Capítulo 6: El Peso de ser un Guardián
Logan caminaba por los pasillos de la escuela, su mente aún dando vueltas a todo lo que había aprendido. Ser uno de los últimos Guardianes. La idea le resultaba tan grande, tan abrumadora, que le costaba creerla. No sentía que fuera tan especial, ni siquiera tan capaz. El enfrentamiento con Kieran le había demostrado que aún tenía mucho por aprender, y aunque había logrado repeler su magia, sentía que había sido más por pura intuición que por verdadero control.
Ese día, los instructores decidieron darle una clase especial. Se encontraba en una sala circular, grande y vacía, donde las paredes parecían estar cubiertas por antiguos símbolos de runas. El ambiente estaba impregnado de una energía densa, como si el lugar mismo estuviera vinculado a la magia antigua.
El maestro de control de magia y el instructor de cabellera plateada lo observaban desde un rincón. Ambos parecían ser más serios que de costumbre. Después de un breve momento de silencio, el maestro de control comenzó a hablar con tono grave.
"Logan, lo que vas a aprender hoy es fundamental. Eres uno de los últimos Guardianes, pero no sabes aún lo que eso implica."
Logan asintió, sin poder evitar sentirse pequeño bajo la mirada de los dos instructores. "No sé mucho sobre lo que significa ser un Guardián," confesó.
El instructor de cabellera plateada dio un paso al frente, sus ojos centelleando con sabiduría. "Los Guardianes son los protectores del equilibrio mágico. Nacieron para contener y controlar las fuerzas más destructivas de este mundo, aquellas que pueden destruirlo todo. Cuando la magia se desborda, los Guardianes se encargan de detenerla."
Logan frunció el ceño, procesando lo que acababa de escuchar. "¿Entonces... mi magia puede destruir algo?"
"Sí." La respuesta fue directa, como si no se tratara de una opción, sino de una realidad. El maestro de control continuó, su tono grave resonando en la sala. "Tu poder no es algo que debas manejar a la ligera. Tienes una conexión única con la magia, una que puede absorberla y liberarla. Pero si no aprendes a controlarlo, puede consumirlo todo. La magia que resides dentro de ti tiene un potencial destructivo mucho mayor que el que crees."
Logan sintió un peso en el pecho, como si las palabras del maestro le estuvieran aplastando el alma. "No quiero destruir nada." Su voz, aunque firme, temblaba ligeramente.
El maestro de control le lanzó una mirada penetrante. "Entonces, tendrás que aprender a dominarla. Un Guardián no solo absorbe magia, la contiene, la regula. El peligro no solo radica en el poder de la magia, sino en lo que podrías hacer si no aprendes a controlarla."
Logan asintió lentamente, la responsabilidad empezando a calar en su interior.
Pero en ese momento, la puerta de la sala se abrió con un crujido, interrumpiendo la lección. Los tres voltearon hacia la entrada, donde una figura apareció, de pie en el umbral. Era Kieran, con el rostro tenso, como si algo lo estuviera quemando por dentro.
"Vine a hablar con el novato," dijo, con una sonrisa fría que no llegaba a los ojos.
Logan lo miró sin decir nada, aún consciente de la tensión que había quedado entre ellos. La batalla de la mañana había dejado una huella, y Kieran claramente no lo había olvidado.
"¿Qué haces aquí?" El maestro de control preguntó sin rodeos, su tono autoritario.
"Solo vengo a ver cómo va el 'entrenamiento' del chico," respondió Kieran, mirando a Logan con un brillo desafiante en los ojos. "Lo vi repeler mi hechizo. Es impresionante... pero sigo creyendo que es una magia ridícula." La última palabra salió con desdén, como si estuviera descartando la habilidad de Logan como algo trivial.
Logan levantó una ceja, un poco sorprendido por la descarada actitud de Kieran. "¿Ridícula? No entiendo."
Kieran dio un paso al frente, acercándose a Logan con una sonrisa torcida. "¿Vas a defender esa idiotez de poder?" su voz tenía un tono burlón, como si estuviera despreciando algo sin importancia. "Eres como un niño jugando con magia. ¿Crees que eso te hace más fuerte?"
Logan sintió el calor de la rabia acumulándose dentro de él. Quería defenderse, pero recordó lo que le había dicho el maestro de control: su poder no era algo para ser usado sin pensar. Aún así, no podía dejar que Kieran lo pisoteara.
"Mi magia no es un juego," respondió con firmeza. "Solo porque no la entiendas no significa que no sea poderosa."
Kieran soltó una risa burlona. "No es poderosa. Es... infantil. El control que tienes sobre tu magia es una broma. No sabes nada de lo que realmente significa ser un verdadero mago."
El maestro de control intervino, su voz grave cortando la tensión en el aire. "Kieran, basta." Los ojos del instructor de cabellera plateada brillaron con una advertencia. "No se trata de un juego, como bien dice Logan. No es solo magia por el simple hecho de usarla. Los Guardianes tienen un propósito mucho mayor que el simple dominio de hechizos. Son responsables de mantener el equilibrio, de asegurarse de que la magia no destruya este mundo."
Kieran parecía no tomar en cuenta las palabras del instructor. En su mente, su magia era la única que valía la pena. "¿Y qué? ¿Quieres que me lo crea?" dijo, su mirada despectiva fija en Logan. "No sé qué harías tú si el mundo realmente se colapsara por tu magia."
Logan lo observó, sin poder ocultar la creciente tensión entre ellos. "Eso es lo que quiero aprender," dijo finalmente, con una calma fría. "Cómo evitar que la magia destruya algo. Cómo proteger a las personas, no solo luchar por el poder."
El maestro de control asintió, sabiendo que Logan estaba en el camino correcto. "Esa es la mentalidad de un Guardián."
Kieran dio un último vistazo desafiante, sin decir nada más. Sabía que la conversación no iba a dar frutos, por lo que dio media vuelta y salió de la sala sin mirar atrás. La puerta se cerró con un suave golpe, dejando a Logan y a los instructores en silencio.
"Logan," dijo el maestro de control, su mirada más suave. "No te preocupes por Kieran. Él tiene mucho que aprender, como todos los que caminan por este camino. Lo importante es que entiendas lo que realmente significa ser un Guardián."
Logan asintió, sintiendo que aún le quedaba mucho por aprender. "Lo entiendo," murmuró, aunque en su corazón todavía quedaban dudas.
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