Capitulo 5

La mañana prontamente apareció en mi ventana, observé los rayos del sol, que cubrían parte del pasto y las hojas de los árboles. Sentí deseos de ir al oculto lugar que solo Joey conocía y tomé el oso de felpa y me dirigí lentamente rumbo al lugar secreto.

Miraba las nubes por la ventana de aquel avión y solo pensaba seriamente en ella, y en lo que sucedería en unas pocas horas más. Tenía tantos deseos de verla y ver su embarazo.

Estaba tan serio y a la vez pasivo observando el cielo y nubes por la ventana, que con frecuencia acomodaba las gafas en su largo cabello, y se ordenaba en su asiento.

El avión aterrizó sobre suelo chileno. Joey miró alrededor y bajo sus oscuros lentes, comenzó a buscarla.

Estaba tan seguro de lo que estaba haciendo. Aquel sentimiento dominaba su ser y necesitaba compartirlo con ella, solo con aquella joven muchacha.

De pronto llegó al centro, y bajo sus oscuros lentes, Joey recordó cuando ella le mencionó acerca de tal lugar secreto y mágico...

<< "_ Así que este es tu mágico lugar linda

_ Precioso ¿No lo crees mi vocalista precioso?

_ Muy hermoso linda. Ahora ya sé que si algún día regreso, podré encontrarte aquí.

_ Ten por seguro que si algún día llegamos a reencontrarnos, siempre me encontrarás aquí...-" >>

Llegó a la calle de tal lugar, Joey visualizó aquel hermoso y grande sitio, y se dirigió hacia él.

Observó que todo yacía igual de bello como lo conoció. Continuo mirando cada sitio del inmenso prado, y no hallando lo que con ansias deseaba ver, se sentó en uno de los asientos de madera y ocultó otra vez su mirada bajo sus lentes y esperó por nuestro reencuentro.

Por esas horas del medio día, los rayos del sol lanzaban con intensidad sobre las calles de Santiago, y en tal lugar secreto y mágico las sombras de los árboles invadían el alrededor en donde se encontraba aquel tipo de largo cabello, vestido con jeans oscuros, camisa azul, con manchas blancas, botas vaqueras, y sus oscuros lentes, que ocultaban su dulce mirada, para aparentar ser otra persona común y corriente.

La gente transcurría por la calle de tal bello lugar, y Joey continuaba esperando por su anhelante llegada. La buscaba con su mirada oculta y observaba todo el sitio.

Mi vestido maternal rosado, con tirantes cruzados en el pecho, de color rojo y mangas anchas y cortas, demostraba toda mi belleza maternal, según lo que me decía mi prima Celina.

Vi a centímetros la calle del lugar secreto y me dirigí lentamente hasta llegar allá.

Mirando hacia la calle, a través de sus lentes, Joey no perdía las esperanzas que la vería llegar rumbo hacia donde él yacía esperándola.

Llegué un poco cansada al sitio, quería sentarme a descansar, cuando de pronto vi a unos pocos metros a Joey y él volteándose, tenía puesto sus lentes oscuros, me vio, se los levantó y se colocó rápidamente de pie.

Yo impresionada, sentí que mi corazón estalló de emoción y felicidad, y paralizándome por completo, mencioné emocionada su nombre, y no pude más y me desmayé ante él.

Joey corrió a socorrerme y sus lentes se le cayeron sobre el arenoso suelo.

Me miró con dulzura, levantó con cuidado mi cabeza y observó mi avanzado estado por un instante y sonrió de alegría. Tocó mi mejilla, para que yo despertara,

_ Soy yo mi amor. He regresado...

Besó mi pálida mejilla, y notó que yo no reaccionaba. Joey se colocó nervioso y tocó otra vez mi mejilla.

_ Despierta por favor cariño. Despierta...

Besó mi frente y volvió a mirarme dulce, muy dulce.

_ No me hagas esto linda. He vuelto por ti mi amor...

Me cargó con cuidado en sus brazos y me recostó en el asiento, que se encontraba a un costado.

Acarició mi mejilla y yo abrí lentamente los ojos y ambos nos miramos con emoción, alegría y amor. Joey me sonrió, y mis ojos se llenaron de lágrimas.

_ Eres tú mi Joey. Te extrañé tanto

Lo abrasé y me puse a llorar. Joey me abrasó, acarició mi espalda y escuchó mis mimados sollozos.

_ Ya amor. Trata de tranquilizarte sí. Hazlo por nuestra bebe

Al oír aquello referente a nuestra hija lo miré con nervios, y desvié la mirada

Joey me observó con una dulce sonrisa y se apegó a mi espalda. Yo volví a mirarlo aún incrédula de que se tratará de él y mi corazón se regocijó una vez más de dicha.

_ ¿Por qué has regresado?

_ Porque deseaba verlas;

Susurró con ternura en mi oreja y acarició mis hombros.

Lo miré tímida y me alejé de su lado. Me apoyé sobre un árbol y Joey me siguió, y se apoyó también sobre el tronco del árbol. Me observó discretamente, y yo acaricié a nuestra hija y le hice otra pregunta.

_ ¿Y tú esposa?

_ No me casé linda

Me respondió con desahogo y una sonrisa en su rostro

_ ¿Qué? ¿No te casaste Joey?

Lo miré sorpresiva, y exclamé con asombro y discreta alegría, e insistí en preguntar por aquello.

_ ¿Pero por qué no te casaste con esa mujer? Se suponía que estabas enamorado de ella

_ Estaba equivocado linda, y me di cuenta a tiempo, ya que si no lo hubiera hecho en ese momento, me hubiese arrepentido todos los días de mi vida se acomodó los lentes en su largo cabello.

Ambos observando el bello prado, inconscientemente y además porque lo desee en aquel momento, me apoyé en su pecho y Joey solo me miró con cautivad y besó mi cabeza. Luego me pasó el osito que me había regalado con tanto cariño.

Yo lo tomé recordando que lo había votado al desmayarme de la impresión, y Joey me observó reservado y se dio cuenta que mi amor hacia él estaba intacto y puro, y más al verme él embarazada de él.

Cerré los ojos aún estando en su pecho y solté un gemido por una pequeña molestia en la espalda.

Nos fuimos a sentar nuevamente y me escondí mimada en su protector pecho varonil. Joey me hizo cariño en la cabeza, me observó y preguntó por la niña. Yo lo miré aún más sorprendida por saber él que íbamos a tener una niñita.

_ ¿Cómo sabes que es una niña Joey?

Me alejé de su pecho.

_ Por como luce sé que es una niñita la que estás esperando linda

Miró tierno mi barriga y yo bajé la cabeza apenada por lo que Joey acababa de decirme y me puse de pie, comencé a caminar y Joey me siguió.

Aprovechó de sacar algo que tenía escondido en sus jeans.

Me daba tanta vergüenza que Joey me observara en mi avanzado estado, aunque lo había soñado y ahora se estaba haciendo realidad, no dejaba de sentir pena que él me haya sorprendido aún yo estando embarazada.

_ Te tengo un obsequio...

Me volteé a mirarlo con alegría, sorprendida y Joey me entregó una pequeña caja forrada en celofán, color rosa.

Lo miré con curiosidad y felicidad y levanté la tapa de aquella caja de tierno color y vi unos adorables y pequeños zapatos de bebe.

Sonreí al ver tal dulces zapatos para la bebe y Joey se alegró al observar mi feliz actitud frente a su regalo, y se acercó discretamente a mi lado.

Tomé los zapatos y les miré cada detalle, su femenino color, su diminuto tamaño, sus llamativos adornos, y me reí con emoción.

Joey me miró perdidamente enamorado y acarició mi mentón.

_ ¿Te gustó mi regalo entonces linda?

Le sonreí sin apartar con cariño los pequeños zapatitos de mis manos y le respondí un sí con la cabeza. Luego mire su llamativa mirada y de pronto me sentí un poco triste. Él lo advirtió.

_ ¿Qué ocurre hermosa?

_ Pasa que yo no tengo nada para regalarte Joey

Él se rió tierno y acarició mi mejilla.

_ Eso no importaba mi cielo. Mi único gran regalo es haber vuelto a verte y tenerte ahora a mi lado

_ Pensé y creí que no volvería a verte nunca más. Como me dijiste ese día en este mismo lugar, que lo mejor para los dos era no volvernos a ver jamás

_ ¿Y tú querías eso Stephanie? ¿Qué yo jamás regresara para vernos nuevamente?

Me miró con dulzura, yo lo miré y sentí aquel inmenso amor hacia él.

Joey tomó mis manos y miró mis ojos perdidamente.

_ Yo veo en tú mirada que quieres todo lo contrario, que yo regresará y este día de reencuentro llegara, y por fin ha llegado

Acercó sus labios a los míos y yo me solté de sus manos y me alejé con desconfianza de su lado.

Caminé al pasto, Joey fue detrás de mis pasos, y yo me volteé a mirarlo e insistí por su impensable regreso.

_ ¿Por qué regresaste? Dime la verdad;

_ Regresé por ti Stephanie. – me miró perdidamente enamorado -

_ ¿Regresaste por mí Joey? – asombrada, mi corazón se llenó de alegría -

Joey se acercó a mí y acarició mi rostro. Yo lo miré dichosa, sintiendo escalofríos, los acelerados latidos de mi corazón, y mi alma vibró.

Deseé besar sus labios, pero tuve un frío pensamiento con respecto a Joey y mis ojos se llenaron de lágrimas, y me corrí bruscamente de su lado. Joey me miró sorprendido, y trató de acercarse a mí.

_ ¡Solo quieres burlarte de mí Joey!, ¡Por qué me mientes!

Lo miré alterada.

_ Yo no quiero burlarme de ti linda, ¿Por qué piensas eso de mí?

Desconcertado, observó mi impensable actitud y trató de acercarse nuevamente para calmarme.

_ ¡No te me acerques! ¡Quiero que te largues! ¡Lárgate!

Le grité con sollozos y Joey me tomó en sus brazos, yo lo abrasé fuerte y lloré más afligida.

_ Volverás a irte y me dejarás otra vez

Joey escuchó mis gemidos y apegó su cabeza junto a la mía. Acarició mi espalda y me susurró

_ No mi vida, no me iré

Me susurró y yo lo miré con mis ojos cubiertos de lágrimas. él las secó con sus dedos y reafirmó lo que me había dicho.

_ No me iré Stephanie. Estoy profundamente enamorado de ti y solo quiero compartir mi vida contigo

Lo miré perdidamente y le sonreí aún con mis ojos llenos de lágrimas.

_ Yo también te amo. Te amo profundamente mi Joey

Nos miramos por un instante con aquel inmenso sentimiento mutuo y nos besamos apasionadamente.

Al cabo de nuestro beso, nos miramos con alegría, y yo volví a abrasarlo muy consentida y Joey sonrió tierno.

_ No me iré a Inglaterra, no sin ti mi vida

Levanté la mirada y acaricié su mejilla y suave y largo cabello. De pronto sentí otra vez vergüenza y bajé la mirada.

Joey se había dado cuenta de mis nervios hacia él por observarme en mi notorio embarazo, y me miró tierno y observó discretamente mi barriga.

Me di cuenta de aquello y me despojé de sus brazos con pudor. Traté de ocultar mi estado y me senté volteada hacia la entrada del lugar. Él se acercó junto a mí y se sentó en el respaldar de aquel asiento.

_ ¿Por qué te da vergüenza que yo te observe? Si hacía meses que no te veía, y anhelaba el verte otra vez, y observar cuanto había crecido nuestra hija en tu vientre

Me miró perdidamente y yo sentí nostalgia

_ Es por eso Joey...

_ ¿Por qué?

_ Estoy gordita y fea. No pensé que para esta fecha subiría tanto de peso. Ahora tú apareces y yo estoy así ante ti toda enorme. Me da vergüenza que tú me mires.

Joey me miró cariñoso, se bajó del respaldar y se sentó junto a mí y miró mis ojos deprimentes, que le gritaban que me tomara en sus brazos.

_ Yo pienso todo lo contrario amor. Luces muy linda esperando a nuestra niña

Tomó mis manos, y vio las lágrimas correr de mis ojos y él otra vez las secó para luego tomarme en sus brazos y hacerme cariño. Yo lo abrasé mimada, sollocé en su pecho, y él acarició mi cabeza.

_ ¿Te confieso otra cosa amor mío? - mencionó aún acariciando mi cabeza -

_ Dime mi vocalista precioso

_ Quise que nuestro reencuentro fuera en este mes, para verte así embarazada mi amor

Lo miré con una pequeña sonrisa y pensé en mi perduro sueño de reencuentro, y en su amor.

_ ¿Sabes cuantos meses de embarazo tengo?

_ Si, en mi calendario fui marcando cada día que transcurrió después de nuestra despedida, y hasta el día en que me subí al avión, para volver aquí van siete meses y medio. Es lo que tienes de embarazo

Me sonrió dulce y yo tímida, me sentí inmensamente feliz y apoyé mi cabeza sobre su pecho y dejé al descubierto toda mi enorme barriga frente a él. Sentí su corazón latir, escuché su lenta respiración y tomé su mano.

_ Te amo mucho

Nos miramos y Joey besó mi cabeza.

_ Te parecerá raro, tal vez lo que te diga, pero pareciera que hoy te colocaste ese vestido justamente para nuestro reencuentro

_ ¿A qué te refieres con eso mi amor?

_ Me refiero a que te ves preciosa con ese vestido. Me gusta como luces con el

_ ¿En serio te luzco bonita con este vestido Joey?

_ Tú me pareces muy linda embarazada. El vestido resalta tu belleza

Me sonrojé, lo miré toda enamorada y sentí que mi amor por él se había duplicado enormemente.

Miramos ambos el bello prado a nuestro alrededor por un momento y Joey tocó las anchas mangas de mi vestido maternal, y contempló cada detalle de mi vestido rosado.

_ Pienso regalarte muchos vestidos como este. Con tirantes y muy anchas mangas, para que sigas mostrándome lo hermosa que estarás cada día

Me sonrió con destellos y yo me sentí halagada por su tierno pensamiento

_ Te haré sentir la mujer más preciosa de todas esperando la llegada de nuestra primera hija

Lo miré toda embobada, él no dejó de mirarme de aquella tierna manera y yo lo abrasé aún más mimada y él me susurró:

_ Te amo mi vida

Nos acomodamos en el asiento, yo me cubrí nuevamente en su pecho, dejándole ver mi barriga y Joey me miró. Esperó a que yo me acomodara en su protector pecho varonil y acarició mi enorme barriga. Mirándome por un momento mientras movía su mano sobre mi barriga, yo cerré los ojos y tomé su otra mano y respiré profundo. Él me miró.

_ Sentí que se movió

_ Si y mucho

_ Mi niña hermosa. Te amo

_ Y yo a ti

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