Realmente me asuste, creía que sabían mi identidad y propósito e iban a golpearme o incluso matarme.
Los mire de nuevo mientras se alejaban, el arma que llevaba aquel sujeto de la bandana roja era idéntica al arma que se encontró en el escritorio de la escena del crimen.
Raro, muy raro, no quise sacar conclusiones aún, debía entrar a Ammu-Nation para poder tener una respuesta clara.

—Buenas Tardes.— dijo el encargado del lugar. Un hombre de baja estatura, de mediana edad, por su aspecto, de unos 53 años. Vestía de una camisa escocesa y pantalones de jean azules y zapatos marrones. Sus ojos cafés me vieron con curiosidad.— ¿En que le puedo ayudar?.—

Inspeccionando el lugar, me presenté ante el hombre: