Logan caminaba por los pasillos de la escuela con la mente llena de pensamientos, todavía asombrado por la actitud de Kieran en el patio. El joven que, hasta ese momento, había sido su principal rival, había intervenido sin dudarlo cuando lo atacaron verbalmente. No solo lo defendió, sino que lo hizo de una manera que sorprendió a Logan. Nunca había imaginado que Kieran, con todo su orgullo y distancia, se preocuparía lo suficiente como para actuar en su favor. Era algo nuevo, algo que no encajaba en el personaje que Logan había aprendido a conocer. ¿Realmente había un cambio en él?

A medida que caminaba, Logan no pudo evitar sentir que algo se había desplazado en su relación con Kieran, pero aún no sabía si eso era positivo o negativo. ¿Era un acto de verdadero compañerismo, o solo una reacción impulsiva por orgullo? Solo el tiempo lo diría.

Pronto, llegó al salón donde los instructores de la escuela se reunían. La puerta estaba entreabierta, y al acercarse, escuchó voces. Al entrar, se encontró con que Kieran ya estaba allí, de pie cerca de la mesa donde los instructores discutían algo en voz baja. Logan se detuvo en la puerta, observando en silencio, hasta que uno de los instructores levantó la cabeza y lo saludó.

"Ah, Logan. Justo a tiempo," dijo el instructor, un hombre mayor de cabello canoso que siempre hablaba con una autoridad tranquila. "Pasa, siéntate."

Logan asintió y se acercó a la mesa, donde Kieran lo miró brevemente, sin decir palabra. Los dos se sentaron juntos frente a los instructores, y el ambiente en la sala se hizo más serio. El instructor que había hablado antes se aclaró la garganta antes de continuar.

"Hoy hay un tema importante que discutir," dijo, dirigiéndose a ambos jóvenes. "El gobernador de la ciudad visitará la escuela la próxima semana. Su presencia no es solo un acto ceremonial. Viene a evaluar los avances en la educación mágica y nuestra relación con las otras provincias. Es una ocasión importante."

Logan levantó una ceja, ligeramente sorprendido. "¿Y qué tiene que ver con nosotros?" preguntó, sin intentar ocultar la curiosidad en su voz.

El instructor lo miró con firmeza, sus ojos profundos como si leyera su mente. "El gobernador desea ver cómo se comportan nuestros mejores estudiantes. Aparentemente, él tiene ciertas expectativas sobre las relaciones entre las nuevas generaciones de magos. Por lo tanto, he decidido que ustedes dos serán los encargados de representar a la escuela."

Kieran frunció el ceño, claramente sin entusiasmo. "¿Por qué nosotros?" preguntó, su tono desafiante como siempre, pero con un toque de desdén. "Seguro que hay otros estudiantes más adecuados."

El instructor lo observó por un momento, y luego su mirada se suavizó, aunque su voz siguió siendo firme. "Porque ustedes dos han demostrado habilidades excepcionales en la práctica, y más allá de eso, se les ha dado una oportunidad para aprender a trabajar juntos. La reunión con el gobernador requiere que no solo tengan buenos modales, sino que también puedan demostrar que saben cómo colaborar, no solo competir."

Logan miró a Kieran, sintiendo que la atmósfera se volvía tensa entre ellos. Kieran no parecía muy interesado en la idea de "trabajar juntos", y Logan tampoco estaba seguro de cómo lo harían. Sin embargo, el hecho de que los instructores los eligieran para esta tarea les daba una responsabilidad que no podían eludir.

"Esto no es negociable," continuó el instructor con voz seria. "Necesito que ambos muestren control, respeto y madurez en esa reunión. No hay lugar para disputas o comportamientos infantiles."

"¿Así que nos están obligando a hacer equipo?" Kieran preguntó con una sonrisa burlona, claramente incómodo con la idea. "¿Y qué pasa si no quiero?"

El instructor no mostró ni una pizca de impaciencia. "No tienen opción. La reunión es dentro de unos días, y no pueden comportarse como si fueran unos niños. El gobernador no tolerará actitudes inmaduras. Necesitan ser una representación digna de esta escuela."

Logan observó a Kieran de nuevo. Estaba claro que Kieran no estaba feliz con la asignación, pero tampoco parecía querer discutir más al respecto. Finalmente, Kieran se cruzó de brazos, resoplando.

"No soy un maldito niñero," murmuró, aunque lo suficientemente bajo para que solo Logan lo escuchara.

Logan se permitió una pequeña sonrisa, a pesar de la tensión. "Ni yo."

El instructor asintió con satisfacción, al parecer contento con la dirección en que estaban tomando las cosas. "Bien. Entonces, les asignaré tareas para preparar la reunión. Quiero que estén listos para responder cualquier pregunta del gobernador sobre el sistema de educación mágica y nuestra formación. También quiero que practiquen un poco más de contención mágica, en caso de que se presente alguna situación inesperada."

Logan asintió, mirando a Kieran. No podía evitar preguntarse cómo sería trabajar juntos en esto. Había algo extraño en la idea, pero sabía que, si lo hacían bien, podrían demostrar que eran más que rivales.

"Esto no será fácil," dijo el instructor, mirando a ambos con una mirada fija, "pero ustedes son los más capaces de lograrlo."

Con eso, la reunión terminó, y los instructores les asignaron las tareas de preparación para el día siguiente. Logan salió del salón y, a pesar de la presión de lo que se les venía encima, algo en su interior le decía que, tal vez, este desafío podía ser la oportunidad que necesitaban para avanzar, no solo como magos, sino también como individuos que comenzaban a entenderse.

Mientras caminaba hacia su habitación, Logan se dio cuenta de que, a pesar de todo, había algo que lo unía a Kieran. No solo la competencia o los insultos. Había una tensión subyacente, sí, pero también una chispa de algo más. Y, por primera vez, se dio cuenta de que no podía predecir cómo terminaría todo esto, pero al menos, estaban en el mismo camino.