C 2

Observó con más detenimiento la escena. La bufanda estaba colgando del techo. La silla estaba colocada en su sitio, al lado de la mesa. La ventana y la puerta cerradas. Nada daba a entender que ayer pasara nada. Sí, tenía que haber sido un sueño. Oyó el teléfono sonar y fue corriendo a cogerlo.

- Dígame.

- ¿Has visto qué hora es?¿Qué haces en casa todavía?¿Olvidas tus deberes como Presidenta del Consejo? - Miró un reloj y vio que faltaban tan solo 15 minutos para que empezaran las clases - Perdón, voy ahora mismo.

- Eso espero.

Escuchó como la llamada se cortaba. Fue corriendo a vestirse y salió hacia el instituto. Al llegar a las taquillas escuchó una voz.

- Presidenta, ¿Qué la ha pasado hoy?

- Nada.

- ... Llegó una estudiante nueva, tuvimos que regañarla por no cumplir con las normas de apariencia.

- ¿Debería preocuparme?

- Por supuesto que no, se lo dejé todo muy claro.

- Está bien.

No le dió mayor importancia, hasta que el profesor y la chica nueva entraron en clase. Por un momento se paralizó al ver que era la chica anoche. La observó con atención, "no cumpliar con las normas de apariencia" era una versión demasiado resumida de lo que estaba sucediendo. La chica se puso al frente de la clase, dio un barrido con la mirada y al llegar a ella pegó un respingo y se giró hacia la pizarra para escribir su nombre. Yuzu Aihara... ¿era simple coincidencia o tal vez esa era su nueva hermana? Quizás por eso dijo que la conocía, tal vez su padre le hablara de ella. Después de ello, se sentó en su sitio evitando todo lo posible el contacto visual con ella. Pero ¿por qué ahora no era capaz de mirarla? La chica tan segura de si misma de ayer, hoy era una delincuente asustadiza...

La siguió observando de reojo durante las clases y se fijó que estaba jugando con el móvil. Por lo que en el primer descanso se dirigió hacia ella, pero el profesor Amamiya la paró para quedar con ella después de clase en la parte trasera de la escuela, aceptó sin más y volvió a girarse hacia el lugar que ahora estaba vacío. Dio un vistazo rápido a la clase y la encontró apunto de salir por la puerta.

- Aihara-san

Notó como la chica se paralizó. Se acercó a ella mientras la chica asustada se giraba riendo nerviosamente. Una vez estaban la una frente a la otra sin previo aviso empezó a cachearla.

- ¿Pero qué estás..?

- Antes te ví jugando con esto - levantando la mano en la que tenía el móvil - No están permitidos, así pues, queda confiscado.

Llevó el teléfono a Mineko y siguió con sus tareas de presidenta. Las clases pasaron y fue al lugar de encuentro con Amamiya, el cual apareció poco después. La acorraló y la besó. Oyó un ruido, miró de donde provenía y allí estaba una vez más aquella chica. La cual al ser descubierta salió corriendo. ¿La estaba acosando realmente? Fuera como fuese, eso había sobresaltado a su prometido, el cual también se fue sin decir ni una palabra. ¿Podría decirse que la salvó dos veces? Ahora realmente sintió curiosidad por aquella chica, lo cual era raro, pues no solía sentir curiosidad por nada. Quería saber si realmente era su nueva hermana, por lo que no se le ocurrió otra manera de comprobarlo que ir a vivir con su nueva familia. Así pues busco el papel que su padre le dió tiempo atrás en el que estaba la dirección y el número de teléfono que necesitaba. Informó a su nueva madre que iria a vivir con ella. Después llamó a una empresa de mudanzas para que la llevaran algunas cajas a su nueva casa.

Tras acabar con todo el trabajo del consejo estudiantil, se dirigió a su nueva casa. Se preguntaba lo que allí la esperaba. Llegó a la puerta de su nueva casa, respiró hondo y abrió la puerta. Y allí estaban las dos, su nueva madre y hermana.

- Estoy en casa.

La mujer sonrió, mientras que la joven muchacha nerviosa se giró, al verla se echó hacia atrás y se dio un golpe.

- ¿Por qué estás aquí?

- Un placer conocerla. Soy la hija de Shou Aihara, Mei Aihara. Quedo a su cuidado a partir de hoy, madre.

- No es necesaria tanta formalidad, ya que somos familia. Trátala bien, Yuzu.

Durante la cena pudo apreciar como aquella mujer era amable y cariñosa. Hablaba bastante pero no se hacía pesado. Y tampoco intentaba hacerla hablar como otra mucha gente, lo cual la agradó bastante. También notó que su hermana, sentada junto a ella, no dejaba de mirarla de reojo con claro nerviosismo. Tras acabar de cenar fue a la habitación a ordenar sus cosas, la cual compartiría con su hermana mayor. Trataba de pensar en cómo afrontarla, ¿tal vez preguntando directamente? no, ella no era de preguntar. Entonces, qué debería hacer. Tras un rato Yuzu entró por la puerta.

- El baño está listo.

- ...

- Sé que pasaron muchas cosas y que te cuesta hablarme, pero ahora somos hermanastras. Da igual si solo es por aparentar, intentemos llevarnos bien.

- ...

- Así que hoy besaste a nuestro profesor ¿no? ¿Está bien que la presidenta del consejo haga algo así? ¿ O simplemente te pone hacerlo en lugares donde puedan pillaros? ¿ Habrá sido tu primer beso, quizás ? Siempre pensé que besarse era cuestión de compartir sentimientos...

Había estado tratando de ignorarla, pero ya se estaba pasando. Por ahí no pasaba. Fue hacia ella y la empujó, tirándola en el futón. La mayor la observó con miedo, pero eso le dió igual, la agarró por las muñecas mirándola fijamente a los ojos. - Si tanto insistes en querer saber cómo son los besos, te lo mostraré. - Y la besó, notó como se estremecia e intentaba zafarse bajo ella, pero continuo hasta quedarse sin aliento. No pretendía hacer eso, pero no se le ocurrió otra manera de callar a su estúpida hermana mayor. Se separó, levantó y colocó el pelo mientras pensaba en voz alta sin darse cuenta. - Realmente no eres la de ayer ¿fue un sueño cierto? - Dejando a Yuzu aún más confusa. Se dirigió al baño mientras se preguntaba por qué la dolía que quien la parara ayer no fuera su hermana. ¿Realmente quería ser salvada por ella? ¿Tan desesperada estaba?

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