Capítulo 81. El sol y el universo

Sentía las lagrimas de Helios aún en mi ropa, por alguna razón decidí no evaporarlas, esa humedad me hacia sentir el lado sensible de mi esposo, ese lado que muy pocas veces sale, pero que sé que existe.

Sin embargo, ahora debería dejar  pensamiento en el tintero, no es momento de sentimentalismos, hay que ganar, y debo luchar, por su vida.

Cuando aparecemos en medio de la otra guerra que Lior se encargó de liderar por mi, veo el escenario más favorecedor, tal cómo lo esperaba, el plan de cambiar los patrones de energia, y que Lior haya espacido su energia en cada rincón de este terreno nos permite no sólo mayor uso de nuestro poder, si no que mayor ventaja, puedo ver cada qubits de energia gracias al elixir que recorre este lugar.

Levanto la vista y veo a Dorot luchando contra Tamirá y Ader.

—Él es mío —Reclama Helios, esta vez soy yo quién lo toma de la muñeca y le planto un beso.

—Sólo deja el dolor por un segundo, piensa en frío.

—Soy el sol Yeru, yo no pienso en frío, pero tampoco dejo de pensar...Te amo.

—Te amo —Respondí y él se teleportó hasta la guerra.

Busco a mi presa... y allí estaba, luchando Dana, Alex y Ebe contra Dara. ¡Maldita perra! Te quería última... pero serás la primera.

Sacudo mi cabeza y cuando estoy por ir junto a ellas, Lior me habla por una bifurcación.

—Está todo como pediste. El caltro ya lo tenia preparado Beatriz.

—Maldita, estoy segura que piensa usarnos... ¿Aracy?

—Hugo la tiene.

—¿Quien custodia los elementos?

—Mi amiga... Ambar.

—Crees que el equipo que le asignaron pueda con su tambor.

—No...

—Entonces ve por ella, si puedes... haz rodar la cabeza de esa perra.

—No tienes idea de cuanto esperab esa orden tuya.

Sonrío, porque sí, la tenía.

Un miembro de la orden de las rosas se acerca a mi e intenta atacarme, pero creo que no tiene idea alguna de con quién se mete.

Cuando me arroja un poco de energía termina volando por los aires, sus brazos aletaban, pero no creo que le sirva mucho cuando caiga por la cornisa.

—¡Vaya si que eres malvada! —La voz de Beatriz se hizo en mi cabeza y el asco me removió las entrañas.

—Lo soy... definitivamente lo soy, al fin y al cabo tengo una corona por algo, nona—ella rie, y su forma cambia a la de una mujer joven y fuerte.

—Mi forma de anciana no me gusta para las peleas.

—Me alegra que uses tu forma energetica, porque no tengo ganas de matar a una anciana.

—La reina del mal tiene códigos?

—No, para nada. Si debo matar al que intervenga en mis planes, lo hago y ya... y adivina quién me está interrumpiendo.

Beatriz me ataca con su ebergia. Esta es roja como la sangre, de un manotazo me deshago del ataque, él cuál termina esparciendose en el suelo. Mientras ella arroja continuamente su energia yo voy cerrando el espacio entre ambas, algún que otro soldado de la orden intenta meterse entre ambas, pero lo hago añicos en menos de un segundo.

Cuando tengo a Beatriz enfrente,  no la ataco con energia, la tomo del cuello y la levanto en alto, ella intenta zafarse de mi agarre, pero rodeo con mayor fuerza su cuello con mi mano.

—Di tus últimas palabras Beatriz—ordeno, y una sonrisa se forma en su rostro.

—Esto, es por matar a mis custodios Zafiro....

—¿Qué?

De repente no puedo mover mis piernas ni mi brazo izquierdo, bajo la vista para darme cuenta que aquella energia roja que caia al suelobse convirtió en una especie de liquido viscoso que terminó rodeando mi cuerpo.

Beatriz logró zafarse de mi agarre. Y sin más me rompió la muñeca con la que la estaba ahorcando.

Grité de dolor, y sentí la preocupación de Helios, pero la envié al fondo, porque necesito que se concentre en su objetivo, si hago caso a su bifurcación, sólo lo voy a preocupar más.

—¿Dolió?—Pregunta divertida.

—No como te va a dolor a tí cuando me libere. —dije con asco.

—Con una mano rota, la otra inmóvil quiero ver como la reina del mal se zafa...toda energia de ataque se debe usar con las manos, obvio, ya lo sabes, es la lección uno que aprenden con Berenice... ¡Ay! De nuevo, mala la mía, olvidé que no fue ella quién te entrenó.

—Es increible como disfrutas batallas pasadas, mejor festeja cuando hayas ganado de verdad... no esas manipulaciones de mierda que hacías.

—No pierdas tu tiempo Yeru—Dice ella matando a unos inmortales e iluminados que se acercaban a salvarme—No podrás restaurar tus huesos,  esa energía fue hecha con la sangre de humanos que mataron para ki venida, no creerías que desperdiciariamos tanta sangre. La orden de las rosas es una organización que no desperdicia nada.

—Sí, eso es evidente, toman la basura para convertirlas en su reina, supongo que son ecologistas.

—Siempre con la lengua afilada, como tu madre... debo admitir que le tenía miedo a Ader, y que te tenia miedo a ti, pero un error no lo comento dos veces...

>>Me pudiste sacar ventaja con el plan, eso sí, pero ahora que yo llevo esto con mis propias manos, querida Amit... te voy hacer pagar.

Ella corta el aire, ahora veo que también está usando el mismo elixir que Lior esparció para mi. ¡Vieja de mierda! Lo descubrió. Y le saca ventaja.

De el corte que hizo en el aire extrae dos de a esas cosas, esos demonios rebeldes que sólo quieren matar y alimentarse de almas.

—Los voy a soltar, y ahora que todos están distraídos, dos o tres muertes importantes causara, están todos los de tu primer anillo aquí, nemosorum, dominis, amigos imagino... ¿A quién vas a perder hoy?

Esas cosas chillaban, la verdad es que mi corazón me apretaba tanto, pero intentaba ignorar y consentrarme en su siguiente paso.

—No vas a preguntar que quiero.

—No, yo sé que quieres—digo casi escupiendole mi odio, cuando veo desde aquí que Dara acaba de herir a Ebe en el brazo. Rebecca, también fue a apoyarlas, sólo espero que me puedan aguantar un poco más las tres.

—¡ Ya veo! Pensamiento  de guerrera es lo que aplicas ahora...  bien.

Otros iluminados e inmortales se acercan a nosotros coreando en su idioma ¡Salve la reina Amit!

Beatris soltó a los demonios y estos quedaron suspendidos, volando a mi alrededor, como si sólo yo les importase.

A Beatriz le costó deshacerse de estos soldados, y mientras ella luchaba, una voz me hizo prestar toda mi atención a los demonios.

—Amit, Amit—Era la voz de Nuria.

—¿Qué quieres mocosa?—pregunto al ver cuando el rostro de unos de los demonios se transforma en el de ella, un demonio poseído. Eso es gracioso, lastima que se de en el lecho de mi muerte, o me hubiera matado de la risa.

—Un trato...

—¿otro? ¿Ya no tienen uno con Helios?

—Te conozco Amit, no Dejarás que el cierre el trato, como tu muerte es inminente, pedirás una prorroga a la deuda del viejo con el joven, que nazcan tus bebés y luego saldarás tu deuda con nosotros...

Muerdo mi labio y me da rabia que lo sepa.

—Naaa, no te preocupes, es un buen plan para evitar que Helios te vea morir... o que entregue su alma por la tuya.

—Habla... rápido —ordeno.

—Obviamente, si sobrevives a esto, y llegas al caltro, entreganos las almas y el joven te dará 5 años antes de reclamar tu alma, para que veas a tus bebés crecer, luego, el saldará la deuda, parecerá una muerte natural y apacible, no habrá tanto dolor en el corazón de Helios...

>>Tu alma pagará la traición, pero al menos habrás visto a tus bebés... tu condena será vagar como alma cuidando los universos que reina el joven... o sea casi todos.

Parpadeo y me imagino la tortura que seria vagar por los universos gobernados por el joven, pero ¿a caso no es un buen trato?

El viejo no me puede salvar, porque prometió una vida a cambio de mi traición. Si entregamos al viejo las almas puras, de todas maneras el joven pedirá mi alma.

Suena bien el trato, pero...

—Piensalo, no tienes salida, tu muerte es inminente, quieres que tus hijos sepan algo de su madre, o quieres ser la historia trágica siempre... por cierto, intenta llagar viva y maten a mi hermano, no se merece gobernar nada.

Con eso ella desaparece, ¡La puta madre que tiene razón! Esto en verdad no es sencillo ¿Pero quiero que mis hijos crezcan en qué clase de universo?¿cómo será el reinado del joven ¿Cómo termina la apuesta de esos dos? ¿Cómo será la batalla entre ángeles y demonios?

Respiro, y creo que es lo mejor que tengo.

El rostro de Nuria desaparece, y los chillidos de los demonios volvieron, Beatriz seguía enfrentarse a más inmortales e iluminados quienes querían ayudarme, pero no creo que puedan si no pueden cambiar el patrón de energía,  y como si la hubiese llamado con el pensamiento, Julia comenzó a chistar desde los arbustos. De ve cansada, sucia, herida.

Pero aún así, suenta un hilo de energía en el suelo. Y ese hilo se une a la cosa que me retiene, como si fuera una especie de tejido, comenzó a deshacerse. Muy lentamente.

Beatriz acabó con el último soldado que la interrumpía, y ¡Dios! Intenté gritar a Julia para que escape, pero ella fue más rápida, con un chasquido envío a los demonios hasta la chica, y sin piedad, le arrancaron la cabeza.

No, no, no, no, esto no debe afectarme ¿Pero cómo no me afectaria? A penas tenia 17 años y pagó caro salvarme, lo peor es que no puedo salvarla, no tengo la capacidad de retroceder el tiempo, y detener ese ataque. ¡Maldita sea!

Mis ojos lloraban, por más que con todas mis fuerzas intentaba evitarlo, que no me desconcertara, pero ahí estaba yo, mirando la cabeza en el suelo siendo deborada por los demonios.

— Le pasa por meterse donde no la llaman. —Dice la mujer mientras me observa con desprecio.

Lo último que hizo Julia, fue darme su energia para liberarme, y aún falta un poco más, sólo un poco más para que me pueda liberar.

—Dónde estábamos... ¡Ahhh! Mis demonios, ya saben que hacer...

Las palabras salieron de su boca y en ese momento, el último regalo que me dió Julia surtió efecto.

Esos demonios comenzaron a emprender vuelo, y fue en ese preciso instante que liberé mi mano buena, creé un aguijón de energia y fui directo a sus cabezas, ambos cayeron al suelo, haciendo ese horrible y asqueroso chillido.

—¡Carajo!—Exclama Bestriz cuando me vuelve a atacar con su energia roja, pero he aprendido, esa cosa no se activa si no la disperso, así que caminé hasta ella, mientras impactaba por mi cuerpo y caia al suelo como si nada cada ataque suyo, Beatroz finalmente, comenzó a retroceder y usar otro tipo de ataque.

Pero mi odio era tanto que me adelanté hasta ella, sin ninguna herida en el cuerpo.

Quizás y eso es gracias a Julia y que me confirió una protección contra el tipo de energia de Beatriz.

La mujer estaba incrédula, así que supongo que por eso optó por el ataque de cuerpo a cuerpo.

Tomó la navaja que pertenecía a Ader y se abalanzó contra mi. Pobre ilusa. Chasqueé los dedos. Y la navaja estaba en mis manos.

La agarré del cuello y la voltee para que mirase el hacia donde su hijo estaba luchando contra mi esposo, quien claramente estaba dominado esa lucha.

—Es una lástima, yo quería dejarte ver cómo moria Dorot y todas tus esperanzas de tener los universos para ti, pero qué humillación más grande será ser asesinada por la chica a la que usaste Manipulaste e intentaste matar 2 veces y no pudiste.

>>Morirás con la misma daga que mató a mi madre en la vida pasada, la misma que Alex enterró en Dorot, y la que yo volveré a enterrarle.

>>Grave horror, haberme mostrado que lo tenias.

—¿Cómo es posible que lo hayas transferido a tu mano?

—¿No es obvio? Hice lo mismo que tú, cuando estas cosas estaban en mi alcance durante la gran batalla en el universo pasado, Lior y Alex se encargaron de dejar rastros de energía en cada punto en cada objeto necesario, porque sabia que lo iba a necesitar, y esa energía debía ser profunda, capaz de sobrevivir a un gran cambio.

—Ya lo tenias pensado.

—El plan podría fallar... y eso aprendí de ti nona...

—Matame de una buena vez... —ordena.

—Ayyyy no, Beatriz ¿Qué tal sin rezas un poco? ¿Fueron esas tus palabras? Las sombras te rodean me dijiste, y eras tú la que preparaba el terreno, cada rezo tu yo era para debilitarme, era para que odie más y más a los humanos.

Beatriz rie, porque descubrí como fue metiendo en mi interior mi aversión a la humanidad entera.

—Cada que podía —dice ella—Te susurraba lo asquerosos que son... pero mira cuanta razón tenia, son una mierda. Y tú los salvas, luchas por ellos.

—Lucho por todos, y es hora que te destruya de una buena vez.

Me conecto a Ader y Tamirá quienes dejan por un segundo a su presa y giran a mi dirección, ambas levantan sus manos al cielo, y un montón de sombras salen de sus cuerpos y vienen veloz mente hacia mi.

Abrí la boca de Beatriz y estas cosas comenzaron a aparecer en su cuerpo.

Miles de sellos nemosorum comenzaron a aparecer en su piel, ella intentaba pararlo, expulsarlos de su interior pero no podía.

—Cuando Hugo comenzó a salir conmigo dijiste que no te gustaba... tuvo que pasar una vida entera para saber que eran las sombras las que no te gustaban...¡Puta madre! ¿Cómo no me di cuenta que la bestia era la que hacia las sombras y las entregaba a Dorot, y tú... eras lo contrario... la luz que las cambitía, por eso entraste a los dominis domo, por eso Nuria parecia inofensiva, por eso dabas paz... pero tú luz es débil, es falsa, una luz que muere con la más mínima pizca de oscuridad.

>>¿Duele?—pregunto cinicamente mientras ella se recuerse, le cierro la boca, y con ese acto Ader y Tamirá volvieron. A lo propio. —perdón, se nota que duele—digo cuando la suelto y cae al suelo—Te ahorraría el dolor, pero no, debes pagar tus culpas, las muertes que provocaste, sólo espero que tengas una pizca de arrepentimiento en tu alma por todo lo malo que haz causado... aunque ya veo, tu alma parece no querer cambiar, sin embargo, yo la necesito pura.

Corté en medio de su pecho una pequeña línea, y de ella quité su sucia alma, estaba hecha hilos negros, la mujer llevó a casi la extinción de su ser. ¡Carajo! Quién sabe cuantas maldades más hizo.

—Suficiente... ya no puedo verte retorcer.

Arrojo un poco de energia y termino con su miserable existencia.

Restauré su alma, y una leve sensación de culpa se posó en mi, recordando que de todas maneras fue mi abuela,  y cuando no sabia que era malvada viví muchas cosas lindas con ella, y eso me da más asco, me usó, siempre lo hizo.

—No encuentro una mínima justificación en tu actuar nona, ni una sola. Pero bueno, al menos tu alma se salvará. 

Dejo el cuerpo y es hora de que vaya por Ambar, al parecer finalmente voy a dejar a Darita al final.

Ignoro a los caídos en batalla, a los gritos de dolor, intento ayudar al que esté en mi camino. Restauré mi muñeca finalmente, y con ello, extendí mis brazos mientras caminaba en medio de soldados que intentaban matarme, pero no podían, porque mis súbditos evitaban que se acerquen a mi. Mi energía recorrían los cuerpos de mis amigos y los realimentaba para que puedan aguantar más, sólo un poco más. Solo falta Ambar, Dara y Dorot. Los destruimos y ganamos, para luego comenzar otra batalla.

Los tacos de mis botas dieron contra las piedras, quedé quieta, disfrutando mi inmenso poder, haciendo que corra sólo un segundo más, antes de hacer mi entrada triunfal.

Lior estaba siendo ampliamente superado por Ambar, al igual que todo aquel que intentaba superar su poder, la perra de Beatriz dió tanto poder a esta chica, que parece insuperable... pero nada me supera a mi.

Ella abrió su tambor, y con eso intentó llevarse a Andree, cuando estaba por atacarla para evitarlo, recibo un ataque por la espalda de Dara, fue una enorme lanza de energía que atravesó mi hombro derecho.

—¡Perra! Digo, pero no voy a por ella, mis hermanas la tienen muy bien contenida.

Estiro la lanza y la arrojo al suelo en donde la desintegro. Cierro mi herida a duras penas y voy a lanzarme a Ambar para salvar a mis amigos.

Pero no exagero cuando digo que ella se volvió muy fuerte. En cuanto me vio cerró el tambor, y me arrojó al suelo.

—¡Zafiro!—Me reclama Nadir.

—¡Maldita sea se van de aquí ahora! —ordeno.

Andree y Gizah niegan, pero los vuelvo a mirar con autoridad cuando y van hacia Helios.

Las únicas que se quedan conmigo son Ader y Tamirá.

La batalla hizo que nuestra formación se hiciera un asco, pero eso no significa que no estemos listos para destruirlos.

Cuando Ambar intenta subirse sobre mi, la arrojó con mi energía hacia un árbol.

Su cuerpo impacta contra unas rocas, y en eso aprovecho para ponerme de pie con ayuda de Tamirá y Ader. Me coloco delante de ellas y me pongo en posición de ataque.

—Siempre has sido una molestia Zafiro... primero me quitas a Lior, luego mi vida, y ahora te quieres interponer en mi vida eterna.

—¿De verdad piensas que voy a dejar que vivas eternamente? Bajo mi reinado Ambar?

—Tu reinado... es gracioso que lo digas, porque eso va a terminar, una vez que te ponga en ese caltro, 5 minutos después, juro que te voy a quitar tu alma...

Muevo mi dedo indice para mostrarle de que no es así, y que realmente ella no podrá hacer eso.

—No Ambar, yo entraré a ese caltro por mi voluntad, y tú —Estiro mi mano, Ader y Tamirá me imitan—vas a morir aquí, te voy a hacer ver la oscuridad... es una promesa.

Ambar tembló cuando de sus nariz comenzó a salir sangre.

—No es lo que esperabas—digo y le inyecto más energia. Tamirá va por el tambor, se lo saca, y lo abre.

—Aquí está la balanza... y las almas... ¿ya la mato?

—No, Tamirá, ella es mía... vayan a ayudar a Helios, Dorot parece que está siendo un dolor de cabeza.

Ambas desaparecen, y cuando veo a Tamirá llegar hasta dónde está Helios, le arroja a Lior el tambor, y este se pierde de nuevo en el espeso bosque.

—Aunque me mates, me iré sabiendo que de igual forma no serás feliz.

—¿Tú que sabes de mi felicidad Ambar?

—Tienes una deuda con el joven, y esa deuda no se paga así por que así, —rie desquisiadamente cuando hago que la energía se retuersa en su interior con mayor intensidad.

—Pues ahora te debe importar la deuda que tú tienes conmigo.

—¿De donde es que sacaste tanto poder?—pregunta ella apenas, casi sin aire.

—Siempre fui poderosa Ambar! La diferencia ahora—Le susurro cerca de su oído! —Es que ya dejé de ser esa niña que se desviaba de su objetivo! Si mi objetivo es tu alma! Lo tendré.

—Haz lo que quieras! Vas a morir igual.

—Pero mi sangre perpetuará... y para que veas que soy buena—le dije al oído mientras atravesaba su pecho con la daga naim—Tu alma, tendrá una segunda oportunidad.

De ella intentó salir algo más, pero tomé su alma, y la purifique, debería destruirla, a Lior le haría muy feliz, pero su alma pesa mucho más que la de muchos, era tan negra, tan oscura, que ahora parece un pedazo de diamante, Ambar cayó al suelo, y van dos... quedan dos.

Miro a Dara, quien tiene muchos intentándo destruirla.

Me teleporto a lado de mis hermanas, y llegué tarde, Dara acababa de atravesar la misma lanza que me había enviado en medio del estomago de Rebecca, el cuerpo de mi hermana de este universo, cayó al suelo, y eso hizo que mi coraje aumentara, por lo que le arrojé un poderoso ataque en medio de su estómago.

Dara solo dio un paso atrás con ese ataque.

—No está facil—dice Alex limpiándose la herida de la boca.

—Es muy fuerte Yeru—Me dice Ebe también limpiando sangre de su cuerpo.

—Lo sé... sólo váyanse con Helios, quiero que lo cuiden. No debe morir.

—No podrás con ella—Advierte

—Lo mismo me dijeron de Ambar y Beatriz y mira las almas de quienes tengo...—Me hago un rodete mientras me preparo para ir a atacar.

—Zafiro... tus Hijos...—Dice Ebe preocupada.

—Justamente por ellos Ebe, esa perra no me va a derrotar.

Ellas se intercambiaron una mirada y se llevaron a todos los dominis, ahora son muchos ayudando y cuidando a Helios, y sólo somos Dara y yo aquí.

—¿Cuál sería tu deseo finalmente Dara? ¿CUÁL DE TODAS TUS AMBICIONES QUIERES CUMPLIR?

—JA! Hablaste con mis hermanitos... vaya... creí que no hablarían, pero que podría esperar de ratas como ellos.

—¿Qué tanto vacío puedes tener en tu alma para ser como eres?

—¡Ay Zafiro! Ese es tu problema, crees que tenemos vacios, pero no, simplemente, soy como soy porque así me gusta ser. ¿A CASO NO SIENTES EL PODER CONSUMIRTE? ¡vamos ratita! No puede ser que no encuentres el placer en tu fortaleza.

—Claro que si Dara, pero no necesito matar a nadie por ello.

—Y aún así, has asesinado...—Golpe bajo, justo en mi moridad. ¡Puta!

Dara se acerca a mi, y de un golpe me tumba al suelo, sin dudar, me golpea en medio del pecho, quitándome todo el aire.

Me agarra de los cabellos y me vuelve a poner de pie.

—A ver, reina del mal, si te das cuenta que esa corona no te queda—Dice entre dientes mientras folpea en medio de mi estómago, ¡Carajo! Es demasiado fuerte.

Comienzo a toser, cuando vuelve a golpearme sin respiro. Intento frenarla, pero me envía un shock de energia. Esto me pasa por haber caído en la debilidad y haber tomado su palabra, el arrepentimiento de mis malos actos me ganó.

Necesitaba proteger a mis bebés, de sus golpes, por que eran de energía, es esa energía iba directo a ellos.

—¡Estos Antitas! ¡No van a nacer! Y voy a dejar viudo a Helios... que le duela, que llore tu muerte y la de los suyos.

—Me necesitas —Digo apenas— Para el caltro.

—Moribunda me sirves... y será más fácil usarte así .

¡Carajo! Necesito encontrar, dónde están, sólo necesito verlas, solo un pedazo de ellas.

Dara vuelve a golpearme, y escucho el tintineo del metal de las joyas, y al fin, mis ojos dan con ella.

¡Vamos Reina! Tú puedes, sólo un misero chasquido.

Esta vez la sangre salio de mis labios, pero conseguí, mover mis dedos. Y con el chasquido, las joyas vinieron a mi cuerpo, y expulsaron. A dara a unos 3 metros de mi.

¡Puta! Lo logré ¡carajo!

Respiro profundo y olvido por completo el arrepentimiento.

Dara se poner de pie, y como no creyendo, mira las joyas que ahora están en mi cuerpo. Estas restauraron mis heridas. Pero no el odio de mi ser, este se hizo más grande, mucho más grande.

Me tiré sobre Dara, y me suse ahorcadas sobre ella, la tomé de su cuello mientras la golpeaba una y otra vez.

—Te juro maldita perra, que tu muerte la voy a disfrutar, y a tu miserable alma la voy a quemar, no me importa que haga pesar más a mi balanza, me da igual. Tu muerte, tu desaparece es lo unico que ahora anhelo.

>>Nadie se mete con mi descendencia, nadie se mete conmigo, nadie se mete con mi esposo.

Dara logró arrojarme por los aires, pero detuve antes de impactar contra algo y regreso hasta ella, esta vez no voy a perder tiempo.

Comenzamos a pelear cuerpo a cuerpo en cuanto puede me arroja energia, y yo a ella, mientras esquivarmos algún que otro ataque.

Me tira unas cuchillas que dan en la piel de mi torso, y la sangre comienza a escapar de mi cuerpo. Yo alcanzo a acertar sy rostro rompiéndole la nariz. Podría decir que estamos en medio de una danza mortal, porque ninguna de las dos ha dejado de moverse y de atacar.

Finalmente la acorralo contra un árbol, y cuando ella está por escaparse el árbol la abraza, claro, claro, cada árbol de este universo se volvió mi aliado, mi sangre corre en ellos y su sabia corre en mi.

Dara intenta necrosar al árbol con su energia, pero de éste salía una especie de canto, que recorrie sus troncos, sus hojas y contra restaba la energía oscura de Dara.

—Aquí, con ellos—Apunto al arbol—No funciona tu magia, ni la ayuda que te dan los demonios... nada puede contra un árbol, mucho menos cuando yo soy suya y él es mío.

El canto se hacia más intenso, parecia que alguna joven estaba dentro del árbol cantando en un lenguaje nativo, en uno místico, acompañado de tambores y maracas.

—Tu muerte, Dara, suena, con una música, creo que es una señal, una mágica señal, que detona en tu salvación.

>>Agradece a su dulce voz, y a su mensaje milenario, que tu alma tendrá una segunda oportunidad.

—Prefiero que quemes mi alma a estar condenada a vivir en el reino de algún Anta.

—Bien, porque justamente, esa será tu condena, Dara.

En el fondo escuchaba cómo los de la orden de las rosas también iniciaban su canto para llamar a los demonios que le proveen energía, pero el canto de los árboles era más fuerte.

Sin embargo, eso no impedía que el cielo se abriera, y de él salieran los demonios errantes, que ahora vienen por nosotros. El tiempo se volvió un enemigo.

—Adiós Dara, solo espero que tu alma pese tanto como tus actos malvados.

Enterré la navaja en medio de su pecho, y la voz del árbol se volvió más melancólica. Extraje el alma de dara, tan oscura y densa como si fuera un pequeño agujero negro. Tardé más de lo normal, pero finalmente lo logré... su alma se volvió azul y el árbol absorbió su cuerpo.

—Reina... son muchos, no hay tiempo...—Habla Lior quien me metió en una bifurcación.

—Zafiro, la bóveda se debe abrir para evitar que esos demonios maten a más.

¡Maldita sea! Eso si arruina mis planes.

—¡Al puto Caltro ahora Ader, Tamirá!—Ordeno.—Alex, wl bastón, consigue el bastón de Helios.

—¿Me crees novata?—Dice ella encestando un golpe a un soldado de la orden de las rosas—Ya lo tiene Tamirá.

Miro hacia ellas y veo que el círculo está hecho, Ader se está bañando con las esencias al igual que Tamirá.

Cuando salto junto a ellas, Hugo también lo hizo. Dejó a Aracy en medio de nosotras, para que Ader la bañera mientras Tamirá me bañana a mi.

Entregue las joyas a las Astram, mientras Arasy se ponía en medio de las tres.

—¡Mierda! Apuramos esto—digo cuando veo que Dorot parece más fuerte cada segundo, y allí entendí, el canto de la orden de las rosas no sólo llamaban a esos demonios, le ofrecían su energia a su único líder vivo. —Puta, debemos detenerlos...

Ader me detiene cuando estoy por salir del caltro y me niega.

—No, debemos abrir la bóveda, cuando esté abierta. Vamos por él... no queremos más muertes ¿Verdad?

Niego y vuelvo a mi posición, entiendo mis manos... y espero porque aún falta el sacrificio de sangre. Ader corta mi mano, y suelto mi sangre al suelo, lo mismo hace Arasy.

Coloqué el alma de Dara en medio, la más mesada, y la más reciente, y también la gotee de sangre. Y eso hizo que la bóveda se abra finalmente.

El aire en los cielos se hizo fuerte, la oscuridad llegó, y vi como los demonios caian uno tras otro, ante nosotros apareció el joven y el anciano, pero mis ojos no estaban sobre ellos, estaban sobre Dorot quién tenía a Gizah en sus manos. ¡Dios no! Gizah no.

Cuando estaba por salir del caltro Tamirá me sostuvo, mi miró con amabilidad y dijo algo que no debía decir.

—En 30 segundos, lo tengo resuelto.

—¡No!—Grito al igual que Lior cuando la vio aparecer tras Dorot , lo tomó en sus brazos y levita con el en los aires.

—Lior corta nuestro vínculo.

—¡No!—Volvemos a gritar Lior, Dana y yo.

—¡No, mi amor!—Suplica Dana—No...

—Los amo, a los dos—dice a Lior y a Dana—más a ti... Dana Gutierrez... gracias por darme vida en mi muerte.

El cuerpo de Tamirá comenzó a quemarse, mientras Dorto intentaba zafarse, pero las sombras de Tamirá entraban por la boca del hombre.

—5 segundos Lior, tú no debes morir conmigo bebé... 4... 3...

Lior baja la cabeza, recita algo ininteligible, mientras de sus ojos caen lágrimas, el hilo invisible que los unia se hizo visible, porque en donde Lior hizo el corte, comenzó a crepitar, y la ceniza se hizo en ella.

El cuerpo de Tamirá y de Dorot se hizo humo, y los soldados de la orden de las rosas quedaron en un silencio absoluto.

De repente, no había sonido alguno, solo el viento que dejaba escuchar a las hojas dar contra el suelo. La guerra había acabado, y habíamos ganado... la unión entre dominis, perfugaz y nemosorum, prevaleció, caí de bruces en el suelo, sequé mis lagrimas, mientras mi sollozo se hacia cada vez más fuerte.

—Designada y guardian, del último universo—Llamó el viejo.

—Acerquense a pesar las almas. —Dijo el joven que no despegaba sus ojos de mi.

Sequé mis lagrimas, mientras me ponía de pie, e iba de la mano de Helios.

Él, me plantó un beso, puso una mano sobre mi vientre y puedo ver la preocupación.

Quedamos frente a los individuos,  yo coloqué la balanza en el suelo y volví a lado de Helios.

—Es la primera vez que veo semejante unión —Dice el anciano.

—Y tan sangrienta batalla—Recalca el joven.

—En fin... es hora de pesar y ver si aquí ganó el bien o el mal...—El anciano nos mira a ambos, yo quito las almas y las hago levitar. Las vuelvo oscuras y azules, tan rápido, porque no sé que voy a hacer.

Miro al joven y cuando estoy por abrir la boca, las almas me fueron arrebatadas del aire cuando estas estaban azules.

—¡¿Qué se supone que haces?!—Grito desesperada a Helios, quién no voltea tan siquiera a verme, sólo baja las almas puras en la balanza.

—Has decidido al bien—Dice el viejo.

—Ha ganado el bien—completa el joven con una sonrisa... bien, último universo, pero este me debe algo—El joven habla al anciano  y puedo ver como los puños de Helios se aprietan fuertemente. ¿Qué demonios hizo? En verdad prefiere sacrificarme?

Respiro hondo, y hago cuentas, yo sólo soy una misera vida, en comparación a las miles que hay aquí, y quizás, ¿es lo mejor?

—Una vida—Dice el anciano—Me pediste una vida, así que escoge.

—Sabes a quien quiero...

—Sabes que debes decir su nombre.

El joven mira con odio, pero entre dientes termina hablando.

—Zafiro Yerutí.

Caigo de bruses al suelo, no por que haya pedido mi nombre, si no, por lo que sale de la boca de Helios a continuación.

—No puedes —Dice fuerte—Ella no es una vida, es 5...—las lágrimas caen de mis ojos, ¿Y como mierda no se me ocurrió eso antes a mi?

—Helios...—lo llamo destrozada

—¡Helios!—Gritan Gizah y Liza quienes son sostenidas por Ander y Fer con fuerza.

—Así que te ofrezco la mía —Mi alma se hizo pedazos.

—Ofreces tu alma a cambio de la de ella?—pregunta el joven con claro disfrute al ver que tan destrozada estoy.

—De hecho —habla el viejo—Pediste una vida... para cuidar los multiversos, que ibas a gobernar, pero no gobiernas ninguno, creo que el peso de estas almas, deja en empate nuestra apuesta, y sabes como va... y como, pediste una vida, Helios ofrece la suya... para esperar nuestro desempate... y... le queda pedirme un deseo. ¿Anta?

Él me mira, mientras mis ojos están nublados de tantas lagrimas que caen una tras otra.

—Sólo deseo que me deje verlos, cuando ustedes consideren —vuelve a mirar al viejo.

El joven está claramente decepcionado, niega y niega, como no creyendo lo que estaba pasando.

—Hiciste trampa—Acusa al anciano.

—¿Tú no?—pregunta —Y no hice trampa ¿Helios dije algo de esto en nuestro encuentro?

—No, sólo me mostró su apuesta, y los resultados anteriores, yo diseñé cada respuesta que usted y yo daríamos.

El joven me mira con odio, mientras yo rasguño la arena.

—¿Qué demonios haces?—Pregunto enojada, frustrada, con miedo.

Helios me sigue ignorando, y sólo mira al anciano.

—Bien, establezcamos como funciona esto—Habla el viejo mientras el joven se cruza de brazos—500 años pasaran, porque es lo que acordamos  Luzbel.

—No me llames así... padre—dice con odio finalmente —pero si, continua.

—Los universos ya no tendrán ninguna bóveda, pero se regirán los bandos como ellos decidan si ayudan o no a la humanidad a encontrarte a ti o a mi, mientras, en los caminos del cosmos, una vida cuidará que ni ángeles ni demonios lleguen a los multiversos... y ese es Helios.

—Bien—el joven habla soltando aire—pero quiero su corona—me apunta.

—Lo siento tanto, no pediste más que una vida como recompensa por haber sido engañado...y no te puedo entregar nada de ella.

—Helios Anta... te odio, oficialmente... pero por tu astucia, tendrás un día al año—el joven habla con una sonrisa. —Durante el equinoccio de primavera, y no me saldrás con juegos de ajedrez anta, como que hay dos hemisferios... un sólo equinoccio  al año... durante el tiempo que el sol brille, podrás ver y estar con tu esposa e hijos. Pero sólo podrá ser en un lugar así que piensen bien en dónde se quieren ver.

—¿Helios? ¡Carajo ¿qué haces? No puedes hacer esto...

Helios sigue sin mirarme, yo sigo en el suelo raspando las piedras y la arena con dolor.

—Bien, lo acepto... supongo que me darán unos segundos para despedirme—Habla él tan sereno que hace que quiera odiarlo.

—Dos minutos, Helios Anta, cuidador del universo—El viejo toma la balanza y las Almas y desaparece junto al joven.

Yo sigo llorando, cuando Helios me levanta, pero termino pegándome con rabia.

—¿Cómo  te atreves Helios? ¿POR QUÉ LO HACES?

—¿De verdad quieres desperdiciar así el tiempo que tenemos amor?

—Tú no tienes porqué pagar mis culpas.

—No lo hago, sólo... cumplo mi juramento, te doy una vida, la que mereces vivir, y no volver a morir, por nadie... nunca más, te mereces ser feliz, te mereces ver a tus bebés, crecer, ser vivir... y te voy a entender si no me quieres ver, si no me quieres esperar, si decides rehacer tu vida con quien sea...Siempre y cuando seas feliz.

—¡Estás loco!—Le grito con todas mis fuerzas—Rehacer mi vida, si mi vida te la di a tí... ¡Quiero odiarte! Odiarte, pero me duele...

Termino en sus brazos llorando sollozando con fuerza, él me toma entre sus brazos, cuando soy consciente de que más personas están sufriendo su decisión y también merecen despedirse.

—¿Dónde?—pregunto aún contra su pecho, mientras mojo su remera con mis lágrimas.

—Tú sabes que lugar escogería siempre.

—Laguna Blanca... —Respondo separandome, le doy un beso, uno que no quiero que acabe, uno que quiero que sea eterno,  y se ve qué él también lo desea.

Finalmente me suelta,  y sigo llorando, llorando por todo lo que está pasando, y me pesa, me duele me rompe, más al ver como Gizah y Liza lo toman con fuerza, el dolor que debe estar en su pecho debe ser enorme, porque perdieron a su padre, su madre quien siempre fue una arpía y ahora a su hermano mayor.

Los sollozos y las lágrimas caen tan intensamente en ellas, como el mi.

En el cielo se escucha la voz del anciano, cantando algo, que no entiendo ahora, ya me encargaré de averiguar que mierda es lo que ha puesto de reglas a este jodido mundo.

—Anta, es hora de tomar el camino del universo.

—No...—suplico cuando vuelve a darme un abrazo fuerte.

—Nos vemos en el equinoccio del año que viene, por favor, por favor, no me dejes conga así de verte mi esposa, mi Yeru, mi mundo, mi amor. Te amo.

Y con esas palabras, su cuerpo brilló en medio de la noche... haciendo honor a lo que siempre fue... mi sol.

       Fin libro 5


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