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Kate despertó asustada en su cama, dio un pequeño sobresalto y atinó a colocarse sus dos dedos en el cuello; estaba intacto, pero ella sentía aún una sensación que oscilaba entre el cosquilleo y el pálpito frenético de la taquicardia que le había provocado semejante sueño. ¿Acaso eran sus nervios o era una advertencia?, Su miedo a la muerte le hizo casi pegar un grito de solamente recordarlo.
(Haz caso a Sammath)
La joven sintió el estómago revuelto totalmente, y de su boca no salía otra cosa que quejidos similares a los que haría una persona que llega a un hospital con cuarenta de fiebre, sin poder atinar a ninguna palabra o directamente padeciendo delirios. ¿Quién es Sammath?, Pero recordó algo más: «Estás en el camino correcto», y eso le daba esperanzas de resolver el problema de una vez por todas.
Kate salió de su habitación algo mareada y con muchas náuseas, así que corrió al baño, cerró la puerta e hizo arcadas sobre el retrete; nada salió más que bilis. Aprovechó para cepillar sus dientes y cuidar su higiene dental, agarró el cepillo y se lo paso de lado a lado, de arriba hacia abajo y después lo dejo para hacer gárgaras y escupir todo.
Salió de ahí y se dirigió hacia el comedor de la casa, donde se encontraba Briana con una taza de café que tenía plasmado el dibujo de varios Pokémon juntos.
—Hola Bri —dijo Kate en un tono apagado.
—¿Pasó algo? —inquirió Briana con preocupación.
Kate se dio cuenta que había despertado poco antes que Fran, y eso significaba que ni siquiera había amanecido del todo. Agarró una taza similar y comenzó a lavarla intentando no romper la porcelana.
—Ehhhh, una pesadilla —replicó Kate.
Briana comenzó a dar tumbos en el lugar.
—¿Qué soñaste? —dijo con un aura de curiosidad impregnada en ella.
—Soñé que me mataban —espetó Kate—; era como...
«Un sacrificio humano... —Llegó la voz de Amelia a su mente.»
—Un sacrificio humano —prosiguió Kate—, sentí que un verdugo me cortaba la yugular... veía la sangre... si el pueblo fue así en el pasado, estoy seguro que eran muy violentos, y aún puedo oír mis gritos antes de que me asesinaran.
(Haz caso a Sammath)
Y Kate no supo quién era Sammath, quizás algún demonio o algo así. ¿Quién mierda es Sammath?, pensó.
—Quizás sea una revelación... —insinuó Briana.
—Tenemos que ir al museo —bramó Kate—; ahí quizás encontremos datos al respecto.
Briana asintió con la cabeza, y ambas siguieron su rutina de desayuno. Poco tiempo después bajó Fran, y se topó con la sorpresa de que ella ya tenía el café listo en un vaso térmico para evitar que el calor se iguale con el del ambiente.
—Veo que me hicieron el café. —observó Fran—, y debo agradecerles por esto. —Se sentó en una silla y tomó con sus manos el vaso; el calor que generaba era transmitido a la fría Fran, quien se sentía cómoda con este en manos. Observó a Kate y la noto algo pálida (mucho más de lo usual).
—¿Pasa algo? —inquirió Fran.
—Tuvo una pesadilla en la que la mataban —replicó Briana.
—Comprendo —dijo Fran—; yo a su edad también le temía a la muerte; simplemente lo he dejado ir, prefiero no pensarlo, pero tampoco temerle.
—Solamente sé que no hay forma de escapar de ella —dijo Kate—; todos algún día moriremos...
—Algún día, pero solamente uno —interrumpió Fran—, eso me lo enseñó Snoopy.
Kate se relajó un poco, se encontraba en un momento de tranquilidad, una pequeña reunión improvisada entre sus pares del hogar, hablando sobre filosofía y el sentido de la vida. Ella pensaba que la vida se volvía cada vez más loca, y en su cabeza sabía que había asuntos a los que había llegado, que nunca pensó que iban a suceder en su efímera vida.
—¿Hoy irán a investigar? —inquirió Fran.
—Iremos al museo del pueblo —convino Kate—. Quizás ahí nos den una respuesta a todo lo que ocurre. —La joven estaba algo preocupada, y aquella ansiedad aumentaba al pensar en el museo; ocurría similar a aquello que le pasaba en el asilo, ¿Y si seguía inconcluso?, o bueno, ella volvió a recordar a Jade hablándole en sueños, y quizás esté en el camino correcto, o tal vez era solamente eso, un sueño irreal; ella prefería la primera respuesta, pero ¿Acaso no sería huir de la realidad?, para ella quizás lo sea, pero para comprobar lo que ocurriría debía avanzar y pensar cuando llegue el momento, por más difícil que sea, tener siempre certezas era imposible por ley (y lo es).
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