III: Los ángeles de zeus

Deathmask: Dita! Solo escoge una maldita semilla y vámonos!

Afrodita: cállate y no me grites, tu querías acompañarme, si es mucha molestia puedes volver al santuario, yo no te estoy impidiendo nada.- hablo con voz serena, estaba en el mercado de rodorio escogiendo semillas de flores para su jardín, le sería fácil escoger una, pero su acompañante le tenía irritado desde que llegaron al lugar.

Deathmask: yo quería pasar un día contigo y me traes a ver estas aburridas Semillas!

Afrodita: yo te dije que no tenía tiempo para salir contigo...

Luego de un pequeño cruze de palabras, el caballero de cáncer solo le quedó esperar a que su amada rosa, terminará sus compras. Después de unos minutos ambos caballeros volvían al santuario, death cargando las compras de su "amor" con cara de pocos amigos.

Deathmask: al menos podemos almorzar por aquí? Yo invito

Afrodita: las doncellas debieron preparar una buena comida, así que no gracias

El italiano suspiro de manera molesta, quería encontrar la manera de impresionar al caballero de piscis, pero aunque haga mil maravillas, afrodita no le prestaba ni la más mínima atención. Detuvo sus pasos cuando afrodita también lo hizo, como caminaba detrás del sueco no sabia que ocaciono que este se detuviera. Hasta que escuchó una voz de un anciano, se puso al costado de su compañero y distinguió a un hombre muy viejo, cubierto con una capa negra. Le miro de manera extraña y con desconfíanza, pero afrodita lo miraba con asombro.

Desconocido: Afrodita es tu nombre, verdad jovencito? -Pregunto el anciano, el sueco solo pudo distinguir esos ojos plateados que le transportaban a otra vida, poco a poco esos ojos hicieron que el guardian del último templo entrará en una especie de trance.

Afrodita: S-si...-susurro, no sabia porque, pero aquel anciano y esa voz le hacían sentir una extraña atracción, lo observaba como si hubiera visto a un familiar desparecido y que después de largos años volviera.

Desconocido: Afrodita, serias tan amable de aceptar esta rosa en señal de agradecimiento? Yo estoy a punto de pasar a la otra vida, pero ver tu belleza y pureza, alegraron mi viejo corazón, nunca pensé estar vivo para apreciar tanta belleza. -El anciano le extendió una rosa azul al joven, eso solo aumento la desconfianza de deathmask.

Deathmask: sabes que no se debe aceptar cosas de extraños Verdad?- En esos momentos aquel anciano miro al guardian de cáncer con molestia, esa mirada fue suficiente para que una especie de fuerza empujara al italiano como a unos cinco metros haciendo que chocará contra un muro, el caballero de piscis no se dio cuanta cuando eso sucedió, ya que su mirada estaba inmersa en aquella rosa, el anciano empezaba a sonreír, aquella sonrisa era tétrica, deathmask trato de acercarse a ellos, pero había sido demasiado tarde.

El caballero de piscis había caído inconsciente al suelo, y aquel anciano empezaba a rejuvenecer, su arrugada piel se volvía más suave y tersa mientras que su cabello canoso tomaba un color oscuro como la noche, se enderezó mostrando un joven bastante hermoso a esa belleza se le sumo unas alas doradas que resplandecían con el ocaso del atardecer.

Deathmask: quien eres!?- comento con dificultad, ya que la caída que había tenido lo había dejado totalmente aturdido. A las justas podía moverse y ver esa trasformación lo dejo con la boca abierta.

Amidas: mi nombre es Amidas, uno de los principales ángeles de zeus, y mi compañero necesita un cuerpo para estar en este mundo, por lo que este joven es perfecto para el.

Deathmask: no permitiré que te lo lleves!- Grito desperado, se puso de pie y utilizo las hondas infernales para atacar a ese ángel, pero una especie de barrera lo protegía, evitando que el ataque del caballero de cáncer lo lastimara.

Amidas: los humanos siempre fueron tan patéticos, no tengo tiempo para lidiar con tus niñerias.- dijo con una voz calmada, mientras tomaba su collar y lo colocaba en el cuello de afrodita, el cuerpo del nombrado se iluminó con un aura azulina. Aun inconsciente el ángel lo tomo entre sus brazos y  ambos desaparecieron del lugar entre un torbellino.

Deathmask se había quedado perplejo, cuando despertó de su trance corrió al santuario a informar al patriarca sobre el supuesto secuestro de su amado. Si en verdad aquella persona decía ser un ángel de zeus, el italiano no lograba comprender como alguien tan importante estaba en la tierra y lo que más lo intrigaba era saber porque querian a afrodita.

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Amidas: Querido zephel, despierta. -El ángel acarició la mejilla del caballero de piscis quien ya hacia inconsciente en un pradera. Pronto el menor abrió sus ojos, pero ya no era afrodita, era el ángel zephel en el cuerpo del guardian de piscis por lo que no se impresióno al ver a amidas cerca suyo.

Zephel: amidas...ya encontraste al príncipe? 

Amidas: aun no, pero tenemos hasta la media noche

Como el cuerpo que ocupaba zephel era uno al cual no estaba acostumbrado, su compañero le ayudo a ponerse de pie. Le sería difícil manejar ese cuerpo más porque tenía que retener el alma de afrodita para tener ese cuerpo en control total.

Amidas: crees que puedas manejar ese cuerpo? Si deseas puedo conseguir otro

Zephel: no te preocupes, primero encontremos al príncipe. -en cuestión de segundos al ponerse el sol, y las estrellas empezaban su reinado en el cielo los ángeles sintieron el cosmo de su príncipe.

Amidas: no fue tan difícil de ubicarlo

Zephel: pongámonos en marcha

El ángel de alas doradas saco una espada con magníficos detalles, la cual alzó a los cielos, los cuales se oscurecieron, tomo de la cintura a zephel y ambos fueron consumidos por un rayo.

Aquel rayo reaparicio delante de los caballeros que estaban por consumar su acto de amor, el rayo ocaciono un polvo que cubría los cuerpos de los ángeles, por lo que milo y camus no pudieron distinguir de quien se trataba realmente.

Milo: quienes son ustedes!? - El escorpión se puso delante del guardian de acuario, el menor tenia un gran temor que recorría su cuerpo, milo estaba igual pero eso no lo demostraba, después de que el polvo despareciera el mayor pudo distinguir esas siluetas, quedo asombrado al ver a su compañero a lado del supuesto enemigo.- afrodita?

Ninguno de los ángeles mostró emoción alguna, solo mantenían una expresión neutra al observar al caballero de escorpio, Amidas se movió más rápido que la velocidad de la luz, que milo no se percato del golpe que acababa de recibir en su estomago, tanto fue la fuerza y el dolor que sentía que cayó al suelo arrodillado.

Camus: Milo! -Inmediatamente el francés se acercó para auxiliar al escorpión, ante esa acción zephel tomo el brazo de camus y lo separo bruscamente del escorpión. El acuariano se resistió pero la fuerza de aquel ángel era mucho más que la suya, en cambio el ángel zephel no hacía mucho esfuerzo para sostener al menor. El otro ángel pateó el rostro del escorpión haciendo que su cuerpo quedara tendido en el suelo, aquellos golpes no eran simples, tenia una especie de fuerza que consumía la energía del contrario y lo dejaba totalmente debilitado.

Camus: porfavor ya basta! Déjenlo!

Amidas: caballero de athena, como se atreve usted a tocar el cuerpo del príncipe de los dioses?

Camus: que!?

Milo: déjenlo...- murmuró con debilidad

Zephel: su castigo por tratar de arrebatar la pureza del príncipe ganimedes es la muerte.

Camus: No!

Amidas desenvaino su espada divina la cual estaba por clavar en el pecho del escorpión, el cual solo tenia una mirada de odio y rabia hacia el ángel que lo amenazaba con esa espada, cuando el ángel estaba por ejecutar su movimiento, el pequeño acuariano cerro fuertemente sus ojos; ya que no quería ser testigo de una atrocidad. Pero en esos momentos sintió un enorme cosmos cubría a su ahora amado griego, al igual que la armadura de escorpio, lo que ocaciono que la espada de amidas se rompiera y quebrantara en miles de cristales.

Milo: no se quien eres tu o porque afrodita esta de lado tuyo, pero yo no voy a permitir que se lleven a ganimedes, en el nombre de antares cumpliré mi antigua promesa!- el joven se puso de pie y con su aura resplandeciente apartó al ángel. 

Amidas: asi que todo este tiempo te escondías en un cuerpo humano, verdad Antares?

Zephel: tal vez no nos recuerdes ángel traidor, así que nos presentamos mi nombre es zephel pero como pudiste notar estoy tomado prestado el cuerpo del joven afrodita.

Amidas: y yo soy amidas, el gran zeus nos envió por el príncipe ganimedes y llegamos en buena hora ya que estabas por arrebatarle su pureza.

Tanto milo como camus no entendían a lo que los ángeles se referían, pero eso no impedio que milo tratara de enfrentarse a esos dos.

Milo: suelten a mi camus! Y déjennos en paz! -El guardian de escorpio no dudo más y empezó una batalla, cuarpo a cuerpo con amidas mientras que el galo solo trataba de separarse del agarre de zephel.

Camus: yo no soy ganimedes! Así que les ruego que me suelten!

Zephel: estar tanto tiempo en la tierra te removió las ideas, ahora te atreves a revelarte ante nuestro dios!?

Camus: no se a lo que se refieren, pero no permitere que lastimen a mi antares!

El menor empezó a llorar, mientras que sus lagrimas se transformaban en cristales de nieve a medida que caían de su rostro. Pronto su cuerpo empezó a expandir un aura fría y brillante, la armadura de acuario no tardó en vestir y proteger al joven francés; con su fuerza incrementada logro zafarse del agarre de zephel, preparando su próximo ataque.

Camus: no volveré con zeus!- y con esas palabras los dos ángeles notaron que tanto como ganimedes y antares despertaron en los cuerpos de camus y milo. Los cuales empezaban a pelear con los ángeles para cumplir su promesa.

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