I: En la era del mito

El origen de acuario, tiene una historia detrás de ese bello conjunto de estrellas.

Todo empieza así:

En un castillo en Grecia, un rey presenciaba el nacimiento de su primogénito, lo que soprendio a su majestad fue la gran belleza y hermosara con la que nació su pequeño hijo.

A la vez que se presenciaba el hermoso nacimiento, también presenció la muerte de su amada esposa. Aunque fue un golpe duro para todo el reino, paso más rápido de lo que pensaron pues a medida que el pequeño príncipe crecía la felicidad del reino también lo hacía, y la verdad es que era que el príncipe no sólo era hermoso por fuera sino también por dentro.

Su padre lo bautizo con el nombre de ganimedes, como era su único hijo siempre lo mandaba con una docena de soldados y perros que cuidaban del menor.

Uno de los días en que el hermoso príncipe paseaba por las padreras de su reino, se detuvo a tomar un baño en el río.

Ganimedes: Dacrio, serias tan amable de ayudarme en quitarme mi túnica?

Dacrio: claro...mi príncipe...-el mencionado era el principal soldado que cuidaba del pequeño príncipe, en un futuro representaría el signo de sagitario, por ahora solo era el arquero de ganimedes.

Dacrio no tardó en obedecer las ordenes de ganimedes y de una manera delicada le quito la túnica de seda para que el menor se metiera al río.

Los perros se quedaron dormidos en medio de las sombras de los árboles que había alrededor y los soldados solo se quedaron sonrojados, al ver desnudo a su príncipe que disfrutaba de su baño.

Lo que nadie sabía es que alguien más observava al pequeño príncipe.

Desde los majestuosos cielos griegos, el dios zeus tenia su mirada plantada en la belleza de ganimedes; el baño que tomaba el menor era un espectáculo erotico para el dios del rayo. No dudo ni un segundo más y desde lo alto del monte olimpo, zeus  se lanzó al mundo humano transformándose en un águila de plumas doradas y blancas.

Dacrio: mi príncipe es hora de irnos...su padre se preocupara sino llega a tiempo

Ganimedes: tan pronto?

Dacrio: si mi príncipe, mañana volvemos

Ganimedes: lo prometes? -El menor se encontraba saliendo del río, mientras que su arquero lo cubria con su capa. Los ojos del pequeño se iluminaron cuando escucharon la propuesta del arquero.

Dacrio: lo prometo...

Ganimedes: gracias! -Cuando el bello príncipe estaba por abrazar a su arquero, llego aquella majestuosa águila, tomando a ganimedes de sus hombros llevandoselo de ahi.

Los perros despertaron y empezaron a ladrar persiguiendo al ave que se llevava a su príncipe, los soldados disparaban sus flechas y arrojaban lanzas sin éxito alguno.

Apesar de que todos hicieron lo posible para que zeus no se llevará a su amado príncipe no lo lograron, asi desapareciendo entre las nubes zeus logro su cometido.

Los soldados no sabían que hacer, se miraron entre ellos y luego al cielo. Como explicarían a su rey, la desparecion del pequeño príncipe? Dacrio, no se quedaría con los brazos cruzados de alguna manera u otra salvaría a su príncipe.

Mientras tanto en los campos eliseos, hogar de las divinidades celestiales en un castillo de cristal y mármol se encontraba el príncipe durmiendo profundamente, cuando desperto pensó que lo que había pasado era una simple pesadilla pero al ver a su alrededor no era así.

Ganimedes: donde...estoy?

X: en el lecho de un dios.-esa voz asustó al príncipe, su mirada buscaba al dueño de esa voz hasta que se paro en un joven mayor que el pero no tanto, su cabello era rubio, sus ojos era como dos zafiros tan azules como el mar pero a la vez claros como el cielo, la piel blanca desprendía un brillo especial.

Ganimedes: quien es usted?

X: disculpa por no presentarme ante ti, soy zeus...tu dios

El pequeño príncipe se quedo asustado, no dudo de las palabras del rubio sin embargo estaba asustado más saber en donde estaba y lo que pasaría con el, al estar frente al soberano del olimpo.

Desperto de sus preocupaciones cuando noto que el dios se empezaba a quitar las túnicas de seda, que lo vestían frente a él.

Ganimedes: que...que hace?

Zeus: la razón por la que estas aquí es porque me enamore a primera vista de ti...tu cuerpo me seducio y ahora quiero ser yo el dueño de todo tu ser

Como ganimedes aun era un joven inocente, a penas cumplía sus 16 años no entendio nada de lo que zeus dijo. Los nervios crecían cuando el dios quedo desnudo ante el, inmediatamente se sonrojo y volteo su cabeza para no ver al dios aun así,  con unos rápidos movimientos el dios despojo de sus prendas al príncipe y beso esos pequeños labios rosados con pasión y lujuria unidos, las manos del dios deliniaron el majestuso cuerpo del príncipe, la piel inmaculada del menor se lleno de marcas, esa noche zeus conoció cada centímetro del cuerpo de ganimedes.

Una vez que zeus destruyó la castidad y pureza del pequeño príncipe, termino por convertirlo en el copero de los dioses; ocacionando un gran lio entre todos los dioses aun así aceptaron a ganimedes como su copero.

Con el nuevo deber de ganimedes muchos dioses quedarán cautivados por la hermosura de ganimedes y su bondad.

Eso solo era el principio de un amor enfermizo, las leyendas mostraban una versión más inocente y romántica, pero la verdad era un abuso de poder y cero amor entre ganimedes y zeus.

Un día en los que ganimedes se quedaba en el palacio de zeus mirando las praderas atraves del balcón en donde estaba se decidió salir, sabia que zeus demoraba horas y horas en volver de sus deberes, por lo que pensó que no se daría cuenta de su ausencia.

Salió del palacio, caminando por las praderas de flores y riachuelos de aguas cristalinas, se sentía bien estar libre sin tener al soberano del olimpo serca suyo.

Ganimedes extrañaba a su padre, sus soldados guardianes y a su reino. No podía hacer nada por regresar puesto que seguía siendo prisionero de zeus. Mientras cada vez se alejaba del palacio el pequeño príncipe se dio cuenta que estaba perdido, no sabia por donde volver y eso le asustaba sino estaba para cuendo zeus llegara, el dios le daría un castigo que jamás olvidaria.

Pensando en los posibles castigos que le darían, ganimedes trataba de volver al palacio, pero al parecer se perdia más de lo que ya estaba. Como había caminado mucho se dispuso a descanzar bajo un árbol hasta que escuchó una explosión que provenía de los cielos, cuando miro arriba noto dos luces de color rojo y azul, moviéndose a una increíble velocidad chocando entre ellas, lo que formaba una lluvia de estrellas que desaparecían antes de llegar al suelo.

El príncipe se quedo asombrado pero también asustado, cuando estaba por tomar nuevamente su camino aquella luz roja cayó frente a él mientras la luz azul desaparecía, cuando el cuerpo celeste dejo de desprender esa luz roja, ganimedes pudo ver a un joven rubio y moreno con unas alas gigantes plateadas y su túnica rasgada, el joven caído aun seguía vivo pero respiraba con dificultad.

Ganimedes, solo pensaba en que debía salvar la vida de ese ángel, cueste lo que cueste, hasta que recordo que zeus le habia entregado una pequeña botella de cristal que colgaba en su cuello, en forma de un diamante, el contenido de ese envase era el elixir de la vida. Con cuidado el menor tomo el rostro del ángel para luego hechar en la boca del rubio tres gotas de ese elixir.

Al pasar los segundos, las heridas del ángel sanaron y este empezaba a despertar, cuando abrió completamente sus ojos observo detenidamente al responsable de salvarle la vida. En los segundos que se quedó viendo a su salvador gravo en su mente la piel blanca, los cabellos rojos como el fuego y sangre fusionados, los ojos violetas y esos labios rosados.

Ganimedes: te encuentras bien? -Pregunto, mientras veia como el rubio se ponía de pie.-como te llamas?- interrogó una segunda vez al observar como el ángel estaba dispuesto a irse.

Xx: a ti que te importa? No creas que te debo algo por salvarme la vida porque no te lo pedí...

Ganimedes: lo siento...pero dime al menos te encuentras bien?- el príncipe también se puso de pie y trato de acercase al ángel sin embargo antes de dar paso, el rubio lo miro de mala manera dejando a ganimedes en su lugar.

Xx: antares...

Ganimedes: Disculpa? 

Antares: eres sordo o que? Mi nombre es antares

Ganimedes: te sientes bien?

Antares: oye niño haces demasidas preguntas, por lo que veo tu eres un príncipe y yo sirvo a los dioses como un guerrero por lo que no tengo tiempo que perder, nos vemos! -sin agradecer el gesto bondadoso del príncipe el ángel había emprendido su vuelo, perdiéndose en los cielos como una luz roja y se notaba más claro pues la noche había llegado.

El príncipe dedujo que si el era dueño de esa luz roja, la luz azul que vio en un principio era otro ángel que había lastimado a antares. Dejo el asunto de la luz de lado y recordó que estaba perdido.

Ganimedes: maldición...ya es demasiado tarde

Esa noche el pelirojo hizo lo que estaba en su alcanze para volver al palacio de zeus antes que el dios, pero para su mala suerte era tarde y zeus ya estaba lanzando rayos de molestia y rabia.

Mientras tanto en un lado del olimpo donde había un pequeño desierto y un río caudaloso, a una mansión que quedaba eb ese lugar, llegaba el ángel de la luz roja.

Antares: me creían muerto pero sobreviví, en tu cara zephel! -Entro a la sala sonriendo

Zephel: la próxima no tendré piedad...-comento en un tono calmado, sin tomarle mucha importancia, zephel era otro ángel de alas color bronce, su piel blanca y su cabello celeste era corto que le llegaba hasta los hombros y un mechón cubria su ojo derecho

Antares: nunca podrás matarme! A este paso el gran zeus me elegirá como rey de los angeles!

Zephel: no exageres, amidas te supera a ti y a mi, si quieres que zeus te reconozca primero matalo. -Esta vez zephel miro a otro lado mientras tomaba una taza de té, no le interesaba escuchar las palabras de antares.

Amidas: porfavor a mi no me incluyan en sus patéticas peleas matrimoniales.-en la sala en donde estaban reunidos llego un ángel, de cabello negro y largo, piel canela y ojos plateados, sus alas eran doradas como los rayos del sol.

Antares/zephel: nos odiamos! Como llegaríamos al amor!?

Amidas: entre el amor y odio hay un solo paso

Antares: cállate, me dan náuseas tan solo pensar en la posibilidad de tener algo con zephel

Zephel: el sentimiento es mutuo, antares...y que te salvo la vida? Que yo recuerde te deje más muerto que vivo

Antares: pues...-el ángel estaba por explicar lo que había pasado hasta que se dio cuenta que en la mesa solo había dos platos de comida.-Amidas...y mi comida?

Zephel: como te creíamos muerto, tire tu ración a la basura.

Antares: que!? Que se supone que voy a comer? Amidas!! Di algo! -golpeó la mesa, haciendo que el té de zephel, cayera al suelo. Lo que ocasionó la mirada molesta de este hacia antares.

Amidas: dejen las paleas matrimoniales

Antares/Zephel: que no somos nada! -Gritaron en un insonio, empezando a pelear entre ellos, amidas no soportaba esa pelea "infantil" por lo que se retiro.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top