Ángel, mi Ángel.

Te dije que te escribiría, en ese tiempo no llegué a pesar que jamás te llegarían mis palabras.

No pensé en muchas cosas.

Incluso ahora no lo hago como realmente quisiera, no es algo que pueda hacer, creo que lograrías comprenderlo.

Fui parte de tu vida, fuiste parte de la mía, fuimos.

No quiero dejar de ser quién soy, pero tampoco te quiero lejos, ¿es justo que debas aceptar eso? ¿Es justo que sea tan malditamente egoísta en este momento?

Vivo en el mundo del pecado, en ese mundo donde se oculta hasta el mínimo error, pero Ángel tú no eres un error, yo lo soy.

Es una peripecia interminable y y yo solo quiero escucharte decir "Ev" una vez más.

No estoy hecho para amar, no así, soy demasiado cobarde para aceptarlo, soy demasiado hermético y cerrado, no te merezco.

Eres libre, siempre has sido libre y así te amo más, aunque signifique que no habrá un nosotros, aunque signifique el fin de nuestra historia.

El fin de nuestra noche de invierno.

Te quiere,
Evan.