—¿Que sabe de él?— pregunte con impaciencia.

—Sé que Norman Usher tenia un hijo pequeño al que molestaban mucho, yo era su profesor de educación física y preceptor en el turno de la mañana.
Un día el hombre con guantes en sus manos, sin motivos cargaba un arma y quiso dispararle a los padres del agresor en plena reunión escolar, yo tuve que impedirlo, llamé al 911, luego lo sujeté por la espalda para no dejar que la bala impacte en el cráneo del otro sujeto. pude desviar su brazo, pero en cuanto lo hice...—comenzó a llorar.— la bala pegó en el cuello de su hijo. La policía llegó y vio el cuerpo, Usher escapó y de ahí no supe más nada, lo juro. Ahora que dije esto, me siento muy mal.—