Capítulo 16.
Al siguiente día, las chicas llegaron con los bebés huevos decorados, excepto Lucía y Miriam, ya que Kevin y Oscar se ofrecieron a hacer ese trabajo. Kevin llegó con Estrella y se la enseñó a Lucía.
Estrella se había quedado con la piel blanca, pero tenía pegadas unas calcomanías de ojitos azules y una boca sonriente con labios rojos. Kevin le puso pelito artificial rubio y rizado, y le colocó un gorrito rosado de bebé.
—¡Está hermosa! —Chilló Lucía al ver a su bebé huevo.
Karina y Marcos le habían puesto a su huevo, que era color café, el nombre de Tomy. La chica le colocó una gorrita azul, ojos móviles para manualidades y la boquita sonriente estaba pintada con plumón negro. No era la gran cosa, pero ella nunca fue buena para las manualidades. Marcos, al verlo, levantó el pulgar.
—Quedó muy bien.
—No está tan bonito como el de Kevin —rio Karina—, pero hice mi mayor esfuerzo.
—Está bien, Karina. —Marcos sonrió.
Sasha se encontraba acomodándose el short deportivo y colocándose brillo en los labios cuando Dante se acercó a ella.
—¿Trajiste al bebé huevo? —Preguntó con tranquilidad. No porque le interesara si lo había traído o no, si no lo llevaba ella sería la más perjudicada, solo quería una excusa para poder charlar con Sasha.
—Sí. —Dejó de aplicarse labial y sacó de su mochila un trastecito; de este sacó al bebé huevo. Era completamente rosa, con una boquita y unos ojitos pintados con plumón negro pero muy bien hechos. Los ojos tenían pestañas y brillos, y la boca sonreía enseñando la lengua de forma graciosa. Hasta arriba tenía colocado un moñito rojo.
—Creí que sería niño —dijo tomando el huevo y examinándolo.
—Lo es —afirmó ella—. Lo siento por la decoración, pero mi hermana insistió en hacerlo y pues... No me opuse —aceptó—. Le dije que era niño, pero creo que no me escuchó... No importa.
—Hay que cambiarle el nombre.
—No, se queda Vladimir. —Infló sus mejillas, realizando un puchero y Dante la encontró demasiado adorable.
—Pero el profesor nos va a decir que...
—No nos dice nada, y si pregunta diremos que representamos a los padres que apoyan a sus hijos homosexuales —explicó como si nada, pero Dante la miró no muy convencido.
—Pero se supone que son bebés... Además no es lo mismo, no tiene nada que ver que sean homosexuales con... Olvídalo, el punto es que Kevin se enojará conmigo. —Puso una mano en su nuca, mirando hacia donde estaba su amigo.
—No se enoja contigo, sino conmigo —sonrió, enseñándole en el acto sus perfectos dientes.
Dante suspiró y se sentó junto a ella mientras volvía a guardar al bebé huevo en el traste.
—Como sea, ¿quieres ir hoy a algún lado en la tarde? —Preguntó, cambiando de tema.
—¿Me estás pidiendo una cita? —Sasha alzó una ceja.
—Sí... Creí que entre tú y yo... Bueno... Si no quieres no.
—No, no, no, sí quiero —exclamó con rapidez, pero luego se arrepintió de haber sonado tan desesperada—. Eh, quiero decir... Acepto —comentó más calmada—. No tengo nada mejor que hacer hoy —agregó, haciéndose la interesante—. Más te vale que me lleves a un lugar bueno.
Dante se dio cuenta de que la chica no quería demostrar lo que sentía hacia él, o por lo menos no quería parecer necesitada de su atención, a pesar de que al principio era ella, y no él, la que quería interesarle. Sabía que la chica estaba acostumbrada a tener la atención de los chicos, pero nunca estar interesada en ninguno de una manera seria. En parte la comprendía porque a él también le sucedió lo mismo, solo que él no era orgulloso y ahora que aceptó que Sasha le atraía en todo, no le dolía demostrar su interés por ella. Sonrió un poco.
—Quiero charlar contigo, así que pensé en llevarte a un café.
—¿A cuál? —Mencionó mientras entrelazaba sus dedos con su cabello.
—Al que acaban de abrir, que está cerca del centro, ¿te parece?
—Mmm... —Se quedó pensativa—. No he ido a ese, así que está bien.
Mientras tanto, Miriam, que le pidió a Oscar que le enseñara el bebé huevo, no les quitaba los ojos a esos dos. Entró al aula un poco tarde pero el profesor de química aún no aparecía. En cuanto llegó, vio que Sasha y Dante estaban platicando; maldijo por lo bajo, el día anterior no le reclamó nada a su amiga y al parecer tampoco lo haría esa mañana, se tendría que esperar hasta el receso.
—Ten. —La voz de Oscar la sacó de sus pensamientos. Volteó a verlo y advirtió que le extendió un huevo pintado de negro, con ojos rojos y colmillos llenos de sangre—. Se llama Huevón.
Oscar pensó que Miriam le reclamaría por la decoración y el nombre, pero la chica lo examinó como si nada y se lo regresó.
—Está bien —dijo la chica sin importarle el huevo.
—¿Te parece que quedó bien?
—Ajá —respondió sin siquiera haber oído su pregunta.
En ese momento llegó el profesor Cortés, les dijo a los estudiantes que se sentaran, y cuando lo hicieron, comenzó a dar su clase.
Antes del receso, en la clase de inglés, el profesor Valentín entró y pidió permiso a Benito para firmar los huevos. El señor de edad avanzada aceptó pero no se encontraba muy contento, ya que los demás maestros solían interrumpir su clase. Comenzó a sellar todos mientras preguntaba cómo le pusieron de nombre.
—Se llama Newton. —Liliana le extendió un huevo azul con una carita feliz dibujada y con piernas y brazos de cartón pegados.
—Está bien —murmuró el maestro.
Comenzó a firmar los demás. Cuando llegó con Sasha, la chica le extendió el huevito rosa.
—¿Cómo se llama? —Preguntó mientras lo sellaba.
—Vladimir —respondió sonriendo.
—Pero es rosa y tiene moño —dijo Valentín con seriedad.
—Sí.
—Cámbiale el nombre.
—No, Dante y yo representamos a los padres que tienen hijos gay —explicó mientras volteaba a ver de reojo a Kevin. El chico la fulminó con la mirada y ella sonrió interiormente.
Valentín la miró con los ojos abiertos.
—No, se supone que son bebés, cámbiale el nombre.
—No, Dante y yo no somos homofóbicos —explicó. «Después de todo, el mejor amigo de Dante es homosexual, y a mí me han llegado a gustar algunas chicas, aunque nada serio» caviló. «Jamás me he fijado en nadie de manera seria, hasta ahora» pensó en Dante, mordiéndose el labio inferior. No se dio cuenta de que Kevin le echó una mirada más aniquiladora mientras Dante dirigía su vista hacia abajo, ocultando su incomodidad.
Valentín la miró con extrañeza pero ya no le respondió nada. «Que haga lo que quiera» pensó, «mientras no lo rompa está bien».
—Uh, okey —le dijo. Luego fue a sellar el huevo de Karina—. Está gracioso —le dijo a la chica cuando lo tomó—. ¿Cómo se llama?
—Tomy —respondió ella.
—Oh, bonito nombre —sonrió levemente. Luego se dirigió a Miriam—. ¿Y tu huevo?
— Lo tiene Oscar — respondió la chica de mala gana.
Valentín solo frunció el entrecejo y se acercó a Oscar. El chico moreno le extendió su huevo y el profesor lo miró durante unos segundos sin decir nada.
—¿Por qué lo pintaste así?
—¿Qué tiene, profe? Usted no especificó los colores que teníamos que usar para pintarlos —se defendió.
—Pero se supone que son bebés.
—¿Y? No especificó los colores.
—Pero tiene colmillos y sangre.
—Sí, pero no dijo que no podía ser un bebé monstruo —respondió. El maestro rodó los ojos.
—¿Y cómo se supone que selle esto? Es de color negro, no podré ponerle mi sello.
—¿Y si lo firma? —La idea se le ocurrió a Noemí.
—Está bien, ¿alguien tiene corrector, color blanco, o algo así? —Preguntó, y Camila le extendió un lapicero plateado. —Gracias. —Firmó el huevo—. ¿Cómo se llama? —Dijo mientras le devolvía su lapicero a Camila.
—Huevón —manifestó sonriendo.
Lucas se indignó al oír el nombre.
—¡¿Ves, Liliana?! —Le gritó—. Yo quería ese nombre, ¡él me copió! —Acusó a Oscar, aunque a Oscar también se le ocurrió, no lo copió.
Liliana lo ignoró y el profesor alzó una ceja. «Para la próxima yo les pongo los nombres, porque estos mocosos se pasaron... No me imagino cuando tengan hijos de verdad. Les van a desgraciar la vida» pensó.
Cuando terminó de sellar los demás huevos se retiró, y justo en ese momento sonó el timbre.
—Bueno, chicos, parece que ya no terminé mi clase —dijo Benito con molestia—. Ahora tendrán que hacer de tarea las páginas noventa y cinco y noventa y seis.
Antes de salir, Liliana se dirigió a Lucas.
—Lucas —dijo con voz suave.
El rubio la volteó a ver y le sonrió.
—Mande.
—Solo te venía a avisar que ya sé cuánto te voy a cobrar por lo del ensayo.
—Oh, ¿y cuánto va a ser?
—Quinientos —respondió como si nada.
—¡¿Quinientos!? —Gritó Lucas, y los compañeros que todavía estaban allí y el profesor Benito los voltearon a ver.
—¿Quinientos qué? —Preguntó Benito.
—Nada —rio Liliana, ocultando sus nervios—. Cállate, no grites. —Se dirigió en un susurro a Lucas.
—¡Es mucho! —Se quejó él.
—Claro que no, son veinte páginas, además a ti te hice un descuento porque el trabajo es de los dos, así que si quieres tener una calificación y que diga que sí trabajaste, más te vale que me pagues todo a más tardar el próximo lunes —advirtió, y sin decir más se dio la media vuelta y se alejó de él.
En ese momento Lucas se arrepintió de haber hecho el trabajo con Liliana, la eligió porque quería una buena calificación sin esforzarse, pero no contaba con que esta vez le iba a cobrar mucho. Ahí mismo deseó haber escogido a otra compañera, si hubiera elegido a una chica como Camila, Karina o hasta Noemí, de seguro no iba a hacer la gran cosa para el trabajo y, como esas niñas eran responsables y buena onda, lo iban a tomar en cuenta para la calificación. «Joder, parece que no solo los mocosos de primero se van a quedar sin comer una semana, sino también los de segundo... Y creo que a las niñas las tomaré en cuenta esta vez» pensó, colocando una mano en su nuca.
***
Mientras tanto, Yolanda salió del salón junto con Sasha, que llevaba su jugo de manzana en la mano, y se ubicaron en el pasillo donde siempre iban en el receso. Miriam las siguió sin decir nada, cuando llegaran a su destino le iba a reclamar a su amiga todo lo que quería.
—Sasha —dijo con sequedad mientras las otras dos chicas se sentaban en el suelo.
—¿Qué?
—Tú tienes algo con Dante. —No era pregunta, sino afirmación.
—Sí —respondió Sasha, sin hacerle mucho caso.
Yolanda abrió los ojos con sorpresa, ya que no se lo esperaba.
—¿Y acaso ya son novios, o así? —Preguntó, haciendo que Sasha se quedara pensativa.
—Todavía no, pero creo que ya pronto —sonrió, no porque quisiera burlarse de Miriam, cosa rara, sino porque saber eso la ponía feliz.
—Dijiste que no ibas a intentar nada con él —reclamó, aunque trató de parecer indiferente.
—Me conoces, sabes que cambio de opinión muy rápido —le dio un sorbo a su jugo.
—Eres una voluble —escupió.
—Mmm... Puede ser...
—¡Y eres una perra! —Ahora sí mostró su ira hacia ella—. ¡Tú sabías que me gustaba! No, no lo sabías —se corrigió—, ¡lo sabes! Y aun así intentaste algo con él, y ni siquiera es algo real.
Sasha se molestó por oír eso último y se levantó, parándose enfrente de ella. Yolanda seguía muda y con los ojos bien abiertos.
—¿Tú qué sabes? ¡Claro que es real!
—Claro que no, contigo nada es en serio, tú sabes que todos los chicos te buscan porque eres una fácil. —Ahora estaba cambiando la jugada, quería hacerle creer que Dante no la quería de verdad.
—Dante es diferente —vio el suelo por un momento pero después volvió a levantar la mirada—, él no piensa eso de mí.
—¿Segura? Sasha, no te engañes —sonrió con desdén—, ¿por qué Dante se fijaría en una chica como tú? ¿Por qué, de todas las chicas que conoce, se fijaría en la zorra apática para una relación seria? Solo te está usando...
—¿Y para qué? Según tú, él me está usando, pero explícame la finalidad —la retó, viéndola a los ojos.
—No sé, de seguro ya escuchó que hay rumores de que él es gay, entonces saldrá con la más zorra para demostrarles que no lo es, o simplemente ya quiere perder la virginidad... Yo qué sé, pero sea cual sea su motivo, de algo estoy segura: no te quiere de verdad —aseguró, sin dejar de verla a los ojos. Su seguridad fue tanta, que incluso Sasha llegó a temer que sus palabras fueran ciertas.
—Por supuesto que sí —vaciló un poco, pero luego trató de parecer más segura y, posteriormente, indiferente—, solo estás metiendo cizaña, pero no puedes manipularme; es una tontería pensar que puedes hacerlo...
—Solo te digo la verdad, mujerzuela. —Le arrebató el jugo de manzana que tenía en la mano y lo azotó contra el suelo. Sasha hizo lo posible por mantenerse calmada.
—El burro hablando de orejas —rio—. ¿Yo soy la zorra fácil? Mira quién lo dice, Miriam.
—Yo no he estado con tantos chicos como tú...
—Tienes razón —comenzó a juguetear con sus cabellos—, no has estado con tantos como yo, pero yo nunca me he acostado con un profesor, a diferencia de ti.
—¡¿Qué hiciste qué?! —Yolanda habló por fin, dirigiéndose a Miriam.
—Oh, Yolanda, ¿no lo sabías? En segundo Miriam anduvo con aquel profesor que nos daba computación.
—Nunca me acosté con él —Miriam le reclamó.
—¿Ah, no?... Creo que tienes razón, no te acostaste con él, así que no cuenta, pero sí hicieron cosas indebidas...
Yolanda se colocó las dos manos en la boca.
—¡¿Que hizo qué?!
—¡Cállate! —Dijo Miriam a Sasha.
—Era guapo y joven, lo admito —siguió Sasha, ignorándola—, pero era un profesor, y además casado... Lo bueno es que ya no está en la escuela, pero en verdad no dudo que te sigas encontrando con él.
—¿Qué le haces? Tú siempre andas provocando a los maestros.
—Sí, pero jamás he hecho nada con ellos. Además de que sé qué no es lo único que has hecho, Miriam, conozco más de tus aventuras —admitió triunfal.
—Bueno, ya, no estamos hablando de eso, sino de Dante.
—Ah, cierto, mi futuro novio —recalcó.
Miriam ya estaba harta, quería azotarla contra la pared ahí mismo, hubiera sido muy fácil hacerlo, puesto que era mucho más fuerte que Sasha, pero se dio cuenta de que Dante y sus amigos se encontraban cerca de allí; el chico se iba a meter a defender a Sasha y la única que iba a quedar mal iba a ser ella misma, además de que podían suspenderla, así que se controló. «Lástima que ahí está Dante, de seguro se va a meter a defender a su noviecita si le hago algo». Chasqueó la lengua.
—Como sea, no te necesitamos... Vámonos, Yolanda —le ordenó a la chica.
—No, Yolanda se queda conmigo. —Sasha la tomó del brazo y la acercó hacia ella.
Yolanda se quedó entre la espada y la pared.
—Vamos, chicas, no se pueden poner así, y menos por un chico —dijo nerviosa.
—Yolanda, decide, es ella o yo —indicó Miriam con seriedad.
—Estás idiota si crees que te va a preferir a ti, yo soy la líder, ¿recuerdas?
—¿Líder? ¿Qué estamos en primaria, o qué? —Se burló.
—Chicas, somos mejores amigas —Yolanda quiso hacerlas entrar en razón—, ¿recuerdan? Las tres, amigas por siempre, acuérdense de la promesa que hicimos en primero...
—Yo nunca creí esa promesa con ella —Miriam señaló a Sasha—, pero contigo sí —mintió—, así que ven conmigo y aleja a esa arpía de ti.
—Yolanda —la acercó más a ella—, yo a ti sí te considero mi amiga. —También mintió.
—Ella no es una amiga de verdad, si te quedas con ella, va a quitarte a los chicos que te gusten. ¿Recuerdas cuando fuimos a un antro, la otra vez? A mí me gustó un chico, pero a ti también, entonces yo no intenté nada con él y dejé que saliera contigo, pero Sasha es una roba novios, no es confiable, tú más que nadie lo sabes, o acaso quieres que te recuerde que...
—Yolanda —la interrumpió—, ¿en verdad quieres estar con una persona que disfruta meterse con los demás? A ti no te gusta eso, yo lo sé, no te agrada lo que Miriam hace, ¿entonces para qué quedarse con esa? —Dijo con desprecio.
—No me hagan esto, chicas. —Yolanda comenzó a morderse la uñas.
Ambas trataron de convencer a Yolanda de que se quedara con alguna, pero ella no se decidía. Miriam, al ver que la chica no iba a darles una respuesta, decidió irse... Además de que ya estaba muy fastidiada.
—¿Sabes qué, Yolanda? —Le dio un empujón—. Quédate con ella, tú también eres una idiota que no vale la pena. —Se dio la media vuelta y se alejó de ambas.
—Que se largue, no la necesitamos. —Sasha le aseguró unos segundos después mientras Yolanda se mordía el interior de su mejilla con preocupación.
***
Aunque Adrián no afirmó que rompió la promesa, era obvio que lo hizo, porque ahora se encontraba tratando de hacerle plática a Claudia acerca de cualquier cosa. León se encontraba medio molesto por esto pero no lo demostró, fingía estar oyendo la conversación de Carlos y Oscar. Aparentemente ya no había rencores con el moreno, ya que le volvió a hablar normal, como si nada hubiera pasado. Por su parte, Claudia tenía pensado ese día presentarles a Belinda, a todos, para que no se viera muy sospechoso. «Pero estoy platicando con Adrián, y además ellos se ven muy interesados en su plática... Mejor mañana» pensó la pelirroja.
En un momento en que León se hartó de que solo Adrián tuviera la atención de la pelirroja, se salió de la conversación de los otros chicos y se metió en la de ellos.
—¿De qué hablan? —Interrumpió a Adrián.
—De comida —contestó Claudia.
—¿Comida? A mí me encanta la comida. —Se levantó del suelo y se sentó en la banca, justo en medio de Claudia y Adrián. A este último no le hizo nada de gracia.
—Estábamos hablando de cuál era nuestro postre favorito —rio Claudia.
—A mí me gusta mucho el chocolate.
—¿En serio? A mí no me gusta tanto —aceptó la chica.
—A mí tampoco —mintió Adrián; la verdad era que le encantaba, pero dijo eso para tener algo en común con ella.
—¿El flan te gusta? —Preguntó León, ignorando a Adrián.
—Sí, ese sí.
Mientras seguían hablando de postres, Belinda pasó por ahí junto con Rocío.
—Parece que ya se lleva muy bien con ellos —dijo la morena—. Yo creo que pronto te presentará a León.
—¿Tú crees? Se está tardando mucho, ¿y qué tal si no quiere? ¿Qué tal si a ella le gusta León? —Preguntó preocupada.
—No creo, Claudia es una buena amiga, ella jamás te traicionaría.
Belinda se quedó pensativa.
—Tienes razón, Ro, creo que me desesperé mucho —rio la rubia.
—Sí, lo hiciste.
—Pero ojalá ya se apure, se está tardando.
—Tal vez no encuentra el momento adecuado. —Rocío volvió a defender a Claudia.
—Tal vez...
«Ojalá se apure» pensó la rubia, «ya quiero que León sea solo mío».
Recuerden que la historia no busca normalizar que los profesores se metan con sus alumnas. Ellos como adultos deben poner el alto, solo que en esa época estaba más "normalizado", como estudiante me tocó ver esas cosas :c
Y uy, la "amistad" de Miriam con Sasha y Yolanda terminó. Igual Belinda empieza a sospechar...
Cuéntenme, ¿tienen su top 5 de personajes favoritos de la historia? Yo tengo el mío pero esperaré a ver qué me dicen.
Recuerden que sus comentarios me animan mucho:3
Nos vemos pronto.
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