Capítulo 70. Vacios

Abrazaba a Yeru, mientras daba pequeños besos en su cabeza y ella acariciaba mi pecho, a pesar de la bomba de tiempo que tenemos a fuera, esto parecía como si ambos, simplemente viviéramos una vida tranquila, llena momentos normales, de jóvenes que simplemente experimentan todo lo que el amor  y una relación les puede dar.

Pero no, esa no es nuestra realidad, y lo sabemos, es por eso que disfrutamos el triple este momento mágico.

—¿En qué piensas?—Su voz se filtra en mi, dejando como pequeñas endiduras en mi interios, generando vacíos que no sabía que tenia.

La sensación de pesadez inundó mi cabez de nuevo, por lo que terminé abrazándola con más fuerza y soltando un suspiro.

—En nada...

—Mientes...—se apresura en decir   por lo que se separa de mi, pone su mentón sobre mi pecho para ver directamente a mis ojos.

Sonrío, porque a pesar de los pesos que se instalaron en mi cabeza, se ve tan hermosa. Estar así, tranquilos, sin tener que huir, como lo hizo tantas veces, me tranquiliza, pero también me asusta.

—Estoy preocupado —Confieso acomodando su cabello tras la oreja— No tenemos nada, nos quitaron las piedras, tienen la balanza, las joyas... y nosotros seguimos llenos de incertidumbre.

>>Pero también me preocupa el joven, y por más de que amo cada momento contigo, siento que lo que acaba de pasar fue egoísta,  que te usaré de nuevo, y eso me hace sentir muy mal.

—¿Usarme?— sonríe —Yo creo que aquí pasó todo lo contrario.

—¡Dios Yeru, eres fuego!—Río, le doy un beso corto y con una media sonrisa vuelvo a hablar—Pero sabes a qué me refiero, siento que esto fue sola y únicamente con el fin de que te embaraces y...

— ¿O sea que la planificación familiar no va contigo?

Ella y yo nos fundimos en una carcajada, por el simple hecho de su ocurrencia, sin embargo, creo que es verdad, lo estoy dramatizando.

—Si hubieras obligado... —Me acarici el pecho—Amenazado, o puesto una condición para esto Helios, allí y solo allí esto iba a estar mal, pero los dos lo acordamos, lo deseamos y las extrañamos.

—Yeru... Te amo— se me sale porque sí, porque tengo ganas de que ella lo sepa de nuevo, porque se merece saber que la amo.

—¿No te vas a cansar de decirlo?

—No lo creo...—Mis ojos recorren sus ojos y le planto otro beso.

—Yo también te amo... y me alegra que alfin nos lo hayamos dicho a tiempo, para disfrutarlo, para querernos.

Ella vuelve a acurrucarse en medio de mi pecho, y eso me llena de seguridad y satisfacción, me hace querer estar así todo lo que podamos estar.

—Y entiendo tu preocupación... pero, si bien ellos tienen todo eso, nosotros tenemos a Aracy, los hermanos de Dara, dos Astram y una Reina del mal.

—Necesito hacerte una pregunta, Yeru, ¡Por Dios que lo necesito!

—No nos vamos a casar...

—No es eso, pero ¡Auch! Luego me dirás el porqué no.

Ella se sienta a mi lado y yo hago lo mismo, aunque me pierdo por unos segundos mirando su cuerpo retorno a mi inquietud.

—¿Por qué si eres la reina del mal nos ayudas? ¿No deberias estar del lado del joven?

—¡Ja! Me sorprende que no lo sepa el niño inteligente...

—Juro que me leí todo el maldito libro y no encontré explicación alguna a esto.

—Bie... empecemos por algo simple... yo gobierno, a los iluminados y a los Inmortales, a la nada tomé como mi reino, por lo que puedo ir y venir a mi antojo.

>>La bestia, era el rey del mal, él lo tenia todo bajo su poder, y wn su sangre se encondia el secreto de los futuros posibles... lo tenía antes, pero con Tamirá como Astram al parecer se llevó toda esa habilidad de su padre, y sólo me quedé con esto, más la facultad de estirar los hilos que nos unen a los otros universos.

>>Sabiendo eso, vamos a definir ¿Qué es el mal?... algo que no es bueno... ¿Pero que no es bueno para quién —Me mira directo a los ojos y abre sus manos para que luces lilas iluminen sus palmas— Yo tengo poderes que son capaces de originar dolor y sufrimiento en forma directa o indirecta, a corto o largo plazo... soy genial.

—El mal... le haces mal a quien a tí no te haga bien... por eso no importa quien seas, tú decides cómo dirigir ese mal.

—Así mismo niño bonito, ves que eres Inteligente...

—¿Te estás burlando de mi Yeru?

—No...bueno siii déjame disfrutar de esto Helios.

La agarro del rostro y la traigo hacia mi para darle un beso un poco más apasionado que hace un momento, y al parecer lo hice bien, porque cuando me aparté una gran sonrisa se instaló en ella.

—¡Wow! ¿Y eso?

— Simplemente te me haces muy sexy cada que hablas, lo siento, soy muy débil ante tus encantos.

Nos miramos por unos segundos, me pierdo en sus ojos marrones y ella igual en los míos, es como si viajara en ellos y eso hace que me cuestione ¿Cómo mierda negué tanto tiempo lo que sentía por ella? ¡Qué idiota! Tanto tiempo perdido en vano.

—Tenemos que volver al campamento —Digo apretando mis labios.

—Aún no pasaron 24 horas Anta...

—Las misiones, las Astram, las piedras, mi amor, hay muchas cosas que aún...

Ella me calló con un beso, se subió sobre mi, y claro que me tenía listo para ella, no hace falta mencionarlo.

Se movió lentamente, y cuando se separó de mis labios un gran suspiro se escapó de mi.

—¡Dios! Yeru...

—No te apures mi amor—Ella besa mi cuello y me desordena el cabello mientras suavemente sube y baja de mi.

—No hay forma de que quiera que esto acabe pronto...—Aseguro mientras la tomo de sus glúteos con fuerza.

—Anta... eres fácil de manipular...

—Sólo tú tienes ese poder Yeru.

—Bien, esa es la respuesta que espera... sólo —Besa de nuevo  mi cuello, y va hasta mi lóbulo, lo muerde suave y finalmente me susurra—Ya lo tengo controlado mi amor, confía en mi, confía en tu destinada.

—¡Con un demonio, te entrego mi alma también...

—Honestamente... la tomaría, pero te necesito, no sabría que decir a nuestros hijos sobre su padre...

—Mmm me alegra saber que me necesitas... ahora—tomé su cadera con fuerza y eso hizo que ella suspirara— ¿Por qué no te casarás conmigo?

—Te lo responderé luego mi amor, ahora sólo sigue así ¡No pares!

La verdad estaba tan loco por como se veía allí que hice caso, olvidé mis vacíos. Mis preocupaciones y me centré en este mágico momento, lo disfruté la amé la recorrí con besos y caricias, con ganas e ilusión.

¡Estoy por volverme loco! Porque ya no sé como mostrar cuanto amor le tengo, deseo, ganas y calor.

¡No quiero que esto se acabe nunca!

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