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Las calles estaban iluminadas, y la ebriedad de Katē le hacía sentir algo sensible ante ella. Los vehículos presentaban una gran actividad en la zona, dejando difícil el cruzar algunas calles incluso si el semáforo titulaba en el color rojo. Katē y Chloe prefirieron pasear por la zona cercana, a través del pavimento que se hallaba del lado del edificio de eventos. Chloe disfrutaba el paisaje ese día, y también la compañía de su amiga; quien estaba con una personalidad bastante cálida para ella.

(Mátalos a todos)

Caminaron por la acera y se detuvieron frente a un callejón bastante angosto, las penumbras penetraban en él con mucha intensidad, y la luz parecía haberse ausentado esa noche. Aunque había luna llena, parecía que de pronto había dejado de brillar, y Chloe lo presentía, un olor a Azufre parecía impregnar el ambiente de esa área industrial tan densa; los puertos elevaban las cargas y las colocaba sobre las zonas de descarga. «¿Sabías que los plátanos tienen cierta radiactividad —pensó Chloe—; en muchas cantidades hasta provocan que se abran y cierren las compuertas automáticas en los puertos.

(Mátalos a todos, nadie debe quedar porque te hará daño)

Chloe se encontraba en ese lugar oscuro, parecía haber sido arrastrada por una fuerza misteriosa hacia allí, y fue casi como si ni el mismo aire con su fricción hubiese Sido un obstáculo en ello.

»Es la imagen de la luz, una mujer, ella en su mente tenía a una mujer hecha de luz; de aquello que desprendían los focos pero en cantidades.

» —¡No le hagas caso! —le dijo la mujer...

Y esa imagen se desvaneció. Kate estaba frente a ella y le tomaba la mano. Chloe se dio cuenta de ello y se soltó de un tirón, retrocediendo un par de pasos.

—Verás... me gustas —dijo Katē— ¡ME... GUSTAS... MUCHO!

— Bien, no te veo más que como una amiga. —dijo Chloe.

—¿Quieres mi piel? —inquirió Katē colocándose la mano en la cara, acariciándose— ¿Acaso la quieres? —Tomó con fuerza su propia piel, y tiró de ella, dejando al descubierto un rostro tan espeluznante que Chloe no podía describirlo, comenzó a sentir arcadas mientras vio que aquello que parecía ser Kate, tenía su propia piel colgando de las manos y se la ofrecía mostrando la desde muy cerca—; Te la regalo, pero antes déjame comerte... Cariño. — Entonces de la boca de esa cosa salieron unos colmillos; era el monstruo, ¡era un demonio!, ¡Un demonio estaba a punto de devorarla!. Chloe lanzó una arcada y no salió absolutamente nada, entonces viendo la situación procedió a retroceder. Un golpe sordo significaba que ella había caído en el pavimento, y retrocedió aún más, arrastrándose por el suelo mientras la boca de esa cosa se estiraba hacia ella, alargando su mandíbula hasta tener un tamaño colosal. Chloe no logro atinar a nada más que patalear mientras que unos brazos la agarraban con fuerza, hasta que una luz roja apareció; ¿Sarah?, pensó, o al menos era una cosa similar a ella, con una boca que le recorría la cara de oreja a oreja, y una mirada perturbadora.

Astakalamarajakajuka... —rezó la cosa con una voz grave y muy perturbadora—: Astakalamarajakajuka.

Una luz roja repelió toda la oscuridad de la zona, mientras que el monstruo se lanzó al suelo y desapareció. Chloe observó estando aturdida, atónita y muchas cosas más menos bien. El demonio de cabello rojo se transformó en Sarah, quien se golpeaba las manos entre sí para limpiar la mugre.

—Faltará poco para que regrese —dijo Sarah—; dile a tu amiga que investigue a los pueblos antiguos de Rawberry; quizás obtenga algo de información sobre los Figwoh...

Chloe volvió a parpadear y Sarah había desaparecido; en su lugar vio correr a Kate junto a Fran y también a su grupo; entonces se sumergió en los llantos.

—No, estarás bien —dijo Kate—... ¿Qué ha ocurrido?...

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