Cruzamos rápido la manada de Pilar, pasamos por el bosque donde llegamos al barranco, yo iba en el lomo de Egan, los osos aparecen y nos persiguen queriendo una revancha, pero Egan no les prestaba atención, él acelera el paso decidido y junto a los otros dos saltan y llegamos al otro lado. No se detienen, siguen corriendo y cruzamos el lago.

Egan hace un sonido con la boca pero volteando a verme sin dejar de correr, yo asentí comprendiendo lo que quería, porque era obvio, apreté la piedra y mostré el mapa.

Egan lo mira y dobla rápidamente, escondí el mapa de nuevo.

Ellos no querían perder ni un segundo de nuevo, querían llegar a donde Hanna cueste lo que cueste.

***

***

Dos días después.

- Si seguimos por aquí llegaremos más rápido - Habla Egan mirando el mapa, teníamos una fogata encendida y cocinando la comida.

- Tardaríamos un día más - Dice Kyle sonriendo.

- Decidido, mañana en la mañana volveremos a partir - Dice Ryo levantándose y juntando sus manos.

- Si, así que descansen bien - Dice Egan.

Sonreí y agarré lo que iba a comer al igual que todos, aunque me reí por las mini peleas de Kyle Ryo, pero miré hacia un lado.

Estaba todo muy tranquilo, nos habíamos alejado bastante y no creía que los hombres de mi padre nos siguieran de nuevo, ahora lo que me preocupaba eran esos licántropos...

- ¿Ocurre algo? - Miré hacia un lado y vi a Egan sentándose a mi lado.

- Nada, solo pensaba - Dije sonriendo levemente, él asiente - Oye... ¿Tú crees... que el que sea en realidad un deseo... no me hace... humana? - Pregunté.

Tenía esa duda desde que me había enterado de lo que... soy...

- Da igual lo que seas realmente - Dice Egan - Para mi, y para los demás, eres humana... y una muy especial -

Me sonrojé pero sonreí tímidamente, Egan me devuelve la sonrisa pero entonces se levanta y me tiende la mano.

- Quiero mostrarte algo, ven - Dice.

Yo dudé un momento pero agarré su mano y me ayudó a levantarme.

- Chicos, cuiden el campamento, enseguida volvemos - Dice Egan.

- ¿A dónde va Alpha? - Pregunta Kyle.

- Si... ¿A dónde pretende llevar a la señorita? - Ryo levanta repetidas veces las cejas, yo me sonrojé de nuevo pero Egan ríe a carcajadas.

- No es asunto suyo, solo cuiden el campamento -

- ¡Si señor! - Dicen ambos haciendo una pose militar pero sonriendo con diversión.

Egan me mira y me jala levemente para que comience a caminar y eso hice. Él me lleva hacia el bosque, no suelta mi mano en ningún momento y yo sentí una picazón en esta, era diferente a la primera vez que me había tocado y despertado la gema.

Reaccioné y aparté esos pensamientos, me concentré en no tropezar y seguir a Egan quien parecía emocionado, me mira un momento por encima de su hombro y me sonríe, le devolví el gesto y entonces se detiene.

- ¿Dónde estamos? - Pregunté.

- Ah, mira - Dice soltando mi mano un momento.

Cuando lo hizo fue como sentir que el calor en mi mano desaparecía y una fría ráfaga de viento la cubría.

Él se acerca a una pared de arbustos y hojas para hacerlas a un lado.

- ¡Huh! - Abrí los ojos de par en par sorprendida.

Era como un pozo de agua natural, con muchas luciérnagas y rodeado de árboles que decoraban con sus lianas haciendo ver todo más hermoso.

- ¿Cómo... sabías de este lugar? - Pregunté pasando por su lado y mirando mejor todo.

Una luciérnaga vuela hacia mi y yo levanté mi dedo consiguiendo que esta se posara en el.

- Lo vi cuando estábamos llegando a esta zona, claro que fue difícil sin las luciérnagas iluminando - Dice.

La luciérnaga en mi dedo se va y yo volteé a verlo cuando se acerca a mi.

- Ven, siéntate - Dice.

Ambos nos acercamos al borde del agua y nos sentamos en el suave césped, sonreí mirando todo, sentía como si el solo hecho de estar aquí me relajará y me hiciera olvidarme de todo.

- Es muy hermoso... - Dije.

- Si... - Lo escuché.