo caer de su boca. Karchez, aunque su vida seguía igual de normal que antes, intentaba acercarse hacia Axozer nuevamente, así aprovecho esa oportunidad.
—¿Quieres bailar?
Axozer un poco sorprendido se lo pensó, probablemente no sería buena idea, pero no sonaba mal.
—De acuerdo.
Tomados de las manos, caminaron hasta el centro del salón, donde más parejas se encontraban bailando. Nadie los miró raro, nadie hacia comentarios indebidos mientras los observaban y juzgaban con las miradas. Nunca había agredecido tanto que las parejas del mismo sexo fueran tan respetadas, hasta ese día.
Pasos con ritmo y el cuerpo de cada uno danzaban a la melodía de la música sonada. Cada uno seguía los pasos del otro, encontrando en ellos un dulce sentimiento positivo.
Por primera vez en la noche ambos se miraron a los ojos, analizando todos los sentimientos que estos mismos le podían transmitir a cada uno.
En la mente de Karchez una pregunta no dejaba de divagar, teniendo miedo de lo que podría resultar si la decía, imaginando situaciones posibles y sintiendo un temor más grande del que se estaba imaginado. Y es que después de ver el pequeño pétalo rojo caer de las manos de Axozer, sus dudas florecieron y la curiosidad terminó ganando, no pudo evitar investigar, pero lamentablemente no había encontrado nada. Quizá era porque no sabía por dónde empezar a buscar o realmente no sabía buscar.
Axozer simplemente quería disfrutar los momentos que le quedaban al lado de Karchez, sabía que pronto tendría que dejar de verlo, dejar de hacerse sufrir y poder respirar tranquilo. Entendía a su hermano, por esa razón buscaba ayudarlo, pues la enfermedad podía terminar cuando la persona enferma supiera que sus sentimientos eran correspondidos y lo pudiera asimilar, solo esperaba que no fuera demasiado tarde para que Imantado le declarará sus sentimientos a Deqiuv.
Terminaron de bailar y se dirigieron hacia la mesa con bocadillos.
Karchez se armó de valor, necesitaba disipar sus dudas, quería saber que era exactamente lo que le estaba sucediendo a Axozer.
—Oye, Axo.
El bicolor volteó hacia Karchez.
—Dime.
Justo cuando estaba por hablar las luces del salón bajaron su intencidad y una música tranquila comenzó a sonar. Al parecer era hora del baile del próximo rey.
Deqiuv hizo acto de presencia, asombrando a todos en el lugar con el espléndido traje que portaba. Un corset azul marino con pequeñas piedras en dorado, unos pantalones del mismo color al corset que quedaban holgados en las piernas y una capa azul rey.
Karchez se comenzó a replantear que tan fan era esa familia de las capas.
El beile dio inicio, Deqiuv junto a una chica comenzaron dando los primeros pasos junto al ritmo de la melodía, cada paso era hermoso, la coordinación que llevaban era estupenda y hubieran seguido así de no ser porque repentinamente Deqiuv se agachó y tapo su boca con sus manos. Todos los presentes miraron confundidos la escena, pensando que quizá era algo nuevo que habían decidido implementar en el baile real. Por su parte, Axozer sintió un extraño miedo inundar su ser, quería correr hasta su hermano pero sus piernas parecían estancarse contra el suelo.
Deqiuv ya no pudo más y la tos ya no era posible de retener, junto a eso los pétalos y rosas saliendo de su boca acompañados con gotas de sangre. De inmediato, Auron llamó a los guardias y les ordenó que llevarán a su hijo a su cuarto, dando por terminado la fiesta.
Karchez miro a Axozer que miraba hacia un punto fijo y con lágrimas saliendo de sus ojos, sin esperar más lo abrazó, esperando poder ser un poco de apoyo para el bicolor.
Cris miró interrogativa como todos alrededor del salón comenzaban a sacar sus propias conclusiones y algunos miraban horrorizados las flores con sangre en el frío suelo.
—Asi que era verdad —tomó lo que le quedaba en su copa —Ninguna familia real parece salvarse de las maldiciones de brujas.
POR FIN, estuve más de dos semanas haciendo el perro capítulo y por fin lo terminé. Así que de vdd espero que les haya gustado pq sino procederé a darme un tiro en la cabeza.
Anyways, los siguientes capítulos estarán un poquito intensos pero vendrán con más info sobre los acontecimientos en este capítulo, tanto la enfermedad de Deqiuv como las palabras de Cristinini.
Supongo que es todo, les agradezco el apoyo que le han dado al fanfic, de verdad muchas gracias.
Nos vemos en el siguiente capítulo, y den un vistazo a los demás fanfics que tengo publicados jjjjj.
muak, muak.
-ANDY
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