LA GRAN PREGUNTA

Era una tarde tranquila, y Taehyung decidió que ya era momento de tener una cita diferente con Jungkook. Después de aquella vez en la taquería, donde casi se muere por el picante, ambos acordaron que la siguiente cita sería más relajada. Así que, Jungkook había propuesto ir a un parque a dar una vuelta, algo simple, sin complicarse demasiado. El sushi estaba descartado por ser caro.

Pero, claro, sabías que si Jungkook estaba involucrado, las cosas nunca serían tan simples.

Cuando Taehyung llegó al parque, lo primero que vio fue a Jungkook sentado en una banca, con unos lentes de sol enormes y una gorra puesta al revés, como si fuera una estrella del reggaetón. Llevaba una camiseta de tirantes, unos pantalones cortos y unas chanclas, como si hubiera salido directo del gimnasio... o de una fiesta de barrio. Solo faltaba que estuviera con los amigos del barrio jugando a las cartas para hacer el cuadro completo.

— ¿Qué pedo, Tae? — gritó Jungkook, levantándose de golpe y casi tropezando con su propia mochila — ¡Aquí estoy, esperando, y todo tranquilo!

Taehyung se acercó, tratando de no hacer demasiada mueca ante la "moda" de Jungkook. Ya estaba acostumbrado a sus outfits un tanto... "peculiares", pero al menos hoy no había salsa picante de por medio.

— Veo que sigues con tu estilo tan... único —dijo Taehyung, con una sonrisa divertida, pero sin querer ser demasiado directo.

Jungkook le dio un codazo en el brazo y le hizo una mueca.

— Lo que pasa, Tae, es que así soy. Y si no te gusta, pues... ni modo — bromeó Jungkook, caminando hacia el parque — ¿Tienes hambre? Aquí hay unos hot dogs, unos elotes... y si te animas, hasta unas quesadillas con carne.

Taehyung pensó que tal vez sí podía tolerar un poco de comida "básica" en esta cita, así que decidieron caminar por el parque y probar algo rápido. Compraron los hot dogs y Jungkook, siendo el que más hambre tenía, ya estaba devorando el suyo como si fuera un campeonato de comer. Taehyung, por su parte, no podía evitar observar cómo Jungkook disfrutaba de su comida de una manera tan...excesiva.

— Mmm...esto sí que está bueno, Tae — dijo Jungkook entre bocados — Sabe mejor cuando lo muerdes con ganas, ¿no?

Taehyung se sonrojó, no pudiendo evitar el comentario.

— Jungkook, ¿en serio? — dijo, ya riendo, pero algo incómodo por el doble sentido.

Jungkook lo miró con los ojos brillando de diversión, y se recostó en el respaldo de la banca, tomando un sorbo de su refresco antes de continuar.

— Sí, Tae... un buen hot dog hay que disfrutarlo lento...como cuando encuentras algo que te pone de verdad — dijo, con un tono totalmente descarado, y luego le guiñó el ojo.

Taehyung no sabía si morir de vergüenza o reír a carcajadas. ¿Cómo podía ser tan directo?

— ¿A qué te refieres, Jungkook? — preguntó Taehyung, tratando de sonar serio, aunque sus mejillas comenzaban a ponerse rojas.

Jungkook hizo una pausa, miró su hot dog como si fuera un experto y luego dijo con una sonrisa aún más amplia.

— Pues ya sabes, Tae...un buen hot dog es como una relación. Si lo muerdes bien desde el principio, te va a gustar mucho más al final — dijo, y luego soltó una risa traviesa.

Taehyung casi se atraganta con el bocado. ¡¿Qué estaba diciendo este tipo?! Le dio un golpe en el brazo, pero no pudo evitar reír.

— ¡No me lo puedo creer! — dijo Taehyung, entre risas nerviosas, mientras intentaba seguir comiendo — Siempre tienes que hacer todo tan incómodo, ¿verdad?

Jungkook lo miró con esa sonrisa tan descarada que hacía difícil enojarse con él.

— Es que, Tae, en la vida todo tiene que ser saboreado con pasión... si no, ¿de qué sirve? — dijo Jungkook, acercándose un poco más a Taehyung, con el hot dog en la mano y una mirada que dejaba poco a la imaginación — Porque mira, un buen hot dog no tiene sentido si no lo muerdes con todo.

Taehyung estaba completamente rojo ahora. ¡Jungkook no paraba! No sabía si seguir comiendo o huir del parque.

— Ya basta, Jungkook... — dijo Taehyung, tratando de calmarse, pero sintiendo el calor subiendo por su cuello — ¡Esto es un parque, no un restaurante de adultos!

Jungkook soltó una carcajada y, sin perder la oportunidad, le dio un golpe juguetón en el hombro a Taehyung.

— ¿Sabes qué, Tae? Creo que si te dejas llevar un poquito más por mis bromas, podríamos ser una pareja ideal... ¡como estos hot dogs! ¡Es que están perfectos juntos! — dijo, mientras señalaba el hot dog y su propia cara con expresión exagerada.

Taehyung no podía con tanto. Se dejó caer un poco hacia atrás, tapándose la cara con las manos mientras Jungkook no dejaba de reírse.

— ¿Me estás pidiendo ser tu novio con un hot dog en la mano? — preguntó Taehyung, entre sorprendido y divertido.

Jungkook lo miró fijamente, dejando el hot dog a un lado, y sin pensarlo, le respondió con una sonrisa pícara.

— Pues... si aceptas, podría ser algo más que hot dogs, Tae. Te invitaría a una comida especial... o mejor aún, nos podemos dar un beso más sabroso que estos hot dogs.

Taehyung se quedó en shock por un segundo. ¿Este tipo acaba de insinuar lo que acabo de escuchar? Pero antes de que pudiera procesarlo, Jungkook, viendo su reacción, se echó a reír.

— ¡Relájate, Tae! No me refería literalmente... bueno, sí, pero es broma — dijo Jungkook, cubriéndose con la mano y dejando escapar una risa traviesa.

Taehyung, entre nervioso y divertido, soltó una pequeña carcajada y finalmente dijo:

— Eres un caso perdido... pero acepto.

Jungkook lo miró como si hubiera ganado la lotería. Se levantó de la banca y, sin pensarlo, le dio un abrazo de felicidad, casi derrapando en el asiento.

— ¡Sí, lo logré! ¡Eres mi novio, Tae! ¡Esto merece un festejo! — dijo Jungkook, haciendo como si fuera un gran triunfo, mientras levantaba su hot dog como si fuera un trofeo.

Taehyung, entre risas y vergüenza, lo abrazó también. Aunque Jungkook era un desastre en cuanto a sutileza, algo en su forma tan honesta y juguetona le hacía imposible resistirse.

— ¡Te vas a morir, Jungkook! — dijo Taehyung, mientras se recostaba en el respaldo de la banca, mirando a Jungkook con una sonrisa tímida.

Y en ese momento, entre risas y bromas, Taehyung supo que, a pesar de lo extraño de todo, había tomado la decisión correcta. Jungkook, con su estilo único y su forma de ser tan auténtica, era exactamente lo que necesitaba.

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