4

[ 4 ]

Su primer mes en aquella universidad de artes, sin duda, había sido maravilloso. Había disfrutado las clases y le alegraba haber podido conocer a más personas aficionadas a la música, pero lo que más le gustaba hacer era ir al aula del piano.

Dicha aula, era un lugar reservado especialmente para aquellos estudiantes que quisieran tocar el piano en su tiempo libre. Allí, Yaoyorozu iba a menudo y Kyouka solía escucharla.

Aquel día, después de su última clase, la pelimorada fue, sonrió al ver a Momo allí. Ya se había vuelto una costumbre que se encontraran allí. Le gustaba escucharla. Amaba su música y su sonido, pero a veces, solo a veces, notaba tristeza en aquel sonido.

Además, ambas se habían hecho más cercanas.

—Kyouka, no te había oído—al verla una sonrisa inconsciente se dibujó en el rostro de la más alta.

—Lo siento, sabes que me gusta escucharte—la pelimorada sonrió—Espero no molestar siempre que vengo.

—No molestas en absoluto—la joven bajó la tapa de aquel piano—Oh sí, eso me recuerda que aún no me has cantado nada desde que nos conocimos, ha pasado un mes de eso.

La pelinegra se cruzó de brazos con una sonrisa juguetona.

—Estoy preparando algo, me escucharás pronto—Jirou sonrió con algo de apuro. En realidad la ponía nerviosa que aquella chica que tanto admiraba fuera a escucharla.

—Está bien, lo espero con ganas—Momo no podía reprimir aquellas ganas de escucharla e incluso de conocerla más.

Aunque, por desgracia, estos últimos días ambas no se habían visto tanto, ya que las clases eran cada vez más intensas, pero ambas esperaban poder quedar más todos juntos ahora que se acercaba el fin de semana.

—¿Te están yendo bien las clases?—preguntó la pelinegra levantándose del piano y yendo en su dirección.

—Sí, creo que voy bastante bien—respondió—Con el plano que me diste no he llegado tarde ni a una sola clase. Ha sido de gran ayuda.

—Me alegra haber sido útil—rio con suavidad.

La pelimorada deseó seguir hablando con ella y también lo hizo Momo, pero fueron interrumpidas por el timbre, que anunciaba la hora de cenar.

—¿Vamos?—ante su pregunta, Yaoyorozu asintió.

Al llegar al comedor el resto ya estaban allí. Eijirou, Katsuki y Deku se encontraban hablando tranquilamente, mientras Mina y Denki hablaban con Shinso. A veces, él venía a su mesa. Shoto comía de su soba escuchando ambas conversaciones simultáneamente.

Jirou sospechaba que la nueva incorporación del pelimorado a su grupo de amigos era por Kaminari. Sin embargo, el rubio no parecía darse cuenta de su interés.

—Buenas—saludó la más baja.

—¡Chicas!—Denki sonrió de oreja a oreja al verlas.

Todos elevaron la vista y saludaron con una sonrisa, haciendo espacio para que ellas se sentaran. Jirou siempre se sentía bienvenida en ese grupo.

—¿De qué hablabais?—Yaoyorozu preguntó con interés.

—Pues...—Mina no supo si responder.

—¿Qué ocurre?—la pelinegra arqueó una ceja.

—Hablaban de esa estúpida fiesta—masculló Katsuki.

—¿Qué fiesta?—preguntó Kyouka ladeando la cabeza.

Todos se miraron entre ellos, hasta que al final el rubio decidió hablar.

—Itsuka ha organizado una fiesta en un local cercano a la universidad a final de mes, dicen que será la bomba—informó Kaminari—Queríamos ir, pero si a ti no te apetece YaoMomo podemos hacer otra cosa nosotros juntos.

—Ey, está bien. Podemos ir, no pasa nada. Además, seguro que a Kyouka también le hace ilusión ¿Será tu primera fiesta aquí, verdad?

La pelimorada notó sus ojos oscuros sobre los suyos. Cuando lo hacía, su corazón se aceleraba.

—Oh, bueno, sí. Gracias.

No era una gran fan de las fiestas, pero aquella propuesta sonaba bien si Momo se sentía cómoda con ello.

—Todos irán—afirmó Eijirou a la vez que elevaba su puño con entusiasmo—Hasta Katsuki ¿Os lo podéis creer?

—Está bien chicos, entiendo que queráis ir. Dicen que las fiestas de los de la facultad de moda son impresionantes—Momo sonrió levemente. No quería ser una aguafiestas, pero sabía que a sus amigos les hacía mucha ilusión ir a esa fiesta.

—Seguro que también estará Neito por allí ¿Le conocéis?—preguntó Shinso con curiosidad.

Todos negaron con la cabeza, menos Momo que asintió con un suspiro.

—Es amigo de Itsuka. Neito y yo nos conocemos desde niños. Es un plasta, si le veis evitadle—sugirió el de ojeras.

—¿Es ese chico rubio tan estridente que siempre lleva relojes carísimos?—preguntó Denki acertando de lleno.

—Ese mismo—asintió.

—Bueno, también hay gente maja allí. Ochako y Asui por ejemplo—murmuró Deku—¿A qué sí Shoto?

Este parecía totalmente indiferente a aquella conversación.

—Sí, supongo.

—¡Entonces todo dicho, iremos a esa fiesta!—Eijirou se levantó entusiasmado.

La pelimorada sonrió. Le hacía especial ilusión, tendría que pensar que ponerse. Yaoyorozu no parecía tan emocionada como el resto, pero aun así accedió a ir.

—YaoMomo.

Aquella noche, Mina entró a la habitación de Momo. Su otra compañera no se encontraba allí, era bastante ausente, como si fuera invisible.

—¿Sí?—la más alta se encontraba leyendo y dejó el libro a un lado al ver a la joven de piel bronceada.

—¿Segura que te apetece ir a la fiesta? No te fuerces por nosotros.

—Estoy bien, de verdad—sonrió restándole importancia—Quiero pasármelo bien con vosotros. Además, ya lo he dicho. Seguro que Kyouka se lo pasa bien, no quiero que se pierda su primera fiesta aquí. Es importante.

—Hablas mucho de ella últimamente—la de pelo rosado sonrió.

En secreto, pensaba que ambas se verían muy bien juntas, pero sabía que era pronto para eso, Yaoyorozu no era tan directa como ella.

—Bueno, somos amigas y me ha estado ayudando—explicó—No sé cómo explicarlo, es como si quisiera conocerla cada vez más.

—¿Qué no sabes explicarlo? Es bien fácil, es porque te atrae—la pelinegra sintió sus mejillas calientes—Te gusta, y me alegra que así sea, así puedes dejar a esa zanahoria atrás.

—¡Mina!

—Vale, vale. Perdona—suspiró—No quería avergonzarte.

—Itsuka y tú también erais cercanas ¿Cierto? Sé que la echas de menos—opinó la más alta cambiando de tema.

La de ojos oscuros miró a su amiga.

—No es cierto, no la echo de menos—Ashido frunció el ceño.

Momo suspiró y dio media vuelta. Sabía que Mina era muy testaruda, así que decidió no seguir hablando del tema.

—Me iré a dormir.

—Está bien, buenas noches—Mina apretó los puños. A ella tampoco le gustaba hablar de la pelirroja.

Cuando la de cabello rizado ya estaba durmiendo, alguien picó a la puerta de su residencia. Yaoyorozu fue a abrir algo adormilada.

—Shoto.

Se sorprendió verlo tan tarde.

—¿Qué ocurre?—preguntó confundida.

—Solo quería asegurarme de que estabas bien—sonrió levemente.

El bicolor siempre solía mostrarse inexpresivo, pero cuando estaba con Momo dejaba de estarlo.

—Sí, lo estoy—afirmó.

—¿Estás segura de lo de la fiesta?

—¿Otra vez con eso?—suspiró molesta.

—Es que Itsuka...—él mordió su labio inferior con enfado—Soy el único que sabe la verdadera razón por la cual rompiste con ella, me da mucha rabia Momo. Yo dije que te iba a proteger y no pude hacer nada por ayudarte.

—No necesito que me protejan Shoto.

El heterocromático asintió.

—Lo siento.

Ante sus palabras, la pelinegra le abrazó durante unos segundos.

—No te disculpes—se separó y le dedicó una sonrisa—Gracias Shoto, sé que solo te preocupas por mí.

—Sí.

—Buenas noches.

El chico le dedicó una última sonrisa. Momo sonrió de vuelta y cerró la puerta. En el fondo tenía ganas de ir a aquella fiesta, aunque lo que más ilusión le hacía era ver a Kyouka en ella. A lo mejor Ashido tenía razón.

[ ♬ ]

¡Hola! ¿Qué os está pareciendo la historia? <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top