Capítulo 12
Paul McCartney todavía seguía sin asimilar completamente lo que su entonces ahora compañera sentimental le había dicho, se alejó inmediatamente de ella y la aventó del otro lado de la ventana mientras sus ojos la miraron terriblemente marginal.
— ¿Qué dijiste? — preguntó exaltado—. ¿Qué hiciste qué?
—Paul, no creí que,.. — Ella dudo con miedo—. Fueras a reaccionar así,
— ¿Cómo querías que reaccionara, Francie? — empezó a agarrarse mechones de su cabello, estaba al borde del colapso— ¿CÓMO? ¡Esa creatura era mi hijo y ni siquiera me dijiste que tenías un embarazo!
—Lo.. l-lo sé. — titubeó apenada. — Pero yo ya sabía perfectamente que a ese pobre bebé no tendría ningún futuro, tú de seguro no lo querías y...
— ¿Estás loca? — de la rabia, Paul pasó a la tristeza —. ¿Cómo puedes decir eso? ¡Un bebé es una bendición! ¡Me haces sentir como el peor hipócrita del mundo!
—. ¿Por qué? Yo aborte a ese bebé, no tú.
—Por eso mismo. — Paul se sentó sobre la esquina de su cama y sollozó lentamente—. Le reclame a mi mujer que tenía que hacerse cargo de ese niño, ella no lo abortó y ahora resulta— extendió sus manos—. ¡Que soy papá de un niño muerto! ¿Por qué lo hiciste? —sacudió a Francie de los hombros—. ¡Nunca entenderé!
—Te puedo explicar. — Francie dio un largo y conmovedor suspiro—. En serio, puedo hacerlo.
—Bien... ¡Vamos, dilo ahora!
Francie Schwartz seguía mirando el paisaje de Nueva York, la noche caía con más rapidez hacía la gran manzana y una ráfaga de viento ligero paso sobre su rostro, cerró la ventana, pero seguía sin mirar a Paul, tragó saliva y finalmente, explicó:
—Bueno... dirás que es extraño porque soy esa clase de mujer que aprovecharía cualquier cosa, motivo o situación potencialmente exitosa para lograr a amarrar a cualquier hombre y más que nada a alguien tan famoso, popular y guapo como tú, Paul, no dude ni un segundo en correr a los estudios Abbey Road para darte la buena nueva, y asegurando como eres, probablemente me hubieras pedido matrimonio como lo hiciste con la taradita de Linda Eastman. —suspiró ligeramente—. Era 1970, recuerdo todo bien, yo le había escrito una carta a John Lennon que decía lo siguiente:
Hola John
¿Cómo va todo? Probablemente ya no te acuerdes de mí, bueno soy Francie Schwartz, la ex novia de Paul, si dime una cosa antes que nada ¿Linda es tan bella como se ve en la televisión? Espero que no.
Como sea, mi principal motivo no es burlarme de la nueva "señora McCartney" sino que necesito ayuda de ti, antes de decirle a Paul la formidable y desalentadora noticia de que estoy esperando un hijo suyo, sí, definitivamente es suyo, fue nuestro "regalito de despedida" pero no sé qué hacer un bebé no está en mis planes o metas a futuro, pero no sé si debería tenerlo ¿Qué procede? Si Paul acepta sería genial, pero primero necesitaba consultarlo contigo, espero tu ayuda colectiva.
Nos vemos pronto.
--Francie Schwartz.
La carta se la había enviado a finales de 1969, pero él diría tiempo después que la recibió en 1970, aun así no recibí respuesta suya en ningún momento, pensé que lo que él había hecho era desleal y poco cortes. Primero pensé que no le había llegado, pero luego estipule que probablemente no me creería hasta que no viera mi enorme estómago, así que un día en 1970, después de descubrir la nueva dirección respecto a los estudios de la Apple, decidí ir a visitarlos, esperando vagamente que tú pudieras atenderme pero...
—Hola— sonreí—. ¿Cómo estás? Hace mucho que no te veo, Yoko.
— ¿Qué necesitas? — me preguntó la japonesa de mala gana.
— ¿Se encuentra Paul? Es muy urgente verlo, sino es él, que sea John por favor.
—Le diré a John que venga— cerró la puerta sobre mi cara.
Espere impacientemente a que alguno de los dos pudiera verme y/o atenderme, fueron largas horas afuera de Abbey Road, pensé que te estaba llamando o algo así, hasta que salió John, no podía creerlo, se veía diferente a como lo recordaba, tenía una gran barba, cabello desalineado y esponjado, lentes desgarrados y una expresión morfema bastante aterradora, ni siquiera pensé que fuera él, pensé que era un vago o el conserje de los estudios.
—H-hola...—dije muriéndome del miedo.
—. ¿Qué quieres? — preguntó mil veces peor a como lo había hecho Yoko.
—Quisiera saber si estaba Paul. —me ocasionó terror verlo, pensé que estaba al borde del colapso, sus ojos rojos, sus brazos deshechos por tanta heroína y estupefacientes le daban un aspecto peor.
—No, está de vacaciones con su señora esposa.
—Uh...— dije molesta— ¿Cuándo regresará?
—No lo sé, pero no lo molestes, por favor, olvídate de él, Paul es muy feliz sin ti.
—Supongo que... estás mirando mi panza, este hijo es suyo.
—Sí claro. — se burló sarcásticamente—. Lo que digas.
—Es cierto— asevere ante sus burlas.
—Bueno, me encantaría ayudarte, así que te daré un consejo desde lo más profundo de mi ser— intento sonar serio, pero solo relucía su lado idiota—. Deshazte de ese bebe, a ese mini Paul no le espera nada bueno, Heather y Mary llegaron muchísimo antes. Probablemente esto lo hagas para poderte casar con él u obligarlo a que se divorcie de Linda, pero no Francie. Paul es muy feliz sin ti, no quisieras que te trate mal o que manden a golpearte para deshacerte de esa evidencia. Así que toma una buena decisión por primera vez en tu vida y aborta a ese niño ¿Quieres?
Sus palabras sonaron totalmente secas y horribles, era increíble que pudiera decirme algo como eso, que fuera tan hijo de puta como para haberme dicho eso, me hizo un cheque para pagarme el aborto y acto seguido, cerró la puerta fuerte y groseramente.
Me dejo desconsolada, intente buscarte, pero en cuanto miré al primer televisor en la tienda de aparatos electrónicos, a las miles de chicas llorando por doquier porque el "beatle soltero" finalmente era el "beatle casado". Yo no sabía qué hacer, me había enterado de que estabas próximo a irte a Escocia y días después anunciaste la separación de The Beatles, por eso no dije nada más, consideré que tu vida estaba muy deshecha y perturbada como para que yo viniera a arruinarte de la peor manera.
Por eso no lo dije, lo siento mucho Paul...
McCartney escuchaba con atención todo esto, estaba al borde del colapso, las cosas no iban para nada bien y ahora ¿Enterarse de que abortaron a su hijo? No, definitivamente no se sentía bien.
—No importaba que yo ya estuviera en Escocia— dijo con pesadez—. Aun así, debiste decírmelo Francie, jamás te lo perdonaré.
— ¡Pero no fue mi culpa!—gritó la jovencita intentando defenderse—. ¡Yo no quería perjudicarte!
—Entonces...—un violento Paul tomó por los hombros a Francie y la pegó contra la pared—. La culpa ¿Fue de John?
— ¡Sí!—respondió ella con lágrimas en los ojos—. ¡Él tuvo la culpa de todo! Si no me hubiera dicho esas horribles palabras... ¡Probablemente nuestro hijo estaría aquí!
Paul tomó su abrigo negro, aventó a Francie levemente para el otro lado, tomó las llaves de su automóvil y salió de dicho cuarto de hotel barato. Caminaba rápido, intentando esquivar a todas las personas que estuvieran ahí, mostrándose sumamente molesto, condujo a toda velocidad a la residencia departamental Lennon.
Un ambiente agradable se vivía en dicho hogar, Cynthia, Linda y John jugaban felizmente "Monopoly" con Leopold, Julian, Heather y Mary. Los más pequeñines: Stella y James estaban bajo el cuidado de Jazmín, aunque siempre a lado de su madre. Pasaban un tiempo de maravilla, Linda hasta había olvidado lo triste que se sentía al leer la demanda de divorcio, porque ahora estaba completamente feliz. Heather iba ganando, la atmosfera era cien por ciento alegre, hasta que se escuchó unos fuertes golpes en la puerta.
—Yo voy—dijo Cynthia de buena manera, estaba sentada en un cojín, se levantó y abrió la puerta.
Alguien hizo a un lado la puerta, muy bruscamente, esto provoco que la gran madera empujara a Cynthia del otro lado, era Paul, quien estaba hecho una fiera, literalmente, sus ojos eran rojos y denotaban mucha furia, Cynthia se sobaba la nariz. Linda y John se levantaron, Julian protegió a Leopold y Jazmín se encargaba de los niños McCartney
—Cyn—Linda dijo insegura—. ¿Estás bien? — intentó caminar a donde estaba ella, pero Paul se lo impidió, porque entró violentamente con los puños apretados y gritó:
— ¡JAZMÍN! ¡VE AL AUTOMOVIL CON LOS NIÑOS! ¡AHORA!
Sin decir nada ni reprochar, Jazmín tomó de las manos a Mary y Stella, mientras cargaba a James, Heather extrañaba a su padre, fue corriendo hacia él, muy inocentemente le dijo:
— ¡Papi! Te extrañe tanto—extendió sus brazos—. ¡Dame un abrazo!
No era un buen momento para abrazos, al contrario, Paul no solo estaba cegado por un odio ciego y rencor repentino, sino que para colmo de las cosas, estaba borracho, en cuanto vio a su hija acercarse a él, la aventó tan fuerte que su espalda chocó contra el mueble de los discos (colección especial de Linda y John), el golpe fue tan duro que cayó sentada y algunos objetos comenzaron a caer a sus lados, ella estaba adolorida, no solo por su golpe, sino por el tremendo trauma que acaba de obtener.
— ¡Heather! — de inmediato, Linda acudió a su auxilió.
Paul clavo su mirada sobre John, quien se sentía aterrado, debemos de recordar que él ya no es violento, el primero lo jalo del cuello de la camisa y comenzó a moverlo a los lados, tanta era la fuerza de McCartney que lo recargo sobre la pared, justo lugar donde Cynthia se limpiaba la nariz. Pero el odio innecesario de Paul seguía y seguía, llego al punto donde aventó a Lennon tan fuerte que cayó sobre la mesa de madera donde estaban jugando Monopoly, el peso de John logró destruir el mueble por completo, los billetes y accesorios del juego se despartieron por todo el lugar. Paul no conforme, se aventó sobre el cuerpo del pobre Lennon y siguió golpeándolo.
Linda le dijo a Heather que era mejor que saliera un poco, Julian y Leopold también se fueron al otro cuarto para asegurar su protección a Cynthia le seguía saliendo sangre de la nariz y boca, Linda intentó separar al violento Paul, pero era imposible.
— ¿Cómo pudiste? — McCartney continuaba con sus golpes—. ¡Hijo de puta! ¡HIJO DE PUTA!
— ¡Ya basta!—Cynthia gritó aterrada, tenía mucho miedo, pensaba que en cualquier momento Paul mataría a John.
— ¡Detente! — Linda logró que Paul se levantara de John—. ¡Estás haciendo una locura!
Paul jaló del cabello a Linda y la miró con mucho odio, la hizo para un lado y señaló la puerta y les exigió a las dos mujeres que salieran en ese mismo instante, Linda aceptó de inmediato, pero Cynthia no quería irse, ella le gritaba cosas como "Estás loco" o "Detén la locura". Pero al final, Linda la convenció de que era mejor dejarlos solos.
—P-pero...—Cyn chilló—. ¡Puede hacerle algo malo!
—No pasará nada—Linda le dio un delicado masaje en sus hombros—. Paul no es un asesino.
— ¿Por qué llegó tan violento?—Cyn seguía insegura.
—Algo malo debió de haber pasado—argumentó—. Pero no te preocupes.
—Ahora que estamos solas—dijo Cynthia—. Por favor, déjame explicar que ocurre con Susan Bevans, probablemente yo sepa la razón de todo este problema.
—Shh...—Linda la silenció—. Tenemos que escuchar lo que dice.
John seguía sobre las destruidas partes de madera, su espalda estaba adolorida, miraba el techo, a pesar de la violencia con la que McCartney había entrado a su nueva residencia, él no tenía miedo, claro que no. Sabía a la perfección que Paul no lo mataría, ni le haría daño. En cuanto los dos ex compañeros estuvieron solos nuevamente, efectivamente, su compañero se tranquilizó, se sentó a su lado, jugando con los billetes de Monopoly.
— ¿Por qué la violencia?— a pesar de su confianza, John tenía un miedo irreconocible—. Lo lamento, sé que debí de haberte dicho que tú esposa, ya había sido mía.
—No hablo de eso— estipuló Paul y le aventó muñequitos, usados como peones para los jugadores—. Eres el imbécil más grande que he conocido.
—Lo sé—dijo John en broma.
—Porque no me dijiste nada—Paul volvía a su violencia y le pateó las costillas—. ¡Eres el peor!
—N-no entiendo—suspiró decaído.
—Por supuesto que sí—. Paul lo levantó de la mesa, lo sujetaba firmemente del cuello de su camisa y lo elevó un par de centímetros del suelo—. ¡De mi bebé!
— ¿Cuál bebé?
— ¡Deja de hacerte el idiota!—Lo tiró bruscamente al suelo, nuevamente al lugar donde estaba—. ¡El niño que abortó Francie por tu culpa!
Pasaron varios minutos, John miró al techo de su hogar, hizo gruñidos como si estuviera pensando, o recordando algo. Cuando finalmente lo hizo, chasqueó los dedos y dijo íntegramente:
— ¡Ah! Si, ya me acorde. Por dios Paul, no me digas que eras tan tonto como para pensar que la cosa que tenía Francie era tú hijo.
— ¡Por supuesto que sí!—esta vez, con mucha más fuerza, le pateó las piernas—. ¡Eres un imbécil!
—Paul me estás golpeando y solo porque te hice un favor.
— ¿UN FAVOR? — Macca explotó—. ¿Cómo carajos podrías hacerme un favor? ¡De ninguna manera!
—Claro que sí, Schwartz se había presentado unas semanas antes de tu boda con Linda, arruinaría todo y por un bastardo.
—Ese hijo... ¡Era mío, Lennon! ¡Y jamás me lo dijiste!—Paul se paró frente a él, las cortinas empezaban a denotar el atardecer—. ¿Qué otras cosas tienes que esconderme?
—Lo siento—dijo John de buen corazón, cerró los ojos y salieron pequeñas lágrimas que rodaron por sus mejillas—. Ya me golpeaste, ya, no sé qué cosas más quieres hacerme.
—Me siento como el peor hipócrita de la tierra—Paul pateó el bote de basura con mucha fuerza—. ¡Eres un maldito! Le reprochó a Linda de que ella quería deshacerse de un hijo suyo—suspiró—. Y sin embargo... yo soy mucho peor.
—No fue tu culpa, perdóname Paul, sé que soy el peor amigo que puedas desear.
—Exacto, Lennon—nuevamente lo pateó bruscamente—. Me hubiera gustado jamás haberte conocido.
Paul abrió la puerta, miró como Linda y Cynthia casi se caían porque estaban pegadas, escuchando la conversación anterior, No le tomo importancia y se fue rumbo a su automóvil.
Cynthia empezó a acomodar las cosas y el desastre que habían dejado. Linda se arrodilló a lado de John y lo miró, sus lágrimas, la oración anterior lo marcó dolorosamente. Los niños salieron del cuarto donde estaban antes, él encontró un refugio en Linda, la abrazaba mientras seguía llorando.
—No puedo creerlo—gimió de dolor—. Soy el peor amigo que alguien pudiera tener, soy una vergüenza.
— ¿Qué te dijo?—cuestionó ella comprensiva.
—Nada— negó indudablemente—. Será mejor que no sepan.
—Bueno...— Cynthia interrumpió—. Antes de irme, me gustaría poder explicar lo que sé de Susan Bevans.
—Cyn—Linda la miró exhaustivamente—. No creo que sea momento, por favor, ven mañana.
Cynthia tomó de la mano a Julian, estaba enojada, era tanta su molestia que no permitió que su hijo se despidiera de Leopold.
Una vez ya llegada la noche, las cosas estaban más tranquilas para la residencia Lennon/Eastman. Linda curó las heridas a John que Paul le había proporcionado, no pasaba más que un moretón y un labio hinchado, ya estaban cenando, se habían adaptado bien a los cambios. Ellos dos sabían cómo mantener la atmosfera de felicidad en su hogar, no solo por Leopold y los pocos meses que le quedaban de vida, sino también por su estabilidad, de nada les servía estar amargados a pesar de los problemas que tendrían, la única que seguía triste era Heather, ella amaba a Paul, realmente lo consideraba más padre que el mismo Joseph Melville See, pero después de lo acontecido no dejaba de llorar.
La atmosfera se cambió por completo, Linda tranquilizó a su hija y ambas se sintieron afortunadas de que la otra estuviera ahí, era una verdadera relación madre-hija. Ya era tarde, aproximadamente una de la mañana y Linda se dirigió como siempre a la cama que compartía con Lennon.
—Qué día tan cansado—dijo al momento de acostarse—. Ya no sé ni que esperar, no quería que las cosas terminaran así.
— ¿Escuchaste lo que dijo?—John la miró con duda.
—Lo del hijo de Francie, si—aceptó.
—Lo hice por él, pensé que al estar con ella su vida estaría jodida, él te ama, créeme.
—Me amaba—Al escuchar estás palabras, Linda empezó a llorar—. Ahora nos vamos a divorciar.
—Claro que no—la abrazó tiernamente—. Debes confiar en él, tan solo es dolor ajeno pero no te preocupes, no se separaran.
—Confiaré en lo que dices— se miraron fijamente, sus ojos estaban cercas y por ende sus rostros también.
Hasta que no dejaron pasar más tiempo y así se dieron un beso apasionado, está vez con el consentimiento de ambos. John no dejaba de pensar ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso realmente sentía un tipo de atracción por Linda? No podía responderlo porque ¿Cómo serían las cosas si confrontaba a su amigo? ¿Sería capaz de estar con la ex mujer de Paul?
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