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El gimnasion de Seirin no tenía nada que ver con el tamaño al que estaban acostumbrados nuestros tres protagonistas.

Mas bien, pocas escuelas tenían el tamaño de Teiko.

Harry por su parte estaba haciendo pucheros por culpa de sus dos acompañantes.

-Sei! deja de mirar mal a Tet-chan, y tu Tet-chan- dijo girandose a su izquierda donde el chico de pelo azul claro estaba haciendo como si el cielo fuera la cosa mas interesante del mundo- deja de probocar a Sei- dijo mientras lo apuntaba con el dedo en su pecho, mientras el chico de pelo rojizo se reía a escondidas detras de Harry.

Por supuesto eso le gano una mala mirada por parte de sus dos acomprañantes.

-¿Crees que nos acepten en el club a Tet-chan y a mi?- dijo mirando a su primo quien iba ligeramente por delante de ellos.

-Por supuesto que si, y si no es así, ellos van a perder a tres importantes piezas para la victoria absoluta- dijo con descaro, no pensaba jugar en ese equipo de perdedores si su Harry no estaba allí con el como analista.

Le gustaba mucho la victoria, pero le gustaba mas Harry.

Suspirando, los tres se adentraron al gimnasion sin ser conscientes de la tormenta que se acercaba.

Dentro el equipo de Seirin estaba sacando la equipacion que iban a utilizar ese día para ver que tan buenos eran los novatos, mientras los novatos estaban saliendo del vestidor ya cambiados para empezar.

Los tres se dieron prisa y fueron a cambiarse, aunque fueron Kuroko y Akashi los que se dieron cuenta de que tendrían que hablar con el entrenador para que abriera el vestuario de chicas para qu Harry y Tetsuya se cambiaran.

Era simplemente inaceptable e inmoral que dos sumisos se cambiaran con los demas hombres.

Todo estaba bien, hasta que Riko,- quien se había presentado como la entrenadora -, había mencionado que debían quitarse la camiseta.

-Harry y Tetsuya no van a sacarse la camiseta- la voz dominante y autoritaria de Akashi Seijuro se dejo escuchar por todo el gimnasio.

Todos los jugadores estaban callados, realmente el tipo desprendía una aura de autoridad de la cual muchos solo querían esconderse, sobre todo porque el tipo daba miedo.

Riko por otra parte, no iba aceptar su mierda por muy capitan de la generacion milagro que fuera.

-Todos deben de hacer, ellos dos incluidos.- dijo con una vena ya en la frente.

-Harry y Tetsuya son sumisos, va contra la ley el que se desnuden en publico y mas delante de tantos hombres, no permitire que destroces el futuro de mi primo y prometido haciendo que manchen su historial y llamandolos prostitutas.- dijo firmemente, mientras miraba extremadamente mal a la entrenadora de Seirin, estaba a un paso de irse de ahí como continuara con esa actitud.

Fue ahí que todos reconocieron quien era Harry, sabian gracias a las presentaciones quien era Kuroko Tetsuya, pero Harry había salido de su mente hasta que lo habían recordado.

Era de los pocos sumisos en Japon que necesitaban mas de un dominante para estabilizar su magia, se decia que ya los había encontrado a todos y, por pura casualidad habían resultado ser los miembros de la generacion de los milagros, los que a su vez pertenecían a las familias mas influyentes y poderosas del mundo.

Ahora mismo tanto Riko como los veteranos del equipo de baloncesto estaban sudando a mares.

Esperaban que Potter Harry no se hubiera ofendido, era imposible que Seirin o cualquiera de sus familias combinadas pudiera pagar la demanda que conllevaría si este incidente salía a la luz.

Antes de que pudieran responder, escucharon un tumulto de personas en la entrada del gimnasio, mas especificamente solo mujeres quienes estaban chillando como fangirls que obviamente eran, y, en medio de toda esa muchedumbre de personas estaba un rubio, quien disculpandose con el equipo de baloncesto, se despidio de sus fans de la forma mas rápida posible.

Minutos antes;

Muchas veces Kise Ryota odiaba a sus fanaticas, y mas como estuvieran obstuyendo el que fuera a encontrarse con su persona favorita en este mundo.

Su pequeño novio y prometido.

Solo esperaba que Akashichi no se enterara de que estaba yendo a ver a Harry, no quería recibir un castigo de su parte.

Pero de verdad que no podía pasar mas días sin verlo, por mucho que lo hubiera visto antes de ayer, un día y medio ya era mucho.

Solo esperaba que ningun tipo se hubiera atrevido a coquetearle a su adorable y hermoso novio, si no tendría que hacer desaparecer a esa persona.