40


La puerta emitió un ligero golpe, cuando Fran entró al edificio algo tarde. Ella subió las escaleras hasta el cuarto de Kate, y la encontró dormida. La joven había tenido un largo día y tedioso, Fran lo notaba, así que con una sonrisa en el rostro la dejó dormir. Se dirigió al baño a lavarse el rostro en el grifo, y después comenzó a llenar la bañera de agua caliente para darse un baño. Cerró la puerta, se desabrochó el pantalón de acetato —como el de los oficinistas— y se lo quitó. Llevaba una Calvin Klein femenina color gris. Se quitó la camisa y la colocó sobre la cama. Se quitó el brassier y después la ropa interior. Ahora a bañarse, pensó, y entró en la tina así como llegó al mundo, remojándose con el agua cálida, casi a sensación termal, que provenía de esta. Ella tenía un grabador reproductor en el cual colocó el canon de Pachelbel en re mayor, y cerró los ojos mientras dejaba que su cuerpo sea tapado hasta el cuello, dejando sus oídos al descubierto para disfrutar de ese momento.

Los violines de la música llegaban a Fran, quien inhaló y exhaló profundamente al son de esta. Su cabello se encontraba totalmente alborotado en la tina, flotando en el agua.

(Cuidado)

Fran oyó una voz susurrada en el cuarto del baño, que parecía intentarle dar un mensaje, y le sonaba familiar de alguna forma. Abrió los ojos, y se levantó. El cuarto por dentro estaba cálido, pero sabía que si salía rápido de ese lugar, moriría de frío. Mierda, ¿Me estaré volviendo loca por el estrés?, pensó, debería relajarme un rato. Se levantó de la ducha, recogió la toalla y se la envolvió en el cuerpo. No lo comprendo, pensó. Después de estar seca completamente comenzó a vestirse, y después salió de ahí. El cuarto de baño daba con una ventana, en el segundo piso, hacia las afueras. Ella pasó frente a ella y vio un reflejo. Al inicio creyó que era ella, y se detuvo; podía verlo con el rabillo del ojo, pero volteó, y no había nada.

—Respira —se dijo Fran tomándose de la cabeza con ambas manos, y volvió a voltear, pero está vez había una figura de una chica con cabello rojo y una figura monstruosa. Similar a la chica de la ONU pero lucía como un demonio.

Cuida de tu hermana —Oyó Fran en su mente, pero con una voz extraña que ella no identificaba como la que narraba ahí en su cabeza. Era como si ella lo estuviese pensando, pero sabía que no era así. Vio la ventana, y no había nada. Le vino el recuerdo de su hermana corriendo en la sala de convenciones del puerto, y de... Chloe, llorando en el suelo después de haber visto algo traumático. ¿Qué ha sido de ella?, pensó, Kate no la ha nombrado hace bastante. Se levantó del suelo y se dirigió a dormir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top