04
La lengua de Minho entró como Don Juan por su casa dentro de la boca de Jisung.
"¿No vamos muy rápido?" pensó el mayor pero después desechó la idea rápidamente cuando las manos de Minho se colocaron en sus nalgas amazandolas. "Es sólo un ligue" Ya sé conocerán mejor después.
El mayor rodeó su cuello con sus manos y atrajo a el castaño más hacia el.
La habitación a la que habían entrado era pequeña pero tenia una cama y eso bastaba, Minho rápidamente se quitó la campera negra de cuero que llevaba y la blusa blanca, Jisung hizo lo mismo con su ropa pero el menor lo detuvo.
Minho se puso de frente a el mayor, tomó su camiseta y empezó a subirla lentamente lamiéndose los labios, aquel simple acto hizo vibrar todo el cuerpo de Jisung.
Los labios del pelinegro tocaron la piel de Jisung dejando suaves besos mientras se deshacía de la camiseta, dio besos a los duros pezones del mayor y le dio un masaje a estos.
— Ahh... Ahh.
— Eres tan sexy. — alagó Minho. — Sobre todo cuando estabas en el escenario bailando.
— Ajá... — las piernas le temblaron y tuvo que sostenerse de los hombros de Minho mientras ésta seguía acariciandolo y llevando el ritmo del juego previo.
Jisung ya estaba mojado como una cascada cuando el menor bajó y su mano acarició su intimidad.
— ¡Dios santo! — Jisung se quedo sin palabras por un largo tiempo, apenas pudiendo suspirar por el placer. — Sí me hubieras dicho antes que eres tan bueno tocando no lo hubiera pensado tanto.
Minho sonrío y abandono su trabajo sólo para empujar a el mayor a la cama quién hizo un puchero en protesta.
— Si seguimos así vas a correrte antes de tiempo, el sexo es algo que las dos debemos disfrutar.
Jisung asintió y abrió sus piernas para dejar que Minho se colocara entre ellas, empezó una fricción entre la intimidad expuesta de Jisung y el duro miembro de Minho aún entre su ropa.
— Quítate los pantalones. — exigió el mayor y se arrepintió al instante al ver el tamaño. — ¡Me mentiste!
Minho negó.
— Nunca me preguntaste si me refería a erecto o flácido. — fingió el rostro de un angel pero Jisung podía jurar que Minho era un demonio. — De todos modos no mide 26 centímetros sino 24 así que nunca mentí. ¿Qué son dos centímetros?
Jisung indignado le pateó la cara y se levantó de la cama, su excitación había desaparecido y con su golpe podía jurar que la de Minho también.
— Yo en verdad odio los penes grandes. — se quejo mientras se ponía su ropa de nuevo y Minho sólo podía sobarse el rostro, seguramente la patada de el mayor le había desfigurado la cara.
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