El gran día finalmente había llegado. La mañana estaba tranquila, aunque había una vibración en el aire, como si todos los presentes sintieran la importancia de la reunión con el gobernador. Los pasillos de la escuela se encontraban extrañamente vacíos, ya que la mayoría de los estudiantes y personal estaban enfocados en los preparativos finales. Los instructores, con su usual seriedad, daban los últimos consejos y directrices, asegurándose de que todo estuviera en orden para la llegada de la alta autoridad.

Logan, nervioso como nunca, se miró por última vez en el espejo de su habitación. El traje que había comprado la tarde anterior le quedaba perfectamente, con un corte impecable que acentuaba su figura. Aunque no era un experto en moda, sabía que lucía bien. Su cabello, normalmente desordenado, estaba cuidadosamente peinado, y su postura, que solía ser algo relajada, ahora se mantenía erguida. Estaba listo, o al menos eso intentaba convencerse.

De repente, escuchó un golpeteo en la puerta. Era Kieran, aunque su tono no era el habitual.

"¿Listo para la gran cita?" preguntó Kieran con voz grave, y Logan, a pesar de su intento de concentrarse en sus propios pensamientos, no pudo evitar levantar la mirada hacia él.

Cuando Logan vio a Kieran, no pudo evitar dejar escapar una sonrisa. Kieran, normalmente un tanto desorganizado en su forma de vestir, parecía una persona completamente diferente. El joven llevaba un conjunto de un tono oscuro, similar al de Logan, pero con detalles en rojo y plata que lo hacían resaltar de una manera sutil y elegante. La chaqueta estaba perfectamente ajustada a su cuerpo, y sus botas de cuero brillaban levemente con la luz que se filtraba por la ventana. Incluso su cabello, siempre algo rebelde, parecía estar en su lugar, aunque con ese toque desordenado que parecía caracterizarlo.

Logan no pudo evitar quedárselo mirando por unos segundos, sin poder contenerse.

"Vaya... ¿Quién eres y qué has hecho con Kieran?" dijo Logan sin pensarlo, con una sonrisa burlona en sus labios, pero también con una genuina admiración por lo bien que Kieran se veía.

Kieran lo miró con una mezcla de sorpresa y desdén. "¿Te refieres a que estoy... presentable?" dijo, levantando una ceja. "No es tan difícil vestirse adecuadamente, solo es cuestión de poner un poco de esfuerzo."

Logan, aún con la sonrisa en el rostro, notó cómo la expresión de Kieran cambiaba ligeramente. Era evidente que no estaba acostumbrado a este tipo de comentarios. Por un momento, el aire entre ellos se sintió diferente. La atmósfera de rivalidad que solía estar presente se disipaba lentamente, dejando un pequeño espacio para una conversación más genuina.

"No, no lo es. Pero pensaba que tú... bueno, que preferías el look 'despreocupado'." Logan se encogió de hombros, aunque su tono de voz era más amigable de lo que normalmente hubiera sido.

Kieran frunció el ceño ligeramente, pero no respondió de inmediato. Estaba claro que el comentario lo había sacado un poco de su zona de confort. No estaba acostumbrado a que alguien lo reconociera de esa forma, ni mucho menos a que su esfuerzo fuera recibido con tan poca barrera.

Finalmente, Kieran dio un paso adelante, ajustando una de las mangas de su chaqueta con una ligera incomodidad. "A veces, es necesario dejar de ser tan... rebelde." Su tono no era tan cortante como de costumbre, pero aún mantenía un dejo de desconfianza.

Logan observó cómo Kieran, a pesar de sus palabras, no podía evitar sentirse un poco fuera de lugar en ese contexto. La verdadera pregunta era si esa transformación externa también significaba un cambio interno, y si sería suficiente para enfrentar lo que les esperaba en la reunión con el gobernador.

"Tienes razón," dijo Logan, ahora mirando a Kieran con una ligera sonrisa, como si estuviera evaluando algo más allá de su apariencia. "Supongo que nunca te vi en modo 'serio'. Pero... me gusta."

Kieran, por un segundo, pareció desconcertado. "¿Me gusta...? ¿Eso es todo lo que tienes que decir?"

Logan asintió, aunque su mirada mostraba más que solo simple apreciación por la vestimenta. "No es solo sobre la ropa, Kieran. Es más bien... que por un momento, no pareces el chico que siempre tiene algo que probar. Pareces alguien que realmente está listo para tomar esto en serio."

Kieran lo observó por un momento, como si estuviera evaluando si Logan hablaba en serio o si solo se trataba de un comentario más. Finalmente, sus labios se curvaron ligeramente en una pequeña sonrisa.

"¿Quién diría que Logan Walker tiene algo de... percepción?" dijo Kieran, su tono ligeramente burlón pero menos hostil que antes. "Pero, sí. Quizá sea hora de dejar atrás un poco esa actitud."

Ambos se quedaron en silencio por un momento, como si estuvieran evaluando lo que acababa de suceder. El comentario de Logan no era solo una observación superficial; en sus palabras había algo más, una insinuación de respeto que, a pesar de la rivalidad, parecía estar surgiendo entre ellos.

Finalmente, el silencio fue roto por los sonidos de los instructores llamándolos a la sala principal, donde la reunión con el gobernador estaba a punto de comenzar.

"Bueno," dijo Logan, levantándose de su asiento. "Supongo que es hora de demostrarle a todos que no somos solo unos chicos más."

Kieran asintió con una expresión seria, pero con una ligera sonrisa que mostraba, por primera vez, que no todo en él era rígido y distante. "No te preocupes, Walker. Hoy, no te haré quedar mal."

Y mientras ambos caminaban hacia la sala, Logan no pudo evitar pensar que quizás, al final, lo que más había cambiado no había sido su apariencia ni el traje. Quizás había algo más profundo que comenzaba a desmoronarse entre ellos: una barrera que, aunque difícil de superar, comenzaba a mostrar pequeñas grietas.