Después de la ducha, me sentí algo más tranquila , aunque la tensión seguía latente. Isabelle me condujo de vuelta por los pasillos de la mansión, esta vez hacia una biblioteca que se veía aún más imponente que el resto de la casa. La biblioteca era un espacio vasto y elegante, con estanterías llenas de libros antiguos y tomos encuadernados en cuero. La luz suave de las lámparas de pie iluminaba el lugar con un resplandor cálido y acogedor, en contraste con la atmósfera opresiva que había experimentado en los últimos días.

Isabelle se dirigió a un sofá grande y lujoso, tapizado en un tono oscuro que complementaba la estética general de la mansión. El sofá estaba ubicado cerca de una gran ventana con vistas a un jardín bien cuidado. Ella se sentó con una gracia calculada y me indicó que me sentara a su lado.

—Siéntate —dijo, su voz un poco más cálida—. Hablemos.

Me acomodé en el sofá, el silencio en la biblioteca era sólo interrumpido por el suave susurro de las hojas de los árboles fuera de la ventana. Me sentí incómoda al estar tan cerca de Isabelle, pero no tenía otra opción que cumplir con lo que ella pedía.

—Quiero que entiendas algo —continuó Isabelle, inclinándose ligeramente hacia adelante mientras me miraba—. La ruptura de la puerta era una prueba, una muestra de tu capacidad para actuar bajo presión. No esperaba que lo hicieras tan lento, pero al menos lo lograste.

La expresión de Isabelle era una mezcla de desaprobación y satisfacción calculada. Su actitud me hizo sentir como si estuviera en el centro de un examen, una situación en la que no sabía si debía sentirme aliviada o más temerosa.

—Ahora que has demostrado que puedes manejar tus poderes en momentos de crisis —dijo con una voz que parecía más controlada—, tenemos mucho de qué hablar. La verdadera prueba está por venir, y necesitarás estar preparada para lo que te espera.

Me pregunté qué más podría tener planeado y cómo debía prepararme para ello. 

Isabelle se acomodó en el sofá y me miró con una mezcla de seriedad y control. El silencio de la biblioteca se sentía pesado mientras esperaba que ella comenzara a explicar lo que me esperaba próximamente.

—La escuela comienza en tres meses —dijo Isabelle, su tono directo y sin rodeos—. Sin embargo, este tiempo no se usará para ponerte al día con la familia. En cambio, será un período de aprendizaje, en el que te introducirás en los fundamentos de todas las clases de magia.

Mi estómago se revolvió al escuchar que el período previo a la escuela no sería un tiempo de descanso sino de preparación académica. Estaba a punto de preguntar más cuando Isabelle levantó una mano para detenerme.

—Ahora bien, —continuó, su mirada volviéndose aún más intensa—, el enfoque principal durante estos tres meses será la magia de combate. Es esencial que desarrolles habilidades prácticas, ya que la teoría no será suficiente. La magia de combate es vital para tu éxito en la escuela y en cualquier desafío futuro.

Sentí un nudo en el estómago al escuchar sobre la magia de combate. Me imaginaba que este entrenamiento sería riguroso, pero no esperaba lo que Isabelle tenía reservado para mí.

—Pero... —empecé, tratando de mantener la calma— yo puedo practicar magia de curación. Tal vez eso podría ayudarme a enfrentar los desafíos sin tener que recurrir a la violencia extrema.

Isabelle soltó una risa fría, casi despectiva, que resonó en el silencio de la biblioteca.

—Ah, la magia de curación —dijo con tono burlón—. Claro, eso está muy bien para morir. Pero en un entorno como el que te espera, la curación no será suficiente para protegerte o para enfrentarte a amenazas reales.

Su risa y sus palabras mordaces me hicieron sentir un nudo en el estómago.

—Además, —continuó Isabelle, enderezándose en el sofá y mirándome con una expresión de severidad—, tienes que recordar algo importante. Irás a la escuela con una acusación de asesinato sobre tus hombros. No estarás rodeada de personas comunes; estarás con individuos que están en la misma categoría que tú, personas que han cometido crímenes serios y tienen habilidades para corresponder a su estatus.

Mi corazón se aceleró al pensar en el entorno al que me dirigía. La idea de estar rodeada de personas con antecedentes tan oscuros no hacía sino aumentar mi ansiedad.

—Lo que necesitas ahora —dijo Isabelle con una firmeza implacable—, es preparación práctica y habilidades reales. La magia de combate te dará la capacidad de enfrentarte a esos individuos, y practicar te enseñará a manejar el caos y la violencia que enfrentarás. La curación no te proporcionará la fortaleza y el control necesarios para sobresalir en ese entorno.

Las palabras de Isabelle resonaban en mi mente mientras asimilaba la magnitud de lo que estaba por venir. Aunque su actitud era dura y su enfoque despiadado, entendí que su propósito era preparar a los estudiantes para la realidad brutal que enfrentarían en la escuela. Era una perspectiva aterradora, pero también un desafío que tenía que aceptar si quería sobrevivir y avanzar.

—Practicarás con un verdadero demonio, con Dan.

Mis ojos se abrieron de par en par. El concepto de entrenar con un demonio era inquietante pero Dan...

—¿Dan? —pregunté, mi voz temblando levemente—. ¿Cómo se supone que voy a enfrentarme a un niño?

Isabelle asintió, como si estuviera esperando esta pregunta.

—Sí, Dan es un demonio —confirmó con una frialdad calculada— y tiene 500 años, pese a esa apariencia de niño se esconde un demonio adulto, pero tranquila, Dan puede cambiar de forma a algo menos "cute". Piensa que esto no es solo un ejercicio de habilidad; es una prueba de tu capacidad para controlar y usar tus poderes en situaciones extremas. La práctica con una entidad así te enseñará a manejar el caos y la agresión, elementos que enfrentarás en el combate real.

El pensamiento de enfrentarme a Dan me hizo sentir incómoda, pero sabía que no podía dejar que el miedo me dominara. Era una prueba que tenía que pasar, y debía prepararme para ella.

—Tendrás sesiones de entrenamiento intensivo con él—dijo Isabelle, su tono firme—. También recibirás instrucción sobre técnicas de combate, manejo de energía y estrategias defensivas. Tu capacidad para manejar estas lecciones será clave para tu éxito en la escuela.

Isabelle se inclinó hacia adelante, su mirada penetrante y seria.

—Este período es crucial para tu desarrollo. Aprovecha cada momento para perfeccionar tus habilidades. Cuando la escuela comience, estarás mucho más equipada para enfrentarte a los desafíos que te esperan. 

Me quedé en silencio, procesando la magnitud de lo que acababa de escuchar. El entrenamiento con un demonio sería difícil y aterrador, pero también sabía que era una oportunidad para crecer y fortalecer mis habilidades. Aunque me sentía abrumada, la determinación de enfrentar lo que viniera me impulsó a prepararme para lo que estaba por venir.

—Isabelle, me gustaría hablar con mi padre.

 —No —dijo sin tan siquiera pensarlo —hablarás con tu padre y recibirás tus cosas cuando te lo merezcas. Apartir de ahora serás Selene, solamente Selene, la estudiante y quizás, algún día, podrás llegar a ser Selene Blackthorm Dravenhart.

Isabelle se levantó para irse, no sin una última vez girarse magestualmente y mirarme directamente a los ojos como una advertencia.

—Selene —dijo con una voz gélida —y que sea la última vez que te vea llorar en mi vida, eso fue muy muy patético.