Capítulo 22. Para mi suerte
Lo bueno de ser un guardián es que mi padre me ha prestado el auto, y lo bueno de tener el auto, es que puedo hacer mis viajes como a mi se me antoje, así que antes de ir a casa, decido que voy a hacer una parada.
La casa de Tamirá, por suerte esta niña si tiene celular, y realmente, está es la verdadera razón por la que vengo junto a ella, claro, aparte de contarle que problemas hay alrededor de ella.
Estaciono frente a su casa y la termino marcando desde el auto, a lo que ella responde saliendo de la casa y viniendo hasta mi en la vereda. No, no hace falta que me baje.
—Te ha traído bien el GPS—dice poniendo sus manos dentro de los bolsillos de si canguro.
—Sí, no veo que problemas me haría...
—¿Qué quieres?
—Supongo que ya sabes.
Ella desordena sus rulos, y la verdad la chica se ve hermosa, con ese atuendo de medio chicos, de media chica. No vamos a negar que sabe hacer sexy una ropa muy normal.
—Hugo va a ser un pequeño problema.— Ella se muerde el labio y se recuesta por la ventanilla.—Pero no para mi. No se me puede acercar.
—Lo sé...—Digo riendo.
—Pero eso, podías avisarme con un mensaje, tú realmente quieres otra cosa, y no puedo creer que me quieras usar.
—No te quiero usar, quiero que me hagas un favor.
—¿Tú me vas a dar el numero de tu hermana? —Pregunta levantando una ceja.
—Si quieres hastavte digo cuál es su postre favorito.
—Eres cruel—Rie conmigo—A tu hermana no le gustan las niñas, y está enamorada de ese niño... pero sabes, por intentarlo te voy a conceder un deseo, sin embargo, necesito saber ¿por qué?
Aprieto mis labios y le muestro el paquete que que tengo en el asiento del acompañante, el regalo esta perfectamente envuelto, y no hace falta que le diga que es.
—Ella es de otro universo Helios, no tienen oportunidad de estas juntos, pero con Rebecca...
—Yo no pretendo quedarme con la chica...
—Mentiraaaa —Tamirá vuelve a reír, pero agacha la cabeza. —,Te gusta demasiado...
—No tienes idea...
—Ahhh, error, la tengo.
Tamirá abre la puerta del auto y estira mi mano, pone sobre el hilo, y con ello, un Rayo lila es absorbido por el
cordón.
—La vas a ver, cuando ella esté sola en su habitación, así que, vete a tu casa, lo más pronto que puedas... échate perfume, y mándale saludos de mi parte antes de iniciar una conversación, evitará que te mate.
—Eres la mejor.
—Lo sé... nos vemos mañana Helios Bebé.
—Adiós Sexy Tamirá...
Reimos de nuevo, ella cierta mi puerta y se mete corriendo a su casa, y yo emprendo el viaje más rápido de la vida.
Por suerte la casa de Tamira no esta del otro lado de la ciudad, sin embargo, me preocupa no llegar a tiempo, y que termine teleportandome antes de tiempo y abandone el vehículo.
Desesperado miro el paquete, luego la hora, falta 10 para las 21:00. Ya me imagino a mamá y a Rosalia recibiendome con un sermón.
Abro el portón eléctrico y meto el auto a lado del auto de mamá, agarro el paquete, y me bajo corriendo, y tal como lo pensé, mamá estaba en la sala, parada, con los brazos cruzados esperándome.
—En entrenamiento termino hace dos horas Helios Anta.
Pongo los ojos en blanco, y decido caminar e ignorarla.
—¡No señor! A mi no me vas a hacer ningún desaire, ¡Yo soy tu madre!
La sangre me hirvio, no por que me merezca ser regañado, por que en verdad lo merezco, estoy llegando tarde, lo que a mi me molesta el que nunca me regaña si llego tarde por ir a una fiesta, estar en la casa de Dara o por salir a vagar, ella está modo exigente desde que voy junto a Abigail.
—Ni se te ocurra—Le digo desafiante — una cosa madre, es que me regañes, otra es que intentes buscar una excusa para que deje de entrenar ¿quieres saber donde estaba? Estoy seguro que puedes verlos en el GPS de tu celular, y sé que lo sabes, y no, mamá, no vas a evitar que siga entrenando.
—¿Qué te crees para hablarme así?
—No... empieces madre... que sabes que puedo sacar trapos sucios.
—¡Voy a hablar con tu padre! Un día con la insolente de Abigail y actúas desafiandome.
Me acerco hasta ella, y con la voz más calma que pueda salir de mi interior le hablo.
—Manten alejada tu guerra con Abigail de mi...—Mi madre queda quieta, congelada al escucharme—Si quieres castigarle hazlo, pero tú no vas a evitar que yo siga entrenado con la dominis domo más poderosa del mundo.
Mi madre queda en medio de la sala y yo voy a por las escaleras, las subo corriendo, llego a mi cuarto, y en verdad estoy en medio de un dilema ¿me entro o no a bañar?
Hay riesgos que se deben tomar... llaveo la puerta de mi habitación, me Quito la ropa allí y la arrojo en el cesto de ropas sucias. Entro a la ducha, y me baño como nunca antes me he bañando, con la velocidad de un Rayo, salgo y me visto, y justo cuando me estoy poniendo la playera, escucho el sonido como si de zumbidos se tratara.
—¡Carajo!
Miro la pulsera y esta comienza a brillar, mierda, tendré mi primer viaje de teleportacion con esto...
Me arrojó hacia el paquete para tomarlo, y cuando lo tengo en mis manos, sentí como si mi cuerpo se despedazara y viajara en un avión a una velocidad súper alta, mis oídos se taparon y mi cuerpo pesó toneladas, parecía como si me hubiera estirado y luego me volvieron a poner en mi lugar.
Esto habrá durado una milésima de segundos, y lo sé, porque apareci en otro lugar, y claro, como la física, como me arrojé antes de teleportarme, es obvio que el impulso continuo, ¿Y contra quién di? ¡claro! Di contra la chica.
—¡Dios!—Digo al estar sobre ella, Zafiro me mira sorprendida, pero cuando me doy cuenta sobre la situación, el que está sorprendido soy yo. ¡Ay! DIOS, DIOS DIOS, LO SIENTO.
Me levanto con rapidez y miro a otra dirección, estoy seguro que debo parecer un idiota y no un galán.
Por lo que escucho ella también se pone de pie, y estoy seguro que está recogiendo la toalla que cayó al suelo para envolverse con ella.
—¿Qué mierda haces aquí?—Pregunta furiosa, por los sonidos supongo que se esta vistiendo bien rápido.
—Tamirá...
—¿Ella te mando?—cambia su tono a preocupación.
—No, o sea... ¡mierda!
—¿Nunca viste a una chica desnuda?—termina preguntando divertida.
—quieres que te refresque la memoria? —pregunto yo ahora divertido— la que se golpeó la cara por verme sin remera...
—Ya... volteate —obedezco y ella esta wow, hermosa, definitivamente muy, muy, hermosa.—¿A qué viniste?
—Ahhhh— quedo colgado por unos segundos, pero sacudo mi cabez y me concentro—La verdad es que... por varias cosas... emmm la primera...
Ella se cruza de brazos y se sienta en su cama, yo no puedo dejar de mirarla, la verdad, estoy idiotozado.
—¿Te comieron la lengua los ratones?
—Dios, la verdad es que...wow...—intento concentrarme pero mi cabeza tiene otra cosa en mente. —Lo siento, la imagen está muy, muy impregnada en mi cerebro...
—Pues más vale que lo borres si no quieres que te meta un bucle en la cabeza.
—¿Cómo?
—Que vayas al grano, o te devuelvo a tu casa en 5 minutos y sin memoria...
—¡Ah! Okok, esto es para ti—le paso el paquete, ella lo toma arrugando la nariz y la frente, abre el paquete, y me ve sorprendida.
—¿Esto es un celular?
Yo afirmo con la cabeza y ella de verdad mira el paquete emocionada, saca todo lo que hay dentro, y lo tira en su cama.
—¿No viniste solo por eso o si?
—Me encantaría decir que sí, que soy un chico romántico, haciendo un regalo atento... pero no, no es solo por eso. Necesito que me ayudes en algo.
—O sea que no podré borrar tu memoria...—dice divertida.
—Para mi suerte, no.
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