Capítulo 12. La chica bonita

Cuando Volvi de la casa de Dara me encerré en mi cuarto, me tiré sobre la cama, y sí, toqué mis manos, pensando en esa chica, en su tacto, en su piel, su rostro...

Miré el libro y sabía que tenía que hacer si quería mantener el interés de la chica en mi.

Tenia que tragarme ese libro, y ahora. Abri las primeras páginas, y las letras comenzaron a cambiar. Al comienzo no las entendía, pero a medida que mis ojos pasaban por cada párrafo, todo comenzó a tener sentido.

Pasé mi mano sobre la hoja, y mi mente comenzó a iluminarse.

La puerta de ni cuarto fue golpeada mil veces, pero a todos les dije que no tenía hambre, que no quería, que necesitaba estar solo, la verdad es que ni me importa, ni me interesa lo que venga de afuera, lo que yo quería era comprender este libro.

Descubri tantas cosas, quienes son los nemosorum, quienes son los perfugas, los naim, los perdidos.

En una especie de advertencia hablaba de los Astram y de los piedras Rojas, dicen que la existencia de estos, solo implica catástrofes.

Más en el medio, hablaba de un anciano y un joven que las almas iban a recoger y pesar en una balanza, que debo encontrar, en teoría como guardián mi papel es también encontrar las piedras, ayudar a mi desgnada a curar almas.

Mi lectura se volvió tan intensa que no sé cómo es que estoy casi por la mitad. Enterarme que existe un lugar que se llama la nada y esta en medio de este mundo y la bóveda que cubre a este mundo me dejó un poco shockeado.

Inmortales, iluminados, ángeles, demonios, otros universos. ¡Rayos! En verdad esto está muy denso. Ahora entiendo por qué Abigail esperaba a que "nos bautizaramos" sí eso también tienen un apartado en este libro...

Respiro, porque es mucha información para mi cabeza.

La llave? La designada y las tres piedras, eso quiere decir que los hermanos de Dará también deben ir a ojo de mar.

Vestigios de energía ¿qué rayos? Saltos en el espacio, bifurcaciones, antiguos, nobles, elixires, nemosorum...

Los rebeldes de la nada, menciona a una bestia, a su hijo que es como que algo peor que el mismo lucifer, de las guerras en otros universos, de que hay gente que puede manipular las almas de un muerto, cosaa terribles, de gente que puede manipular las líneas temporales o generar algo que se llama efecto mariposa.

El libro tiene tantas páginas, que no creo que lo termine hoy ni si me desvelo.

Hace 15 minutos fue la última vez que eché a Rosalia de mi habitación, asegurandole que no quiero comer nada.

Y a juzgar por la hora, ella se escapó de su habitación para venir exclusivamente a ofrecerme algo de comer. Mejor le escribo un mensaje para que no se sienta mal.

Mientras texteo, considero que debería meterme a la ducha. Tomo mis cosas, alisto  mi cama y pongo el libro sobre mi mesa de luz.

Faltan 10 minutos para las 23:00 vaya que me encerré hoy, para ser un sábado que empezó con adrenalina se convirtió en día de estudio.

—Rosalia, gracias, en verdad hoy no tengo hambre, mañana prometo deleitarme con el desayuno.

Enviar.

Entro a mi baño, me Quito la ropa, ceremoniosamente, arrojando la ropa sucia en el cesto, mientras enciendo la ducha tomo mi cepillo de dientes y un poco de pasta.

Procedo a asearme, mientras el agua cae sobre mi, la verdad es que no puedo dejar de pensar en esa chica, sueltonel aire retenido, y me pregunto ¿cómo es posible que una desconocida me tenga tan loco.

Por otro lado quiero entender cómo es que tomo tan normal la tarea de leer un libro, estoy seguro que para una persona común y corriente eso seria prácticamente un sacrilegio, una locura, pero he aquí, el tipo que vio a gente teleportarse ante él, saliendo de la ducha envuelto en una toalla.

Apago la luz de mi habitación y dejo solo encendida la luz de la lámpara que está a lado se mi cama, cuelgobla toalla en mi perchero, mañana debo bajarlo al lavadero... no lo debo olvidar, hago un gesto y decido poner la toalla en una posición que me obligue a verlo. Me coloco el bóxer, a continuación el pantalón de mi pillama, el blanco, ato el cordón del pillama, y sacudo mi cabello húmedo.

Cuando estoy dispuesto a ir a la cama, un destello azul me asusta, pero creo que quien se llevó la mayor sorpresa fue la chica, al verme se voltea con rapidez y choca contra la pared.

No controle la risa, ni mucho menos le pregunte si estaba bien, es más, yo me disponía a ir hasta mi cama y recostarme.

—¡Podrías vestirte por favor!

—Estoy vestido—hablo mientras me siento en mi cama.

—Estas desnudo, tienes, piel descubierta... mucha piel.

—¿Nunca fuiste a la playa? ¿Nunca viste a un chico sin remera?

—¿Playa?—voltea y me observa, se vuelve a tapar los ojos.

—No me voy a poner la remera, así que, espero tolerancia de tu parte... mi pieza, mis reglas. A demás, la que viene a invadir mi cuarto eres tú.

Ella sigue con los ojos tapados y con ayuda de su mano se aleja un poco hasta quedar frente a mi cama. Es muy graciosa, quisiera ir a encender la luz para ver mejor sus mejillas, a puesto a que debe estar como un tomate.

—Entonces voy a hablar así...

—Eres una tonta sabes, no pasa nada, nisiquiera estoy cerca tuyo  ¿De verdad me vas a obligar a vestirme?

—Por favor.

—¡Genial!

Me levanto de la cama, voy hasta mi placard, tomo  una musculosa y me la pongo de mala gana.

—¡Listo!

Ella abre los ojos y me sigue mirando con vergüenza, pero parece que ahora sí puede sostenerme la mirada.

—¡Bien! Soy todo oídos. ¿Qué haces aquí? A estas horas en mi habitación...

—Te dije que iba a visitarte cuando pudiera.

—No pensé que sería hoy... ¿no tienes un celular? Seria mejor que coordinemos, así no nos cruzamos cuando me este dando una ducha.

—¿Qué es un celular?—pregunta arrugando la nariz mientras me quedo embotado viendo lo hermosa que es, pero eso no va al caso.

—¿Quien o qué eres niña?

—oh... lo siento...—ella viene hasta mi y me extiende la mano. —Zafiro, designada del universo Ondreas.

—No eres de este universo... por eso me dijiste que estaba prohibido...

—Si, y por lo que veo me mentiste, tú aún no eres un guardián.

Río nervioso, y me froto la nariz mientras me tiro a la cama y con el gesto más cinico de todos intento seguir con mi mentira.

—¿Cómo que no? Es obvio que sí... por eso tengo el libro, soy el guardián.

—Yo no estoy cuestionando eso, dije que aún no lo eres...

—¿Y qué te da derecho a decir eso?

—No vi el sello en... en... ti.

—O sea que si me viste ¿Ah? —dije riendo y ella miro a otro lado.

—,No, o sea sí, pero buscando el sello.

—Capaz lo tengo en las piernas ¿quieres que me baje el pantalón?

—No, no,no—se escandaliza mientras me mira y alza sus manos al frente—No, en serio... no

—No lo iba a hacer de todas maneras... Zafiro—repito su nombre y me río de ella, no sé por qué me causa placer su inocencia—Pero tiene razón, aún no he sido bautizado...

—Entonces te están entrenando? ¿YA TE HABLARON DE LA BÓVEDA?

—Entrenar?—me tapo con la sábana y la miro sin comprender mientras me cruzo de brazos. Sus ojos están sobre ellos, y no entiendo porque le llama tanto la atención, sin embargo lo disfruto. —Nop

—O sea que la Dominis Domo líder no te entreno aún? ¿POR QUÉ? Has negado ser guardián, le pasó algo a tu designada ¿no tienes designada? Mierda, esa posibilidad si es horrible.

—Ninguna...—la interrumpo cuando se lleva la mano al mentón par pensar—Simplemente, creo que no nos querían contar aún...

—O sea que eres un guardián inútil?

—¿Disculpa?—Pregunto un poco ofendido.

—Si no has entrenado entonces... no sirves.

—Sabes qué Zafiro, eres muy Bonita y todo, pero, si no vamos a hablar bien... quiero dormir —la verdad estoy mintiendo, no quiero que se vaya, solo quiero que me diga que ella se quiere quedar más...

—Okok, entonces me voy...

—¡No!—mala estrategia Helios, ella no es de este universo...

—Oh... no... olvide cerrar mi puerta... emm creo que debo irme ¿dónde consigo eso que me dijiste? El celular?

—De una tienda...

—Ok, veré como te ubico, hablamos luego, a esta misma hora, hay algunas cosas que necesito saber para poder ayudarte...

—¡Espera! Ayudarme en qué?

La chica bonita desapareció, y yo me quedé perdiendo ¡Rayos! HELIOS DEJA DE SER UN IDIOTA, ESPANTAS A LA NIÑA.




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