Capítulo 35. Malas Noticias

Llegar a Ojo de Mar fue toda una aventura, llegamos hasta aquí acompañados de Abigail, Aldebaran, Vicky y su esposo.

Sin más, cuando estábamos en la orilla, Abigail ordenó que nos tiraramos al agua, nadie se opuso, era como si nos controlara en ese momento.

Ahora estoy bajo el agua, sin aire en los pulmones, viendo como todos se dejan arrastrar cada vez más y más profundo.

De mi muñeca sale un hilo de color azul, y este se conecta directamente a la muñeca de Dara, en ese instante, en que nos conectemos, mi cuerpo se sacudió.

Comencé a ver imágenes, muchas de ellas no las entendía, parecía una batalla, en algunas había sangre, en otras oía llantos, veía energía, como la que Abigail usaba, pero 100 veces más grande de la que ella producía.

Mis ojos estaban pesados, y en mis oídos comenzaron a susurrar voces, al comienzo eran ininteligibles pero al cabo de un segundo lo era todo claro.

Yo  ya no estaba en el agua, estaba en medio de un gran bosque, y ante ni tenía a tres personas, la primera era una mujer de cabellos verdes, los ojos lilas y una hermosa sonrisa.

A su lado, estaba una especie enano, pequeño y peludo, con un bastón, el me mostraba sus feroces dientes en una supongo yo sonrisa.

Y por último estaba una niña, de cabellos rosados, ella estaba sentada sobre una Roca y me observa atentamente.

—Bienvenido, Helios Anta—Saluda la cosa peluda—mi nombre es Moles...

—Yo soy Vicky... y también te doy la bienvenida, Guardián del último universo.

— Debería presentarme ¿No? Pero la verdad es que nos veremos tanto, que no pienso darte la bienvenida, más bien honrarte con el placer de conocer mi nombre, soy Nuria.

—Disculpala, es un poco engreida—,Dice Moles mientras desordena el cabello de la chica.

—A decir verdad, me agrada—Aseguro sonriendo.

Ellos quedan mirándome fijo, la verdad es que le causo gracia mi comentario  y se nota en la expresión de la mujer que intenta no reír.

Finalmente los tres se ponen de pie, y me pasan una piedra que parece un falso Zafiro. Lo observo detenidamente sin entender nada.

—Has leído el libro—Dice Vicky—Has aceptado la misión, sabes lo que te espera, y conoces las condenas.

>>Tu estas listo Helios Anta, y nos alegra que sea así, ahora ti deber es cuidar a tu designada y por otro lado...

—Cuidar a Zafiro —Nuria habla— Estas en medio de una red de eventos que en ningún universo ha sucediendo... por un lado tu misión.

—Y por el otro tu amor—continúa Moles—Tu lucha se hará larga y cansina, y al final, creerás que la recompensa es injusta, pero la verdad es que, es lo mejor que les va a pasar.

—Utiliza tu sabiduria—Nuria viene hasta mi, coloca sus manos sobre mi brazo derecho y lo desliza desde mi codo hasta mi muñeca, haciendo que en esta aparezca una especie de mapa.
—Recluta a más dominis, junta almas, has La Paz con los Nemosorum, destruye a Zarag y a Dorot.

—Devuelve el equilibrio a los mundos—Vicky viene hasta mi y me coloca la mano en la cuerda que me une a Zafiro — Libera a los universos de su mal, y no hagas tratos con el joven. Hazlo de buena fe, y te prometo que toda muerte será devuelta.

—Limpia al mundo—Moles me ofrece un trozo de madera, otro de vidrio y una roca— Entrena a todo el que sea digno, y cuida a los tuyos como el gran líder que eres. Pasaras a la historia Helios Anta. Y te prometo que todo dolor que creas sentir, al final, será sanado.

Con esas palabras, volví a sentir el agua que me rodeaba, dejé de verlos, y solo veía la masa de agua que me rodeaba, apenas veía los cuerpos de mis compañeros, y en ese instante, mi cuerpo fue expulsado con fuerza de agua.

Por un segundo vi las copas de los árboles, pero antes de estrellarme con ellos, sentí como si una cuerda hubiera rodeado mi cintura y me estrirara suavemente hacia el centro de todo.

Lentamente, comencé a descender, hasta llegar al suelo, en donde Abigail y Aldebaran estaban con las manos unidas, fueron ellos los que estaban usando su energía para hacernos bajar de pie al suelo.

Al fin estaba yo ante ellos, en lo que ambos hicieron una pequeña reverencia al verme. Me giro y veo que mis compañeros hicieron lo mismo, era como un saludo a algún comandante. Estoy halagado, pero también con mucho miedo por lo que acabo de ver y escuchar.

Finalmente mis ojos dan con Dara, la chica estaba hecha un manojo de llanto, y si no me equivoco es porque acaba de ver al mundo desnudo, lo ha sentido en su totalidad, y con ello, ella está viendo en medio de un gran debate... ¿Ser o no ser una designada?

Es la única entre nosotros que puede decidir si quiere o no ser parte de esto. Y suena tonto, a decir verdad, porque un guardián no es nada sin su designada, pero supongo que ahí está el chiste, si no somos capaces de sentir ganas de dar una segunda oportunidad al mundo, no vale la pena luchar por lo que no creemos.

—Dara... —la llamo en un susurro, como cuando te acercas a una bestia intentando evitar que esta te ataque—¿Cómo estás?

Ella no medio palabras, simplemente vino hasta mi y se arrojó a mi brazos para llorar desconsoladamente, por un momento dudé en rodearla con mis brazos, pero finalmente lo hice.

Ella se hizo una bola de llanto, mientras todos mis compañeros, comenzaron a rodearnos, para intentar consolar a nuestra designada, exceptuando a mis hermanas.

Me separé de Dara, y por suerte Aldebaran decidió relevarme, y tomar a la chica en brazos. Abigail se acercó a ellos, y con un delicado movimiento, colocó su mano sobre la cabeza de Dara y en un segundo, hizo que esta se durmiera profundamente.

—Esa mujer es muy genial—Dijo Liza cuando Abigail ayuda a Aldebaran a tomar en brazos a Dara.

—A decir verdad, sí —Digo en voz alta, cuando soy interceptado por Gizah quien me está viendo con los brazos cruzados—Sí, ayer ya lo sabía, sabía que Dara iba a estar conectada a mi.

—¡Mierda! Sabes que lío gigante es ese ¿Verdad?

—Lo sé...

—¿De qué hablan?—Pregunta Liza quien nos observa con un poco de inquietud.

—Que Helios está de novio, y estará conectado con una chica que está enamorada de él...

—Pero él no de ella—Liza se muerde las uñas y me mira con prácticamente entusiasmo — ¡Suficiente Drama para que esto sea emocionante!

—¡Esto no es emocionante!—Decimos juntos con Gizah.

—¡Hey!Anta—Llama Andree desde el otro lado—Debemos volver al campamento, oficialmente, eres nuestro líder... y el entrenamiento acaba de iniciar.

Sonrio genuinamente, porque al fin no estaré al final de la carrera contra Abigail. Ella me observa también atentamente con una sonrisa, creo que de verdad es el momento que ha estado esperando.

Ellos comienzan ingresar entre las arboledas del bosque, cuando hago un gesto a mis hermanas de que debemos volver, sin embargo, cuando damos un paso, algo nos detiene. Mejor dicho, alguien.

La sexy Rubia, estaba vestida con su ropa de batalla, y con solo verla, mi corazón salió de mi cuerpo.

Ella se acomodó el cabello, y sus ojos azules dieron conmigo, mis hermanas quedaron tan quietas como yo, cuando la vieron con la ropa raida y manchas de sangre.

En su mano tenía una especie de espada, y una cuerda marrón del otro lado. No voy a mentir, mi cuerpo dejó de sentir todo lo que podía sentir.

Alexandra dio una sonrisa lastimera, ladeando la cabeza mientras unas lágrimas caían de su rostro.

—¿Qué le pasó?—Pregunto caminando hasta ella cuando cae pero se sostiene con la espada para no ir completamente al suelo.

—Se los llevaron... a los tres—Dice apenas, y antes de que acabe de hablar, Abigail vino corriendo con rapidez hacia nosotros, se dio cuenta de nuestra visita—Zarag se los llevó, y la única razón por la que escapé, fue Gracias a Zafiro.

Alexandra cayo por completo al suelo, Liza la sostuvo antes de que su rostro de contra la Roca, hasta que finalmente Abigail llegó hasta nosotros, Gizah la ayudó a voltear a la chica, y ella quedó mirándome apenas.

—Debemos apresurar nuestra alianza... Anta.

Alexandra quedó inconsciente con esas últimas palabras. Mis piernas estaban temblando y Abigail me estaba matando con la mirada al darse cuenta que la chica tenía la marca dominis.

—¿Era esto lo que me estabas ocultando Helios?—Pregunta muy enojada.

— Para ser honesto Abigail...—digo mordiendome la mejilla— No solo es esto, si no 3 de ellas, un guardián y aparentemente, a la hija de la bestia...

—Bien... esas parecen ser muchas malas noticias, para todos nosotros — Abigail toma en brazos a Alex, quien estaba inconsciente, mientras mis hermanas corren tras los de más  pues ella les hizo un gesto—Vamos a tener que hablar seriamente Anta.

—Sólo si me prometes que vamos a ir a salvarlos...—me atrevo a decir a la mujer quien básicamente me asesina con sus ojos.

—Si tu historia es consistente  y no me ocultas nada más, lo haremos...

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