Capítulo 23. Lo sé

Me senté en el suelo y me puse ante Zafiro, ella se cruzó de piernas y me prestó toda la atención.

— Necesito que me ayudes con los Nemosorum...

—Estas loco, yo no vine a este mundo para...

—Lo sé, de verdad, sé porque viniste, pero hoy uno de los nemosorum apareció en mi lugar de entrenamiento...

—Eso es imposible —ella se acomoda el cabello, y me mira con algo de terror—No pueden, hay un sello...

—Lo hicieron.

Zafiro se levantó con rapidez y comenzó a caminar de un punto a otro, cargada de mucha ansiedad, es como si no comprendiera como los nemosorum llegaron hasta nosotros.

—No puede ser... estamos hablando de nobles ¿no es así?—Ella se muerde el labio, y la verdad se ve tan sexy haciendo eso que no puedo ni pensar. Pero por el bien de esta situación me concentro.

—Eso dicen, y lo peor es que quieren a Tamirá.

Zafiro básicamente corre de una esquina de la habitación hasta mi y se sienta frente mío, sus ojos se llenaron de un brillo de genuina preocupación, y creo saber por qué, esto es mucho peor de lo que yo me hubiese imaginado en un principio.

—Si ellos saben de Tamirá, saben de la bestia, pero eso no es lo preocupante... quiere decir que saben de nosotros y eso, eso sí es un tema que nos puede llegar a causar muchos problemas.

—Y es por eso que te pido este favor...

—Si lo hago sólo me expongo, y expongo a los míos.

—Zafiro ¿qué tan buena estratega eres?

—¿disculpa?

—Quiero saber si alguna vez has planeado un ataque, o si vas directo al campo de batalla.

Ella vuelve a morderse los labios, y yo me rasco la nariz, la verdad es que mi cabeza aún no borra la imagen anterior. Y me pone muy nervioso no controlarme, pero no me voy a culpar por ello, no voy a ponerme en modo insoportable por no controlar esto, porque a pesar de estar en medio de una emergencia, realmente disfruto de la compañía de la chica.

—No, la verdad que soy más de ir al campo de batalla... Joel igual.

—¿Y aún así planearon esconderse?—pregunto en un tono burlón y pícaro.

—Bueno... la verdad es que...

Me río, pero estiro mi mano, para señalar su sello dominis, ella mira el gesto y espera a que hable al fin.

—¿sabes como se esconde mejor algo en una guerra? Poniéndolo a plena vista.

—Dios, en verdad no puedo creer que me vayas a pedir esto... quieres que me exponga... este es tu gran favor, es por eso el celular, quieres que parezca una adolescente normal.

—Así es... quiero que vayas a la misma escuela de Rebecca, allí entra Hugo, el líder nemosorum, y su compañero Lior, al parecer... un noble como él.

—Helios, lo que me pides es muy arriesgado, voy a estar en la mira, en medio de las víboras ¿cómo sabes que no sabrá quién soy? O qué soy.

—Por que no lo sabrá mientras esté concentrado en mi. Voy a ir todos los días a ese colegio a retirar a Rebecca, le lanzaré amenazas directas, y tú pasarás a ser una chica más, al igual que tus hermanas y Joel.

Ella se levanta y va contra la pared en donde se recuesta, por ende yo también me pongo de pie y voy hasta ella con mucha cautela.

—¿Y qué ganas con eso?—,pregunta considerando mi propuesta, a lo que respondo con una sonrisa.

—Acorralar al enemigo...

—La quieres vigilar, y me vas a usar...

Zafiro se aparta de la pared, y con un gesto con las manos, expande una tela azul brillante en la habitación, en ella se proyecta el mapa de la ciudad, a sí también en ella aparecen unos puntos, se mueven de un lugar a otro, muchos otros están concentrados en un solo lugar, y no puedo dejar de verlos, hasta que finalmente entiendo, son personas.

—¿Los ves?—me pregunta desafiante, a lo que yo respondo con un sí, moviendo la cabeza— estos..—señala al cúmulo de puntos—Son los Nemosorum que ahora esta  reunidos allí, y quizás estén planeando algo en ti contra, o sea, están a punto de ir tras tu cabeza...

>>Lo más probable es que quieran evitar que vayas a ojo de mar... Helios, me estas pidiendo meterme en esta guerra y no debería, pero lo haré.

>> Lo haré por que si estos Nemosorum saben de Tamirá, saben del elixir, de su poder y...

—Tienen una piedra...

Ella guardó silencio cuando dije esto último, y muy por el contrario de la reacción que esperaba de ella, alejándose y prefiriendo bajar los brazos, parece más motivada.

—¡Vaya, si que me necesitas! No son cualquier enemigo... y creo que me gusta el desafío, si son así de fuertes...

—Más pronto encontraste a Zarag —Le hablo mirando aún el mapa—Esto lo hiciste por ella ¿verdad?

—Así es, pero la maldita está bien oculta...

—,Eso es lo que crees... quizás y esta justo frente a nosotros y no lo sabemos.

Zafiro se cruza los brazos y afirma enérgicamente, pues creo que la he convencido de salir de su cueva al mundo. La verdad es que creo que es la única manera de encontrar lo que busca, si no se mueve, no vendrá a ella nada.

—Bien, bien, mañana hablaré con los chicos y en cuanto podamos iremos a la escuela con Rebecca, mantendré a esos chicos en la mira, e intentaré pasar desapercibida...

—Gracias, en verdad, me vas a dar una gran mano, por sobretodo, lo único que quiero es proteger a Tamirá por más de que ella no necesite de mi ayuda... y también, esta es la única forma que se me ocurre conocer más a mi enemigo.

—Helios, lo voy a arriesgar todo por ti... así que, necesito que en verdad no lo eches a perder y vayas con todo.

—Esta batalla la van a ganar los dominis, te lo aseguro... y a demás, te voy a ayudar con Zarag...

Ella me da una sonrisa, y yo quedo atontado mirándola, debería ir ya a casa, pero no sé como ir, y aún no se lo quiero pedir, me gustaría quedarme un poco más, así que, me acerco a la cama, tomo el celular y los auriculares.

—Te enseño cómo se usa?

Vuelve a reír, pero se acerca a mi, y me invita a sentarme a su lado en la cama, obviamente accedo sin pensar.

Lo primero que hago es mostrarle el maravilloso mundo de la música, ¿para qué un celular si no se va a deleitar de eso? Le coloco el auricular, no sin antes acomodar su cabello tras su oreja. Doy play al aleatorio, y Allí estaba, Like a Stone, sorprendiéndonos.

—¿Este es un intento de coqueteo?—Pregunta ella, mirando hacia la nada, pero sonriendo.

—Es un coqueteo...—respondo riendo.

—Pensé que te gustaba Rebecca. —me ofrece una sonrisa pícara.

—Mentira... desde el día uno, sabes que babeo por ti.

—Lo sé... solo quería que lo dijeras.

—Pensé que no eras estratega...

Si risa fue tan coqueta que solo me concentré en las melodías, olvidando que del otro lado estaba escuchando música.

—Helios... sabes que esto no será más que, una aventura platónica ¿verdad? Cuando yo termine con Zarag, volveré a mi universo... tú y yo, jamás pasará.

—Estas diciendo que también te gusto? Por qué es todo lo que estoy entendiendo de lo que me dices. Pensé que te gustaba Joel.

—Eres un niño tonto... desde el día uno, sabes que me gustas...

—Lo sé, también quería restregartelo en la cara, Zafiro.

>>Yo no tengo problemas con lo platónico—digo muy cerca a ella.

—A decir verdad... yo tampoco.

—Pero si te llegas a enamorar de mi, y quieres concretar algo...

—Buen intento... pero hoy no es el día... es hora de que te vayas.

—Porque temes a lo concreto...

—Porque debemos dormir Helios... adiós...

Pasó la mano en mi muñeca, y lo que hizo fue que me teleportara de su habitación a la mía, cai en mi cama, boca arriba.

Mi corazón daba saltos gigantes, porque es obvio que me acerque demasiado a mis deseos, ¿como hago para borrar la imagen que tengo de Zafiro? Pero la cuestión más importante  ¿cómo hago para no comportarme como un idiota no pensante cuando estoy a su lado? ¿Por qué esa chica me tiene en sus manos? Y lo peor, por qué estoy maniatado en sus manos.

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