Capítulo 1

Nueva York, Estados Unidos. 1978.

La nieve cubría el alrededor del friolento lago de Central Park. La temperatura cada vez alcanzaba niveles mucho más bajos en la gran manzana. En este escenario se encontraba el edificio Dakota, uno de los más finos y famosos de toda la ciudad.

En el departamento número 72, se escuchaban los bellos cantos de una canción de cumpleaños para un pequeño en el hogar:

—Ya tiene 3 años. — Yoko cargaba a su bebé con mucha envidia. — Es tan bello, es el mejor hijo que pudieras tener.

—Claro, si así tú lo dices. — John no reaccionaba de la misma manera, a pesar de que también fuera su cumpleaños.

—Tengo pases para un musical en Broadway, estoy segura que te gustará ir.

—No me gusta.

—Pues te dije que te gustará y fin.

La vida de John Lennon se había reducido totalmente a ser un "amo de casa" durante todo este tiempo, hace 3 años que no tocaba la guitarra que tanto amaba y se encontraba colgada sobre un clavo en la pared, hace 3 años que no entraba al estudio de grabación y todo era su culpa, por no poder dominar las cosas ni la situación. Se sentía celoso, totalmente mal de ver que su ex compañero y ahora rival: Paul McCartney logrará todo el éxito posible y que sus canciones que él había considerado muzak para sus oídos ahora vendían millones de copias en todo el mundo, que las tontas canciones de amor habían llegado a convertirse en un éxito mundial. Mientras que él tenía que grabar con Elton John para si quiera tener otro número uno, pero ahora no podía hacer nada ya que se quedaba a cuidar a su hijo Sean.

Pero no debería sentirse así, es más, le gustaban los últimos discos de McCartney, y no solo eso, habían llegado a marcar las pases hace tiempo, en 1975, época en donde estuvo tan cerca de ser libre, irse con May Pang para nunca volver a saber nada de su dominatriz por excelencia. Le dio tanta envidia que "Venus and Mars" hubiera logrado un eminente número uno y que él había tenido la oportunidad de participar, que ese disco de Wings por primera vez tuviera canciones firmadas a Lennon/McCartney y no solamente a Paul & Linda McCartney.

También tenía tantas ganas de reunirse con George, A Ringo solía verlo muchas veces, pero ahora él estaba en las filmaciones de un nuevo proyecto cinematográfico, en 1975 estaban los 4 ex Beatles en Nueva York, listos y dispuestos para tocar por 10 millones de dólares en el Madison Square Garden. Pero eso solamente ahora son memorias y recuerdos que John tenía en su mente y jamás podría volver otra vez.

Ahora veía al espejo, se ponía una corbata. Él odiaba las corbatas.

Usaba una chamarra para estos fuertes y fríos vientos. Y justo en frente de su buró tenía aquella fotografía que Yoko todavía no había roto.

Se encontraba a lado de una mujer con el cabello negro y lentes, él tenía 24 años y ambos estaban en un vuelo de avión, él era tan joven y tenía tantos sueños. Es el mejor recuerdo que tiene en la vida, aquella vez que llegó por primera vez a la tierra de Elvis. La chica que lo acompañaba era su ex mujer Cynthia, usando una peluca para que nadie pudiera reconocerla y por ende pasar desapercibida.

Él la protegía con su vida, cuando bajaron del avión aquella vez la sostuvo tan firmemente que ni siquiera pudieron hacerle un rasguño a ella, mientras que a él hasta le habían desgarrado la ropa.

No quería que la lastimaran, cada vez que veía un paparazzi cerca siempre la cubría con su enorme abrigo negro para que no reconocieran su rostro. Quemaba las cartas amenazantes que le llegaban diciendo que dejará de fingir ser la esposa de John y que admitiera que ese bastardo no era su hijo.

Cada vez que caminaba con ella y la miraban feo, él siempre detenía a aquellas personas para exigirles que se disculparan con su mujer o lo pagarían muy caro.

Un día George la sacó a bailar, ella se negó y ese día Harrison salió con el ojo morado.

Inclusive una vez, despidió a una sirvienta de su hogar solamente porque no se refirió a ella como "Señora Lennon"

Todo ese esfuerzo que John había hecho para que no la lastimaran, no valió la pena, porque al final, quien le destrozó el corazón fue él.

Hace exactamente 10 años, pero siempre carga una fotografía en su cartera, son ellos mientras caminan, los acompaña McCartney, era aquella vez cuando salían del programa de Ed Sullivan y caminaba detrás de los estudios para no ser observados, cada vez que contempla su sonrisa, él sonríe también. Ellos dos fueron las personas más importantes en ese instante. Además tiene otra fotografía de ella, con su enorme y largo cabello rubio, ella era tan preciosa, tan perfecta, demasiada mujer para John y él lo reconocía.

Pero ahora sabía que debía alejarse lo más posible de Cynthia y Julian, era por ellos, era para resguardarles la vida.

Guardo sus dos más grandes tesoros mientras observaba el marco principal, suspiraba cada vez que lo veía y pequeñas lágrimas salían sobre su rostro, hasta que de pronto, alguien le arrebato el marco.

— ¿Qué es esto? Ah, recuerdos con otra de tus amantes ¡A la basura! — Yoko gritó y aventó la fotografía hacía la ventana.

— ¿Por qué? — John preguntó mientras se limpiaba los ojos. — Era mi único recuerdo como Beatle.

—Ya no eres un Beatle, ahora eres John Ono Lennon ¡Recuérdalo!

Yoko Ono le puso un otra suéter a su hijo Sean, lo preparó muy bien y ambos salieron. John los siguió momentos después, cuando justo en frente de ellos caminaban Paul y Linda McCartney, al parecer habían tomado un tiempo en su apretada agenda para poder visitarlos.

—Hola John. — Paul lo saludo con mucha nostalgia. — Me da gusto encontrarlos.

—Digo lo mismo Macca. — John se sentía feliz de que su compañero los visitará.

— ¿Van a algún lugar? — cuestionó Linda preocupada.

—Sí. — Yoko regresó con Sean. — Iremos a una obra en Broadway. ¿A qué se debe su visita?

—Bueno es que... queríamos celebrar tu cumpleaños. — Paul tenía un pastel en sus manos. — Y a Linda se le ocurrió que sería buena idea venir desde Inglaterra solamente para celebrarlo con ustedes.

— ¿Linda puede pensar? — preguntó Yoko haciendo una de sus clásicas bromas pesadas.

—Eso me parece muy detallista de su parte amigos. — John sonrió atemorizado. — Claro que nos gustará.

Las dos parejas se dirigieron otra vez al departamento 72 para celebrar un merecido cumpleaños, uno podría decir que alguien como John Lennon podría tener todo lo que quiera, un buen amigo, una mujer que siempre está a su lado, un hijo a quien cuidar y cubrir ese trauma familiar de nunca haber tenido un padre, su fortuna había sido cuadriplicada, realmente ¿Qué le faltaba? Fácil, libertad, y es que él siempre había sido un alma entre los vientos, incapaz de ser controlada.

—Apaga las velitas. — dijo Paul después de que le terminaron de cantar la canción de Feliz Cumpleaños.

John hizo dicha acción y todos aplaudieron, a pesar de que ya tuviera 38 años no se quería comenzar a actuar como un adulto, así que le dio una gran y enorme mordida al pastel, a pesar de que nadie lo hubiera aventado o se lo hubiera pedido. También pidió un deseo:

Deseo ser libre otra vez

—Ay John...— Yoko se rió con accesibilidad. — Eres tan gracioso, ve al baño a limpiarte.

—En seguida vengo, cariño. — frente a los demás siempre debían fingir tener un matrimonio feliz, aunque cuando estaban solos ni siquiera se miraran a los ojos.

Paul comenzó a partir las rebanadas para el pastel mientras que Yoko fue a cambiarle el pañal a Sean, Linda no podía desaprovechar la oportunidad, así que se dirigió con mucha cautela al baño sin que ninguno de los dos anteriores mencionados no se dieran cuenta de su eminente desaparición.

Entró al cuarto de baño donde John se estaba limpiando la cara, abrió la puerta y entró justo con él. Luego puso seguro después de que entró.

—Linda, supongo que tu adinerada y demacrada familia Eastman jamás te enseño a tocar la puerta o no entrar cuando el baño está ocupado ¿No? — se burló satíricamente.

—John, esto es urgente, ellos no pueden escucharnos.

— ¿Quiénes ellos?

—Paul y Yoko.

— ¿Qué pasa?

—Te... ¿Te acuerdas de...?— Linda no podía ni siquiera formular la oración que quería decir.

— ¿De?

—Nuestro "pequeño" error.

—Mmm... ¿Hablas del error año 1967?

—Sí.

—Eso nunca paso, solamente tuvimos sexo ¿Lo recuerdas?

—Sí John, pero... recuerdas que ese "error" dio sus frutos.

—No me gustan los rodeos. — Lennon siguió hablando en un tono muy bajo. — Así que si tienes algo que decir, hazlo ya.

—Quieren sacar a nuestro "error" a ese niño que nació y...

—Te dije que te hicieras un aborto.

—Lo hubiera hecho John, pero eso significaría quedarme estéril para siempre.

—Ya tenías a Heather. — John cada vez hablaba más petulante. — Jamás he entendido porque Paul y tú han tenido hijos como si fueran conejos.

—No tenía el valor de matar una vida ajena.

—Ah, entonces supongo que ya hubieras tenido hijos de Hendrix, Burdon, Jagger y Morrison ¿No?

—Eso no tiene nada que ver. — Linda no quería que rebuscaran y rebajaran su dignidad.

—Bueno, ya dime cuál es tu punto.

—Está bien. — ella tomo estragos de aire y se armó de valor para decir. — Nuestro "errorcito" tiene 11 años y está en la edad de sacarlo del orfanato donde está.

—Muy bien... que lo adopten, no es mi hijo.

—Es tuyo y mío... y lo sabes.

—Linda por favor. — John siguió limpiándose la cara. — ¿Cuál es la probabilidad de que se entere que su padre es John Lennon y su madre Linda Eastman?

—Es que... si regresa, probablemente te confronte a ti.

— ¿Por qué?

—Mi espía dice que es tu réplica exacta y no creo que duden en hacerle preguntas sobre su padre.

—No quiero que ese engendro venga a confrontarme ¿No entiendes? Estaría muerto... literalmente... si se enteran que tengo un hijo perdido.

— ¿Y crees que yo no, John? — ella ironizó con malicia. —Estamos a punto de salir de gira otra vez, y si Paul se entera de esto... toda mi vida estará arruinada.

—Bueno, estará arruinada, pero seguirás viviendo, sin embargo... si Yoko se entera.

— ¿Qué?

—Nada, nada. — John se calló al instante. — Quiero decir, no tendría manera o motivo para enojarse, en Mayo del 67 todavía ni siquiera eran pareja. ¿Lo recuerdas?

—Sí, cuando lo conocí en el Bag O Nail's. Solamente le tomé un par de fotografías y nos fuimos a otro bar, intente seducirlo pero él se desistió y dijo "Lo siento, pero me siento comprometido ahora" Días después le había pedido matrimonio a su "adorada" Jane Asher.

—Jajaja, si me acuerdo perfectamente. Él te rechazó, yo te vi sola y... así surgió ¿Recuerdas que nos acostamos también en el 69?

—No. — Linda no recordaba de aquella vez.

—Estabas drogada, que te vas a acordar. Esa vez no fui estúpido y use condón.

—El punto de esto John, es que...— tragó en seco. — Sí ese niño sale y... se entera que somos sus padres, mi vida está arruinada, más bien la nuestra.

—Exacto, no pienso hacerme cargo.

—Yo lo haría, pero si Paul se entera, no, no quiero ni siquiera imaginármelo.

—Entonces ¿Qué haremos?

—John, existe la probabilidad de que, venga directamente contigo.

—Linda. — se miraron de frente. — ¿En dónde dejaste a ese niño?

—Verás... aquella vez del Bag O Nail's tuve que regresar con mi hermana Louise, porque le había encargado a Heather, pero después... fuimos a Nueva York y...

— ¡Alto! — la silencio antes de que terminará su oración. — ¿Cuándo nació?

—En Enero del 68.

—Espera un segundo, estuviste embarazada durante ese tiempo y... ¿Nadie te dijo nada? ¿Cómo lo ocultaste Linda? — cuestionó John, dudando por instantes lo que ella decía.

—Cubrí muy bien mi vientre y no salí para nada de mi casa, la única que sabe de esto es mi hermana Louise.

—Bueno ya, sígueme contando.

—Entonces di a luz en Enero de 1968, fui al primer orfanato que encontré, mi hermana Louise vivía en Nueva York... entonces... entonces el niño debe de estar aquí.

— ¿ES ENSERIO? — John no podía creerlo ¿Su tercer hijo estaba en la misma ciudad de donde se hospedaban por el momento? — ¿CUÁNDO MIERDAS PLANEABAS DECIRMELO?

—Lo... lo siento, por eso yo siempre he convencido a Paul de que nos quedáramos en Inglaterra, luego ustedes vinieron para hacer pública la asociación de la Apple Corps y pues... surgió todo lo obvio ¿No? En ese instante ya no tenía mi enorme panza de embarazada.

—Bueno pero ¿Qué podemos hacer? No fue mi culpa que Paul te hubiera rechazado y solo te hiciera caso cuando rompió con Jane.

—John...— Linda lo tomó de las manos con dulzura. — Sabes que siempre has sido mi Beatle favorito.

—Pero te casaste con Paul, si hubiera sabido que solamente eras una groupie como todas, ni siquiera te hubiera hablado aquella vez.

—Es que...— lo soltó.

—Solamente querías casarte con un rockstar y eso fue lo que condeno a Paul, además de acostarse con Francie.

—Por lo menos. — Linda se defendió. —He hecho muchas cosas más importantes con él que tú con Yoko ¿Qué han hecho? Te obliga a que haga lo que ella quiere, mientras se acuestan en la cama "predicando paz"

—Mejor cállate, que aunque ya te creas la rockstar como una cocinera en casa, la verdad es que...— John la tomo firmemente de la cabeza. — No podrás negar que la fotógrafa profesional y madre soltera Linda Eastman se fue para convertirse en la tecladista y segunda voz de Wings, la mediocre dependiente Linda McCartney.

—Bueno, ya basta, el punto es que si ese niño viene y te confronta. —Ella se soltó al instante y lo señaló con culpabilidad. — Te prohíbo que digas que yo soy su madre.

—Oh, perfecto Linda. — John bajó ese dedo que le señalaba la entre punta de los lentes. — Entonces ¿Qué diré? ¡¿Qué es hijo mío y de Yoko y que era una sorpresa que quería darle porque ELLA NI SIQUIERA SABÍA QUE HABÍA DADO A LUZ POR TERCERA VEZ?!

—No, pero no digas que Linda McCartney es su madre, por favor.

—Perfecto, entonces si resulta que es rubio como tú...

—Tienes que decir que es otro hijo que tuviste con tu ex mujer, Cynthia.

— ¡Eso sería mucho peor! — exclamó. — Cynthia ni siquiera sabe de esta mierda ¿Cómo carajos la voy a meter en esto? Yoko nos mataría a ambos.

—Entonces... ¿Qué vas a decir? Te ruego que... no digas que su madre es Linda Eastman. Niégalo, niégalo todo.

—De que lo puedo negar, es sencillo Linda, pero... ¿Y si se hace pruebas? Saldrá ahí. — John pre visualizó de broma. — John Ono Lennon y Linda McCartney.

—Tendremos que negar todo, vamos John, nunca subestimes el poder de la negación. Nadie puede saber de esto, nuestra vida quedaría arruinada.

—Concuerdo completamente contigo, pero tenemos que afrontar las consecuencias de nuestros actos. — John la sujetó firmemente de los hombros. — Linda, si hicimos esto, ambos tenemos que responder ¿Entendido?

— Escucha, si te persuadí para que aplazarás la separación de Los Beatles, te convenceré de esto.

La puerta sonó con monotonía, alguien estaba tocando y sonaba preocupado, era Paul quien preguntaba
— ¿Todo está bien?


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