Tres Sobres De Azúcar

Ángel

Hoy era el día.

Finamente la semana había casi acabado y era viernes.

Sabía que Ev no faltaría, se notaba que no era ese tipo de persona que dejaba plantado a alguien más o cancelaba, extrañamente sentía que era muy organizado, probablemente tenía una agenda donde apuntaba todo lo que iba a hacer en el día o quizás solo estaba creyendo tonterías, después de todo lo conocía demasiado poco.

Bruno me molestó por el sueño sin parar, incluso hoy en la mañana me había mandado un audio recordandomelo.

Pero que culpa tenía yo de lo que mi mente inocente soñara.

Solo quería un amigo y agradecerle como era debido.

Habíamos quedado en una de las tantas cafeterías de la piaza dos horas antes de mi ensayo en el teatro, por suerte hoy solo era repaso de algunas escenas que ya tenía perfeccionadas, así que no debía practicar antes, no sería lindo ponerme a practicar en medio café, Ev aún no había llegado, pero no me preocupaba yo había llegado treinta minutos antes.

¿Por qué?

Bueno, no quería que el creyera que era un impuntual, quería darle una mejor impresión que la vez pasada.

Quizás me estaba preocupando demasiado por esta salida, incluso había preferido no colocarme mi perfume favorito por su alergia, extrañamente una parte de mí me decía que debía ser su amigo, debía estar cerca de él.

Vi mi instagram por un largo rato hasta que finalmente Evan llegó, llevaba una simple camiseta gris y un pantalón de mezclilla, apenas me vio sonrió y caminó hacía mí, me levanté de mi silla justo cuando llegó a nuestra mesa y le di un corto abrazo como saludo.

—¡Ey! ¿Cómo estás?—preguntó, ambos nos sentamos y yo apoyé mis brazos sobre la mesa.

—Muy bien, Ev. ¿Tú?

Él entralazó sus manos sobre la mesa y se acomodó mejor en su silla, levanté un poco mi mano para que la mesera me notara y le hice una señal para que se acercara.

—También bien.—dijo finalmente.

La mesera se acercó, yo miré el menú fingiendo indecisión, luego alcé mi mirada preparado para decir mi orden.

—¿Qué desean, chicos?

—Un café negro, sin azúcar.—Se adelantó a decir Evan, fruncí el ceño.—También quiero un trozo de pastel de vainilla.

—Perfecto. ¿Y usted qué desea?—preguntó la chica ya dirigiéndose a mí mientras apuntada a su libreta.

—Un capuchino y si tiene crema batida sería excelente.—dije, ella lo apuntó.—Y quiero un sándwich de jamón y queso, sin tomate por favor.

—Genial, en un momento les traigo su orden.—dijo, nos sonrió y se alejó.

—¿Café sin azúcar?

—¿Sándwich sin tomate?—Me miró curioso y yo reí.


—Soy alérgico.—Me encogí de hombros.

—Me gusta el café fuerte.—respondió, negué con mi cabeza y Ev me regaló una sonrisa.—No me gustan las bebidas dulces.

—Que extraño.—murmuré, Evan asintió, yo tomé una servilleta y jugué con ella entre mis manos.—Yo sí soy muy dulcero, le echo tres sobres de azúcar a mi café.

—Eso es demasiado, espero no te afecte más adelante.—dijo, negué con mi cabeza y observé cada una de sus facciones.—¿Cómo te va siendo Lisandro?

—Creo que el director está satisfecho, lastimosamente mi Hermia está teniendo problemas.—dije, pasé una mano por mi cabello.—Pero pronto lo solucionaremos.

—¿Qué tipo de problemas?

—Está un poco distraída, no se muy bien el contexto, pero se le están olvidando sus guiones y ensayamos demasiado, ya me se todos mis diálogos de memoria.

—Bueno, al menos eso es algo positivo. ¿No?—preguntó, asentí.—Espero eso mejore.

—¿Irás a verme?

La pregunta salió de mí sin ni siquiera pensarlo, Evan miró el mantel de la mesa como si estuviera demasiado interesado en el, rasqué mi nuca y una sonrisa nerviosa se posó en mis labios.

—El director siempre nos regala algunas entradas, si quieres...—Ev me interrumpió.

—Me encantaría.—dijo, alzó su mirada y me miró.—Me gustaría verte actuar, Ángel.

—Eso es perfecto, aún falta algunos meses para el primer estreno, así que te llamaré cuando ya tenga la entrada.—murmuré, iba a decir algo más, pero la mesera regresó con mi café y el suyo.—Gracias.

—En un momento les traigo sus platillos, chicos.—Evan asintió y le agradeció.

—¿Ya has ido a alguna obra de teatro?

—Nunca, pero fue bastante impresionante verte ensayar aquel día, me imagino lo impresionante que es ya ver la obra por completo.

—No tendrás que imaginarlo por mucho tiempo.—dije, Evan asintió, dejé de jugar con la servilleta y finalmente tomé un sorbo de mi café no sin antes echar los tres sobres de azúcar.—¿Cómo han sido estos días?

—Bastante atareados, la universidad me tiene exhausto, pero agradezco tanto poder aprender.—contestó, él también tomó un sorbo de su café y mi mirada se posó en su manera de agarrar su taza, tan cuidadosamente, se notaba que sus manos pálidas eran muy suaves.—Si te soy sincero no creí que fueras a llamar, supuse que por tu obra y seguramente otras actividades estarías ocupado y lo olvidarías.

—Cuando digo algo lo cumplo y dije que te llamaría, Ev.—respondí, me acomodé mejor en mi silla y sonreí.—Aunque bueno quizás debí llamar más temprano, no en la madrugada, lo siento por eso.

—No, no te disculpes, a veces es bueno despejarte un poco y solo hablar con alguien por unos minutos, no me incomodó, además ya llevaba mucho rato estudiando.

—¿Entonces te puedo seguir llamando?

Estaba siendo un intenso.

No, estaba siendo un acosador.

Pobre Evan probablemente se estaba arrepintiendo de aceptar mi café.

—Digo, si no te molesta, que me caes bien y yo no tengo muchos amigos y supongo que tú tampoco. Bueno, cielos no se ni que digo, seguro si tienes muchos amigos, lo decía porque estudias, uno no tiene mucho tiempo y así, seguro eres muy sociable...—Que alguien me callara por favor, ni siquiera la mesera llegaba a salvarme, definitivamente Evan iba a salir espantado de esta cafetería.

—Tranquilo, puedes llamarme cuando quieras, Ángel.—Evan me sonrió y posó su mirada sobre su café.—En realidad no tengo muchos amigos, no soy tan sociable como crees.  

—Oh, tranquilo, te entiendo, yo tampoco tengo muchos amigos, aunque si conozco a muchas personas, es solo que...—Me quede en silencio sin saber muy bien como explicarme. 

—No son personas a las que se les podría decir amigos, ¿eso quieres decir?—tanteó. asentí, tomé un sorbo de mi capuchino, parte de la crema batida quedó sobre la comisura de mi boca y la limpié con una servilleta.—Es tan divertida la manera en la que nos conocimos, cada vez que lo recuerdo me da gracia. 

Lo recuerda, lo recuerda de vez en cuando, una sonrisa se posó en mi boca y medio reí. 

—Es digna de un libro, probablemente a los lectores les daría gracia al recordarlo o leerlo.—mencioné, jugué con la servilleta entre mis manos.—Era muy importante para mi ser Lisandro, gracias a ti lo logré. 

—Creo que tiene más que ver tu talento que eso, probablemente tu director te hubiera regañado por llegar en esas condiciones, pero seguro al escucharte olvidaría por completo el estado de tus prendas.—La chica regresó con nuestra comida, le agradecimos y finalmente ella se alejó.—No soy un profesional en la actuación, pero creo que eres muy bueno. 

—Tienes mucha fe en mí.—murmuré, Ev asintió, mordí mi sándwich, estaba bastante bueno a decir verdad.—Aunque probablemente tienes fe en todos. ¿No? 

—Se podría decir que si.—contestó, Evan tomó una porción de su pastel de vainilla y sus ojos brillaron.—Este es el mejor trozo de pastel de vainilla que he probado. ¿Quieres? 

Y entonces me quede en silencio, sin saber que contestar. 

Solo tenía una cuchara, ¿cómo se le ocurría ofrecerme? Sería demasiado contacto, su boca había lamido esa pequeña cuchara, ¿no era eso muy intimo para él? ¿y si me estaba probando? quizás era una forma para descubrir mi orientación sexual, si decía que si probablemente creería que soy gay y si decía que no sería un maleducado y hetero. 

Estaba pensando demasiada tontería, definitivamente no era una persona normal. 

—Supongo que eso es un no.—comentó, solté una risita nerviosa. 

—¿Qué? 

—Que te quedaste viendo un punto fijo sin contestarme, supongo que no quieres.—Ev me dio una corta sonrisa, miré mi sándwich y luego su pastel, lo hice una y otra vez hasta que finalmente supe que responder. 

—¿Qué tal si tu pruebas mi sándwich sin tomate y yo tu pastel? Así los dos probamos algo diferente.—Moví mi plato más al frente para que Evan lo pudiera probar y el hizo lo mismo con su pastel. 

Evan sin ni siquiera dudarlo mordió el sándwich mientras yo apenas tomaba su cuchara del plato, tomé una pequeña porción, acerqué la cuchara hasta mi boca y finalmente me permití disgustar el sabor, realmente si estaba muy bueno, me recordaba a los pasteles que me compraban cuando cumplía años, Evan movió mi plato hacía mí y yo le regresé el suyo, hubo un silencio demasiado extraño hasta que finalmente mi ansiedad no pudo más con la presión y hablé. 

—Sí tenías razón, está muy apetecible.—dije, volví a morder mi sándwich justo donde él había mordido anteriormente.—Aunque demasiado dulce, ya es suficiente con mi capuchino. 

—Definitivamente, deberías de intentar comer postres con bebidas sin azúcar, es mucho mejor.—recomendó, asentí, lo tomaría en cuenta.—Cuéntame algo. 

—No sé que contarte, ¿Quieres saber cualquier cosa?—Ev asintió.—¿Recuerdas a Bruno?

—Sí, tu amigo del teatro, ¿no? 

—Es mi mejor amigo, lo conozco hace mucho tiempo, es una persona increíble, a veces demasiado molesto, pero vale la pena tenerlo cerca, es de lo más bonito que me ha pasado en la vida.—Coloqué una mano sobre mi barbilla y mi codo sobre la mesa para apoyarme, Evan me miraba con mucha atención.—Hace unos días me dijo que no lo merezco, que yo he hecho tanto por él y me puse a pensar, las personas no lo notan cuando están tristes o mal, pero realmente son importantes, han ayudado tanto y han estado para otras personas cuando más lo necesitan, pero cuando cometen un error, cuando están tristes olvidan eso, su dolor les impide ver los buenas personas que han sido con los que aman. 

—Eso fue muy profundo, Ángel.—Sentí mis mejillas un poco ruborizadas y reí un poco para disimular.—Pero concuerdo totalmente contigo, a mi mejor amiga también se le olvida mucho eso. 

—Cierto, tienes una mejor amiga. ¿Cómo se llama?—pregunté. 

—Luisa, se llama Luisa, es una persona increíble, probablemente ustedes dos se llevarían muy bien.—dijo, asentí.—Si quieres un día podríamos salir todos juntos, así la conoces. 

—Sería genial, llevaré a Bruno, aunque a veces hace comentarios medio raros, no le prestes mucha atención.—contesté, Evan soltó una de esas leves risas que me hacen sonreír y luego pasó una mano por su cabello.—¿Hoy es tu día libre, cierto? 

—Sí, aunque igual tengo que hacer cosas de la universidad, las haré más tarde.—dijo, mi mirada se posó justo detrás de Evan, eran algunos compañeros de teatro y mi Hermia, probablemente si me notaban se iban a acercar a saludar.—¿Pasa algo?

—No, todo bien.—Sin embargo no dejé de mirar hacía allí, Evan se giró un poco para mirar a las personas que veía. 

—¿Esa no es la chica con la que...?—Ev no pudo terminar su pregunta ya que el grito de Alessia diciendo mi nombre se escuchó por toda cafetería. 

Ella llegó a nosotros dando unos pequeños saltitos, apenas llegó, besó mi mejilla y me hizo correrme de mi asiento para sentarse junto a mí. 

—No sabía que te gustaba esta cafetería, Ángel.—comentó, su mirada se posó sobre mi acompañante.—¿Y él es? 

—Evan, ella es Alessia, Alessia él es Evan, mi amigo.—los presenté, ella le sonrió amablemente y luego posó su mirada sobre mí.

—Oh, creí que estaban en una cita.—Solté una risa nerviosa y negué con mi cabeza rápidamente.—He practicado bastante estos días, no quiero decepcionarte más. 

—Alessia no me decepcionas, eres una gran actriz y me gusta actuar contigo.—respondí, ella asintió. 

—Fue un gusto conocerte, Evan.—Ella le mostró una de sus sonrisas más amables.—Espero verte en la fiesta de  Carlo, si eres amigo de Ángel eres bienvenido, aunque Ángel nos pase rechazando.—Ella se levantó y camino de vuelta al mostrador donde estaban los chicos. 

—¿Rechazando?—preguntó curioso Ev. 

—Casi no me gustan las fiestas.—respondí, Evan asintió.—Pero si quieres ir te podría acompañar...

—No, tampoco me gustan las fiestas, bueno en realidad no he ido nunca a una, solo a cumpleaños y no creo que sean ni un poco parecidas a las fiestas de las que ella habla.—comentó, reí y asentí.

—¿Y no te gustaría tener esa experiencia?—pregunté por curiosidad.

—No lo sé, por ahora no está en mis planes, yo solo quiero dedicarme a mis estudios y ayudar a mis padres.—contestó, asentí, siendo sincero en parte suponía una respuesta así.

Mi mirada calló sobre la comisura de su boca, Evan había comido un trozo de su pastel y ahora parte del lustre estaba allí.

Evan

Ángel no me respondió enseguida, solo mantuvo su mirada sobre mí y extrañamente no fue incómodo, era como si no me importara ser observado por él, no tenía miedo o incomodidad, él me veía de una manera distinta, aunque si era un poco extraño que mantuviera tanto tiempo su vista sobre mi boca, quizás tenía algun basura o algo así.

—Tienes lustre, déjame quitartelo.—Ángel agarró una sirvilleta y extendió su mano hacía mi rostro, por instinto me acerqué para que no tuviera que estirar demasiado su brazo.

Nuestras miradas conectaron en un momento, él pasó la sirvilleta sobre mi boca, una sonrisa se posó en su rostro, finalmente alejó su mano de mi y la posó sobre la mesa, no me moví, mi cuerpo no reaccionaba, por un instante quise posar mi mano sovre su cabello, se veía tan suave, cerré mis párpados un momento y finalmente reaccioné volviendo a acomodarme en mi lugar.

—Gracias.

—De nada, Ev.—respondió.

Ángel siguió comiendo su sandwich, yo tomé un sorbo de mi café y miré a mi alrededor, era una muy bonita cafetería, me gustaba la decoración y la comida era buena, quizás podría traer a mi mejor amiga aquí un día.

—¿Sería muy extraño si te digo que quiero verte de nuevo?-—negué con mi cabeza.—Pronto, digo podríamos salir a comer o no sé, algo que te guste hacer...

—Sería genial, Ángel.—lo interrumpí al notar su nerviosismo.—Aunque tendríamos que organizarnos con mis horarios de la universidad.

—Y mis ensayos.

—Sí.—afirmé.

—¿No estoy siendo muy intenso? Bruno dice que a veces las personas no están acostumbradas a que las personas sean así, pero no sé, me  caes bien.

Lo observe, a simple vista Ángel no parecía ser una persona insegura, incluso parecía ser todo lo contrario, pero entre más lo escuchaba más notaba que temía, definitivamente era una persona interesante de conocer.

—Somos amigos. ¿No?—pregunté, él asintió.—Los amigos se ven seguido, no está mal hacer planes.

—Esta es la segunda vez que te veo.

—Y es suficiente, hacer amistades no requieren de mucho tiempo a veces, simplemente suceden, lo importante es que esa persona que conociste valga la pena y tú vales la pena.—Ángel mordió levemente su labio inferior y asintió a mis palabras.—Podriamos salir a caminar, siempre he querido ir a un museo que...

—Perfecto, vamos allí entonces.—respondió enseguida, reí.—¿Qué?

—Ni siquiera sabes de que museo te estoy hablando.—mencioné, Ángel se encogió de hombros.

—Lo que importa es ka compañía, no el lugar.—bebió de su capuchino.—Además me gustan los museos, de todo tipo.

—¿Seguro?

—Claro que sí.

🌈

Ángel y yo hablamos, hablamos demasiado incluso sentí que el tiempo se pasó tan rápido, ambos nos asustamos cuando sonó su alarma recordándonos que él tenía ensayo dentro de cinco minutos, prácticamente tuvo que correr para llegar a tiempo, fue interesante su manera de despedirse ya que solo posó su mano sobre la mía y le dio un leve apretón y corrió fuera de la cafetería, me dijo que me llamaría pronto, ya que tendríamos planes pronto, después de todo iríamos al museo que le había mencionado.

Tenía tres llamadas perdidas de Luisa cuando revisé mi celular, apenas estuve en un lugar menos ruidoso la llamé, pero ella no contestó hasta el último tono, el sonido de una caricatura se escuchaba de fondo.

—Al fin contestas. ¿Cómo estás? ¿Pasó algo?

—Quería saber como te fue con Ángel, ¿Iban a salir hoy?—preguntó, escuché el sonido del grifo, probablemente estaba lavando platos.

—Sí, hace unos minutos nos despedimos, fue entretenido, iremos a un museo pronto.—respondí, escuché la voz de el pequeño llamando a su madre.—Saluda a Gian de mi parte.

—¿Irás un museo sin mi?—preguntó.

—¿Quieres ir? Creí que ir a esos lugares te aburría.—comenté, escuché un bufido de su parte.—Claro que puedes ir, solo deja le digo a Ángel.

—Genial, ¿quieres venir a casa a cenar? Haré lasaña y luego podríamos ver alguna película.

—Suena como un buen plan.—Caminé lo poco que me faltaba para llegar a la parada de buses.—Solo deja voy a casa, mi madre me dijo que me necesitaba.

—Está bien, cualquier cosa me llamas.—contestó.

Después de despedirme de Luisa, esperé unos pocos minutos hasta que mi bus pasó, el recorrido a casa fue lento, mantuve mi mirada en la ventana, mirando el paisaje, apenas llegué fui a saludar a mis padres, ambos estaban en el comedor preparándose una taza de té, me senté en mi lugar.

—¿Qué hiciste hoy? Espero hayas descansado hijo, estudias demasiado.—mencionó mi padre.

—No te preocupes, descansé y salí con un amigo.

—¿Lo conocemos?—preguntó mi madre uniéndose a la conversación.

—No, lo conocí hace poco.

—Oh, eso es bueno cariño, que socialices.—dijo ella, asentí.

—¿Qué me querías contar?

—Nada hijo, tu madre y yo solo queríamos pasar tiempo contigo.—dijo él, miré confundido a mi padre, pero asentí.—Mejor cuéntanos, ¿A dónde fuiste con ese amigo? ¿Cómo dijiste que se llama?

—Oh, no lo dije, es Ángel.—respondí.—Gracias a el conocí el teatro.

Entonces la conversación se centro en él, preferí omitir que le había prestado mi ropa, ellos me escucharon con suma atención, en un momento mi mirada se posó en los manos de mi madre, ella también era igual o peor de dulcera que Ángel, ya iba por su tercer sobre de azúcar mientras preparaba su té y sonreí, era interesante saber esos pequeños detalles, después de todo, las personas éramos tan diferentes y a la vez tan iguales, pero definitivamente no había otro Ángel en mi vida y me gustaba, me gustaba tener un amigo como él en mi vida.

Una parte de mí me decía que Dios me había puesto en el lugar indicado ese día, necesitaba mi ayuda y de alguna manera estaba seguro de que yo también lo necesitaba.



Wenas
Se que desaparecí por mucho tiempo, pero estas semanas he estado muy ocupada y no he tenido mucha inspiración.

Creo que se cancela lo de actualizar cada lunes, apenas escriba y edite un capitulo lo publicaré.

Tomen agua y coman bien, bonitos. <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top