El teleférico
Se abrió paso corriendo entre la gente hasta el principio de la fila.
— ¡Necesito un pasaje! ¡Debo tomar este teleférico sí o sí! —le gritó al cajero.
—Se vendió todo para hoy, puedo reservarte un pasaje para el siguiente.
— ¡No, no, no! ¡Debo ir en este!, ¡Voy parada, no importa!
Sólo cuatro minutos faltaban para que el teleférico partiese. En las puertas algunas personas aguardaban en la fila para ingresar.
Siendo un manojo de desesperación tomó una decisión. Un hombre aprovechaba los últimos minutos en el exterior del teleférico antes de iniciar un viaje de veintisiete horas.
Charleen se ocultó tras uno de los pilares de la terminal y puso la mano sobre su revólver. Obligaría a ese sujeto a darle su pasaje; lo obligaría a vendérselo en realidad, total, desde ese punto, aquello no contaba como asalto, resultaba... una "venta bajo presión".
Se aproximó con cautela, segura de lo que hacía intentó llamar disimuladamente la atención del hombre, para no levantar sospechas en el resto de gente.
— ¡Charleen! —le gritaron y alguien cayó pesadamente sobre ella.
— ¿¡Lucian!? —miró al chico con espanto.
El gran reloj que indicaba los minutos para partir reprodujo un ligero pitillo, anunciando que sólo quedaban dos minutos. El hombre recogió su equipaje y se metió al vagón, quitándole a Charleen su única esperanza.
—Qué gusto verte, pensé que no te vería nunca. Creo que no le agradaba mucho a tus amigos, especialmente al de cabello castaño, me prohibió acercarme a ti. ¿No está por aquí verdad? —Miró preocupado a todos lados.
Por un lado Charleen sentía un mínimo alivio al comprobar que Ethan no lo había asesinado, por otro, deseaba acabar con la vida del chico en ese instante.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó apretando los dientes.
— ¡Voy a Ithia! Tus amigos se equivocaron al enviarme la otra vez. Descubrieron la caja en la que iba cerca a Dédalo. Se supone que me mandarían directamente a Ithia, después pasé por varias cosas....
— ¿Te mandaron? —Charleen se desconectó de sus preocupaciones un segundo.
—Sí, bueno tus amigos tuvieron una buena idea, si viajaba en una caja de correo el pasaje era menor... —consideró.
Charleen imaginó la extraña situación. Ethan y Liaw lo habían mandado por correo a Ithia para deshacerse de él y Lucian veía eso como una buena idea.
— ¡El teleférico va a partir! ¡Se llama a los últimos pasajeros! —gritó uno de los trabajadores.
Charleen gritó, ya era tarde, todo había acabado. Llegaría a Ithia dos días después que sus amigos y sin ellos no podría entrar a Selo.
—Debo irme o el teleférico va a dejarme —anunció Lucian.
A Charleen se le iluminó el rostro.
— ¿Tienes un pasaje?
—Sí —se lo enseñó.
— ¡Dámelo! ¡Lo necesito! —le ordenó intentando arrebatárselo.
—No puedo, ya me retrasé demasiado tiempo en el viaje... —dijo inseguro.
—No me obligues a quitártelo por la fuerza...
Las puertas comenzaron a cerrarse una a una. Lucian intentó correr y Charleen lo detuvo. La poca conciencia que había sobrevivido a su desesperación le impidió arrebatarle el pasaje a golpes, así que cambió de estrategia. En su corto viaje aprendió que había dos tipos de hombres: los que se comportaban como dóciles corderos bajo la promesa de sexo y dinero, y Ethan, cuya motivación era atravesar a algún ser vivo con su espada. Lucian era una sub especia aparte, era tan manso e ingenuo que no necesitaba prometer demasiado. Puso un gesto de pena y se mordió sensualmente el labio.
—Lucian... sabes que si no fuera importante no te lo pediría. Debo tomar ese teleférico. Yo... te estaría muy, muy agradecida —recalcó sus palabras.
Lucian tragó saliva, jamás en su vida una mujer había coqueteado con él, menos una que consideraba tan bonita como Charleen.
—Podemos vernos en Ithia dentro de unos días, cuando llegues, y tú sabes... podemos pasarla bien —sugirió.
— ¡Claro! —sonrió excitado—. Te presentaré a mamá seguro te agrada y podemos salir los tres...
— ¡Eres un raro! —le gritó extrañada arrebatándole el pasaje de las manos.
— ¡Yo te busco! —le avisó desde lejos.
— ¿De verdad vas a dejarla? —Kari se sentó junto a Ethan, había dejado su vagón específicamente para cuestionarlo.
—Sí, ella empezó este viaje como un juego, pero se está saliendo de control. Mejor que ahora Biako se haga cargo de ella, así yo por fin me libro de llevar a rastras a una niña que se cree que lo sabe todo.
— ¿En serio? —Kari casi estalló en carcajadas, le resultaba más que obvio que Ethan mentía. Jamás había querido librarse de ella, y en su capacidad para palpar emociones ajenas, sentía que Ethan estaba inseguro y nervioso por primera vez en muchos años.
No estaba seguro de su decisión. Parte de su ser deseaba que ella apareciese de repente, regañándolo por no haber cumplido su trato; y como si hubiese deseado algo con demasiada intensidad o hubiese caído dormido y soñado exactamente lo que deseaba, Charleen pareció junto a ellos, respirando agitadamente, su aura se había tornado roja por la ira, en su mismo dije podían corroborarlo.
Kari hizo una mueca y no queriendo encontrase en medio de la discusión se escabulló ágilmente y se fue a hacerle compañía a Liaw en el siguiente vagón.
— ¡Tú, estás muerto! —gritó la chica señalándolo acusadoramente con el dedo mientras el teleférico comenzaba a moverse—. ¡No tienes idea de lo que tuve que hacer para llegar! Conseguir el pasaje fue una cosa, luego tuve que sobornar a los empleados para que me abrieran la puerta y tuve que coquetear con otro para que me deje cambiar de vagón.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó fingiendo desinterés.
— ¡¿Qué qué hago aquí?! ¡Pues tu qué crees que hago aquí! ¡Tenemos un trato! ¡Y te juro que te perseguiré por todo el maldito mundo con tal de que lo cumplas! ¡Se supone que debías acompañarme hacia Ithia! ¡Y también me prometiste llevarme al día de agradecimiento de los unuas!
—Es peligroso, esto ya no está en tus manos, no sigas viéndolo como un juego. Será mejor que al llegar a Ithia tomes un barco de regreso a tu pueblo, esa zona estará libre de disturbios en caso de que inicie una guerra.
Charleen intentaba mantener el equilibrio, un asistente le ordenó sentarse, cayó de aplomo en el asiento junto a Ethan.
—Pues sí me incumbe. Si los mindag quieren matarme es por algo, es porque de una u otra forma soy importante en todo esto, y no me iré hasta no saber por qué. Además, esa es mi decisión, no la tuya. Tu única función era ser mi guardaespaldas hasta poner un pie en Ithia, si quiero ir a zonas conflictivas, participar de su guerra, o viajar por el mundo mientras ustedes se matan mutuamente, es mi problema y a ti eso no te importa en absoluto —determinó con mucha seguridad. Ya suficiente tenía con que la gente de su pueblo le ordenase qué hacer con su vida como para que encima Ethan se inmiscuyera también. Ya no, ya lo había decidido, haría lo que ella quería, no lo que los demás consideraban correcto.
—Sí me importa —dijo en voz baja, volcando la vista hacia la ventana, observando como el teleférico se elevaba por una riel para seguir en línea recta por encima de las nubes.
Charleen calló y tragó saliva. No esperaba que Ethan admitiera abiertamente que sí le importaba. Se acomodó mejor y dejó su equipaje debajo del asiento. Tomó coraje para hablar.
—Lo siento —se disculpó finalmente—. Por todo lo que dije. Estaba alterada, tu raza no está maldita, es genial. Es solo que aún no los comprendo del todo, pero tampoco comprendo a los humanos y ellos sin duda no me comprenden a mí. Yo... estoy aprendiendo, déjame aprender. —Lo miró con un gesto que parecía transparentar su alma, dejándola expuesta como un libro abierto—. Esta es la finalidad de todo esto... no sé, creo que todavía busco mi lugar en el mundo y me gustaría pensar que está con ustedes, será tonto para ti que yo viva en esa fantasía pero... —Se detuvo, notando que Ethan sonreía cínicamente—. ¿Te parece gracioso lo que digo? —preguntó enojada.
—En cierta forma. Es que no tienes idea de lo que hablas —dijo con buen humor, trasmitiéndole de alguna forma esa satisfacción—. Ya estás aquí, no me queda otra más que cumplir. Pero debes estar consciente que en cuanto pisemos Ithia las cosas serán diferentes —le dijo. Charleen en ese momento atinó a asentir, no sabía todo lo que aquello conllevaba.
El que Charleen hubiese ido a buscarlo significaba demasiado. Eso era una muestra clara de que la humana quería estar con él. En Selo, la ciudad de los unuas, Charleen sería una más de ellos, y no pensaba dejarla salir de ese territorio bajo ninguna circunstancia si una guerra se avecinaba.
Se relajó después de tener esa conversación. Como siempre, jugarían a la amnesia temporal y pretenderían que nada había ocurrido ese día. Continuaban su viaje juntos y pronto llegarían a su destino.
Charleen se abalanzó sobre él de improvisto, se arrodilló y pegó las palmas de las manos contra la ventana. El sol se ocultaba y las nubes se coloreaban desde el rojo hasta el amarillo, pasando por todos los tonos posibles de anaranjado.
— ¡Esto es genial! —exclamó acurrucándose inseguramente en los brazos del guerrero—. Ethan... ¿Cuándo vas a admitir que soy importante para ti? Yo sé que te importo —dijo burlonamente, ya extrañaba molestarlo—. Sé que estuviste conmigo todo el tiempo mientras estaba envenenada —habló más seria—. Creo que no lo hubiera logrado sin ti. El solo saber que le importaba a alguien me ayudaba a soportar el dolor. ¿Alguna vez te ha picado una de esas serpientes?
—Sí, cuando era niño.
— ¿Y qué viste?
— ¿Qué vi de qué?
— ¿El veneno te hizo alucinar? Porque yo vi un montón de cosas —dijo recordando las visiones.
— ¿Qué fue lo que viste? —la interrogó prestándole mucha atención.
—Varias cosas —dijo algo avergonzada, no iba a contarle sobre las visiones de ella y Emmet, menos las que había tenido con él—. Bueno... eran como sueños, en uno de ellos tú y yo íbamos a Kadry. En mi sueño era una gran ciudad esculpida en hielo —describió el lugar que había visto, recordando su belleza.
Ethan frunció el ceño ¿cómo podía Charleen haber soñado con un lugar al que nunca había ido? Tenía una sospecha. La dejó continuar con sus relatos. Todas las respuestas las conseguiría en Ithia en cuanto les sacase información a Sahori y a Freya.
Como ven estoy subiendo a diario! pero comenten y voten para que siga subiendo seguido y empice de una vez por todas a seguir escribiendo la continuación! el segundo libro tiene que ser publicado en físico el próximo año así que cuento con ustedes para echarme porras XD
L@s quiero!!!
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